Pronunciamiento de
Plataforma 2012
La masacre de Once: una trama de corrupción e impunidad
A las 8.30 del miércoles 22
de febrero, en plena hora pico, una multitud emprendía el camino hacia su lugar
de trabajo, como todos los días. Sin embargo, ese miércoles, en un tren de
Buenos Aires, la rutina estalló. Otra vez el dolor, la tragedia y la muerte
enlutaban la vida de los argentinos.
Es difícil hablar sobre el dolor, pero
también es ineludible: es responder a una demanda social de justicia y a la
necesidad de resolver los problemas que afectan las diferentes formas de la
vida cotidiana y que al no ser afrontados exponen a nuestro pueblo al desamparo
y dejan las puertas abiertas a nuevas catástrofes.
Sobre los 51 muertos y los cientos de
heridos, sobre todos aquellos que por mucho tiempo no podrán borrar de sus
mentes las imágenes, los sonidos y hasta los olores del horror, cayó un primer
anatema: “esa costumbre de los argentinos de viajar en los primeros vagones”.
Así, el Secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi iniciaba, para este trágico
caso que nos conmueve e indigna, el viejo y triste ejercicio de culpabilizar a
las víctimas, mostrando de paso su absoluto desprecio por los trabajadores. En
la conferencia de prensa en la que Schiavi volvió a aparecer, esta vez junto al
Ministro de Planificación Julio De Vido, y en la que - como es habitual en la
práctica comunicacional del oficialismo - no se admitieron preguntas de los
periodistas, se anunció que el gobierno - en una estrategia de auto-victimización,
tendiente a invertir la realidad de los hechos y a forjar el camino de su
propia impunidad - se presentaría como
querellante en la causa. Pocos días después la Ministra de Seguridad Nilda
Garré reproducía la inducción de culpabilidad sosteniendo que Lucas Menghini,
la última víctima fatal hallada en el mismo escenario de la masacre, viajaba en
un lugar inadecuado. Las palabras
inconcebibles pronunciadas por dichos funcionarios fueron apuntaladas por la
Presidenta de la Nación en el acto de homenaje a la bandera, celebrado el lunes
27 en Rosario, después de varios días de
inexplicable silencio. Cristina Fernández de Kirchner dijo entonces que el
gobierno esperaría los resultados de la investigación judicial para tomar las
medidas pertinentes, como si no fueran de público conocimiento el estado de
abandono de los trenes de pasajeros y la cadena de corrupción vinculada a su
concesión, que tiene nombres y apellidos. En el discurso de apertura de las
sesiones parlamentarias atribuyó al pago de las deudas del corralito la
insuficiencia de inversiones en el sector, ocultando la realidad de los
subsidios millonarios que la concesionaria Cirigliano ha recibido durante los 8
años de gestión kirchnerista, y que provienen de las arcas del Estado.
Más allá de la falta de
sensibilidad que puede inferirse del hecho de no haber rodeado de afecto y continencia a las víctimas y a sus
familiares, el gobierno eligió tratar el tema
desde un lugar de exterioridad, como observador neutral, silenciando lo
fundamental: las responsabilidades
conocidas, en particular la suya. Esta parece ser su marca registrada: cuando se
trata de hechos flagrantes que contradicen su discurso épico “nacional y
popular”, los silencia o enmascara. Así lo hizo con la sanción de la ley
antiterrorista, o con las corporaciones mineras.
¿Es que el gobierno no se daba por
enterado de las denuncias expresadas de las más
diversas formas? No sólo hubo a lo largo de estos años estallidos populares
espontáneos que daban cuenta del deterioro, del abandono que no garantizaba las
condiciones básicas para el funcionamiento seguro del ferrocarril. También la
Auditoría General de la Nación y los propios delegados de los trabajadores del
Sarmiento habían alertado una y otra vez sobre los peligros que se cernían y
que finalmente desencadenaron la tragedia. La
inculpación del conductor, el supuesto “error humano”, tiene también el
sentido de ocultar a los verdaderos responsables: la empresa TBA y el gobierno.
La política de vías férreas
concesionadas a empresarios privados, iniciada por Carlos Menem, que provocó el despido de 80.000
trabajadores, la desaparición de decenas de
pueblos y el saqueo del patrimonio nacional, se mantuvo sin variaciones
hasta hoy. Distintas corporaciones se siguen beneficiando de las ganancias que
producen los trenes de carga mientras que los subsidios estatales que tenían
que ser destinados al mantenimiento y al funcionamiento eficiente y seguro de
los trenes de pasajeros terminaron engordando los bolsillos de grupos amigos como los hermanos
Cirigliano de TBA, cuya relación con el gobierno ha sido denunciada desde que
se iniciaron los juicios al ex Secretario de Transporte Ricardo Jaime.
El desguace del Estado fue posible
merced a las llamadas políticas “neoliberales” aplicadas en los ‘90, que profundizaron la
desigualdad e hicieron que la precariedad, como forma de relación social,
expandiera violentamente sus fronteras. Ese “modelo”, con su correlato en la cultura,
la posmodernidad, no sólo apuntó al quiebre de solidaridades (sociales,
laborales), potenciando la asimetría existente entre capital y trabajo, sino
que fragmentó aún más la experiencia de los individuos, e insertó la vida en un
horizonte signado por la inestabilidad, la incertidumbre, la indefensión y la
falta de perspectivas en relación al futuro. La espesa trama de las distintas
formas de corrupción e impunidad, que contó con la complicidad y la
participación activa del aparato del Estado, multiplicó los peligros de la
precariedad imperante: mayores riesgos laborales, grandes usufructos
empresariales, transferencia de ganancias millonarias al exterior, reducción de
costos, enorme deterioro de los servicios e imposición de condiciones indignas
de trabajo.
Este estado de cosas transformó la
vida de las personas en mercancías, en cuerpos sacrificables o desechables. Es
en esta perspectiva que se inscribe la muerte de 7 operarios en la explosión de
la fábrica militar de Río Tercero (1995), de 67 pasajeros de Lapa (1999), de 14
trabajadores en el yacimiento de Río Turbio (2004), de 194 jóvenes en Cromañón
(2004), de las víctimas de trabajo esclavo en los incendios en talleres
textiles en Buenos Aires (2006 y 2007), de 11 pasajeros en el accidente de Flores
(2001).
En ese marco, la masacre de Once
expresa de modo paradigmático un “modelo” cuya base fue impulsada por las
reformas neoliberales de los años ’90, y que fue profundizada y consolidada,
bajo diversas metodologías y alianzas, en los últimos diez años. No es una
fatalidad ni un accidente, sino un crimen social largamente anunciado.
Plataforma 2012 suma su voz a los
reclamos de los trabajadores ferroviarios, que exigen la urgente rescisión de
la concesión a TBA, la re-estatización del ferrocarril con control de
trabajadores y usuarios y el castigo a los verdaderos responsables de la
masacre. ¡Que el crimen no quede impune!
gracias a Plataforma 2012
ResponderBorrarlos necesitamos ..
y los apoyamos
Qué increíble que propongan el control del ferrocarril por la Fraternidad.
ResponderBorrarNo, lo increíble es que después del estrepitoso fiasco del documento Malvinas, vapuleado por dentro y por fuera, por izquierda y por derecha, por argentinos y británicos, tengan ganas de más.
ResponderBorrarAcá una nota de Bayer, como uno de los botones de la contundente muestra que los lapidó:
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-188819-2012-03-03.html
Y lo último, casi el 60 por ciento de los británcios está a favor de que Londres devuelva las Islas.
Say no more.
cordobes, estas confundiendo plataforma 2012 con el grupo malvinas, son dos cosas diferentes
ResponderBorrarEl sistema (su desguace)mata
ResponderBorrarlo que deberìa ser:
http://acij.org.ar/wp-content/uploads/2012/02/informe-sobre-trenes-01.jpg
lo que han armado:
http://acij.org.ar/wp-content/uploads/2012/02/informe-sobre-trenes-02.jpg
Cordobes, los britanicos que estan en contra de las politicas de Cameron juegan en su sociedad el mismo rol que los 17 intelectuales argentinos juegan en nuestro pais:
ResponderBorrarel hacer pensar a sus gobernantes posiciones alternativas que les posibiliten llegar a alguna solucion en una mesa de discusion.
La diferencia es que nadie llama "vende patria" a estos ingleses que discienten de las politicas del gobierno britanico. La gente respeta el pensamiento del otro de una manera que en Argentina ya no se hace.
El documento de las 17 personas, sumado a los exelentes articulos de varios periodistas argentinos, le han mostraron a la presidenta que la medida mas inteligente en el tema Malvinas es ir por el camino opuesto al que la Argentina ha estado yendo por casi 30 anios.
Permitamosnos a nosotros mismos a abrir un debate sincero: de cualquier lado por donde lo mires esto no puede mas que enriquecernos.
Robert, ahora que el premio nobel de la paz anunció formalmente junto al Presidente de Israel que no descartan la intervención armada en Irán, que posiblemente nos conduzca a una guerra regional y mundial porque china y rusia dijeron que irán no se toca, que es la línea roja, porque tienen muchos pozos adentro, quería preguntarte que opinás de una "intervención humanitaria" en Noruega donde hay también mucho petróleo. En nombre de la libertad y de la democracia, contra la "tiranía" y la "amenaza" del "régimen" noruego.
ResponderBorrarRg, ¿leiste el libro de Laura di Marco sobre la campora?
ResponderBorrarUn cordobés del rojo es un cipayo de patria chica: tenés por lo menos 4 clubes en la ciudad a la que tanto te identifica pertenecer y van por uno de los grandes de buenos aires... en fin, me hace acordar a una discusión que ronda por estos días...
ResponderBorrar1. no se quien vapuleó la mirada alternativa de malvinas "por dentro" y quien de los críticos del documento es "británico", pero idioteces aparte no se ve cual es el problema de querer discutir... cual es? ahhh no se puede? corrección: vos, los K, no pueden discutir, tienen que decir "si mi reina", el resto nos permitimos disentir (y de paso conservamos la dignidad).
2. si tu muestra de la "vapuleada" es la nota de bayer comienzo a entender tus problemas... el doc sobre malvinas me parece bastante choto, honestamente, pero la nota de bayer mi dios! hacía tiempo que no escuchaba bolufrases tan fuertes como eso del único gobierno latinoamericano, casi me cago de la risa... ejem, interesante el aporte...
3. "casi el 60%" de los ingleses las quieren devolver. fuente: una encuesta online pedorra, muy probablemente hackeada, muy representativa también. listo, las fuentes del cordoporteño son 678, P12, y las notas al pie de 678 y P12. Un informado.
Mostro, no te entendí casi nada. Ahora lo voy a releer.
ResponderBorrarAndrea, me parece bien y celebro el debate. También me gustaría que no sólo presentaran propuestas de debate enfrentadas al Gobierno, pero no creo que sea posible.
Dale, tomate tu tiempo.
ResponderBorrarY ya que estás releete estas otras:
4. ta buena la idea de debatir sobre política, poder y agenda (política ferroviaria, malvinas, etc) sin analizar la posición y lo hecho por el gobierno. ¿que la onda es como el debate político que no es político? Auauu... y yo que pensé que el mejor legado de nestor K era la idea de política total, lo debo haber interpretado mal... tengo que leer más P12 para que me expliquen este nuevo sentido de debate.
5. ya que te gusta debatir, partís de un lugar equivocado: por definición, la posición de "defender al gobierno" es la negación de todo debate (no de la política, claro, vociferar un discurso de defensa a un gobierno es política pura --no la versión de la política que nos interesa a muchos, ni muy democrática, pero no te voy a negar que es política de la antigua).
Si cordobés lo mejor sería que se callen porque a vos y algunos más el documento les parecio un fiasco, ahorrate los adjetivos y sacá el 54% dale.
ResponderBorrarDice el cordobés: "También me gustaría que no sólo presentaran propuestas de debate enfrentadas al Gobierno, pero no creo que sea posible".
ResponderBorrarEsa frase resume a la perfección la comprensión de "debate" que maneja el proyecto nac and pop.
La web de la CNRT revela datos personales de los que denuncian irregularidades http://goo.gl/4Q0F5
ResponderBorrarnon lo posso credere
ResponderBorrarmmmmm... me mmaaata cuando hablás en italiano
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