3 abr 2008

Sebastián y Philip en Página 12






Sebastián Etchemendy y Philip Kitzberger –dos excelentes (en todo sentido) colegas de la universidad- escribieron un artículo muy enojado (y muy irritante), en Página 12
(para el artículo, ver
acá)

El texto que redactaron se dirige contra liberales (ls) y “bienpensantes” (bs), y quisiera polemizar contra el mismo (entre paréntesis, cada vez me resulta más molesto el uso de de esta categoría de “bienpensantes,” aunque este recurso suele ser un buen indicio acerca de las tendencias de quienes invocan dicha categoría). El enojo (de los dos autores) surge por ver a aquellos (ls y bs) indignados por las acciones de Luis D’Elía (D’E) en la Plaza de Mayo. Dicen que es habitual que ls y bs se indignen por este tipo de irrupciones disruptivas -digámoslo así- pero de un modo miope, es decir, sólo cuando ellas tienen que ver con demandas de grupos que no coinciden con sus intereses egoístas. En este caso, ls y bs serían ciegos frente a “la acción directa e iliberal del sector agrario,” a la vez que estarían sobre-actuando su indignación frente a la movilización de D’E. El propósito del texto ya me resulta amargo, dada la cantidad de personas de inclinaciones liberales que, razonablemente, se indignaron frente a ambas movilizaciones, en los aspectos en que tales movilizaciones fueron criticables (por ejemplo, y sólo por ejemplo, frente al uso de un discurso racista en un caso, y el recurso a la violencia física en el otro). Pero en fin, examino ahora algunos de sus argumentos:
Qué nos dicen Sebastián y Philip para apoyar sus dichos?:

1. Dicen que la movilización de D’E fue un (mero) “emergente” de las acciones inaceptables del “sector agrario.” Seguimos mal, porque confundimos “explicación” (“esto surge por aquello otro”), con justificación (“esto se justifica por aquello otro”). Quiero decir, las acciones violentas de D’E pueden ser un emergente de cualquier cosa y ser, aún así, criticables (esta operación –la de saltar de la “explicación” a la “justificación” - se constituye, según veremos, en el recurso argumentativo principal del artículo).

2. Dicen que “este lockout piquetero no es parte del repertorio de las reglas de juego de una democracia liberal.” Para ellos, las reglas de juego democráticas “implican el derecho a manifestar el descontento, hacer huelgas sectoriales, recurrir a la Justicia o esperar el próximo turno electoral..(pero) no admite sabotear mediante mecanismos no institucionales una política pública de un gobierno legítimo –que permite la libertad de expresión y respeta la independencia judicial– por errada o ineficiente que se la perciba.” A ver, en lo personal, no simpaticé nada con la huelga “del campo,” con las motivaciones de muchos de sus participantes, con sus discursos y con los métodos que usaron, pero de ahí a pensar que este tipo de protestas “no (se) admite(n)” hay un larguísimo trecho. Podemos excusarlas menos que en los casos de las protestas de los grupos desaventajados (es lo que traté de decir en mi artículo de Página), pero no considerar que ellas se encuentran FUERA de nuestras reglas de juego. Considerar a una protesta fuerte contra un gobierno (como la realizada por “el campo”) como un “sabotaje,” es una manera obvia de pedir la criminalización de acciones que podemos reprochar, desalentar, tratar de acotar, pero NUNCA expulsar del tablero democrático.

3. Admiten que “desde un punto de vista liberal, es complicado calificar y limitar el contenido de expresiones de la ciudadanía” (de este modo, reconocen que hubo algún “problemita” en el hecho de que D’E irrumpiera en la plaza para “sacar” a la gente que protestaba). Esto es muy serio. Espero que esta pequeña “complicación” que ellos asocian con el liberalismo no sea vista sólo como una “complicación,” sino como un problema grave. Y espero también que este problema grave no sea considerado como tal,sólo por los “liberales.”

4. Hablan de un “reclamo ciudadano normal” -para distinguirlo de otro, entonces, “anormal,” y por tanto, admitámoslo, inaceptable- lo cual también es muy serio, dado que el principio debería ser el contrario. Quiero decir, salvo casos absolutamente extremos, debemos ser híper-tolerantes y respetuosos frente al discurso de los críticos. Ese discurso es el más importante para la democracia, aunque y sobre todo cuando no le gusta al gobierno de turno (repito, salvo casos extremísimos). Sebastián y Philip podrían decir que en el texto ellos calificaron sus dichos, haciendo referencia a algunas “consignas desestabilizadoras” que se escucharon durante la protesta “del campo.” Pero yo aconsejaría, por experiencia, ir por el camino contrario. Los que piden siempre la represión de los reclamos de los piqueteros tienden a seguir el mismo camino de Sebastián y Philip: parten de la idea (seguramente cierta) de que algunos manifestantes (piqueteros) gritan consignas espantosas, para generalizar desde allí sobre todos, y pedir el desplazamiento de los críticos. No. Necesitamos a los críticos criticando adentro (aunque sea rabiosamente), y no afuera (porque los excluimos –o, para decir mejor, porque la autoridad pública los excluye)

5. Hablan de las “poco presentables” declaraciones de D’E. No: tanto los gritos de “negros de m…” hechos por los “campesinos,” como las invocaciones (ya sé, ridículas) al asesinato de los miembros de la clase alta hechas por D’E son inaceptables. En lo personal, yo no perseguiría penalmente tales manifestaciones, pero tampoco minimizaría la gravedad de tales expresiones.

6. Nos hablan (otra vez) de la “racionalidad política incuestionable” de recurrir a la fuerza de D’E y Moyano porque, según nos cuentan, cuando el gobierno se ve “asediado en las calles y rutas…(entonces) se recuesta en su alianza con sectores populares organizados.” Hacía mucho que no veía una frase tan Mariano Grondona!!!!: Los que no me gustan, “asedian,” los que me gustan “se recuestan” (a dormir mansitos??). Qué gracioso sería si no fuera un poco triste. Por lo demás, con la idea de “racionalidad incuestionable,” volvemos a lo de antes: hay muchas cosas que son “entendibles” y en un sentido “racionales,” pero que son absolutamente injustificables. Cuando un gobierno “acosado” por la protesta saca sus matones a la calle, nos enfrentamos a una acción absolutísimamente “racional,” pero también inaceptable, punto.

7. Y vuelven al mismo salto entre “explicación” y “justificación” en el último párrafo, cuando dicen que hay que leer la “ocupación intimidante de la plaza” en “el contexto más amplio” del “iliberal” paro agrario y lo ocurrido en el 2001. Otra vez, muchos de los “campesinos” que protestaban eran, sin dudas, iliberales (y aún injustos con un gobierno a partir de cuyas políticas –que siempre favorecieron a los ricos- se enriquecieron aún mas). Pero ese “contexto explicativo” no respalda en absoluto aquellas acciones que Sebastián y Philip quieren respaldar, frente a liberales y “bienpensantes”

19 comentarios:

  1. Anónimo10:03 p.m.

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  2. (borré el comentario anterior porque era un virus)

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  3. Hola Roberto, soy Sebastián Linares, estoy de acuerdo con vos de que no todo es lo mismo, y que los piquetes "del campo" no merecen la misma protección que los "piquetes" realizados por grupos de desocupados. La razón, como vos decis, es demorática: sencillamente, el debate democrático requiere una mínima igualdad (económico y política) que los desocupados alcanzan ni en estándares mínimos. Lo contrario para los piquetes del campo. Tu conclusión parece que es esta: los "del campo" tienen derecho a protestar y manifestarse con fuerza, pero "los piquetes" que ellos hagan no merecen la misma protección jurídica (sí los de los desocupados).
    Ahora bien, del mismo modo que hay formas y formas de protestar, y grupos y grupos (a los que se aplican criterios normativos distintos), ¿no crees que también hay decisiones políticas y decisiones políticas, unas más legítimas que otras? Los del campo hacen piquetes movidos por el autointerés, y sus argumentos no parecen ser imparciales, pero me pregunto ¿es legítimo que una decisión tan importante sea aprobada por una resolución ministerial sin haber pasado por el Congreso, sin diálogo con nadie, y por puro decisionismo? Y si las credenciales democráticas de la decisión dejan mucho que desear, ¿no creés que los piquetes del campo están justificados? La igualdad en el debate público entonces no se aplica a los piquetes rurales. Sencillamente estos son legítimos porque la decisión es ilegítima. No sé, estoy tratando de pensar sobre el tema.

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  4. Hola Sebastián L! Sí, tocas un punto importante, sobre la norma estatal contra la que se protesta. Por supuesto que lo que decis, sobre la cualidad de la norma, es cierto, y que eso torna mas significativa la protesta, y mas importante que se la proteja. Pero no abandonaria el principio general: igual que otras medidas moral y-o legalmente inaceptables, esta medida "necesita" recibir protesta -una "fuerte" protesta, digamos. Pero es otro tema como protestamos frente a ello. Pongamos un ejemplo extremo: el gobierno toma una medida que todos consideramos aberrante, por caso, prohibirle a los extranjeros estudiar en las escuelas publicas. Todos podemos estar de acuerdo en que esto es una barbaridad, pero el caracter de "barbaridad" de la medida del caso, no justifica ni excusa una protesta "barbarica" (pongamos, la tortura del ministro de educacion, por parte de un grupo de padres indignados). Quiero decir, si hay (como los hay) muchos otros medios que pueden emplearse para llevar a cabo esa protesta fuerte, deben privilegiarse esos medios. Pero nunca perdamos de vista el punto principal: en ningun caso estamos discutiendo la importancia, el valor, la validez de la protesta "fuerte." Estamos solo pensando sobre los medios de esa protesta, y hasta donde -si es que en algun caso- toleramos acciones de protesta directamente dañosas sobre terceros

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  5. De acuerdo, pero fijate que es como pedirle a un grupo de cuidadanos, que por diversas razones no está sujeto a un deber de civilidad tan fuerte como el que compromete a los funcionarios, que se exprese "democráticamente" (que protesten con fuerza, pero sin piquetes), frente a una decisión que no cumple con las condiciones mínimas de debate ni representatividad democráticas. ¿Por qué habrán de obedecer una decisión que les perjudica si no participaron de algún modo en su aprobación? Y conste que apoyo el contenido de la medida (y tiendo a compartir los argumentos de Cristina), sólo que mi compromiso con el procedimiento democrático es mas fuerte con mi compromiso con la sustancia. Si el Congreso hubiera aprobado la medida, sería otra cosa, claro. Un abrazo

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  6. . Toda la semana he estado pesando en esta dicotomía mediática campo vs gobierno. Viendo como desde uno u otro lugar se fogonea esta instancia sin profundizar en las múltiples variables (agronegocios, Monsanto, retenciones, distribución de la riqueza, igualdad, piquete, etc.) que integran el par binario, sin la posibilidad de ir más allá.
    Pero entonces aparece el COMO protestamos, y aquí sí, para avanzar en el análisis de cómo protestamos rompemos la linealidad y comenzamos a incorporar otros ítems en la “novela” campo vs gobierno. Pero sucede que en esta linealidad en donde desaparece el COMO no es propiedad exclusiva de uno u otro sector. La sociedad se ha olvidado de los COMO, el gobierno fomenta el olvido y los distintos actores necesitan que así sea. Entonces el COMO ha quedado relegado en la más absoluta oscuridad y aquí estamos en un brete. Y el brete supone pensar esas otras variables. Luego de indagar en ellas podríamos acércanos a pensar el COMO. Esto sin embargo, no supone, continuar y justificar la protesta, la represión, la tortura, etc. Implica un ejercicio ciudadano de pensamiento antes de la acción, para quienes consideran que la acción no es pensamiento.

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  7. Me parece importantisima la diferencia que marcas entre explicacion y justificacion, dado que la primera no necesariamente implica la segunda. Sin embargo, la segunda deberia ser la base de la primera en una construccion logica, no? En funcion de ello, la explicacion que plantean tiene dudosa base tambien, no?

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  8. pero yo, en lo personal, ni siquiera pienso que "el campo" no puede usar el piquete. me pregunto "que hacemos con las acciones que afectan directamente a terceros no involucrados," y digo que esas acciones deben protegerse con mayor intensidad cuanto mas dificultades expresivas y mas graves los derechos violados al que protesta. el punto es siempre el mismo: pensar en distinciones propias de cada caso (lo que tambien nos obliga a separar muy bien entre protesta/represion/tortura, como se decia en otro mail). y si tambien, la explicacion que plantean s y p, es flojita, en mi parecer

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  9. Entonces supongo que lo único que consideras reprochable de la protesta rural es el desabastecimiento ¿no? Y sobre todo el desabastecimiento de productos primarios. Si es así, estoy de acuerdo. SL

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  10. Anónimo6:27 p.m.

    ¿Qué tal Roberto? Soy Alfonso.

    Cito: "Hablan de las “poco presentables” declaraciones de D’E. No: tanto los gritos de “negros de m…” hechos por los “campesinos,” como las invocaciones (ya sé, ridículas) al asesinato de los miembros de la clase alta hechas por D’E son inaceptables. En lo personal, yo no perseguiría penalmente tales manifestaciones, pero tampoco minimizaría la gravedad de tales expresiones..."

    No creo en lo más mínimo que aquellas invocaciones (de ambas partes) sean ridículas, y coincido con vos que no hay que minimizar la gravedad de las expresiones.

    ¿qué hacer al respecto roberto (o cualquier otro muchacho/muchacha)si la penalización deja más dudas que certezas?

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  11. Es muy cierto ese punto: no es lo mismo protestar contra la decisión inconsulta de un funcionario no elegido, como lo puede ser contra una ley del Congreso o contra una reforma constitucional. Hablar de golpismo por oponerse a algo tan endeble como la primera demuestra un discurso débil, antes que una convicción fuerte.

    El criterio relevante, además de la causa contra la que se protesta, es también el nivel de afectación de derechos de terceros. Algo inevitable, quizás, si se necesita repercusión pública. Es delicado, y por eso creo que no es asimilable la protesta de Cutral Co, con la de piqueteros oficiales o la de los chacareros. Salvo la primera -totalmente justificable, creo-, las otras me parecen llenas de matices complejos.

    Ahora, tanto énfasis por parte de los autores por atacar a los "liberales", a mí que soy más o menos rawlsiano me hace sentir -te pido que no te enojes- un tufo stalinista, ¿no?

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  12. es un problema, pero yo, mas por politica que por derecho, diria no tensar mas y aguantarse la persecusion penal contra esta gente. ulrich, s y p son amigos, pero si, es un poco como dices. nos peleamos cada mediodia por eso

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  13. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  14. Anónimo7:31 p.m.

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  15. Borré al insistente de Dumuro que nos dejó un virus.

    Salut! Lucas.

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  16. Me hiciste acordar a Carrio y permitime la larga cita:

    Es bien conocida la distinción entre justificación y excusa; entre el acto de justificar un comportamiento y el acto de excusarlo. La confusión entre la función que uno y otro acto cumplen – por ejemplo querer justificarse invocando algo que solo da para una excusa- produce por lo común formas particulares de sinsentido. Recuerdo una vieja película francesa en la que había un extraordinario personaje que incurría reiteradamente en dicha confusión y el resultado tenia gran eficacia cómica. Este hombre era un noble venido a menos que robaba cosas en los comercio. Era, como se suele decir un mechero. Cuando lo pescaban in fraganti y querían impedir que siguiera alzándose con lo ajeno, el duque o conde en cuestión adoptaba un aire de duque o conde ofendido, y sacando un papel arrugado del bolsillo se lo refregaba a su interlocutor por las narices al mismo tiempo que le decía No me incomode, señor ¡sepa Ud. que soy cleptómano declarado tal por la Facultad de Medicina de París! “Carrió Genaro R., Sobre los límites del lenguaje normativo Edit. Astrea pág 22.-
    saludos
    dalmacio j chavarri

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  17. Ja! que buena cita! no la recordaba en absoluto. Carrio era tan gracioso, tenia ese tipo de humor ingles

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  18. Todo muy interesante: la posición de Linares me hace pensar que la justificación del reclamo con violación de derechos de terceros de sectores con 'poder' para participar del debate es más fuerte cuando la norma en cuestión no respetó mínimos estándares de participación y debate previo. Pero me queda una pregunta: ¿el derecho a hablar no conlleva el derecho a tomar las pasos para ser oído? ¿Y realmente existían otros pasos para hablar con la fuerza equivalente a la que efectivamente utilizó 'el campo' en este conflicto? Y si no existían, ¿esto justifica más o menos su accionar?

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  19. Gracias por el comentario R; entiendo la distinción. Es claro que la protesta en tanto que discurso que viene a sumasre al debate siempre debe ser protegida. Y también que la protesta de los desventajados merecen una protección especial. Pero de todas formas me voy a quedar pensando en si las disponibilidad de otras vías de expresión es suficiente para no justificar ciertas formas de protesta cuando la expresión por esas vías alternativas serían (bastante) menos efectivas.

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