18 may 2015

Las raíces del desencuentro

MW, en su editorial del domingo (acá), da en la tecla: incluye un párrafo que para mí resume bien lo que ha sido el kirchnerismo en todos estos años. Dice él (hablando del Fútbol para Todos):

"el FPT construyó una cohabitación entre el gobierno, la AFA y los clubes. O sea, una trama de pactos entre el gobierno que más combatió contra (y más se diferenció de) los poderes fácticos y un sector de éstos, poderoso por donde se lo mire, rapaz e insolidario.
Esa es una clave del problema, no tan diferente en esencia a la que se presentó con(tra) los servicios de inteligencia o los jueces de Comodoro Py. Los lazos con aliados circunstanciales peligrosos no pueden ser eternos. En un punto colisionan con el interés común.
Dicho de otro modo, y creyéndolo: el fútbol no es un cuerpo extraño en la cultura nacional pero es, aquí y ahora, una de sus peores manifestaciones. Cambiarlo conservando sus actuales partes y herramientas pinta imposible y poco serio."
Curioso, otra vez: lo que para mí es nota distintiva del kirchnerismo, y razón para abominarlo, para otros (él mismo) es una nota más, que se suma a otros matices, grises de por aquí y blancos de por allá. De mi parte, entiendo que se trata del corazón del problema, y el rasgo que lo define todo: más que enfrentarse con las grandes corporaciones, el kirchnerismo ha pactado una y otra vez, en todos los casos, con parte de las corporaciones, ha negociado con ellas, ha obtenido réditos económicos y políticos con ellas, para lo cual ha tenido que sacar a algunas otras del camino. Alguien podrá decir "no se puede trabajar de otro modo en política; hay que hacer alianzas; no se puede ir contra todos a la vez". Este tipo de ideas suponen un inexistente principio heroico, del tipo "se está yendo contra una corporación por vez, para terminar eliminándolas a todas." Nada más ajeno a la verdad (es lo que parece reconocer MF al hablar de "imposible y poco serio"). El kirchnerismo se ha enfrentado con algunas corporaciones que obstaculizaban ciertos negocios, o no aceptaban pactar ventajosamente con él, bajo la lógica nestorista de "necesito más plata para seguir haciendo política" (antes le decíamos "robo para la corona"). La lógica ha sido esa -ampliar el margen de negocios- y no la otra -eliminar de una vez por todas, de a una por vez, a todas las corporaciones. La segunda opción es heroica, la primera es miserable. Curioso cómo podemos llegar a reconocer el mismo hecho dramático, y leerlo de modos tan diferentes. 


5 comentarios:

  1. Anónimo9:06 a.m.

    pero Roberto, a cada crítica ellos te responden "es la política, estúpido". No hay manera de salir de ese dilema.

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  2. Anónimo1:17 p.m.

    Bueno, las máscaras, en este fin de ciclo, se van cayendo de la manera más espantosa: http://www.clarin.com/politica/Acusan-Horacio-Verbitsky-trabajado-dictadura_0_1359464269.html

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  3. Anónimo3:01 p.m.

    me alegro de que leas a MW que es el mejor analista político de la Argentina
    saludos
    M

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  4. "Para doblar a la derecha, hay que prender la luz de giro a la izquierda". Juan Domingo Perón.

    Eso es el peronismo y todas sus manifestaciones.

    Saludos.

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  5. Anónimo7:31 p.m.

    Mejor analista político? El mejor analísta político no construye su agenda de análisis en función del último discurso de la presidenta y sus necesidades coyunturales. Eso podrá transformarlo, a lo sumo, en un buen o mal agente propagandístico

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