UNA MIRADA IGUALITARIA SOBRE EL CONSTITUCIONALISMO. Coordinador: Roberto Gargarella. CANAL YOUTUBE DEL SEMINARIO: https://www.youtube.com/channel/UCytpairtEH8asvyYRt6LQBg/
25 ene 2008
2 días en Gualeguaychú
Estuve en Gualeguaychú, dos días, en plan turístico-sociológico (bueno, quizás algo más de lo primero que de lo segundo, pero en fin, deberíamos acordar a qué llamamos una cosa y a qué la otra). Había estado en debate hace un par de días con otros colegas blogales, que tomaban como punto de partida que los vecinos de Gualeguaychú eran "delincuentes" que había que...mejor no sigo. La verdad es que delincuentes no ví, y no porque esperara ver gente con antifaz y cachiporra antes de declarar avistaje, sino porque me encontraba sistemáticamente con la situación contraria: gente amorosamente abrazada a un río tranquilo, con el que se mezclaba de mil maneras diferentes. Una población entera que, a media tarde, sale de ojotas y reposera a la puerta de su casa, para tomar mate con los vecinos de la puerta de al lado (para quienes no están al tanto, luego de un proceso asambleario intenso y extendido, que todavía se mantiene, la población local cortó los puentes de acceso a Uruguay -normalmente uno o dos, muy ocasionalmente todos- en señal de protesta contra el país vecino, que permitió la construcción de una papelera -con obvios riesgos contaminantes- sobre el río que baña, y en torno al cual vive, Gualeguaychú)
Unos buenos amigos me decían, suspicaces, "pero, vamos, si la pastera la hubieran instalado de este lado del río...hubieran hecho lo mismo?" Me incomodan mucho este tipo de comentarios porque, más allá de que supongan lo que no es cierto (el reverdecer económico de la otra orilla, en Fray Bentos, a partir de una papelera que funciona con piloto automático, casi sin personal), este tipo de consideraciones toman como dato una antropología en la que descreo: personas que viven y se mueven sólo por el dinero; que nos hacen trampas buscando únicamente el negocio; y que sistemáticamente mienten llamando principios a sus intereses maltrechos. Por supuesto que hay de todo: intereses, malvados, mafiosos, negociados. Pero a la gente también les interesa otra cosas, tan básicas como estar con los pies dentro del río, ver a sus hijos en el agua con amigos, pescar y hacer un picnic al aire libre de toda la tarde. La vida se va en estas grandiosas pequeñeces.
Cómo explicar, sino, que cada local o comercio -cada uno- anuncie desde su puerta de entrada su rechazo a la papelera; que dulces artistas locales compongan sus temas más conmovedores en torno al tema de la contaminación; que adolescentes en bermudas se paseen por la plaza central a la una de la mañana, repartiendo volantes contra la pastera? Han sufrido todos un proceso de engaño colectivo, a pesar del hecho de que discuten permanentemente, en asambleas; de que hay plena libertad de prensa? Están todos confabulados en un gran negociado? Están todos amenazados o pagados? Contra este tipo de visiones, creo y quiero creer en el compromiso de la población de Gualeguaychú con la hermosa naturaleza que los rodea.
"Bueno, pero hacen justicia por mano propia" -agregan otros. "Violan los derechos de los demás." Frente a este tipo de reclamos, exploro algunas vías de respuesta.
Primero, pensemos en lo siguiente. Supongamos que la papelera fuera a contaminar, lenta y progresivamente, de aquí a unos meses o años (tal vez no lo haga nunca, pero nadie se ha ocupado nunca de demostrar esto de modo fehaciente y confiable). Supongamos, decía, la contaminación ya producida, de aquí a un tiempo. Cuando los hijos de los actuales protestantes se quejen, qué les deberán decir sus padres, como respuesta? Que no hicieron nada para impedirlo? Estoy seguro de que si estuviéramos en esa situación de río ya contaminado, y con la gente en la calle protestando airada por el desastre ya concretado, mis amigos escépticos me dirían: "Se acordaron un poquito tarde, no? Por qué no hicieron algo antes, en lugar de ponerse a gritar ahora, con el hecho consumado?" Bueno, ellos están tratando de hacer algo antes.
Segundo. Imaginemos que para no dañar a otros, los asambleístas decidieran no molestar más a sus vecinos, por lo que levantan los cortes a los puentes y se van a dormir la siesta cívica. Cuando se despiertan, un par de años después, la previsible o bien probable contaminación está con ellos, mezclada con el río. Han sufrido un daño, y es irreparable. Si este escenario, que no es inverosímil, ocurriera, podríamos ver con más claridad algo que hoy mismo ya resulta evidente: en ocasiones, la pasividad no es equivalente a una situación en donde "nadie daña a nadie," sino a otra en donde una deja de dañar y la otra continúa haciéndolo -o continúa involucrada en actividades que, de modo nada improbable, son susceptibles de generar daños graves.
Es ésa, entonces, la gran diferencia? Es que del lado Argentino se provocan males actuales, mientras que del otro lado sólo existe una hipótesis dudosa de daño? Al respecto diría lo siguiente: tal vez sea éste el gran caso de la papelera no contaminante, pero cuando la historia de las mismas es una de contaminaciones inequívocas, normalmente graves, es razonable que se sobre-exijan garantías, por más que ésta compañía que hoy se instala sobre el río Uruguay presente buenas credenciales. Repito, esto no significa justificar lo que se hace del lado argentino: sólo estoy tratando de pensar mejor sobre el punto referido a "evitar que se sigan prociendo daños"
Finalmente: Si la protesta fuera contra el gobierno local que traiciona los mandatos del pueblo o que obra a sabiendas de que produce o puede producir un daño inminente contra el pueblo que lo ha votado, sería algo más sencilla de evaluar. Muy habitualmente escuchamos a gente diciendo: "pero cómo puede ser que este pueblo aguante semejantes abusos sin hacer nada?" Y otros que justifican: "cómo no van a salir a la calle a hacer lío, con semejante mafia en el poder." Estas son dinámicas a las que estamos acostumbrados en Latinoamérica pero, qué hacer cuando el daño real, inminente o probable, viene desde el otro lado de la frontera? A quién le protestamos? Frente a quién nos quejamos? Cómo hacer, en este caso, para quitarle respaldo al representante del país vecino, si él se mantiene en el poder sin mi respaldo, si él no me necesita? Aquí, me parece, surge el problema de las dirigencias en el poder, de los dos lados del río -y tal vez más gravemente de éste. El gobierno argentino dejó su política exterior en la materia en manos de los asambleístas, y en su inacción frente a los cortes de puentes les dio su aval, de modo cómodo e hipócrita: no se quiere enemistar con ellos, por el enorme costo que le significaría enfrentarse a una población entera, pero tampoco demuestra esfuerzos serios para contener, impedir o disolver la posiblidad de una contaminación fluvial. Ni tampoco hace esfuerzos para demostrarles que tales daños nunca se producirán. De ese modo, finalmente, tolera que se produzcan afectaciones a los vecinos uruguayos, y no hace nada para impedir que se produzcan daños de este lado. Es decir, cuida su silla, al precio de tolerar daños hacia un lado y otro.
Frente a éste inaceptable accionar del gobierno local, el uruguayo no ha tendido la mano ni ha buscado el diálogo fraternal, sino que ha tomado las armas del enojo y la tibia imposición. Entre esos dos gigantes bobos que no se hablan, los vecinos de Gualeguaychú llevan a cabo asambleas incansables, trabajan, discuten, se la juegan, usan parte de su tiempo vital para transformarlo en energía cívica militante. Pero es cierto, sólo hablan entre ellos, y aunque su nivel de trabajo de base sea emocionante, admirable, difícil de imitar, también es cierto que se cierran a escuchar genuinamente a voces disidentes. Tal vez porque no las encuentren, tal vez porque ninguna persona con poder -de esta orilla o la otra- se les ha acercado, de buena fe, de modo creíble, abierta a discutirlo todo, y de raíz. Mientras tanto, mis dos buenos días terminaron, y me vuelvo a Buenos Aires, río afuera.
me dieron ganas de visitar Gualeguaychu. Supe que hay unos carnavales por ahí. En que fecha son?
ResponderBorrarSaludos. Gran post, original, sencillo y contundente.
Gracias Beto. Los carnavales vienen YA, en dias nomas! Gualeguaychu, obvio, no tiene nada de espectacular, pero esa belleza tranquila torna querible a la localidad. El pueblo durmiendo al lado del rio, la gente sentada en el umbral de su casa con la puerta abierta, un notable activismo civico (maniana, por decir algo, hay una gran asamblea/jornada acuatica, frente al puente cortado, de celebracion/protesta)
ResponderBorrarrg,
ResponderBorrarYa le comenté que creo los cortes de ruta no sólo no contribuyen a solucionar el problema sino que causan otros.
Una vez que uno se da cuenta de que los cortes no sirven para nada (a este punto, ni para entorpecer la construcción de la planta), lo que hacen los asambleístas es preferir un daño extra para argentinos y urugayos antes que sólo el (alegado) daño ambiental. Me parece que esto es tan racional como la justificación de la envidia.
Ahora, me tomo el atrevimiento de hacerle una pregunta, ya que Ud. se ha mostrado muy proclive a justificar diversas formas de manifestación popular que usurpan el imperium del Estado (y que, en este caso, ejercen atribuciones Estatales contra otro Estado): ¿cuándo justifica, desde la filosofía política, el coup d'état popular? Me puede señalar alguna referencia bibliográfica?
Hasta la vista.
PIC
Pic: bueno o malo, estoy haciendo un esfuerzo para pensar una cuestion dificil, que me lleva a buscar cantidad de matices. Vos insistis en poner las cosas blanco y negro, river o boca, piquete o ley. Sobre los alcances y limites del poder popular podes leer a John Locke
ResponderBorrarGracias. No lo expresé en mi mensaje anterior, pero me interesaría saber para Ud. cuándo se justificaría un golpe de estado... Algo tenía leído de las diferencias entre los contractualistas clásicos.
ResponderBorrarLe dejo un argumento acerca del tema "Papeleras" sólo para poner a prueba el razonamiento de matices. Ante todo, yo trato de entender el tema desde una perspectiva teórica. Cómo se resuelva en la realidad es otra cosa: sabemos que esto en la práctica depende del regateo de los políticos, etc.
Propongo el siguiente ejercicio mental, irreal pero que quizás valga la pena hacer si algunas de sus conclusiones nos parecen adecuadas. (Y con el que intento tacklear el argumento del tipo "qué le diré a mis hijos si...")
Supongamos que una civilización extraterrestre invade la Tierra. Esta posee una superioridad tecnológica (al menos en lo armamentístico) y ataca belicosamente a la Tierra con ánimo de conquista. Un soldado, que había congelado semen antes de la guerra, a sabiendas de que va a morir decide estar en primera fila de combate y atacar inútilmente a la flota enemiga. Luego de varios años, bajo el orden político implantado por los extraterrestres, su esposa concibe un hijo mediante inseminación artificial. Al crecer y descubrir que la Tierra no siempre estuvo dominada por extraterrestres sino que antes de los humanos vivían en mayor armonía, este le pregunta a su madre: "-¿Y qué hizo papá en aquel entonces?" Ella le responde: -"Fue a combate para morir con honor, sabiendo que su intento estaba condenado al fracaso." A lo que el chico, ya en uso de razón, responde: "¿Por que no huyó? ¿Por qué prefirió agravar el daño si sabía que ya resultaba imposible evitar la invasión?" En todo caso, lo más razonable parece ser decirle al hijo que uno no pudo hacer nada.
Con esto, lo único que quiero forzar a tener en cuenta es que las posibilidad de éxito de una medida tan drástica es condición necesaria para justificarla. Y fíjese que, por ejemplo, no me opondría con este argumento a un ataque paramilitar a Uruguay para desactivar la planta, organizado por milicias populares. Lo que estoy diciendo es otra cosa.
Naturalmente, esto parece contraintuitivo si enturbiamos el razonamiento con sentimientos como el odio o la envidia, que son los principales móviles de los manifestantes: "¡Uruguayos de m...! ¡Que no crucen, que se j*dan! ¡Nosotros vamos a tener que padecer la contaminación, que ahora padezcan ellos!"
Lo único que quiero decir es que, me parece que su argumento "sentimental" -comillas de distancia- y su vindicación de "pequeñas cosas en que se va la vida," como la vida apacible de un pueblito, falla para comprender lo principal, lo que en definitiva cuenta, es decir, las posibilidades concretas de no causar un mal mayor (no sólo impedir el cruce sino entorpecer las relaciones exteriores de la Argentina restándole poder de negociación) a los beneficios que pueden conseguirse.
En definitiva, en lo mío no hay maniqueísmo, pues de lo que se trata (o de lo que yo trato) es de explorar el caso para ver si los cortes de puentes internacionales (como medida de protesta-retaliación) se justifican o no si no lo hacen.
Hasta la vista.
PIC
pero que tienen que ver los extraterrestres y el semen para hablar del corte del puente? ademas de confuso, el ejemplo es malo, porque en uno el padre lucha por un cambio dificil pero probable, mientras sigue jugando con su hijo alegremente en el rio, y haciendo vida normal, en el tuyo se mata irracionalmente. Es un loco. Pero ademas si tu punto es que la protesta se justifica si tiene posibilidades de exito, entonces "deletea" todo lo que escribiste sobre los piqueteros, porque la mayoria de ellos consigue la miseria que esta en juego y que obtienen: planes trabajar, algun subsidio.
ResponderBorrarEs un poco extravagante el ejemplo, lo advertí. Pero quise poner un ejemplo fantástico y muy extremo y tirado de los pelos para mostrar una irracionalidad a la que se llega movido por sentimientos como el odio o la envidia: prefiero estar peor y que los demás también lo estén a que ninguno salga perjudicado. Esto es lo que queda cuando uno se da cuenta de que el daño que causan los piqueteros no es una buena retaliación que fuerce a Uruguay a quitar las pasteras.
ResponderBorrarEn realidad, creo que los piqueteros no juegan por una miseria. Los más son bastante honestos, aunque sean manipulados, y desean conseguir un trabajo genuino para no vivir más en la miseria. Lamentablemente, no lo logran y con su protesta y la ayuda miserable que reciben, favorecen la consolidación de un poder que precisamente les da una monedas para poder seguir negociando beneficios personales para sus conductores. Y en el largo plazo, por este camino, tendrán menos pesos, menos democracia y menos trabajo. Varias décadas de peronismo bonaerense dan cuenta de ello.
Hola! Vengo del foro de José Benegas.
ResponderBorrarLes dejo un link a algo gracioso que apareció allí.
http://josebenegas.com/2008/01/22/quiero-protestar-contra-la-protesta-del-mismo-modo-que-quienes-protestan-%c2%bfse-puede/#comments
Un profesor socialista de Derecho constitucional ha sido una influencia muy positiva para un alumno “oligarca” de una universidad quien nos cuenta su experiencia.
Inspirado en un personaje de Fernando Peña.
http://www.zshare.net/audio/6908506324047b/
gracias, saludos
ResponderBorrarDe acuerdo a ola descripcion de rg, que gente violenta los habitantes de Gualeguaychu!!
ResponderBorrarSi hubiese sido el General Counsel de la empresa finlandesa, conozco bien a los finlandeses varias veces he estado en ese pais, a veces por temporadas largas, les hubiese propuesto poner una mitad de la fabrica en Gualeguaychu y la otra mitad del lado yoruga.
Saludos desde Reykjavik
Yo vivia en el barrio Retiro. Si hubieran puesto una pastera en Plaza San martin hubiera cortado Alem a la altura del Sheraton. Y eso que yo tengo mas herramientas que los vecinos de gualeguaychu: podia peticionar a las autoridades, no votar a esos legisladores en las siguientes elecciones, etc.
ResponderBorrarestudiante_cronica: Obviamente, la analogía no se sostiene porque, en el caso de las pasteras de Gualeguaychú, se trata de un conflicto entre dos jurisdicciones diferentes y el único capaz de negociar con el Uruguay es el Estado argentino. La "asamblea ambientalista" no posee facultades para desempeñar las relaciones exteriores de la Argentina.
ResponderBorrara_reier: Muy bueno el audio que postéas. Ilustra lo contradictorio del socialismo fashion.
Hasta la vista.
PIC
Extraordinario post, RG. Hace poco tiempo tuve un entredicho con la dirección de los asambleístas. Lo tuve yo, porque les escribí y subí un post a mi blog invitándolos a un debate público con vos incluido (¿no te había notificado que era tu manager?) y no me dieron ni pelota.
ResponderBorrarCreo que tu descripción es maravillosamente descriptiva de lo que sucede en Gualeguaychú, como también estoy de acuerdo con tu análisis de las razones que han llevadoa toda una comunidad a generar nuevos modelos de resistencia para proteger sus derechos.
No justifico todo lo que hacen pero creo que la especial situación y circunstancias que describís deben ser tomadas en cuenta, y es la primera vez que las veo mencionadas.
Un abrazo, y te voy a robar un par de párrafos.
AB
Coincido con Estudiante Crónica en el ejemplo. Tiene sustento al mismo tiempo que hay razones para sostener que con el corte los asambleístas -no estoy justificando todo siguiendo a AB y de la misma forma que siempre puede haber reparos caso a caso, hecho a hecho, en los casos particulares- tiene derecho de realizar protestas, dentro de ellas, las medidas de los cortes siempre y cuando se un ámbito que construya y que sirva para construir un poder para ponerse en frente, a un diálogo y posible negociación entre las partes en el conflicto.
ResponderBorrarAdemás justamente lo que aquí resulta más interesante discutir es si los vecinos de Gua. tiene derecho a hacer eso. Empezar diciendo que no existe ese derecho o facultar, no es dialogar o ponerse a pensar, reflexionar. Justamente es lo contrario.
Me parece que hay ciertas posturas muy irreflexivas al mismo tiempo que de poco esfuerzo, que olvidan lo extraordinariamente complejo de la situación a la que se enfrentan los vecinos de gualeyguaychu al mismo tiempo que me sorprende que esas posturas se mantengan inmodificables a lo largo del tiempo que el conflicto se ha estado desarrollando.
Todo esto más allá de las particularidades de la información que llegan aquí y de la desinformación que existe sobre lo que realmente pasa. Desde el resto del país se pasa de leer informes de ONG´s que dicen que la pastera está todo bien hasta noticias de supuestos posibles o efectivos derrames y demás desperfectos en la planta.
O sea, ante todo, paremos la pelota y veamos qué sucede realmente. Mientras tanto sigamos discutiendo sobre el resto.
Salute, Lucas.
Robert:
ResponderBorrarTe notifico que además de robarte los primeros párrafos de tu post para enviar a la página a que lo lean, me llamaron un par de amigos de Gualeguaychú y tiene ganas de invitarte a dar una conferencia.
Saludos,
Tu manager
grande albert!
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