Dedicado a los que sonríen cuando uno piensa al Poder Judicial desde el punto de vista de la democracia deliberativa, pensando que uno habla simplemente de abstracciones irrealizables: La democracia deliberativa cabalga de nuevo, como siempre del lado de la justicia, y frente a los casos más dramáticos y extremos.
En el caso Olivia Road, del 2008, la notable (por varias razones, y en varios sentidos) Corte Sudafricana, sostuvo, frente a un caso de desalojo, que las autoridades políticas no podían actuar como estaban haciéndolo, sino que debían involucrarse en un proceso de "meaningful engagement" con aquellos a los que pretendían desalojar por ocupación ilegal. La idea de "compromiso significativo" conmocionó a la jurisprudencia sudafricana (aunque...Joe Slovo poco después). Pero el hecho es que, otra vez, la Corte puso el freno a las aspiraciones reaccionarias del poder político, y marcó los límites de lo que podía hacer, y las obligaciones que debía cumplir antes de seguir adelante. Y lo hizo inspirada, otra vez, por un marco teórico basado en la noción de democracia deliberativa. Volveremos sobre el caso, volveremos (andamos en un seminario que gira en torno al tema, así que vemos mucha tela para cortar por aquí)
La corte sudafricana, así como la comunidad sudafricana, aplican –porque practican- la filosofía ubuntu, según la cuál “yo soy porque tu eres” y en consecuencia lo que yo haga te afecta a ti y a todas y todos. La filosofía es de base socialista, en el sentido de que no considera a personas desmembradas de su contexto, ni de los contextos que contienen ese contexto a gran escala. Todos somos miembros de una sola humanidad. El concepto de humanidad subyace y resignifica todas las relaciones. Y por lo tanto, las juezas y los jueces no se pueden abstraer, no pueden fallar desde el limbo: deben poner en dialogo a las partes para resolver en forma pacífica. Eso es compromiso social.
ResponderBorrarErica B.