15 may 2019

El riesgo de un nuevo pacto de impunidad

Publicado hoy en LN, y co-escrito con Rubén Lo Vuolo y Maristella Svampa
https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-riesgo-pacto-impunidad-nid2247852

el horror, el horror, el horror

El riesgo de un pacto de impunidad
Roberto Gargarella, Rubén Lo Vuolo y MaristellaSvampa
Mayo de 2019

La historia de la Argentina ha alternado siempre entre grandes expectativasy grandes frustraciones. Sus abundantes bienes naturales y la calidad de sus recursos humanos siempre fueron presentados como elementos capaces de facilitar la construcción de una sociedad con potencia para combinar prosperidad y buen vivir. Sin embargo, la reiterada sucesión de fracasos colectivos y crisis recurrentes la transforma en una sociedad que se aleja cada vez más de su potencial histórico. Así, hoy estamos inmersos en otro episodio de frustración colectiva y crisis, en el contexto de un nuevo período electoral.

Frente a este escenario, aquí buscamos reflexionar sobre uno de los elementos que explican estas frustraciones y crisis recurrentes y que se vuelve particularmente relevante en este período electoral: la reiteración de pactos de impunidad entre los miembros de las elites que controlan las distintas instancias de poder en el país. Estos pactos reiterados y no siempre formalizados en la práctica política argentina, explican no sólo las decepciones económicas reiteradas, sino también la persistencia de una matriz de desigualdad que alimenta la riqueza y el poder de un grupo minoritario.

Hay múltiples ejemplos de estos pactos, que habitualmente no se producen a la luz del día, no se expresan en un solo acto, ni se limitan a la clase política. El que mantiene en libertad al ex Presidente Menem bajo el amparo de sus fueros legislativos es uno de los más notables, aunque sólo ilustre de modo visible la impunidad de funcionarios y empresarios que lucraron con privatizaciones y otras políticas de su gobierno, y que nunca fueron siquiera citados por la justicia. El propio Presidente de la Nación, Mauricio Macri, ha reconocido la participación de su padre en “actos delictivos”, que lo muestran como protagonista activo de esos pactos (en particular, a través de la“patria contratista,” que definió los destinos económicos del país durante décadas). Los ejemplos se multiplican a nivel de provincias y municipios, como así en el engorroso entramado normativo que otorga beneficios especiales y normas de excepción en diversos rubros de la relación entre el sector público y el privado (incluyendo los cuantiosos negocios vinculados a la deuda pública). 

La llamada “causa de los cuadernos” puede ser el ejemplo más notorio del acuerdo por la impunidad al que nos referimos. La causa en cuestión ha dejado a la luz las cloacas de una entente político-económica estratégica que, con distintos nombres y distintas retóricas, ha controlado y esquilmado a la Argentina en las últimas décadas. En una ofensiva que busca limitar o poner término a las gravísimas derivaciones de esta causa, se observa que gran parte de la elite dirigente del país denuncia que “todo el proceso está lleno de irregularidades y mentiras”, mientras opera para contaminarlo y ponerle precio a la impunidad de empresarios y políticos que hoy se encuentran en estado de pánico. Buena parte de nuestro personal judicial, también protagonista de pactos de impunidad pasados y presentes, parece dispuesta a trabajar al servicio de ello. Por ejemplo, la insólita decisión de la Corte, de requerir al Tribunal n. 2 el expediente del juicio que se iniciaba contra la ex Presidenta, no define ni constituye ese pacto, pero sin dudas tampoco hace nada para desmentirlo.
Así, detrás de nuevos “pactos de gobernabilidad” la sociedad argentina enfrenta hoy el riesgo de nuevos “pactos de impunidad”. Con el argumento de la innegable necesidad de lograr paz social junto con estabilidad política y económica, sectores del poder político, sindical, empresarial y eclesiástico -y más allá de las controversias, odios y escándalos del momento-, auspician un nuevo compromiso de impunidad para los culpables de desfalcos públicos y enriquecimientos privados.

Esto no quiere decir que estemos rechazando la necesidad de generar nuevos consensos para mejorar la economía, cambiar las condiciones institucionales en el país, o dotar de mayor justicia a prácticas carentes de ella. Por el contrario,coincidimosen buscar puntos de acuerdo entre diversas fuerzas políticas. Pero lo que nos interesa recordar es que la historia argentina ofrece buenos ejemplos de lo contrario, donde la búsqueda de pactos de gobernabilidad ha abierto la puerta a la consolidación de pactos de impunidad. Como consecuencia de estos acuerdos de cúpula, el país no sólo sigue inmerso en una matriz de corrupción público-privada, sino que también sufre las consecuencias de una matriz económica rentista, improductiva e insustentable, incapaz de ofrecer empleo, bienestar a la población y garantizar la protección de la vida y de los territorios. No debe extrañar que, pese a los cambios de gobierno, las actividades económicas más rentables en el país continúen siendo las vinculadas a la extracción y depredación de los bienes naturales; a mercados cautivos; a la especulación financiera, cambiaria e inmobiliaria; a los contratos privilegiados con el Estado.

Así, la persistente matriz de desigualdad económica y social en el país es el resultado directo de estos pactos de impunidad de las elites que pueden incluir mayor o menor cantidad de programas asistenciales, más o menos deuda pública, incremento o disminución de la obra pública, pero que siempre favorecen el enriquecimiento y la concentración del poder en unos pocos. Los habituales protagonistas de estos pactos de enriquecimiento personal y ejercicio de poder concentrado se encuentran tanto entre los ocupantes circunstanciales de los tres poderes del Estado, como en los medios de comunicación afines y las agrupaciones intermedias al servicio de intereses particulares (incluyendo asociaciones civiles y los llamados thinkthanks que operan como apéndices de estos poderes).

Nos interesa subrayar entonces que los problemas del país no pueden ni merecen resolverse con consensos que, apelando a la “política real” o “pragmática” concluyan en un nuevo pacto de impunidad entre las élites, suprimiendo todo proceso de justicia y esclarecimiento de lo ocurrido en estos años. Proponemos resistir esos acuerdos, tanto en sus contenidos, como en sus formas. Pues, para poder convertirse en acuerdos democráticos, ellos deben incluir a ciudadanos y movimientos sociales, y no sólo a las cúpulas de los tradicionales factores de poder locales. Necesitamos evitar que se repitan políticas que en la coyuntura aparentan mejorar la situación económica y social pero que, por los modos en que se construyen, y por los objetivos a los que apuntan, prometen reforzar la matriz de desigualdad, exclusiones y privilegios persistentes.

Sabemos que no resulta fácil construir alternativas políticas sólidas en la coyuntura actual y entendemos la desesperación de muchos ante la escalada de la crisis presente. Pero pensar la sociedad y la política del país desde un horizonte de igualdad, de mayor democracia, de justicia social y ambiental, exige desmantelar el vínculo estructural que hoy todavía se advierte, entre corrupción, injusticia y desigualdad. La autocrítica política; la justicia que garantice el fin de la impunidad; y el cambio drástico en la orientación de la política económica y social, deben ir necesariamente de la mano. 


21 comentarios:

  1. obeltrand2004@gmail.com11:08 a.m.

    Excelente. Felicitaciones a sus autores.

    ResponderBorrar
  2. Anónimo11:58 a.m.

    Gargarella, no seas cobarde y publica las críticas que te hacen. Respondelas!

    ResponderBorrar
  3. este comentario de un anónimo es extraordinario

    ResponderBorrar
  4. Impecable análisis. Muchas gracias por compartirlo.

    ResponderBorrar
  5. Juan Esteban3:51 p.m.

    Lo que tu indignacion selectiva no te permite reflexionar, estimado Gargarella, es que en una democracia que se precie de serlo, el encarcelmiento de dirigentes politicos y lideres sociales trae aparejado que millones de personas pierden su voz, su representatividad en la arena publica.

    Asi es como despues de estas maravillosas cruzadas de mani pulite con una fina capa de violaciones a las garantias constitucionales - como las que vos venis aplaudiendo a lo largo de estos ultimos 3 años y medio en Argentina - queda un espacio vacio que es ocupado por monstruosidades como los Berlusconi, los Bolsonario y las Carrio girls.

    Salvo que los dirigentes sean responsables de delitos graves de sangre o de lesa humanidad (Fujimori por ejemplo) no deben ir presos bajo ningun concepto y menos por fotocopias de cuadernos confeccionados por un peculiar remisero cronista.

    saludos cordiales

    ResponderBorrar
  6. En el fondo estás de acuerdo con el jefe de gabinete de Macri, en el fondo está el drama moral y no la economía. Me resulta increíble que intelectuales viajados sean tan cotidianos. Tiene olor a ollas impecables como libros de rico.

    ResponderBorrar
  7. david, si vas a hacer un comentario tan malo, al menos lee antes lo que vas a criticar. el texto dice lo contrario: el problema no es moral, sino económico, y por eso el pacto de buena parte de la clase dirigente. pero bueno, la idea era hacerse el patotero, ok, te entiendo

    ResponderBorrar
  8. juan esteban, me parece que decís una cantidad de cosas sin fundamento, y a pesar de eso todavía levantás el dedo como si supieras. cuál sería la "democracia que se precie?" es cierto que por la prisión o procesamiento de toledo-fujimori-humala-temer, millones de peruanos y brasileros que votaron se quedaron sin voz? en absoluto. Hay una correlación entre el mani pulite y el desastre político italiano. mi hipótesis es que la correlación es inversa. pero no afirmaría una cosa así sin ningun apoyo empírico. vos lo tenés? vos dirias que no habría que haber hecho el mani pulite, no habría que haber hecho el pentagon papers, no habría que haber investigado watergate, porque capaz que luego viene trump? me parecería una idiotez decir algo así. finalmente: yo en algún escrito auspicié la cárcel, o más bien defendí siempre posiciones abolicionistas, que no son sinónimo de que no se procese y declare responsable, y reproche a los corruptos? esto último. en definitiva: no pegaste una

    ResponderBorrar
  9. Diego Rios9:52 p.m.

    Buen análisis, Roberto. No entiendo la agresividad de algunos comentarios: me dejan perplejo.

    ResponderBorrar
  10. andresvas11:54 p.m.

    Roberto, en ningún escrito teórico auspiciaste la carcel pero en todos los posts prácticos y los diarios aplaudiste las preventivas extorsivas plagadas de irregularidades procesales comandadas por un impresentable de horribles antecedentes (como por ejemplo haber desarmado como ministro de Scioli la reforma a la policía de la
    pcia.que se había iniciado con Arslanian). Que en el cuarto oscuro votes en blanco no modifica en nada el argumento sobre tus tomas de posición pública. Te preocupa la impunidad del poder pero nunca la del que gobierna actualmente, que concentra como nunca antes poder político y poder corporativo.
    Qué difícil en este país que alguien mida todo con la misma vara.

    ResponderBorrar
  11. andrés, ante todo te diría que piensas qué hace que el 80 por ciento de tus intervenciones sean un análisis de mi personalidad,si fui inconsistente allá, o si pisé el palito acá, si en verdad soy esto o lo otro. de veras que usar parte de la propia vida para analizar la vida de alguien que escribe en un blog...yo pensaría qué me pasa, y me preocuparía.
    dicho eso: la impunidad de la que hablamos es impunidad, como decimos en el texto, como la de las privatizaciones, que dejaron a menem y al empresariado impunes, y la de la patria contratista, que dejaron a los k, tanto como a los macri (el padre, protagonista central) impunes. la impunidad no es algo que macri pueda criticar mirando de la vereda de enfrente, sino algo que él también necesita en filas centrales (por eso insisto con la metáfora de él diciéndole al padre delincuente). eso lo pienso convencidamente, y es lo que escribimos. vos, metido en la grieta y sin posibilidad de salida visible, seguís mirando lo que querés mirar, y leyendo lo que querés, y dejando de lado lo que no querés encontrar. pero insisto, son problemas tuyos. para mí macri forma parte del horror, aunque siga pensando que no todo es igual, y que hay cosas peores, que no me lleva a votarlo, sino a no votar a ninguno (más allá de que también me parece un error mirar la política democrática en términos de a quién vota uno)

    ResponderBorrar
  12. andresvad10:45 a.m.

    Roberto, no me ocupo de tu persona sino de la posición política que enunciás, que, para mí, invoca un lugar de autoridad moral de izquierda para,en la práctica, terminar ser siempre más indulgente con los gobiernos de derecha como este. Es discusión con una manera de ver la política, nada personal.

    ResponderBorrar
  13. andresvad10:49 a.m.

    Y,yendo a tu respuesta política, creo simplemente que, ya terminando cuatro años de gestión, no medīs a los k y a mauri con la misma vara, seguramente porque pensás que es menos malo el macrismo que el k.

    ResponderBorrar
  14. es gracioso andrés, en tu aclaración volvés a lo mismo: tenés una fijación con lo que hago o no hago, con cómo soy. pensalo. es increíble que ni a la hora de aclarar salís a discutir un argumento del texto, sino que yo hago una cosa cuando debiera haber hecho otra. yo no existo andrés, el blog no existe. ocupate de cosas importantes, no de mi consistencia ideológica. hablalo con tu consejero, médico o amigo :)

    ResponderBorrar
  15. Anónimo1:02 p.m.

    Yo te comenté en la otra publicación, la que se titular "Un pacto de impunidad".
    Creo que la crítica se hace personal (en relación con los comentarios de arriba), por la entidad que tiene quien opina.
    Vos sos alguien muy reconocido en el ámbito académico.
    Nos sorprende a muchos que personas brillantes comos vos no vean que lo que dicen genera opinión. Vemos un montón de personas criticando lo que hizo la Corte, muchos de los cuales no tienen idea de derecho.
    Han opinado juristas que no son K para nada (Gil Domínguez, por ejemplo), en favor de la medida de la Corte. Es decir, el disenso puede existir; pero lo que muchos vemos mal es que se apunte a que la Corte está operando. Por ejemplo, que lo diga Sabsay, no es tan importante. Pero sí intelectuales como vos. Pasa por ahí.
    No hay que creer que cuando se hace hincapié en la opinión de una persona, necesariamente se busque atacarla. A veces, se busca entender en un contexto de pensamiento de esa persona.
    Ayer cuando hablaste de no ser neutral,yo vi que incurrías en una acepción de la política que vos no avalás: la de Carl Schmitt.
    Yo coincido en que todos debemos tomar partido, lo que digo es que no necesariamente tenemos amigarnos con unos y enemistarnos con otros; podemos buscar una alternativa eso.
    En el caso "stornelli" yo no veo nada distinto de lo que se le cuestiona a los k. O qué decir de Laura Alonso. Sabemos de su origen. Y los DNU de Macri? (Y el del Blanqueo?). De respeto a las instituciones, de republicanos, solo tienen la apariencia.
    No sé, puede que estemos equivocados, pero algunos creemos que las mediciones entre cambiemos y el kirchnerismo, son absurdas. Si no rompemos ese círuclo vicioso, no hay salida.
    Valoro mucho que admitas debatir, a pesar de no estar obligado.Eso sí marca mucha coherencia con tu pensamiento.

    ResponderBorrar
  16. pero creo que no has leído lo que escribí, y no has escuchado lo que dije en cada entrevista
    te marco dos puntos (más allá que lo de schmitt y neutralidad lo rechazo)
    1) el artículo empezó a ser escrito hace un mes, y fue leído en clave "corte." a mí, lo de la corte me parece una anécdota horrorosa, pero a nosotros nos interesó hablar de pactos de impunidad que trascendían largamente lo de la corte. entonces si me decís: la posición correcta era la de avalar lo de la corte, me dejás pasmado, porque en mi historia, lo de la corte es un dato menor
    2) el otro tema central del artículo era el señalamiento de la transversalidad. por eso armamos una micro historia en términos de "privatizaciones" (menem) "patria contratista" (familia macri) y "obra pública" (de vido). si alguien lee eso como "ah, estás protegiendo a macri", me parece una locura. para nosotros son actores centrales de la trama (y su familia, desde hace años ha), que hoy tiene como centro la corrupción gestada en los años del kirchnerismo. pero tratamos de hablar de una matriz histórica, pero hay quienes prefieren leerlo en clave river-boca, k antik

    ResponderBorrar
  17. Anónimo2:50 p.m.

    Dos cosas finales: 1)puse "acepción" y quise decir "concepción". Eso en relación con Carl Schmitt.
    2)No critiqué todo el artículo. Suelo leer cosas tuyas, como también a Maristella Svampa. Y comparto la idea general del artículo, para que quede claro. Por algo destaco quién sos. Maristella también me parece una intelectual brillante.
    Solamente que noto que son más frecuente las observaciones hacia un lado y no hacia al otro.Pero bueno, vos mismo reconocés que no son lo mismo. Y de hecho, de cambiemos lo que más resaltás es el neoliberalismo. Por ahí otros vemos que mantienen el mismo sistema corrupto que los anteriores (pero con un gran blindaje mediático).

    No te molesto más, Saludos!

    ResponderBorrar
  18. Anónimo3:27 p.m.

    Me parece que para andresvas, este posteo de rg es cuando menos: oscuro, sombrío, umbroso, sombreado, azaroso, complicado, anfibológico, equívoco, dudoso, confuso, impreciso, vago, indeterminado, borroso, turbio, velado, ininteligible, nebuloso y opaco; a diferencia de cualquier escrito de Horacio González o de Ricardo Forster que se tome por azar.

    ResponderBorrar
  19. Chica Ana4:49 p.m.

    Pero no es imprudente en estos momentos bloquear así la causa? No sé me parece, a lo mejor soy yo.

    ResponderBorrar
  20. Excelente como siempre, defendiendo la cosntituión y el estado de derecho, los que lo entiendan así, es porque son tránsfugas.

    ResponderBorrar
  21. Anónimo11:52 a.m.

    ya ha habido antecedentes de la anterior "mayoría automática" dándole una mano a alguien del palo, me refiero al tristemente célebre ex intendente de la ciudad de Córdoba Germán Kammerath (sentencia del 18-12-02, en https://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verUnicoDocumentoLink.html?idAnalisis=530930&cache=1558103991844 ). Se metieron en el asunto antes de una sentencia definitiva (ver disidencia Belluscio) con esta idea de preservar la jurisdicción del tribunal mediante una sentencia "útil" (útil a quién?). En ese caso, al menos, se hicieron cargo y lo firmaron en una sentencia, no de esta manera anómala mandando a un secretario a pedir la causa.
    por suerte quedan intelectuales honestos que sin ser "almas bellas" y sin meterse en el barro pueden marcar la cancha respecto de estas maniobras truchas.

    ResponderBorrar