29 jun 2013

Levitsky y la izquierda latinoamericana III


Las razones de mi incomodidad con la definición que da Levistsky (apuntadas rápidamente en el primero de estos posts) son varias. Vayan aquí algunas

1) Su definición no pone como elemento central y definitivo de un gobierno de izquierda la democratización del poder político, lo que permite que se considere como perfectamente de izquierda a un gobierno esencialmente autoritario y de autoridad concentrada. La izquierda debe ver a dicho resultado (un gobierno de izquierda con poder centralizado y rasgos autoritarios), en el peor de los casos, como una tremenda anomalía, y no como una posibilidad perfectamente situable en el centro mismo de su menú de opciones. (mi definición se sitúa, en cambio, muy cómodamente en relación con estos criterios)

2) Por el lado de la democracia económica las cosas también van mal, en relación con lo que la definición de SL nos propone. Tomemos, por caso, el Manifiesto Comunista (al que no menciono como "biblia" de la izquierda, pero sí como texto que no puede sino ser central a esa tradición). El Manifiesto dice que si debiera resumir toda su doctrina "en una única frase", ella sería la "abolición de la propiedad privada." Desde mi definición de lo que es la izquierda, esta frase hace perfecto sentido: un partido de izquierda no puede dejar de abogar por dicho ideal, al que conseguirá realizar en mayor o menor grado. Toda la tradición de los partidos de izquierda europeos incluyó, en sus programas, referencias más o menos severas a la abolición de la propiedad privada. En todo caso, ese ideal debe ocupar siempre un lugar fundamental en el programa y en la práctica de un partido o movimiento o grupo de izquierda. Conforme a la definición de SL, en cambio, NINGUNO de los partidos que él define como de izquierda cuestionan seriamente a la propiedad privada, y ello no representa problema alguno para hablar de tales partidos como de izquierda ("Even in Venezuela, shere the rejection of the neoliberal model has benn most thorough...changes in private ownership and state-market relations after a decade of Chavismo remain far short of historical model of socialism", p. 19). En mi opinión, en cambio, se trata de una ausencia demasiado crucial para decir que estamos frente a un gobierno de izquierda

3) Pensemos en las Revoluciones de 1848, sus líderes y sus escribas. Se trataba de los "pensadores de la libertad" -Quinet, Michelet, Lamennais-, se trataba de las "revoluciones democráticas," de demandas por sufragio universal, libertad de prensa, abolición de privilegios, gobierno de los trabajadores. Siempre se consideró a estas demandas de las revoluciones de 1848, como demandas -fuertemente políticas- de la izquierda. Se trata de reclamos dirigidos esencialmente a la democratización de la sociedad, a la democratización de las relaciones políticas. Esos reclamos no pueden, creo, quedar en el círculo exterior o eventual de un gobierno de izquierda. No pueden ser un elemento reemplazable, a considerar. No puede haber indiferencia hacia tales ideales. Estos reclamos deben ocupar un lugar central en los programas y prácticas de un gobierno de izquierda. La definición de SL no otorga a tales reclamos, históricamente tan importantes para la izquierda, un lugar central

4) Veamos la recepción latinoamericana de ideales de izquierda como los hasta aquí citados. Veamos la larga tradición antipresidencialista del radicalismo político latinoamericano. Veamos los reclamos artiguistas por la democracia política y la democracia económica en su "Reglamento Provisorio". Veamos la recuperación que se hace en América Latina de las Revoluciones del 48. Veamos el panfleto "Pan y libertad," de Santiago Arcos. Veamos al tremendo programa "El gobierno de la libertad", de Francisco Bilbao. Veamos a los republicanos latinoamericanos reclamando "propiedad para todos."Según entiendo, todos ellos, de modo más o menos articulado, hicieron reclamos bastante consistentes por la igualdad política y la igualdad económica, que describo como ideales centrales para la izquierda. Claramente así en el siglo xix. No veo por qué, a la hora de definir a la izquierda latinoamericana, debamos cerrar los ojos ante -o directamente ignorar a- dicha tradición. Mi definición toma a tales antecedentes como centrales. La definición de SL, simplemente, no los considera

5) La definición de SL ratifica la que es, para mí, la peor versión de la pretendida izquierda latinoamericana: la que hace un giro extremo en el siglo xx, para confirmar el doble abandono de sus compromisos iniciales -compromisos que eran consistentes con los de toda la izquierda hasta entonces conocida. Quiero decir, la izquierda abandona entonces el doble compromiso con la democratización política -y la crítica radical al híper presidencialismo- y la cuestión social -con su mirada escéptica sobre los derechos- para abrazarse a las recetas del conservadurismo, en materia de organización del poder ("el cambio sólo puede ser "top-down," de arriba abajo); y del liberalismo, en relación con la cuestión social (lo que lo lleva a abandonar su crítica radical a la propiedad privada, y a reclamar más y más derechos como remedio a la cuestión social que antes encaraba con medidas estructurales, que sólo en última instancia se reflejaban en reclamos liberales por más derechos).


6) La definición que toma SL le impide catalogar como de izquierda a gobiernos que él sí querría catalogar como tales, que no llegan con un programa de izquierda pero que consistentemente desarrollan políticas cercanas a las que se describen en su texto (pienso, por caso, en el gobierno de Velasco Alvarado en Perú, que llega a través de un golpe de estado). El requisito "puerta de entrada" se revela así como sobreexigente en los propios términos de la definición de SL. (mi definición no considera como de izquierda a un gobierno de autoridad concentrada como el de Velasco Alvarado, aunque pueda ver a muchas de sus medidas como consistentes con los ideales de la izquierda)

Es sólo el comienzo, algún día la seguiremos

28 jun 2013

Levitsky y la izquierda latinoamericana II

Mi definición sobre la izquierda -que parte no de una descripción sino de un tipo ideal, y que pretende establecer grados de cercanía o lejanía con los ideales de izquierda- es también polémica, es incompleta y también tiene problemas, pero entiendo que problemas mucho menores que los que afectan a la definición usada por SL. Defino a la izquierda por un doble compromiso con la igualdad política y la igualdad económica. La llegada de un gobierno de izquierda debe implicar, por tanto, claros cambios tendientes a democratizar la vida política y la vida económica.

A resultas de la definición de SL, casi todos los gobiernos latinoamericanos contemporáneos o recientes son o han sido, de algún modo, de izquierda (insisto -y ver el reportaje colgado en el post anterior- esto es compatible con que SL sea muy crítico de muchos de estos gobiernos). A resultas de mi definición, ha habido gobiernos que se han acercado al ideal izquierdista (el de Evo Morales, por ejemplo), aunque la mayoría de ellos no merece ser llamado de izquierda.

Ahora bien, entiendo que el carácter sobre-abarcativo de su definición puede ser tan problemático como el sub-abarcativo de la mía. De todos modos, creo que mi definición se acerca mucho más a la historia de la izquierda política, y honra mejor la historia latinoamericana de los partidos y movimientos radicales y de izquierda (no resulta sólo capaz de hablar el lenguaje de la historia contemporánea). Seguiremos.

Levitsky y la izquierda latinoamericana I


Steven Levitsky es, por varias razones, uno de los mejores cientistas políticos de la actualidad. Su obra es muy buena y muy vasta, él tiene un gran rigor analítico, ha hecho mucho y muy buen trabajo de campo (por ejemplo, sobre el peronismo en el Gran Buenos Aires). Su trabajo es además muy influyente, se trata de una persona comprometida, que tiene rigor conceptual a la vez que muestra una agenda académica con un ojo muy puesto en problemas de actualidad. Para colmo, es muy listo, habla muy buen castellano, y tiene un enorme interés por América Latina (un gran reportaje a SL, acá).

En el último tiempo, estuve trabajando sobre dos de sus últimos libros, uno del cual es coautor, Competitive Authoritarianism. Hybrid Regimes After the Cold War -un trabajo tremendamente ambicioso tratando de dar cuenta de un nuevo tipo de autoritarismo que al mismo tiempo convive con elecciones periódicas y cierto respeto (menguado pero respeto al fin) de básicas libertades cívicas- y otro que coedita, The Resurgence of the Latin American Left. Me quedo por ahora con este último, en donde él y su coeditor analizan (en el prólogo y en las conclusiones), de modo muy lúcido, crítico e informado a los recientes gobiernos latinoamericanos, instalados luego del período de crisis neoliberal.

Por supuesto que definir qué es la izquierda es un problema: la academia siempre ha tenido dificultades para hacerlo, y la política ha querido designar con el concepto de "izquierda" a casi cualquier cosa (en los 60 para reivindicar a lo designado, en los 70 para identificar al enemigo, en los 80 para diferenciarse prolijamente de ella, en los 90 para ridiculizar al contrario, en los últimos tiempos, para ganar legitimidad). Se trata, por tanto, de un problema importante, dadas sus implicaciones.

Me sorprende mucho, por tanto, la definición por la que opta en el libro, para hablar de izquierda. Los autores son conscientes de los problemas citados, pero aún así -y tratando de mejorar las malas ofertas existentes- proponen su propia definición, que encuentra una versión corta y una explicación más larga. La versión corta dice: "the Left refers to political actors who seek, as central programmatic objective, to reduce social and economic inequalities." Y la idea es que ese grupo político, una vez llegado al poder, debe mantener substantivamente esos objetivos (sino, dejan de ser considerados de izquierda -sería el caso de Alan García en Perú).

La explicación larga ya pasa a abarcar casi todo lo imaginable. Dice que "Left parties seek to use public authority to distritbute wealth and/or income to lower-income groups, erode social hierarchies and strengthen the voice of disadvantaged groups in the political process. In the socioeconomic arena, left policies aim to combat inequalities rooted in market competition and concentrated property ownership, enhance opportunities for the poor, and provide social protection against market insecurities. Although the contemporary Left does not necessarily oppose private property or market competition, it rejects the idea that unregulated market forces can be relied on to meet social needs...In the political realm, the Left seeks to enhance the participation of underprivileged groups and erode hierarchical forms of domination that marginalize popular sectors. Historically, the Left has focused on class differences, but many contemporary Left parties have broadened this focus to include inequalities rooted in gender, race or ethnicity...   

La ventaja de la definición que él emplea (que, insisto, mejora a las que suelen utilizarse en la academia contemporánea) es que recoge ciertos usos habituales del lenguaje. La gran desventaja es que, además de imprecisa, termina designando dentro del campo de la izquierda a algunos gobiernos que (lo reconoce) no desafían la propiedad privada, no van hacia el socialismo, no pueden considerarse siquiera social demócratas, no generan relaciones más igualitarias, concentran el poder, no democratizan la sociedad, asumen comportamientos autoritarios, persiguen a minorías, y para colmo no tienen nada que ver con la tradición de los partidos y programas de la izquierda, ni con la historia del radicalismo político latinoamericano. Un poco demasiado.

Se viene el Seminario. Reservar fechas

En agosto largamos con el Seminario de este año
Martes 6 de agosto, de 18 a 1930, Aula 1 Facultad de Derecho, UBA
Martes 13 de agosto, de 18 a 1930, Aula 1 Facultad de Derecho, UBA
Martes 20 de agosto, de 19 a 2030, Aula 1 Facultad de Derecho, UBA
Martes 27 de agosto, de 18 a 1930, Aula 1 Facultad de Derecho, UBA
Martes 3 de septiembre, sesión especial, horario especial

Con suerte, tendremos temas e invitados de lujo, incluyendo un debate con Claudia Hilb sobre su notable libro sobre los usos del pasado; y una discusión con el grandísimo Paco Laporta, de la Universidad Autónoma de Madrid, en el último encuentro del seminario

ADC/Transparencia/Qom


Desde la ADC se avanza en esta demanda destinada a conocer cómo se maneja el Estado en relación con la TV pública. Aquí, en relación con la productora Pensado Para Televisión, que en estos mismos días avanzó con este informe alucinante destinado a desprestigiar al líder Qom Félix Díaz (hacía mucho que no veía un operación tan desagradable, tan reaccionaria, contra uno de los grupos más débiles y atacados a muerte, por este gobierno, acá). 

Ordenan al Estado entregar contratos de la TV Pública

Fue en el marco de una demanda iniciada por una periodista para acceder a contratos de la productora "Pensado Para Televisión". Los documentos habían sido negados por contener "datos personales". El estado apeló.

(Buenos Aires, 25 de junio de 2013) -  La jueza María José Sarmiento, a cargo del Juzgado en lo Contencioso Administrativo Federal No. 11, hizo lugar a la acción de amparo iniciada por la periodista Mariel Fitz Patrick con el patrocinio de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC). Con esta acción buscaba acceder a los contratos celebrados por el Estado con la productora “Pensado Para Televisión”, que le habían sido negados en enero de este año.
En efecto, en diciembre de 2012, Fitz Patrick solicitó a la Jefatura de Gabinete de Ministros copia de los contratos celebrados entre Radio y Televisión Argentina S.E. y la productora “Pensado Para Televisión” correspondientes a los años 2010, 2011 y 2012. El 17 de enero de 2013, la Jefatura de Gabinete le informó que para poder acceder a esa información debía demostrar un interés legítimo. Esta exigencia contradice los estándares interamericanos de derechos humanos en la materia, que explícitamente establecen que cualquier ciudadano, por el mero hecho de serlo, tiene derecho a acceder a información pública.

La jueza Sarmiento adhirió a los argumentos ofrecidos por el fiscal Fabián Canda, quien consideró que al tratarse de un pedido de acceso a la información es de aplicación el reglamento contenido en el decreto 1172/03. Ese decreto expresamente establece que no es necesario “acreditar derecho subjetivo o interés legítimo”. Asimismo, el dictamen refiere a los estándares interamericanos en materia de derechos humanos que también se aplican al caso tal como lo estableció la Corte Suprema de Justicia en el caso ADC c. PAMI en diciembre de 2012 . Finalmente, Canda sostuvo que la información solicitada no cae dentro de ninguna de las excepciones del decreto 1172/03 y -por ello- debe ser entregada a la solicitante.

“Celebramos el fallo, ya que rechaza abiertamente una excusa que el Estado utiliza de manera creciente para negar información pública”, señaló José Miguel Onaindia, Presidente de la ADC. En efecto, la negativa de la Jefatura de Gabinete de Ministros se sostuvo en un dictamen no vinculante de la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales (DNPDP) que desde hace años sostiene una interpretación errónea de la Ley Nacional de Protección de Datos Personales, de acuerdo a la cual para acceder a la información pública que posee el Estado que contiene “datos personales” es necesario acreditar un interés legítimo. “Esta decisión se suma a otras que han señalado ese error de la DNPDP utilizado como excusa para negar el acceso a información a la que claramente los ciudadanos y ciudadanas tenemos derecho”, señaló Onaindia.

En un informe publicado recientemente, la ADC detectó que la excusa que fue rechazada en este caso es de hecho la principal excepción invocada por la administración para negar información pública .

El gobierno nacional apeló recientemente la decisión a favor de Fitz Patrick, por lo que el fallo no está firme. Dicho recurso será resuelto por la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal.

27 jun 2013

Nuevo libro/Presentación


El lunes próximo a las 18.30 se presenta en la UP una compilación de cuatro estudios empíricos de Ian Ayres, profesor de Yale. Va a ser una buena oportunidad para discutir sobre la utilidad de los estudios empíricos en nuestro ámbito y otras discusiones en torno al derecho a la igualdad. 

Felicitaciones al editor, don D. Zayat¡

26 jun 2013

Buena noticia. Blog Maurino

Finalmente, salió a la luz el hace tiempo concebido blog de Gus Maurino. Bravo¡¡
http://hablandobajo.blogspot.com.ar

Hilb: Pensar contra la corriente

Leí en apenas un rato "Usos del pasado," de Claudia Hilb, que la confirma como una de las autoras más lúcidas dentro de la filosofía política argentina. Tomaba apuntes sobre su pensar a contracorriente y me encuentro con una frase, apenas en su segunda hoja, en donde ella describe al libro como "ensayos a contramano." Es radicalmente así, y bienvenido por ello. Harendtiana, militante en los años 70, exiliada en Europa durante complicados años, Hilb es una socióloga de pensamiento claro, con coraje para decir y con convicciones firmes, que escribe con la decisión de no poner en paréntesis el pensamiento cuando se enfrenta a problemas incómodos. Por el contrario, es justamente en esos momentos en donde le resulta más interesante y más importante seguir pensando, poniéndose de espalda a los intentos de la corrección política.

El libro es una colección de textos hechos del mejor modo (a mi parecer), esto es, en reacción a molestias e incomodidades. De hecho, nos aclara la autora, cada ensayo de su libro aparece como una "reacción ante una molestia o una incomodidad específica": el modo en que pensamos las responsabilidades de quienes se involucraron en la lucha armada en los 70; el modo en que pensamos Cuba; el modo en que pensamos los juicios a las juntas; el modo en que pensamos la justicia internacional; etc.

De los 6 ensayos que componen el libro, los tres primeros (referidos a las responsabilidades por lo acontecido en los 70; a Cuba y las consecuencias de cierto igualitarismo; al trágico asalto a La Tablada) me parecen de enorme interés en todos los casos (aunque tengo desacuerdos, sobre todo, con el segundo ensayo); pero los tres últimos me resultan (a mí, por cuestiones de edad y biografía) de una contundencia y un atractivo extraordinarios. De estos tres últimos ensayos, el primero reflexiona sobre el balance entre "verdad y castigo" a partir de las distintas estrategias de respuesta seguidas en Sudáfrica y la Argentina; el segundo piensa críticamente sobre la jurisdicción internacional en casos de violaciones masivas de derechos humanos, a la luz de las intervenciones del Juez Garzón en relación con los crímenes cometidos en el Cono Sur; y el tercero se dedica a reflexionar sobre la muy equivocada decisión tomada en su momento por la UBA (a partir de la decisión de un grupo de asesores notables, encabezado por el Juez Zaffaroni), de impedir que tres represores participaran de los programas educativos que la UBA desarrolla en las cárceles.

Cito sólo algunas frases, simplemente indicativas de la potencia de estos ensayos:

1) "Para concluir, el recorrido realizado me lleva a sugerir que tal vez sea la misma virtud de los juicios contra las Juntas la que haya dificultado en la Argentina la eclosión de la verdad en los términos en que me he referido a ella".

2) "La condena (de Scilingo) fue celebrada casi unánimemente..un asesino había confesado su participación en crímenes horrendos y había sido condenado por ellos. nadie dijo, entonces, públicamente, que esa condena pondría fin a todo esbozo de confesión por parte de otros militares...Nadie sugirió, entonces, que la cuña introducida por Scilingo en el silencio militar había sido obturada por el juicio en España".

3) "La globalización de la justicia, entendida en el sentido puesto en obra por estos juicios, nos confronta con el doble riesgo de sobrepolitización y despolitización de la referencia a los derechos humanos. Y acarrea simuiltáneamente la destitución de todo sujeto político de la soberanía, poniendo en su lugar o bien una comunidad internacional constituida por Estados, o bien al individuo como sujeto del derecho universal..."

4) "Para decirlo muy crudamente, no estoy de acuerdo con renunciar a la concretud de los derechos políticos en nombre de la universalidad de los derechos humanos. Los derechos humanos sólo podrán seguir cumpliendo el rol político de frontera...de la legitimidad democrática...en la medida en que los preservemos tanto de la peor instrumentalización que los disuelve en un relativismo oportunista, como de su sustancialización antipolítica."

5) "(La decisión de no otorgar servicios educativos a los represores que no se arrepintieron de sus actos atroces) pone sobre el tapete un debate soslayado en la Argentina: debe establecerse alguna diferencia en términos de castigo entre aquellos criminales de lesa humanidad que se arrepintieron de sus actos y los que no lo hacen?"

6) (La UBA no admitió a represores que defienden -cito aquí parte del comunicado de la UBA- "una tesis negacionista de los delitos que han victimizado masivamente a miembros de la comunidad universitaria a la que pretenden incorporarse"). "Como puede observarse, en algo más de una frase se ha amalgamado a procesados y condenados, se ha puesto el acento en un negacionismo que ni siquiera es preciso demostrar, y en el carácter de víctima de la universidad. A estos se reducen los argumentos del texto del Rectorado. No me apena mayormente, en términos morales, que Donda, Rolón o Suárez Mason no puedan estudiar en la cárcel. Sí me apena que la universidad a la que me siento honrada de pertenecer tome la decisión de excluirlos con argumentos que no puedo sino calificar de indefendibles."

Un libro muy notable por el nivel de análisis que incorpora, y que a la vez es valiente como pocos otros.

P.D.: Con un poco de suerte, contaremos con la presencia de Claudia en nuestro seminario de Agosto de este año, para discutir sobre su trabajo (y también, parte de su excelente intervención en un debate que publicará en estos días la revista Discusiones).

25 jun 2013

Abolicionismo, una y otra vez

En este texto, acá , M. Postay vuelve a la carga con una crítica a la locura del sistema carcelario (locura que nuestro país sólo agudiza, y que el poder político actual sólo potencia, con su consistente prédica contra la liberación de presos). Como siempre, es un texto a leer y para pensar, y el autor un joven jurista a seguir. Haría sólo un agregado importante. No se trata, simplemente, de reducir al máximo el número de presos (como podría pedir el tibio minimalismo penal), sino de hacerse la pregunta crucial: Si la prisión es lo que los críticos decimos que es -la peor versión de la tortura que la sociedad ha aceptado legalizar- entonces qué es lo que puede justificar la "prisión para pocos"? Si la prisión es tortura, entonces, abolición de la tortura, tortura nunca, tortura cero, y no, niveles mínimos indispensables de tortura.


Protestas en Brasil 3

Del amigo Boaventura


A Grande Oportunidade
A história ensina e a atualidade confirma que não é nos períodos de mais aguda crise ou privação que os cidadãos se revoltam contra um estado de coisas injusto, obrigando as instituições e o poder político a inflexões significativas na governação. Sendo sempre difíceis as comparações, seria de esperar que os jovens gregos, portugueses e espanhóis, governados por governos conservadores que lhes estão a sequestrar o futuro, tanto no emprego como na saúde e na educação, se revoltassem nas ruas mais intensamente que os jovens brasileiros, governados por um governo progressista que tem prosseguido políticas de inclusão social, ainda que minado pela corrupção e, por vezes, equivocado a respeito da prioridade relativa do poder económico e dos direitos de cidadania. Sendo esta a realidade, seria igualmente de esperar que as forças de esquerda do Brasil não se tivessem deixado surpreender pela explosão de um mal-estar que se vinha acumulando e que as suas congéneres do sul da Europa se estivessem a preparar para os tempos de contestação que podem surgir a qualquer momento. Infelizmente assim não sucedeu nem sucede. De um lado, uma esquerda no governo fascinada pela ostentação internacional e pelo boom dos recursos naturais; do outro, uma esquerda em oposição acéfala, paralisada entre o centrismo bafiento de um Partido Socialista ávido de poder a qualquer preço e o imobilismo embalsamado do Partido Comunista. O Bloco de Esquerda é o único interessado em soluções mais abrangentes mas sabe que sozinho nada conseguirá.
Mas a semelhança entre as esquerdas dos dois lados do Atlântico termina aqui. As do Brasil estão em condições de transformar o seu fracasso numa grande oportunidade. Se as aproveitarão ou não, é uma questão em aberto, mas os sinais são encorajadores. Identifico os principais. Primeiro, a Presidente Dilma reconheceu a energia democrática que vinha das ruas e praças, prometeu dar a máxima atenção às reivindicações dos manifestantes, e dispôs-se finalmente a encontrar-se com representantes dos movimentos e organizações sociais, o que se recusara fazer desde o início do seu mandato. Resta saber se neste reconhecimento se incluem os movimentos indígenas que mais diretamente têm afrontado o modelo de desenvolvimento, assente na extração de recursos naturais a qualquer preço, e têm sido vítimas constantes da violência estatal e para-estatal e de violações grosseiras do direito internacional (consulta prévia, inviolabilidade dos seus territórios). Segundo, sinal da justeza das reivindicações do Movimento Passe Livre (MPL) sobre o preço e as condições de transportes, em muitas cidades foram anulados os aumentos de preço e, nalguns casos, prometeram-se passes gratuitos para estudantes. Para enfrentar os problemas estruturais neste sector, a Presidente prometeu um plano nacional de mobilidade urbana. Sendo certo que as concessionárias de transportes são fortes financiadoras das campanhas eleitorais, tais problemas nunca serão resolvidos sem uma reforma política profunda. A Presidente, ciente disso e do polvo da corrupção, dispôs-se a promover tal reforma, garantindo maior participação e controlo cidadão, e mais transparência às instituições. Reside aqui o terceiro sinal. Creio, no entanto, que só muito pressionada é que a Presidente se envolverá em tal reforma. Está em vésperas de eleições, e ao longo do seu mandato conviveu melhor com a bancada parlamentar ruralista (com um poder político infinitamente superior ao peso populacional que representa) e com suas agendas do latifúndio e da agro-indústria do que com os sectores em luta pela defesa da economia familiar, reforma agrária, territórios indígenas e quilombolas, campanhas contra os agrotóxicos, etc. A reforma do sistema político terá de incluir um processo constituinte, e nisso se deverão envolver os sectores políticos das esquerdas institucionais e movimentos e organizações sociais mais lúcidos.
O quarto sinal reside na veemência com que os movimentos sociais que têm vindo a lutar pela inclusão social e foram a âncora do Fórum Social Mundial no Brasil se distanciaram dos grupos fascistoides e violentos infiltrados nos protestos e das forças políticas conservadoras (tendo ao seu serviço os grandes media), apostadas em tirar dividendos do questionamento popular. Virar as classes populares contra o partido e os governos que, em balanço geral, mais têm feito pela promoção social delas era a grande manobra da direita, e parece ter fracassado. A isso ajudou também a promessa da Presidente de cativar 100% dos direitos da exploração do petróleo para a educação (Angola e Moçambique, despertem enquanto é tempo) e de atrair milhares de médicos estrangeiros para o serviço unificado de saúde (o SUS, correspondente ao SNS português). Nestes sinais reside a grande oportunidade de as forças progressistas no governo e na oposição aproveitarem o momento extra-institucional que o país vive e fazerem dele o motor do aprofundamento da democracia no novo ciclo político que se aproxima. Se o não fizerem, a direita tudo fará para que o novo ciclo seja tão excludente quanto os velhos ciclos que durante tantas décadas protagonizou. E não esqueçamos que terá a seu lado o big brother do Norte, a quem não convém um governo de esquerda estável em nenhuma parte do mundo, e muito menos no quintal que ainda julga ser seu.

El legado (con p.d.)

Massa, Giustozzi, Scioli, Insaurralde...cada vez es más claro que todo el legado que deja el kirchnerismo y el filo kirchnerismo en diputados, senadores, intendentes, gobernadores son gente de derecha, o soldados que actúan bajo obediencia debida. Que habremos hecho para merecer esto?

p.d.: Uno se preguntaba cómo iba a hacer el oficialismo para defender a un Scioli o un Insaurralde frente a un Massa o un Giustozzi, tan serviciales hasta apenas ayer. Y ya se encuentran disponibles las primeras respuestas imposibles, al estilo de la que dio el filósofo oficial, acá, descubriendo defectos "noventistas" en los que ayer dijeron hasta luego -defectos que hasta entonces, ay, resultaban tan invisibles.

23 jun 2013

Manin



Vuelve el amigo Bernard Manin a la Argentina
Un reportaje pequeño, que se publica hoy, acá
Sobre su itinerario en estos días, acá
Todo lo mejor para Bernardo¡ (habíamos contado una anécdota con él, hace mucho, acá)

Protestas en Brasil 2



Del colega Avritzer, de hace unos días

O que as manifestações no Brasil nos dizem?
Leonardo Avritzer

O Brasil foi despertado de um certo torpor anti-político por meio de um conjunto de manifestações públicas que tomaram as ruas das principais cidades brasileiras na última semana. Duramente reprimidas, especialmente, na cidade de São Paulo, estas manifestações foram classificadas com desordem ou baderna por um conjunto de políticos e meios de comunicação, nos lembrando da Inglaterra no século XIX ou do Brasil antes da nossa democratização recente. Nada de surpreendente até ai. No entanto, a questão que se coloca é: qual é o significado destas manifestações? Na minha opinião elas são um sinal de que as políticas inclusivas e participativas do governo federal chegaram a um limite e é necessário ampliá-las e estendê-las para a área de infra-estrutura. O transporte público é apenas uma questão cujo impacto pode ser ou não passageiro.
Antes de abordar esta questão eu gostaria de mostrar como eu vejo os avanços na questão da inclusão e da participação nos útimos 10 anos. Eu me encontro entre aqueles que acham que existiram fortes avanços na inclusão social e na participação no Brasil nos últimos anos. O bolsa família e os fortes aumentos do salário mínimo foram importantes na criação de um processo de mobilidade social que não devemos subestimar. O Brasil é um dos países onde a pobreza mais diminuiu e onde o crescimento econômico dos últimos anos teve um dos maiores impactos distributivos. Ao mesmo tempo, as conferências nacionais do governo Lula continuadas pelo atual governo envolveram quase 6 milhões de pessoas e criaram um canal real de comunicação entre a sociedade civil e o estado. Mas, estas políticas ou se esgotaram ou alcançaram um patamar de estabilidade desde 2010. A inclusão de novos grupos na assim chamada nova classe média estagnou e com ela um certo aumento na capacidade de consumo. Ao mesmo tempo, a inclusão de novos grupos sociais gerou fortes problemas na infra-estrutura e na oferta de bens públicos criando gargalos que hoje estão sendo enfrentados pelo governo.  E ai aparece uma característica do atual governo que é preciso apontar: a pouquíssima disposição para a negociação em questões econômicas e de infra-estrutura.
É possível afirmar que a previsão de qualquer fenômeno é muito  difícil nas ciências sociais. Ainda asssim, é possível afirmar que estas manifestações que varreram o Brasil na última semana foram anunciadas por um conjunto de conflitos que ocorreram no país nos últimos 12 meses, a saber: as manifestações e as ações da sociedade civil contra a construção de Belo Monte; a forma anti-social como as principais obras para a Copa do Mundo estão sendo conduzidas com remoções forçadas e ao arrepio da lei em Belo Horizonte, no Rio de Janeiro entre outras cidades. A repressão de diversas manifestações da juventude nas capitais e o assassinato de indígenas na desocupação de terras pela polícia militar no estado do Mato Grosso do Sul. Estes conflitos podem ser considerados o pano de fundo que está por trás destas manifestações: a falta de uma concepção de participação da sociedade civil e dos movimentos sociais na área da infra-estrutura. Vale a pena entender melhor porque a sociedade civil brasileira tem tão pouca participação nesta área.

A participação da sociedade civil e dos movimentos sociais no Brasil foi forjada durante as lutas pela re-democratização do país. Durante este periodo, a sociedade civil brasileira reivindicou a participação em diversas políticas públicas entre as quais valeria a pena destacar a saúde, a participação e as políticas urbanas. Todas estas áreas se tornaram fortemente participativas como resultado das decisões tomadas durante a Asembleia Nacional Constituinte. Mas, aqui caberia a pergunta:´porque é que não houve a reinvidicação de participação na área de infra-estrutura? A resposta é simples: porque o Brasil viveu um apagão estrutural nesta área nos anos 80 e 90. Apenas nos últimos anos o Brasil voltou a investir em infra-estrutura e esta é a questão que se coloca hoje: ela tem se tornado o centro das políticas tanto do governo federal quanto de diversos governos municipais. Mas, quando pensamos a concepção de construção de infra-estrutura que existe hoje no país ela é completamente anti-social. Alguns exemplos podem ajudar a esclarecer a questão: a construção do canteiro de obras de Belo Monte, por uma conhecida empreitera, foi feita em padrões que lembram os anos 70 e acabaram gerando greves e manifestações. A maneira como certas cidades brasileiras entre as quais vale a pena destacar o Rio de Janeiro e Belo Horizonte estão construíndo a infra-estrutura para a Copa do Mundo nega os direitos mínimos da população consagrados pelo Estatuto das Cidades. Ou seja, o Brasil está construindo infra-estrutura urbana de forma absolutamente anti-social e este é o pano de fundo das manifestações que varreram as capitais brasileiras nas últimas semanas.
                                          
Uma vez esclarecidos todos os pressupostos acima, cabe analisar o que é o movimento do passe livre e as suas reivindicações. Na minha opinião, a reivindicação do passe livre é um horiznte normativo desejável, mas impossível de ser efetivado pelas prefeituras neste momento. Mas, uma vez dito isto, cabe apontar que muito há a ser feito na área de transporte público no Brasil neste momento. Nosso país adotou um pacote pós crise de 2008 que tinha um elemento central que foi a redução de impostos para veiculos automotores. Esta política não se coordenou com nenhuma política pública na área de transporte público. O número de carros nas cidades brasileiras aumentou enormemente, as condições daqueles que usam o transporte público pioraram e parte do aumento de custos nesta área está ligado ao aumento do número de carros que diminuiu a velocidade do transporte público urbano. Portanto, há sim uma agenda para melhorar as condições e o custo do transporte público e esta agenda deve ser abraçada pelo governo federal e pelas prefeituras dos diferentes partidos. O Brasil mais uma vez encontra-se em uma encruzilhada sobre como ele vai se apresentar ao mundo nos proximos 12 meses nos quais as atenções estarão voltadas para o país: ele pode se apresentar como o país que entende os seus problemas sociais e o seu pesado legado mas está tentando resolvê-los ou como o país que continua marcado por uma política centenária de exclusão cujo fim ainda não se encontra claro. Está nas mãos de Dilma Rousseff, Fernando Hadadd, Sergio Cabral entre outros definir a maneira através da qual o Brasil irá se apresentar ao mundo.