En el último número de la siempre
interesante revista Crisis (nueva etapa), hay una nota premonitoria sobre las
tensiones entre el bulgheronismo y los trabajadores de Cerro Dragón; un
reportaje fotográfico sobre Paraguay; una entrevista con el temible rey de la
soja brasileño; o un artículo sobre Martin Rejtman.
En una de las notas centrales se exploran
los límites que viene mostrando el gobierno en relación con la clase
trabajadora. Se nos dice, por caso:
“En los discursos presidenciales, la
protesta es sospechada de extorsiva, provocadora, compuesta por preocupantes
patrullas perdidas…Cristina advierte y alecciona, habla de la nueva Argentina,
a veces le toma el pelo a algunos reclamos como el de los maestros o cuestiona
el derecho de huelga. El escenario se vuelve un poco más asimétrico cuando la
presidente misma bardea protestas de laburantes por cadena nacional. Ella pide
‘unidad y organización del campo popular’ pero la fórmula resuena a veces como
‘fusión y obediencia’”
Es interesante que en una nota sobre la relacion del gobierno con la clase trabajadora se hable solo de su discurso. Despues de 8 años uno diria que se tienen hechos concretos para estructurar "la relacion del gobierno con la clase trabajadora" o al menos para mechar.
ResponderBorrarPero parece que lo importante es el discurso.
Asi si la presidenta dijese "Los glaciares son para mi como mi hijo Maximo", el autor nos explicaria que los glaciares gozan de una relacion filial con la presidenta.
El gobierno en lo verbal, pega al empresariado, pega a los sindicalistas. Busca limitar asi, con el poco efecto que tiene una verba presidencial sobre la realidad, el nivel de reclamo o de derecho que cada parte siente que tiene.
Como la mediadora que ante una mediacion le dice a cada parte y a solar "Mire que sus derechos son debiles y esto podria salirle el tiro por la culata". Creemos que nos quiere mal porque nos escuchamos que al otro le dice lo mismo. Lo que hace es limitar un poco la "euforia negociadora". Para juzgar como juega la mediadora deberiamos analizar como resultaron las negociaciones. Sus frutos. Su discurso es solo la herramienta, no el resultado.