En el 50 aniversario del derrocamiento del presidente Arturo Illia (28 de junio de 1966), recuerdo (y copio), que
"cuando abandonó la Rosada, declaró ante el Escribano Mayor de la Casa de Gobierno los siguientes bienes: su casa y su consultorio; tres trajes grises; un traje negro; dos sacos sport; tres camperas; cuatro pulloveres; ocho camisas de vestir; cuatro camisas de manga corta; diez pares de medias; tres pares de zapatos negros; un par de chinelas; un desavillé; una salida de baño; ocho juegos de ropa interior; diez corbatas; tres pijamas; un par de anteojos negros y un portafolio. No tenía auto: lo había tenido que vender."
Tan distinto de los que se fueron, tan distinto de los que llegaron. No da todo lo mismo.
Crees que puede trazarse una línea Frondizi-Illia-Alfonsín de presidentes que no llegaron lara robar? Yo creo que sí y que desafortunadamente esa línea termina de manera tajante con el último.
ResponderBorrarArchisabido pero no está mal volver a recordar que tuvo a los medios de comunicación unánimemente en contra, a militares , sindicatos y corporaciones económicas ídem.
ResponderBorrarAunque seas bueno, indudablemente honesto y no te crispes, el conflicto inherente a gobernar hace que la situación se encrespe igual y los gobiernos democráticos son extremademente débiles, es bueno entenderlo.
Gran libro de César Tcach sobre él (Illia: un sueño breve) y otro de Eugenio Kvaternik (no recuerdo título, pero creo que era de la Di Tella)