Cerrando ya la etapa escandinava, aprovecho para hacer un pequeño homenaje al notable Jan Garbarek, gran saxo tenor noruego, perfil bajo, hiper-productivo (le cuento casi tantos discos como a Lito Nebbia). Conocí a Garbarek cuando no escuchaba música, y en ronda de amigos me permitieron acceder al mágico disco Mágico, de Garbarek con Charlie Haden y el increíble Egberto Gismonti. En ese momento -mi pico de ignorancia musical- Mágico, en general, y el tema Payaso, en particular, me dejaron sin aliento. Lo mismo My song, el tema y disco de Garbarek con Keith Jarret, que conocería poco después.
Garbarek ha sido pionero en el tránsito hacia lo que enojosamente llamamos World Music. Más temprano que cualquiera, desafiando prejuicios y estereotipos, buscando nada más (nada más) que el conocimiento de nuevas ideas, nuevos sonidos, nuevos músicos, el nórdico se fue a tocar con Nusrat Fateh Ali Khan; con Zakir Hussain (gran disco); con los maestros del canto gregoriano; con Manu Katché; con el maravilloso Nada Vasconcelos.
Como corresponde a una figura como él, Garbarek combinó sus exploraciones musicales externas con un rastreo de la música folklórica de su país, y produjo álbumes maravillosos como Ragas and Sagas (el que hizo con Nusrat F.A.K); Rites; Twelve Moons; o I Took Up the Runes.
Tiene las cejas como montañas –así los noruegos en general-; el pelo largo; una actitud afable, noble y tímida a la vez. De los grandes valores que puede lucir Escandinavia en su escarapela.
De los nombres que tirás conozco sólo el de Egberto Gismoti que es increíble. Veremos de escuchar algo del resto.
ResponderBorrarSaludos,
S