El admirado noruego Nils Christie escribió sus mejores textos a fines de los años 60. Lamentablemente, en nuestro país se lo sigue leyendo y citando como si no se hubiera escrito nada más en esa línea de crítica radical sobre el derecho penal (ni él ni otros autores): un pecado más de nuestros penalistas, embobados con los autores alemanes, y que cada tanto -como para limpiar algunos pecadillos- rezan algún rosario a don Christie. Hay que decirles que hay demasiado bueno por seguir leyendo. En todo caso, la culpa no es de Christie, quien siguió recorriendo el mundo con su discurso humano y liberador: siempre ayudando a abrir las cerradas mentes penales de nuestras comunidades y academias.
El hecho es que días atrás, leí casi de un tirón el excelente libro que compiló Juan Iosa, en donde se reúne casi toda la obra que publicara Christie, en inglés, y que ahora se nos ofrece traducida al español. Publicado por la Editorial Del Puerto, el libro, de extraño título ("Vida social, un lenguaje para interpretar") constituye una extraordinaria aproximación al trabajo de don Christie, que se agradece.
Algunas cuestiones y temas que apunto y destaco al pasar -entre muchas otras posibles- volviendo a mirar el libro:
* Su nórdica predilección por la honestidad y la transparencia, también en el lenguaje: "Es importante dejar en claro lo que sucede: que este sufrimiento (el castigo) es intencional; que los profesores de derecho penal son profesores de leyes que regulan el reparto de dolor; que las cárceles no son hospitales y que su intención básica no es ayudar, sino infligir dolor" (idea muy importante, contra la angélica metáfora Zaffaroniana que nos presenta a los jueces penales como "la Cruz Roja rescatando heridos en medio de la guerra"???).
* Una idea -recurrente en el libro, y que alguna vez me repitiera él, en Oslo, a poco de estacionar su destartalada bicicleta: "Recorrí cárceles en todo el mundo, y siempre me encontré con carceleros que me llevaban al "sector de los monstruos", pero en mi vida me encontré con ningún monstruo, a pesar de haber hablado con muchos de "los peores" (Christie empezó su trabajo en el área entrevistando a ex carceleros noruegos, que habían colaborado con el nazismo en su país).
* Un gran consejo para pensar al país: "A mi entender, las cárceles de un país son una especie de herramienta de diagnóstico: muestran de qué tipo de país se trata. Los sistemas penales son, en este sentido, excelentes signos/indicadores". En efecto: basta con mirar las cárceles en la Argentina (k) de hoy, con muchos más presos, mucho peor tratados, hacinados y con las marcas de la tortura en su cuerpo.
* Un estudio empírico sobre ciudadanía y derecho penal que, lejos de contentarse -como aquí- con mostrar los resultados (trágicos¡) de una encuesta popular sobre temas penales (más penas¡ más penas¡), siguió adelante con las indagatorias. Y lo que comprobó es que, cuanto más datos conocían los encuestados sobre las personas que iban a sufrir los castigos prometidos, más corregían sus posiciones, y más disminuía su propensión a infligir dolor (Excelente¡ Esto es lo que proclamamos cuando nos mostramos confiados con la apertura democrática en cuestiones penales: la impersonalización de las políticas, la manipulación de las preguntas, el abuso de los momentos de crisis llevan a respuestas punitivistas tienden a "desinflarse" prontamente, cuando empezamos a llenar de sentido e información a las proclamas iniciales).
* Su prédica comunitarista, de fortalecimiento de vínculos que relacionen y reúnan a las personas, en lugar de respuestas (económicas, sociales, penales) que "separen" (a los ciudadanos entre sí, a los "réprobos" de los "elegidos").
* Su insistencia sobre la "construcción social del delito", y lo que ello implica (ejemplifica: "Mi hijo puede haberse llevado mi dinero, pero él no es un ladrón. Lo conozco, lo conozco tan bien que sé que la etiqueta no se le aplica").
* Su defensa, renovada, de la "justicia restaurativa", aún frente a los crímenes más atroces: los crímenes de lesa humanidad. Nos dice: "Restaurar es un viejo término nórdico que significa, literalmente, levantar una vez más aquellos leños apilados que se han caído o, más poéticamente, reconstruir la casa. Estas actividades representan la negación de los ideales de la ley penal...Los acuerdos restauradores de este tipo, en muchas formas, son un desarrollo más avanzado de las Comisiones de la Verdad".
* Su resistencia frente a la pretensión (kirchnerista/massista) de separar al mundo entre delincuentes y probos; entre nacionales víctimas y extranjeros ladrones. Nos dice: "Mi hipótesis fundamental es que la mayoría de las personas somos demasiado parecidas unas con otras."
Un humanista, un maestro del que todavía hay mucho que aprender (más allá de citarlo o invocarlo, para lavar culpas; más allá de que haya mucho bueno por leer, más allá de él). Gracias Juan por habérnoslo vuelto a acercar¡
Cuales son los otros autores que se pueden leer en su misma linea ?
ResponderBorrarhay una serie de textos y autores sobre los que vengo insistiendo por aca. no son "la misma linea", sino la linea de a) inyectar democracia en el derecho penal, b) cuestionar la legitimidad del uso del castigo, particularmente en situaciones de desigualdad. hable muchas veces de ellos. algunos textos de jeffrey murphy (marxism, retributivism, en phil and public affairs), otros de duff sobre desigualdad y derecho penal, por ejemplo
ResponderBorrartal vez encerrados esas personas son los corderos mansos que vio Christie, pero cuando mataron, robaron o violaron, eran todo lo contrario y esa es una foto que vos no estás mostrando.
ResponderBorrarla solución entonces es abrir las puertas de las prisiones? esa es tu propuesta de política criminal?
frente a una obra inspiradora uno puede hacer dos cosas: animarse a leer mas, o reducir todo al ridiculo en dos renglones, "no va a andar"
ResponderBorrarMAxi: Es una obra muy interesante, lo peor que podria pasar es creer que Nils Christie es una especie de semi dios, al estilo ferrajoli o zaffaroni. El endiosamiento de un pensador nos hace sus esclavos. Creo, por otra parte, que las metaforas a las que alude zaffaroni son otra muestra de esa mentira del discurso penal. Siempre la lucha contra poderes oscuros, maleficos, y los supermanes que pasan por ahi, al estilo de cuasi angeles, y caen bien parados a la hora del reparto de funciones estatales. Eso parece ser en realidad la mejor demostracion del complejo que ocultan: grises empleados burocraticos que se acomodan de acuerdo a como va el tiempo. En eso tiene razon Zaffaroni con su cita al tan citado Foucault en argentina, se trata de discursos, relatos, que acomodan los hechos segun su conveniencia politica. Lo mismo pasa con la cita culpogena a Christie.
ResponderBorrarLa metafora de Zaffa sobre la cruz roja es interesante, él dice que el derecho penal no puede evitar la pena, como la cruz roja no puede evitar la guerra, el rol del derecho penal es limitar y contener el poder punitivo, no veo el problema.
ResponderBorrarya discuti en este blog sobre la metafora, que como sugiere christie, es totalmente desafortunada: de que modo el juez limita el poder punitivo cuando entrega a un acusado a la carcel, por mas que en lugar de darle 10 anios le de 4, se lo esta entregando a la carcel, donde se lo va a torturar muy probablemente. llamar a eso "contencion del poder punitivo" es ridiculo, para la persona detenida. es lo que dice christie: acaba de participar en una tremenda maquinaria de dolor administrada desde el estado, que va a imponer dolor. esa es la mentira que denuncia christie, llamar "cruz roja" o "contencion de la punicion" a lo que es, en verdad, imposicion del dolor, castigo, tortura. es bueno para la conciencia del juez, y pesimo para el cuerpo del imputado
ResponderBorrarmaxi: Sin caer tampoco en la metafora de Christie, (tambien es una pena vivir en un contexto violento y no veo a ningun camillero viajando por el mundo como lo hace Zaffaroni), la de Zaffaroni es insostenible, cuando, con ojos en la realidad, se usa para victimizar la funcion del burócrata, y peor aun, para hacder carrera.... Eso es como presentar al verdugo como victima del sistema.
ResponderBorrarmaxi: ahora apoderarse del simbolo de la cruz roja, eso si que no tiene desperdicio, pense que lo que seguia era presentar al penalista como activista de greenpeace, pero no, ahora se trata de ser mas papista que el papa!
ResponderBorrares como si el enfermero de la cruz roja tuviera un arma, y en vez de matar al paciente herido, le pegara un tiro en la pierna
ResponderBorrarNo es ese el punto. Zaffa parte de un dogma: el derecho penal NO PUEDE evitar la pena. Para Roberto sí puede. ESE es el punto.
ResponderBorrarMaxi: concede un habeas corpus, y despues habla de la cruz roja... hasta cuando van a seguir con esa bobada? esos son datos de la realidad, y su desconocimiento es ignorancia. No es ignorancia no saber la ultima paginita de un libro de un tipo de otro pais, eso es una bobada.
ResponderBorrarel dia uno concede un habeas corpus, y de ahi hasta fin de anio establece condenas (no perpetua ni pena de muerte) y habla luego de cruz roja. yo lo que leo ahi es una entrega sistematica de gente al sistema criminal carcelario, donde seran torturados y humillados, por los carceleros y por sus companieros. no veo cruz roja. cuando llega la ambulancia de la cruz roja, el herido grita de alegria, se siente a salvo, van a curar sus heridas. aca en cambio se agarra la cabeza y se prepara para la tortura. como analogia me parece increible
ResponderBorrarMAxi: Roberto, igual me quise decir (no) concedia habeas corpus.... lo que torna mas patetica la analogia....
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