El tren es el gran símbolo que ilustra la relación de este gobierno con la clase trabajadora. Como usuario (ahora casi ex usuario) del tren, sufro cada día el maltrato cotidiano. Pongo entre paréntesis el período previo a la tragedia del Once (el más revelador), porque es bien conocido: trenes sucios, destruidos, que no llegan a horario; explotación brutal de trabajadores terciarizados; negociados y "retornos" con los grandes empresarios; pacto con el sindicalismo asesino; represión a los delegados molestos; muerte si es necesario para escarmentar a los rebeldes. Esto es conocido por cualquiera.
Quiero hablar, en cambio, del período que siguió a la masacre producida por el kirchnerismo en Once. Desde entonces, muchos ramales tienen menos formaciones (tal vez sacaron las peores, para evitar otra tragedia); lo que implica menos trenes que por tanto tardan más en venir; lo que implica que cada tren que llega viene cargado hasta el techo; lo que implica que se acumulan centenares de personas en cada andén; lo que implica que se viaja mucho peor; lo que implica que, al ir más llenos, los trenes van con más peso, se dañan más y de modo más frecuente, se retiran del ramal; entonces menos trenes; más tiempo entre tren y tren; más llenos; lo que implica...
La situación se ha puesto dramática. En lo personal, cuando decido tomar el tren, salgo una hora antes de tiempo, por lo menos, para poder llegar a horario. Los trenes (que antes venían cada 5 o 10 minutos) ahora tardan entre 25 y 45 minutos, sin problemas. El Ministro caradepiedra, tratando de mostrar actividad y ejecutividad de su parte, hizo colocar unos paneles modernísimos, que nos indican a qué hora viene el próximo tren. Apenas se han instalado y ya son patéticos, generando más enojo del que querían remediar. Así, ocurre de modo habitual una de dos situaciones: 1) el cartel no funciona; 2) el cartel dice que el próximo tren llega en (pongamos) 25 minutos...pasan 15 y al rato el cartel cambia el número por 45 minutos (esto me pasó anteayer). Claro, qué problema hay con que un trabajador llegue con una hora y media de retraso, que un chico llegue tarde a la escuela, que un obrero no cene con su familia (yo hoy no llegue al médico, por ejemplo)? A quién le importamos? Ya hay empresas que toman en cuenta qué tren toma el trabajador, para no contratarlo. Feliz por su parte, la compañía que administra el ramal hace tiempo que ya ni cobra boleto: vive contentísima con los subsidios que recibe, mientras el Estado sigue recibiendo sus recompensas por el pacto con el empresariado asesino. Y que siga la fiesta. Como mucho sufre la clase obrera, a quién le interesa.
Los que tomamos el tren a diario sabemos que el servicio no deja de empeorar casi tan diariamente como lo usamos. Hay algunas excepciones, ok, pero no entiendo (juro que no lo entiendo) por qué este gobierno no se anima a quitar las concesiones a las empresas que no cumplen (casi todas) y a invertir (no es tanto lo que se necesita invertir una vez quitado del medio el vertedero que es el lucro de los concesionarios) no digo ya para mejorar, pero al menos lo suficiente como para parar de empeorar.
ResponderBorrarSi este gobierno es capaz de bancarse de frente al lobby español, lo cual está muy bien, ¿cómo es que retrocede ante los concesionarios ferroviarios criollos? Digo: si se trata de ganar elecciones (y qué político no quiere ganar elecciones?) no habría mejor medida que la estatización con un poco de inversión. Total, las protestas por semejante "populismo" (que las habría a raudales, no hay duda) no serían más que una gota en medio del mar de la derecha corporativa que ya odia irremediablemente a este gobierno. En cambio, esta medida "demagógica" se ganaría el saludo feliz de miles de ciudadanos. El cálculo parece tan simple que no puedo comprender por qué no lo hacen (no es una ironía, de verdad no lo entiendo).
de veras preguntas? no te asumo así de ingenuo. están repartiéndose guita con cirigliano, punto, no hay ningún misterio, es el robo a costo de los terciarizados antes, de los usuarios siempre.
ResponderBorrar"La derecha corporativa" está en el gobierno.
ResponderBorrarSDM:
ResponderBorrar1) tengo entendido que ya están haciendo inversiones fuertes (compra de vagones, con sobreprecios por cierto, a China por ejemplo) pero van a tardar en verse porque hay que hacer ciertos arreglos para ponerlos a circular y reacondicionarlos para las vías argentinas.
2) no hay muchos contratistas para elegir en argentina y (sin saberlo) apostaría que los 2 o 3 que hay son corruptos.
3) Para estatizar se tendrían que hacer cargo de problemas técnicos que dudo muuucho que en Argentina el Estado Nacional pueda afrontar de forma eficiente.
4) están lucrando como dice rg
Esta situación me recuerda la escena de la película de Chaplin "Tiempos Modernos" cuando compara la masa de gente con un rebaño de ovejas...
ResponderBorrarComo siempre, el foro "Seminario..." un faro en la oscuridad del relato. Saludetes
ResponderBorrarrg, no es ingenuidad, es que no me cierra que sea sólo por lo que vos decís. Aún aceptando que lo que vos decís sea cierto (yo creo que sí lo era, pero creo que ahora, después de la tragedia, lo es menos) eso no explica la falta de cálculo político. Aún si hay dos, tres o 20 funcionarios sacando plata para sus bolsillos o para la próxima campaña, no se ve claro por qué la dirección política del gobierno no ve que ganaría más con una buena gestión estatal (creo que está claro que no puede haber una buena gestión privada de los servicios ferroviario... sino pregúntenle a los ingleses)
ResponderBorrarEl anónimo de las 5:36 da un buen motivo (sobre todo el punto 3). Igual nome cierra del todo. Ojalá tenga razón en lo que comenta en su punto 1 (no me refiero a los sobreprecios, de más está decir).