31 mar 2016

India 5: G.A.Cohen en India

Por razones familiares y académicas, don G.A.Cohen tuvo una relación muy intensa con la India. En el libro póstumo "Finding Oneself in the Other," se publica un bonito ensayo sobre sus (primeras) "Dos semanas en India." El bravo Cohen está partido por la emoción de llegar allí. Sorprende también su actitud frente al periplo que emprende: es la primera vez que toma notas de viaje que transforma luego en un ensayo. 

Su escrito es un permanente ir y venir entre anécdotas del día, reflexiones sobre lo que le ocurre, y comentarios marginales sobre todo lo que le pasa. Supongo que de sus impresiones frente a la pobreza extrema (qué se hace con ella, qué deberes tiene el individuo que se vincula con un pobre y con una sociedad en pobreza extrema), tomaría muchas de las ideas que luego quedarían volcadas en su libro "Si Ud. es igualitario, cómo puede ser tan rico?"

Aunque todos sus escritos muestran ese ida y venir entre "lo personal y lo político" (tema de absolutísima importancia en su concepción teórica, y de hecho la principal línea de "ataque" en su amistosa crítica a la filosofía de John Rawls), aquí ese trayecto es radical.

Cohen se muestra especialmente sorprendido por el nivel e intensidad de trabajo que muestran los más pobres -algo que no supo anticipar o entender por propia "estupidez e ignorancia". Aquí -nos dice- la actividad es incesante: chicos que gritan y juegan, mujeres que cocinan, los hombres trasladan de un lugar a otro recipientes de todo tipo, llevando agua u otros elementos, otros lavan y lavan ropa, más allá venden verduras y frutas. Todo es movimiento.

Atribulado, comienza su diario de viaje de este modo "Escribo esto mientras aterrizamos en Delhi. No descenderé aquí, pero ya me siento sobrepasado, las lágrimas van cayendo de mis ojos. Estoy aquí. Estoy en India, este país infinitamente fascinante y lleno de dolor. Tengo vergüenza de estar escribiendo esto, pero lo sigo haciendo, salvo que alguien me vea. Entonces me detengo."

India 4: Tabla

Pocos músicos como el genial noruego Jan Garbarek, tuvieron una actitud tan generosa, tan abierta y sencilla frente al extranjero. Pocos, y menos tan temprano, se aventuraron a mezclar su música con la de músicos de afuera. Fue a través de Garbarek como conocí, como a tantos, a Zakir Hussain con quien hoy, luego de tanto tiempo, me reencuentro. Puro talento, Zakir Hussain tiene un sin igual dominio sobre la tabla india, esto es decir, sobre la “reina” de los instrumentos de percusión todos.

Pd: Deslumbrado por el talento de ZH, el mítico director del sello ECM invitó al indio a grabar su propio álbum en el exclusivo sello. En él toca, entre otros, con gloriosos invitados, como el noruego Garbarek y otro gran “mezclador” de músicas del mundo, John McLaughlin, ahora en el país, y que en su tiempo –fascinado por la India- compusiera su afamado disco Shakti, que ahora me dispongo a escuchar.

India 3: Luz de la mañana



Llego a la India luego de un viaje demoledor en horas. El cansancio se desvela empero con una luz amable, borrosa, blanquecina que acompaña mi arribo, apenas comienza el día. Cómo puede la luz ser tan dulce, me pregunto, en el marco tan cruel que la atrapa? Cómo el cielo puede presentarse (presentárseme) tan diáfano, en medio de una pobreza que embarga el alma?


29 mar 2016

Intermedio. Sobre un texto de GA y AG (o, la autocrítica sin la crítica)

Dos colegas cercanos (y aún muy cercanos al kirchnerismo), Gerardo Adrogué y Alejandro Grimson, publicaron en P12 (acá) un texto sobre cómo posicionarse, en su calidad de opositores, frente a Macri.

El artículo mejora en buena medida los (muy pobres) análisis que, hasta hoy, ha venido ofreciendo el kirchnerismo ilustrado en la materia. Ello así, especialmente, en dos importantes frentes: la (auto)crítica frente al pasado, y el examen crítico de lo que ha llegado.

Sin embargo, me parece que el artículo fracasa también en ambos frentes, lo cual es un problema, sobre todo, a la luz del propósito principal del texto, esto es, ayudar a la construcción de un inclusivo frente opositor. Ocurre, por un lado, que el “paso adelante” que dan los autores es muy pequeñito, ante el cuadro existente. Básicamente, ellos reconocen que a) es un simplismo hablar de Macri como “la dictadura” o un mero capitalismo de rapiña, del mismo modo en que b) es un error asumir una posición “jacobina” en defensa del kirchnerismo, para sostener que quien no es un “abogado absoluto” de lo hecho por el gobierno anterior es un “traidor o renegado”. Pero esta aspiración de autocrítica resulta en extremo débil, cuando se advierte (como se advertía ya en otros artículos de AG), que ella se detiene en el simple enunciado de la (palabra) autocrítica, sin animarse a avanzar en ella.

Así, Macri no es descripto aquí como Videla, sino que es presentado como lo hace el “plan B” del kirchnerismo, esto es, como una suerte de monstruo caído desde otro planeta, que viene a “construir un modelo neoliberal sustentable en la Argentina, con voluntad hegemónica, apoyado en los medios de comunicación masiva”. Esto es decir, estamos donde estábamos antes, en términos de análisis crítico. Y lo mismo en cuanto al examen del kirchnerismo. No se trata de proclamar “no seamos simplistas,” “hay que revisar lo hecho,” sino de complejizar lo hecho y ponerle nombre a lo que se critica. De lo contrario, ellos no hacen otra cosa que mantenerse en la cómoda posición “jacobina” que objetan, pero con un twist minúsculo: donde decía “todo fue inmejorable” debe leerse ahora “tal vez no fue todo así.”

Permítanme marcar entonces, frente a tales cuestiones, dos posibles vías de salida para el “kirchnerismo autocrítico” que de modo genuino –y no sólo declarativamente- esté convencido de lo que ellos dicen estar convencidos, esto es, de que ha llegado la hora de abrazar una “construcción de mayorías” de modo “amplio, real y efectivo.”

En primer lugar, y sobre el macrismo, me parece un grave error pensar al mismo como una vuelta al neoliberalismo de los 90 que implica, según nos dicen, directamente un “cambio de régimen”. La idea de “cambio de régimen” importa al menos dos errores. En primer lugar, importa abrazar la posición extrema (“jacobina”) de la que abjuraban, como implica también negar lo que buena parte del elenco del kirchnerismo cercano al poder ya ha admitido: “hubiéramos hecho lo mismo de haber sido electos nosotros.” Qué hubieran hecho? Renegociar con los “buitres,” recalcular las “tarifas”, revisar los nombramientos más recientes, salir del “cepo,” y varios etcéteras. Por lo demás, la idea de cambio de régimen implica negar lo obvio, esto es, las extremas continuidades existentes entre el gobierno anterior y el actual –continuidades que se ven en los niveles de inflación, pobreza y desigualdad existentes antes y ahora; los pactos con parte del empresariado más concentrado (cambian los nombres y alianzas, no su componente de clase); los vínculos estrechos con los gobiernos conservadores de nivel provincial; etc. Cuál es el cambio de régimen, entonces?


Paso ahora a la segunda cuestión, relacionada con el examen (“crítico”) del kirchnerismo. Mientras la vieja guardia kirchnerista no sea capaz de nombrar la palabra “crimen” donde ve un “crimen;” o “robo” cuando ve un “robo,” para todos los no-kirchneristas se seguirá tratando del cantar de siempre, esto es decir, el cantar del INDEC –el de la negación sistemática de la realidad. En otros términos: lo admitan o no, lo quieran o no, al negarse a decir que “el rey está desnudo” GA y AG estarán simplemente –seguirán, simplemente- hablando para “los ya convencidos” (temerosos de recibir la acusación de “traidores o renegados”). 

Permítanme decir que esta dificultad que muestran –que remite a una radical incapacidad para admitir un error siquiera- no es simétrica con la que actitud que asumimos muchos anti-kirchneristas extremos, como uno. En lo personal, y a pesar del enojo que aún preservo contra el kirchnerismo, fui al Congreso a defender el matrimonio igualitario y los cambios en materia de propiedad de la tierra propuestos desde el oficialismo; defendí la AUH; defendí, con matices muy similares a los que asumió la propia Corte, el valor de dictar una Ley de Medios. Por supuesto, es mucho más lo que debe hacerse para pensar bien el pasado. Sin embargo, mientras los “kirchneristas autocríticos” sean incapaces de reconocer, al menos, los casos más emblemáticos de lo malo hecho (como nosotros podemos reconocer, al menos, los casos emblemàticos de lo que se hizo bien), estaremos en problemas. Ellos, estoy convencido, deben ser capaces de decir, alto y claro, que Hotesur es un caso de lavado de dinero, grueso, burdo, y lamentablemente promovido por la pareja presidencial. Deben abandonar la actitud según la cual (por poner otro caso emblemático) no puede mencionarse siquiera que a la campaña de Cristina la financió la efedrina (un hecho judicialmente comprobado), porque sino “se le hace el juego a tal o cual” (presento estos dos ejemplos como posibles casos emblemáticos, hay varios otros, de corrupciòn y crimen, pero mi impresión es que no hay disposición para hablar alto y claro de ninguno). En síntesis: mientras no sean capaces de cambiar la palabra autocrítica por referencias concretas, con nombre y apellido, relacionadas con las críticas que cualquier persona con criterio propio puede hacer, entonces todo seguirá siendo igual: la realidad negada, y los puentes rotos.

28 mar 2016

India 1: Nubes de prejuicios

Como cada vez en un lugar nuevo, llego a la India con cierta disconformidad encima, y un bolso cargado de prejuicios. Luego, inevitablemente, ocurre lo mismo de siempre: pongo un primer pie en tierra y ya me voy desarmando. No es que las nubes de prejuicios se disipen. Algunas nubes se van, otras se van nunca. Pero es cuestión de llegar y reconocer lo impensado, enfrentar la novedad, lo imprevisto. Personas, objetos, acciones, lugares, paisajes, hechos que no figuraban en el plan inicial trazado –la ruptura de lo previsto. Entonces, India seguirá siendo un lugar sobre-poblado, con mareas de pobres, división en castas, un sexismo extremo. Pero la riqueza cultural –la vida en cada rincón de una tierra infinita, la vida también sobre la muerte- es tan apabullante, que obliga a cerrar los ojos. Quedo cegado por lo que veo, ciego de tanto por ver.

27 mar 2016

India 2: “Judicial madness*

Colin Gonsalves, el mítico fundador de la principal organización india en el litigio de derechos humanos (HRLN) dio cuenta de los extraordinarios casos que, tiempo atrás, su organización logró avanzar en la Corte de su país en nombre del “derecho a la alimentación”. Se trata de logros sin dudas históricos, fuera de la común. Comentando tales casos, CG hizo un llamado a celebrar lo que llamó la “judicial madness” –la “locura judicial”- que supo tener lugar en su país –una versión radicalizada del mal llamado “activismo judicial”. Se trata de jueces que (tal como los describió) eran capaces de conmoverse hasta la emoción frente a los casos que se le relataban, relacionados con el hambre que afectaba a amplios sectores de su país; “atender aburridos” las exposiciones de la contrapartes; para librar al instante órdenes detalladas y de inmediato cumplimiento, dirigidas a hacer efectivo el derecho a la alimentación –órdenes que podían incluir específicas referencias al tipo de alimentos o la cantidad de calorías que debía asegurarse a distintos grupos, distintos individuos.


Tengo varios problemas con la idea de “judicial madness”. En primer lugar, me genera resistencia este volver a insistir en la pintura de un mundo legal “juricéntrico”. En democracia, este horizonte sigue siendo problemático. Entiendo, por supuesto, que si –en India, en Colombia, etc.- uno ha perdido toda esperanza en la política, y casi toda esperanza en la judicatura- luego, es “natural” que lleguemos a celebrar “cualquier cosa que sirva.” Sin embargo, aquí aparece otro problema con la idea de “judicial madness”, y es que la misma sugiere algo que no es cierto, esto es, que “cualquier cosa puede ocurrir”, lo cual no es cierto. En un sistema capitalista, en una sociedad desigual, en el marco de una organización jerárquica (o aún de castas) como la de India u otras, en un sistema institucional cerrado y elitista como el que domina en muchos de nuestros países, no es esperable que ocurra “cualquier cosa” (lo bueno, lo malo, lo horrible, lo excelente) en ningún espacio del sistema institucional, y mucho menos dentro del sistema judicial. Lo que es esperable es otra cosa: discrecionalidad y arbitrariedad, sí, pero no en cualquier lado, o hacia cualquier dirección, sino fundamentalmente dirigidas a reforzar y reproducir el status quo. En un contexto tal, por supuesto, festejaremos la llegada del juez “fuera de sí”, capaz de suscribir la demanda más extrema de los peor situados. Sin embargo, pobres de todos nosotros (pobres, sobre todo, de los peor situados) si tal es la mejor o mayor esperanza que nos queda.

21 mar 2016

Pensar sobre el castigo, 40 años después

(publicado en LN acá)

Los temas de reflexión que nos dejó la última dictadura militar son graves y muy numerosos. Por ejemplo: ¿qué disposiciones personales y colectivas hicieron posible semejantes niveles de horror? ¿Cómo pudimos llegar tan lejos, como sociedad? ¿Qué explica que hayamos podido convivir, en su momento, con tales niveles de crueldad? ¿Cuánto cambiamos desde entonces? Los interrogantes pueden multiplicarse al infinito.

En lo que sigue, me concentraré en una línea de reflexión diferente, que considero relevante y poco explorada, que tiene que ver con la cuestión penal y el castigo, luego de la dictadura.


En los albores del gobierno de Raúl Alfonsín se pensó mucho acerca de cómo responder penalmente frente a los graves sucesos acaecidos. Dos respuestas sobresalieron entonces, entre las muchas posibles.

La primera decía: corresponde castigar a cada uno de los que participaron de la dictadura, dado que todos (los militares) estuvieron involucrados en los crímenes cometidos (respuesta "retributivista"). La segunda alternativa, que terminaría por imponerse, sostuvo en cambio: corresponde concentrarse sólo en el castigo de los principales responsables (respuesta "consecuencialista"). De este modo -se creía- se iba a desincentivar a los jefes militares a involucrarse en nuevas asonadas, y a la vez se resguardaba a la democracia frente a intentos golpistas que -se anticipaba- podían desatarse si se optaba por la opción del castigo a todos los partícipes (como pedía la respuesta "retributivista").


El hecho notable es que en América latina, una región que fue asolada por brutales golpes militares en la década del 70, se ensayaron respuestas de las más diversas frente a las pasadas dictaduras.

Así como la Argentina optó por formas de castigo "consecuencialistas", otros países se contentaron con impulsar "comisiones de verdad", otros promovieron leyes de amnistía totales o parciales; otros más enfatizaron las respuestas "reparatorias". Y lo cierto es que, a pesar de estas enormes diferencias, todos los países de la región terminaron encontrándose, al final del día, con resultados en lo sustancial muy similares: no se produjeron nuevos golpes militares, las fuerzas armadas perdieron incentivos y capacidad de controlar la política, y no se volvieron a producir violaciones masivas de derechos humanos.


Lo ocurrido nos obliga a repensar nuestras previas conclusiones en materia penal: ¿se trata de que la vida política es, contrario a lo que pensábamos, autónoma respecto de las políticas penales? ¿El derecho penal debe independizarse de los cálculos políticos? ¿Se trata de reconocer que las cuestiones de derechos humanos deben atenderse con herramientas que no son única o primariamente penales? En definitiva, ¿será que las respuestas penales deben guiarse por criterios más principistas y democráticos, desinteresándose tanto del devolver violencia con violencia (la "retribución"), como de las obsesiones consecuencialistas?

Excelente beca post doctoral

PROGRAMA DE BECAS EXTERNAS POSTDOCTORALES
CONICET/UNIVERSITAT DE GIRONA (España)

Presentación de solicitudes: del 1º al 29 de abril de 2016


Bases Generales para la presentación de solicitudes 

El CONICET y la UNIVERSITAT DE GIRONA convocan a la presentación de solicitudes para realizar actividades de investigación Postdoctoral en la Cátedra de Cultura Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universitat de Girona, España. 

Requisitos Generales y Duración 

- Cantidad de becas a otorgar: una (1)
- Inicio de la beca: 01/09/2016 
- Nacionalidad argentina 
- La tesis doctoral deberá ser defendida y aprobada antes de iniciar la beca. 
- Excelentes antecedentes académicos y profesionales. 
- Compromiso de regresar al país (deberá firmarse antes de iniciar la beca) 
- Duración: veinticuatro (24) meses. 

No serán admitidos como postulantes a Becas Externas Postdoctorales quienes hayan usufructuado otra beca Postdoctoral Interna y/o Externa del CONICET y/o concursen simultáneamente cualquiera de los Programas de Estadías, Becas Postdoctorales Externas ó Internas vigentes. 

Lugar de desarrollo de la beca 

Las actividades de la beca se realizarán en la Cátedra de Cultura Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universitat de Girona, España. 
www.udg.edu

Postdoctorado a desarrollar: 

“Seguridad Jurídica y Democracia en Iberoamérica”

Tópicos:
1) Seguridad Jurídica y Decisión Judicial.
2) Globalización, Derecho y Teorías de la Democracia.
3) Seguridad Jurídica y Diseño Institucional para preservar la Democracia.

Financiamiento 
o Estipendio mensual de u$s 2.500.-  
o Pasaje de ida y vuelta para el becario  
o Una ayuda económica anual de u$s 1.000.- para contratar un seguro de salud (para períodos inferiores a un año, se pagará el monto proporcional según la duración de la estadía).
En el caso de los investigadores Asistentes y Adjuntos, se otorgará una licencia con goce de haberes en el cargo. 

Evaluación de las Solicitudes 

Las solicitudes serán evaluadas por la Comisión Asesora de Convocatorias Especiales del CONICET y luego remitirá el listado de candidatos con sus respectivos dictámenes académicos a consideración de la Universitat de Girona. 
El otorgamiento de las becas quedará supeditado al  acuerdo de ambas instituciones de acuerdo a su disponibilidad presupuestaria y a las evaluaciones académicas realizadas. 

Cronograma de la Convocatoria 

Etapa Fechas
Convocatoria 1 al 29 de abril de 2016
Control de Solicitudes 2 al 14 de mayo de 2016
Proceso de evaluación Entre junio y julio de 2016
Publicación de resultados Agosto de 2016
Inicio de actividades Septiembre de 2016

Presentación de Solicitudes 

La presentación deberá incluir: 
* Formulario de Solicitud 
* Descripción del plan de trabajo y cronograma a realizar durante la beca (máximo 3 páginas). 
* Antecedentes  
* Nota de conformidad de la máxima autoridad de la Cátedra de Cultura Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universitat de Girona. 
* Currículum Vitae del Investigador responsable en el exterior. 
* Currículum Vitae del Director propuesto en la Argentina (solo si no es Investigador de CONICET).
* Fotocopia de las 5 mejores publicaciones. 

Las firmas del investigador responsable en el exterior y el aval del lugar de trabajo pueden constar en el lugar del formulario reservado para tal fin o agregarse a continuación una nota con las firmas escaneadas. 

Para ambas solicitudes, las presentaciones deberán realizarse en una carpeta negra con el frente transparente, personalmente en la Mesa de Entradas de cualquier sede del CONICET o enviarse por correo postal a: 
Coordinación de Becas de CONICET 
Godoy Cruz 2290 
1425 – Ciudad de  Buenos Aires 

En caso de enviarse por correo postal, se considerará la fecha del franqueo como la correspondiente a la presentación.  

Se requiere además el envío de los siguientes archivos electrónicos: 
* Formulario de solicitud 
* Plan de trabajo 
* Antecedentes 
* Nota de conformidad de la máxima autoridad de la Universitat de Girona
* Currículum Vitae del Investigador responsable en el exterior.  
* Currículum Vitae del Director propuesto en la Argentina (solo si no es Investigador de CONICET).
Los mismos deben ser remitidos por correo electrónico a becext@conicet.gov.ar, indicando en el asunto “Solicitud Beca/Girona”.  

Presentación de informe final

Al finalizar el período de beca deberá regresar a la Argentina inmediatamente. 
Dentro de los sesenta (60) días de finalizar la beca deberá presentar un informe final incluyendo la siguiente información:
1) Descripción de toda la labor realizada, puntualizando, cuando corresponda, los resultados obtenidos. 
2) 2 artículos publicados en revistas internacionales indexadas de la especialidad.

Modalidad de Presentación del informe:  
* Versión Impresa: Dicho informe deberá cumplimentarse teniendo en cuenta los requisitos señalados en los formularios (carátula informe) provistos por el CONICET para tal fin, a los cuales se accede a través del siguiente link: 
* Versión electrónica: En formato PDF a la dirección: becext@conicet.gov.ar, 
indicando en el Asunto: “Informe Final Beca Externa Postdoctoral CONICET/UNIV.GIRONA– Apellido y Nombre”, organizando los archivos de la siguiente manera: 
1- Carátula de Informe. 
2- Breve resumen de las actividades realizadas. 
3- Divulgación de los resultados. 
4- Artículos publicados en revistas internacionales.
5- Evaluación Académica del investigador responsable en el exterior. 
6- Evaluación Académica del Director de Carrera del Investigador.
Para Investigadores del CONICET: La posesión de la beca no modifica la obligación del investigador de la presentación del informe anual o bianual reglamentario.

Consultas 

Las consultas sobre requisitos administrativos y formularios se responderán por correo electrónico exclusivamente a: 
becext@conicet.gov.ar

Las consultas sobre los grupos de investigación de la Cátedra de Cultura Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universitat de Girona deberán remitirse a:
catedradeculturajuridica@udg.edu


19 mar 2016

Inaudita e incomprensible decisión de la CIDH por la ley de medios?

Es asì, segùn editorial de hoy de LN, acà. No creo que sea así. Los crímenes anteriores -expresados de modo especial en la asociación ilìcita que pudo montar Martín S. desde el AFSCA- no niega que la situación actual, en materia de medios, sea inconstitucional y antidemocràtica. Seguiremos sobre el tema.

18 mar 2016

Brasil (con addendas)

Conspiración internacional? Como dije antes, me parece tramposo decir que se trata de algo así como una conspiración internacional contra los Kirchner, Lula-Dilma, Maduro. Resulta tan inverosímil afirmar aquello como sostener que hubo una conspiración, en su momento, contra Menem, Fujimori y Collor de Mello. Si ellos tienen problemas, eso no se debe a sus virtudes, sino a sus excesivos defectos, básicamente ligados a la mega corrupción que prohijaron (tal vez sea un indicio adicional que la menor gravedad de los hechos, en presidencias como las de Bachelet o Evo, nos refieren a crisis también más limitadas en cuanto a su gravedad).

Se los critica por lo bueno o por lo malo que han hecho? Seguro que muchos quieren "aprovechar el río revuelto", para socavar a gobiernos que por otras razones no quieren. Es cierto que hay grupos corporativos/financieros que quieren "sancionar" cualquier atisbo de políticas progresistas, pero es cierto con demasiados matices. Primero, rechazaría la maniobra de querer poner juntos a gobiernos muy diferentes, de modo tal de salvar o hundir a justos con pecadores -pretendiendo que confundamos a unos con otros. Debemos separar los casos (no es lo mismo Bachelet que CFK), y los temas (no es lo mismo "paternidad" no declarada, que lavado de dinero). Segundo, en muchos casos de los citados o citables no es claro en absoluto que podamos hablar de gobiernos progresistas (ya discutí sobre el tema en mi texto "la izquierda que no es"). No es inhabitual que nos encontremos (como en el caso de Dilma-Lula hoy) con gobiernos que llevan adelante programas de ajuste en nombre de ideales de avanzada (lo mismo hizo el kirchnerismo acá). Tercero, me resulta inaceptable la idea (tan habitual en nuestro kirchnerismo bobo) según la cual la ciudadanía es tonta cuando abuchea a los líderes que uno quiere, pero súbitamente lúcida cuando los vota. Por el contrario, creo que la mayoría distingue perfectamente entre lo bueno que hicieron, por caso Lula-Dilma (reducir el nivel de pobreza) o los Kirchner (recuperación del empleo), de lo malo que pudieron hacer (mega-corrupción, planes de ajuste, lavado de dinero).

Fuentes de corrupción. La mega-corrupción en gobiernos como los de Argentina, México, Brasil o Venezuela tuvo que ver muy especialmente con los mega-conductos de dinero que aparecieron en esos países, en las últimas décadas. Las privatizaciones (en la Argentina de Menem, típicamente) fueron fuente de mega-corrupción, por el dinero que prometía el desguace de un Estado que había sido gigante; como luego lo sería el dinero narco (México, pero también Argentina o Venezuela); el petróleo (Venezuela), y el petróleo y las comunicaciones (México o Brasil).

No aceptar la extorsión. En todos los casos, no hay que aceptar la extorsión de tolerar o negar la corrupción "porque me interesa que se mantenga tal o cual política" (o, peor, "porque me interesó en el pasado tal o cual política"). Se trata de una mera trampa, que fue en la Argentina fuente de degradación moral de tantos colegas. Se explican este tipo de respuestas, muchas veces, por la propia corrupción (material) de muchos. Pero en otros casos, se trata simplemente de la corrosión moral, la extorsión que han aceptado y la degradación personal en la que consecuentemente han caído. 

La corrupción de los funcionarios públicos debe sancionarse, aún con juicios políticos. Se trata de una las pocas herramientas de control (accountability) que nos quedan -casi ninguna!- como ciudadanos, para reaccionar frente a las fallas de la política, y está bien que la usemos.  Pensemos en el impeachment a Ibarra en la Ciudad de Baires (y el riesgo de que se sancionara a un ex-fiscal anticorrupción, como él lo había sido, identificado además con la causa de los derechos humanos) o a Collor en Brasil. Hoy, creo, nos resulta claro a todos que los juicios merecieron hacerse, y que además dieron mensajes importantes a la clase política: no se puede hacer cualquier cosa, porque te pueden echar.

Sobre la intervención judicial en estos casos. Me resulta entre curioso y enojoso escuchar voces de gente, sobre todo vinculada al derecho, indignadísima por la intervención de los jueces en estos casos."Es inaceptable," gritan. Mi primera pregunta es: Se olvidan de lo que significa vivir en una democracia constitucional? Vivimos en ella hace dos siglos. Les guste o no, no se trata sólo del voto. En una democracia constitucional, se vota y hay controles judiciales. Què es lo raro? Segundo: dicen "es que los jueces intervienen en politica." Y sì, los juicios a los polìticos nos hablan de exactamente eso: jueces que intervienen en casos vinculados con la polìtica. Se trata de una institución que tiene màs de 200 años. "Es que intervienen con criterios polìticos" -responden (bueno, esta objeciòn es tan boba que no la contesto). "Es que los jueces son conservadores" -agregan. Bueno, se dieron cuenta tarde de un problema que muchos venimos denunciando hace dècadas: queremos una organizaciòn de controles diferente, con un papel màs restringido para el poder judicial, y más amplio para la discusión democrática. Pero es inaceptable que algunos se acuerden de este tema cuando les va mal con la justicia, y mientras tanto callan cuando les conviene, o exigen la intervención judicial cuando la política no les gusta. Y de esto hay demasiado, y cansa. Finalmente: en Brasil, como en Italia, los jueces de tribunales inferiores no llegan a sus cargos a partir de criterios y acuerdos fundamentalmente polìticos (porque surgen de acuerdos partidarios entre las ramas polìticas -tìpicamente, Ejecutivo y Senado). Allì, llegan a partir de concursos que duran años, y en donde la polìtica no aparece en ningùn momento. Esto genera jueces en un sentido no irrelevante "independientes" del poder polìtico (y no necesariamente dependientes del poder econòmico, como lo atestiguan los miles de jueces "progresistas" que existen en Brasil). En Italia, o en Brasil, encontramos luego lo que no encontramos en paìses como la Argentina, esto es, jueces capaces de desafiar sistemàticamente a los poderes polìticos y econòmicos. Tal vez -aùn para nosotros, crìticos històricos del control judicial- haya aquì algo que no sea tan malo. Habrìa que pensarlo màs, pero en todo caso esta conclusiòn provisoria va en contra del apuro con que algunos repudian a la justicia, cuando eventualmente confronta a una polìtica que les gusta, mientras exigen desgañitados su intervenciòn, cuando la polìtica del caso no les gusta. Basta de hipocresìa, por un rato al menos.

Genera esto un riesgo político, dado que la "derecha" tradicional está mejor preparada para ser el "reemplazo" en estos casos? Sí, es un riesgo. Pero me parece que es un riesgo que temen, sobre todo, los que desconfían de la ciudadanía; los arrogantes que creen que la ciudadanía sólo actúa siguiendo lo que le dice la televisión (que, como vimos, siempre nos refiere a "confusiones intermitentes, seguidas de raptos de lucidez cuando votan al que me gusta"). Yo confíaría en la capacidad de resistencia y movilización ciudadanas. La ciudadanía no está dispuesta a tolerar cualquier ajuste, aquí en la Argentina, o en Brasil, o en Chile o en Bolivia...Hay que estar firmes frente a los embates de la "derecha" tradicional, pero es un absurdo reduccionismo pensar que esos grupos pueden llegar simplemente al poder para hacer lo que se les ocurre, como si no hubiera sociedad movilizada, como si no hubiera protestas para todos, como si no hubiera pasado, como si no hubiera historia de la que aprender.

addenda 1: nota del NYT sobre el tema de Brasil, acá (gracias MG)
addenda 2: reportaje a HV sobre el tema, en Playboy, acá. El reportaje es interesante, pero incluye respuestas muy preocupantes en quien fue adalid de la lucha anticorrupción en el menemismo, como ésta:
Verbitsky: Mirá, yo creo que los niveles de corrupción de los gobiernos kirchneristas no han superado el promedio de lo que han sido los gobiernos argentinos que yo recuerde. En el caso del menemismo, que es cuando yo dediqué tiempo y esfuerzo para investigar esas cuestiones, a mí me interesaba ver cómo la corrupción era el precio que se pagaba a un movimiento popular de raigambre histórica por el abandono de las banderas tradicionales.

15 mar 2016

Mesa debate, ley de medios

Jueves 17 de marzo, 15:30 | Aula A103 UTDT

La Escuela de Derecho, junto con el Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales, invitan al evento Ley de Medios.

Las recientes modificaciones por decreto a la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual han generado un intenso debate público. Esta mesa tratará preguntas tales como la constitucionalidad de los cambios, la ausencia de discusión en el Congreso, la conveniencia, entre otros interrogantes importantes.

Panelistas
Bernadette Califano. Universidad de Buenos Aires
Martín Becerra. Universidad Nacional de Quilmes, UBA, Conicet
Philip Kitzberger. Universidad Torcuato Di Tella
Roberto Gargarella. Universidad Torcuato Di Tella

14 mar 2016

La historia de los 36



 La historia de los 36 viene de demasiado lejos, y encuentra versiones muy distintas, que fueron creciendo y mutando un poco, en tiempos y lugares diferentes. Versiones que con los cambios se fueron refinando también, hasta encontrar formas –al menos algunas de ellas- cada vez más atractivas. Las primeras dos que voy a comentar no son las que más me interesan, pero las voy a presentar porque es ahí en donde la historia encuentra sus primeras raíces.

La primera versión conocida de esta historia aparece en el libro del Génesis, y refiere a un diálogo entre Jehová y Abraham, en donde, hablando de la corrosión de las costumbres en Sodoma, y de su futura destrucción, Abraham le pregunta a Jehová si se animará a hacer morir “al justo con el impío.” Jehová le responde entonces que no, que no lo hará pero solamente si es que encuentra a 50 justos en la ciudad. En ese caso –le respondió- todo sería perdonado en nombre de los justos.

La segunda de las muchas versiones que aparecieron de esta misma historia navega entre Egipto y Grecia, y nos habla de 36 (así llamados) “decanos celestiales”, cada uno de los cuales se convierte en observador del Universo, al que de algún modo gobierna, durante 10 días. En esta nueva versión nos encontramos ya con los 36 (los justos no son 50 sino 36), aunque se trata aquí de 36 que ocupan una posición prominente, 36 que de algún modo se sitúan en el centro y por encima del Universo.

Son las versiones que aparecen luego las que más me satisfacen e importan, comenzando por la extraordinaria alusión que se hace a la misma en el Talmud, cuando se explica la tradición de los Tzadikim. Según esta forma del relato, existen 36 hombres justos sobre la faz de la tierra. Si todos ellos desaparecen, el mundo mismo desaparece. En cambio, si uno sólo de ellos muere, entonces no hay mayor problema, ya que otro justo toma inmediatamente el lugar del que ha muerto. Esta traslación de la historia me resulta maravillosa. En particular, me agrada el notable giro que le agrega al cuento, y es que los 36 justos, esas 36 personas, se encuentran dispersas y ocultas entre todos nosotros –no ocupan entonces, como ocupaban antes, el vértice superior del Universo. Nosotros no conocemos a estas personas, pero tampoco ellas se conocen entre sí, ni saben siquiera el papel que están cumpliendo. Todos estos pequeños detalles conforman una narración para mí muy hermosa.

De modo notable, pero no sorprendente, una de las mejores traducciones y re-elaboraciones que tuvo este fragmento del Talmud es la que presentó Borges, en uno de sus poemas más conocidos y más bonitos, que es el poema sobre Los Justos. El poema es tan emocionante como otros cuentos del autor, incluyendo el que más le gustaba a él mismo, que era El Sur; y tan conmovedor como el relato que hiciera Borges sobre aquello que viera desde el agujero infinito, el Aleph, luego de la muerte de Beatriz Viterbo. Pero vuelvo, en todo caso, al poema Los Justos, que es el que me interesa. En él, y sin dar una cifra precisa, Borges habla de un número indefinido personas, diseminadas entre todas las demás, que son las que permiten que la humanidad se redima. Él describe brevemente, en una línea o dos a lo sumo, a un puñado pequeño de estas personas. Habla del “tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada;” habla del “ceramista que premedita un color y una forma”; habla de quien “cultiva un jardín, como quería Voltaire”; habla de “dos empleados que en un café del Sur juegan un silencio ajedrez”; y habla también –esta línea es particularmente bella- del que “justifica o quiere justificar un mal que le han hecho”.  Estas personas, concluye Borges en la sentencia final del poema, aunque “se ignoran, están salvando el mundo.”

La dimensión que le da Borges a la historia de los 36, y los modos y ejemplos con que la ilustra, depuran el relato original todavía más. El Talmud de Borges, para llamarlo así, coloca al relato en lo que considero que es su lugar más alto.

En lo personal, tengo una versión propia de la historia, que muestra dos variaciones con el hilo principal de la misma. En mi versión del relato, primero, no se trata de 36 personas, sino de varias más (aclaro, de todos modos, que Borges tampoco reducía esas personas al número de 36, sino que por el contrario –y como yo quisiera hacer- sugería que el número podía ser bastante más alto). Yo no puedo definir el número, pero me inclinaría a pensar que se acerca a los 36.000, o a los 360.000, o –es lo que llego a pensar en mis días más optimistas, que no son muchos-  al número de 3.600.000. En todo caso, de lo que estoy seguro es que se trata de una minoría, que trasciende bastante al inicial número de 36. Como en la tradición que nos llega desde el Talmud, creo que se trata de personas que están dispersas entre nosotros, y que no se conocen entre sí. De todos modos, en mi versión del relato aparece una segunda diferencia con el que proviene del Talmud y que mejora Borges, y es que estas 3.600.000 personas (para usar la versión optimista) no están salvando el mundo (no es que su desaparición provoca la desaparición del mundo), pero lo tornan más respirable, cuando a veces, muy habitualmente, entendemos que se ha vuelto irrespirable y que es difícil de vivir en él. Se trata, entonces, de personas que hacen lo suyo bien y comprometidamente. Personas que, para ponerlo mejor, están  haciendo mucho más, cuando podrían hacer mucho menos. Personas que,  de ese modo (sin avisar ni hacer alharacas) ayudan a que el resto (que pueden ser todos o unos pocos o una sola persona) podamos vivir mejor. Estas personas, agregaría finalmente muestran que al mundo es posible cambiarlo, aunque sea un poco, desde cualquiera de sus puntos.


Esta semana, creo, me tocó ver a una de estas personas, en el subte. Era un joven músico que tocaba una canción propia, muy linda, en el vagón en el que yo iba. El joven cantaba con enorme entusiasmo. Cuando el subte llegó a destino, a su estación final, el cantante estaba recién por los comienzos de su última canción, así que, sin dudarlo un instante,  sin inmutarse por el hecho de que la mayoría de los pasajeros abandonara “la formación”, y sin molestarse siquiera porque se había escapado la posibilidad de pasar la gorra y recaudar su merecido, él optó por seguir cantando un buen rato más, hasta que concluyó su tema y quedó satisfecho con la versión emprendida. Personas como él, diría, ayudan a mejorar al mundo desde un punto en apariencia oculto o retirado del centro. Pienso, también, en aquellas viejas a las que les duele cada parte del cuerpo, pero que en invierno, cuando el nieto se les queda a dormir en la casa, se despiertan de noche, sienten frío, y a pesar de los achaques en los huesos, también sin dudarlo, se levantan y van a agregarle una frazada al nieto, que está dormido y ni siquiera se ha dado cuenta del frío. Pienso, por ejemplo, en el encargado del café que frecuento, siempre de camisa y corbata impecables, que con su tranquilidad y buenos modos nos contagia tranquilidad y buenos modos a todos. Este tipo de personas permiten que el planeta siga siendo un lugar habitable, y nos muestran que al mundo, desde cualquier punto, es posible mejorarlo.