28 ago 2014

Igualitaria/Cohen: Socialismo, mercado, libertad


Desde la colección Política y Derecho que editamos con Siglo XXI e Igualitaria, volvemos a publicar una nueva joya (y van...). Un compilado de textos del maestro G.A.Cohen, en torno al socialismo, que hemos organizado con la gran ayuda de la amiga J. Queralt. El libro incluye muchos de sus mejores textos sobre socialismo, mercado y libertad, y un par de hermosas entrevistas a don Cohen. Aquí un par de párrafos de una de las entrevistas, en relación con los efectos del mercado, su discusión con Rawls, y el valor de la libertad.

i) Me producen mucha compasión esas mujeres trabajadoras que uno puede ver en las tiendas de las grandes avenidas yendo a buscar ofertas, y sé que saben que lo que obtienen, con ello, es inferior desde el punto de vista de los valores consumistas que dominan a esta sociedad, esos mismos valores que las conducen, en parte debido a su falta de una educación profunda, a una idolatría de las deslumbrantes carreras y satisfacciones de los más beneficiados. Creo que el mercado capitalista produce una miseria enorme al respecto. Y no estoy refiriéndome a las clases más bajas que no alcanzan siquiera un estándar decente de vida, sino al capitalismo que funciona bien, la cultura que el mercado promueve, el consumismo, que tiene efectos terribles sobre la vida de las personas, que les produce mucho estrés y malestar. Esta es una razón, pero no la única. Debemos considerar también el hecho de que el énfasis puesto en la satisfacción del consumo mantiene a las personas encadenadas a sus puestos de trabajo con el objetivo de hacer el dinero necesario para comprar cosas, en empleos que para muchos no resultan satisfactorios, pero que deben sostener de todos modos, ya que caso contrario no podrían pagar sus vacaciones en Mallorca. En mi primer libro, La teoría de la historia de Karl Marx (Cohen, 1986), reflexioné acerca de esta tendencia del capitalismo a hacer que la gente valore la adquisición de cosas y por ende la producción, el mero acto de producir, antes que el disfrute, el placer y otras instancias por el estilo.


ii) Debo reconocer que hasta cierto punto soy un liberal, y por tanto hay determinadas maneras de inducir en la sociedad un ethos igualitario con las que yo no estaría de acuerdo. Mi discusión con Rawls acerca de los incentivos trata de dilucidar si una situación que funciona por medio de incentivos puede o no ser considerada una situación justa; él considera que sí y yo, que no. Pero creo que pueden presentarse conflictos entre justicia y libertad, y en algunos de esos casos yo me inclinaría en favor de la libertad. Permítame plantear un ejemplo absolutamente elemental: una mujer débil está de pie en la vereda y necesita cruzar la calle. Le pide a alguien que la ayude, y cualquier persona decente, humana, razonable y de hecho justa lo haría. Pero yo dudaría de convertir en ley la obligación de hacerlo. Por tanto  que en determinados casos en que la libertad y la justicia entran en conflicto podemos favorecer a la libertad. Recuerdo que una vez le pregunté al distinguido filósofo de Oxford Peter Strawson cuáles eran sus posiciones políticas. Me dio una respuesta muy interesante. Me dijo: “Soy de gustos conservadores, socialista en mis convicciones políticas pero daría la vida por el liberalismo”. Y esto me hizo reflexionar que si hubiera una persona encarcelada de manera injusta –encarcelada de manera injusta por un período de tiempo prolongado–, yo estaría dispuesto a poner el cuerpo en la manifestación, en la calle, por ello. No creo que estuviera dispuesto a hacerlo por la suba del salario mínimo, ¿me entiende? Esto quiere decir que al menos algunos de nosotros afirmamos cierta prioridad de determinados valores liberales. No es necesario dejar que los liberales se apropien de la libertad: los socialistas también pueden adoptarla como suya. No es necesario decir “somos socialistas y nos interesa la igualdad; ellos son liberales y les interesa la libertad”. No deberíamos permitirles detentar el monopolio de la libertad, pero para quitarles ese monopolio, debemos resignar nuestro apoyo incondicional de las nociones de igualdad y justicia, en la medida en que pueden presentarse determinados casos en que la igualdad y la justicia entren en conflicto con la libertad, en los que correspondería ponerse del lado de la libertad. Eso es lo que debería enseñarnos el ejemplo de esa mujer que intenta cruzar la calle.

13 comentarios:

  1. lo quiero!! ya se puede comprar? en todas las librerías?

    ResponderBorrar
  2. Anónimo12:09 p.m.

    Roberto:
    estás de acuerdo con la visión de Cohen o te inclinás por la igualdad??

    ResponderBorrar
  3. si, ya está, o llega esta semana.
    estoy de acuerdo con cohen, quien también favorece la igualdad. sólo dice que aún gente como él radicalmente igualitaria, no tiene por qué decirle no a la libertad básica

    ResponderBorrar
  4. Anónimo8:18 p.m.

    Soy yo o alguien más ve contradicciones entre los dos párrafos? Cuando las papas queman todos salen corriendo a refugiarse en el liberalismo. O sea, lo que el considera una "resignación" ante la libertad, es un modo muy tosco de paliar los efectos del capitalismo desenfrenado que critica en el párrafo 1.
    Socialistas de salón

    ResponderBorrar
  5. JAJA. sos vos. tipico lector de solapas, que frente a uno de los autores mas agudos, lucidos, librepensadores, y consistentes del socialismo, quiere leer dos parrafos y decir: "uy, mira que bol..., no se dio cuenta de que se contradice." te descalificas solo con tus lineas. en lugar de decir: "que tipo, que estará pensando, qué ganas de leer más y enterarme de lo que no se", decís "uh que tarado es este tipo." grande campeón mundial¡

    ResponderBorrar
  6. Otra lectora de solapas aquí. No deja de atraparme esta disputa de la dicotomía libertad - igualdad que como (autopretendida) socialista me he planteado en innumerables oportunidades. ¿Libertad se opone a igualdad? Porqué entonces intuitivamente me parecen condicion una de la otra?...creo que la libertad ya a estas alturas de nuestra civilizacion ha perdido tanta entidad que nos hemos quedado con una cáscara que ni sabemos que es, muy distinta de la que concibieron los pensadores de la revolucion francesa -por aquel entonces- nuestra libertad está atravesadade determinismos genéticos biológicos sociales psicológicos, nada mas consultar un sociologo y preguntarle que tan libre es un adolescente al elegir siquiera un par de zaptillas. Tendrá un grado de libertado o dos al elegir el color y acaso una variante del modelo. Pero no es libre de ir descalzo....o desnudo por ejemplo. Grados de libertad entonces digo, por oposición a lo establecido esa quizás es nuestro verdadero sentido de libertad por oposicion al orden establecido y no "dentro" del orden establecido como puede ser optar por el color de las zapatillas aceptadas y aprobadas por el grupo etario social y cultural. Es la libertad que nos venden de la pretendida ideología neoliberal. Pero digamos tal como se concibió en su momento libertad que duela, de poder decir opinar contra el orden establecido ya no actuar,entonces insisto: grados de libertad porque actuar contra eso, contra mi concepto de propiedad privad,a me lleva invariablemente a la carcel y a una durísima sancion de ese orden establecido.
    Y tal vez hemos caido en la concepcion equivocada de libertad (no digo este autor, digo por decir) de oponer motivos o intereses particulares en el polo de la libertad a motivos e intereses sociales en el polo de la igualdad y no es asi. Por que realmente no se cuánto hay de puramente egoista que vaya más allá de lo inmediato biológico gran parte de la vida del ser humano está volcada hacia otro u otros. Y necesita la mirada del otro para realizarse: pensarse nada más el caso de un presidiario al que se le exija que rompa la mesita que acaba de armar, a martillazos.
    Se nos proclama desde el modelo consumista capitalista el consumo como una manera de cortar con un alicate nuestro vínculo al otro, al punto de llegar a "consumir" a los otros.Pero la busqueda de un otro significativo que es irrenunciable y que en ultima instancia nos lleva a al constituir redes sociales es lo que nos hace más fuertes frente al poder establecido y un orden,...que nada mas beneficia a una minoria. Y por eso sin dudas el ataque del "Orden establecido" a esos valores. Muy hábiles en su proclama: Sos libre de buscar tu interes particular. Pero porque no puedo ser libre para buscar el interes de los otros? Darse una miradita a la Agonia del Eros de un filosofo coreano que anda dando vueltas por ahí.
    Insisto,me parece a mi --sin interes en entrar en ese debate de autores-- una falsa dicotomia libertad igualdad. No habrá progreso en la igualdad sin la posibilidad de obtener grados de libertad de oposición a lo establecido: el estado el orden lo supuesto lo esperado, lo que se supone que debe ser. Que se conceda esa libertad para optar dentro de los márgenes de lo establecido no es mas que la libertad de unna cobaya de dar vueltas en su jaula.
    Libertad de cuestionar la herencia, la propiedad privada, los derechos acumulativos de propiedad. La sociedad y la cultura son una empresa comunitaria creo que el mismo cohen lo dice por ahi tal como vi en alguna contratapa bloguera....
    Bueno, en fin... No se qué más. Muy interesante el planteo.

    ResponderBorrar
  7. Estimado Roberto: se ve muy bien el nuevo libro de Cohen, un verdadero grande... (contradictorio "socialista de salón"? Ja). Te felicito por la colección, que de veras está llena de joyas. Estupendo trabajo de todos los involucrados. Estupendo. Cómo me gustaría que en México me apoyaran para hacer algo así! En fin...
    Saludos!

    José Ramón.

    ResponderBorrar
  8. gracias josé ramón¡

    mcc: entre tantísimas cosas interesantes, cohen fue una persona socialista de hondas convicciones, honesta y desprejuiciada. y encaró preguntas como ésta, sobre la libertad, de un modo interesante: "ir a buscar" la respuesta, más allá de sus intuiciones iniciales, con la disposición de pensar y aprender, más que de consagrar un dogma. eso es de lo que más me gusta de él

    ResponderBorrar
  9. Anónimo8:59 a.m.

    anónimo 8.18 pm, nunca pero nunca leí tantos disparates juntos sobre un autor. Ahora en septiembre, andate a la librería, comprá el libro y leelo. Podés pagar en 6 cuotas si querés pero no difames a un autor

    ResponderBorrar
  10. Estimado Roberto:
    ayer lo puede comprar en amazon para kindle... y está muy bueno.
    Arranqué con los dos primeros textos, los más "urgentes", y con las entrevistas y no puede parar... El fin de semana espero "entrarles" a los textos académicos.
    Felicitaciones. El nivel de toda la colección es increíble.

    ResponderBorrar
  11. Anónimo11:34 a.m.

    Es verdad, hay que leer el texto entero antes de opinar sobre lo que piensa un autor.
    De todos modos, la selección de los párrafos para el post es bastante mala..

    "Y esto me hizo reflexionar que si hubiera una persona encarcelada de manera injusta –encarcelada de manera injusta por un período de tiempo prolongado–, yo estaría dispuesto a poner el cuerpo en la manifestación, en la calle, por ello. No creo que estuviera dispuesto a hacerlo por la suba del salario mínimo, ¿me entiende?"

    mmmmmmmmmm, suena un poquito a socialista de cambridge, saco de tweed y 5 o clock tea

    ResponderBorrar
  12. 1) no creo que haya que leer el libro entero necesariamente, sino que hay que tener una aproximación generosa y abierta a cualquier autor, más si le agarrás dos párrafos solamente. insisto, la pregunta es: por qué este tipo, que ha sido considerado un gran pensador socialista, dice esto? En qué estaré equivocándome yo? cómo lo estará fundamentando? Y no "otro gil", que es la respuesta argentina canchera
    2) la frase la tenés que pensar, en este caso,con su preocupación de los últimos años , sobre el "ethos igualitario". contra toda la filo pol contemporánea, él trabajó y trabajó sobre el tema del "ethos": cómo puede motivarse a la gente a abrazar una alternativa socialista? es fácil lo opuesto: decir: "yo pongo el cuerpo" (cuando no lo ponés nunca), pero ahí te quedás contento con tu conciencia, y no te hacés cargo de todos los demás que se quedaron en su casa. su pregunta es esa: cómo se construye el ethos igualitario del que los autores más interesantes contemporáneos se desentienden por completo

    ResponderBorrar
  13. Parece interesante. Nunca leí nada de Cohen. Creo que la tradición liberal y la tradición socialista son muy enriquecedoras, más allá de que en la Argentina tenemos que nutrirnos también del populismo (que RG suele deplorar y que yo no tanto). Sin hilar fino, digamos con Rousseau que si existen personas lo suficientemente ricas como para comprar la voluntad de personas lo suficientemente pobres como para verse obligadas a venderse (cito de memoria, pero algo así era), entonces la desigualdad compromete seriamente la libertad. Lo que entiendo que debe creer Cohen es que en determinados casos, la libertad es más importante que la igualdad (ruego me critiquen si me equivoco, ya que no leí nunca a Cohen). Ejemplo: un gobierno no puede pretender "hacer feliz" a su pueblo, pero sí puede favorecer que sea más libre. Y si el pueblo es muy desigual, entonces la libertad se ve afectada.

    ¿Algo así o entendí mal?

    ResponderBorrar