A partir de mi
experiencia en la evaluación de tesis doctorales, podría escribir algunas
hojas, pero por el momento me urge insistir sobre un tema importante, que veo
muchas veces desconocido o desafiado en la práctica. Se trata de un consejo personal, tal vez controvertido, pero asentado en cierta vejez y experiencia. Hablo del valor de
reconocer cuál es la “comunidad de diálogo” con la cual uno conversa.1
Por razones diversas,
que incluyen al apuro por terminar la tesis; la carencia de tiempo; la falta de
guía o supervisión adecuadas; la ansiedad de leer e incorporar a la tesis todas
las lecturas excitantes que se van encontrando; la pretensión de
exhaustividad (querer dar cuenta de “todo” lo importante; incorporar todos los temas o ideas
más novedosas; mostrarse al tanto de lo “último” recién publicado); etc., muchos tesistas
convierten a su trabajo doctoral en una abigarrada, interminable, densa
acumulación de citas y clasificaciones -referencias abrumadoras, finalmente desvinculadas entre sí. La tesis
comienza a extenderse a lo largo y ancho, y a inundarse con citas de textos y autores: un amontonamiento innecesario y altamente amenazante sobre el
valor del trabajo.
Normalmente -debe saberlo
el tesista- dicha acumulación al infinito no refleja la “erudición” del
doctorando, sino su falta de conocimientos –o, más precisamente, su carencia de
herramientas teóricas apropiadas para incorporar y procesar los
nuevos conocimientos (procesamiento que puede requerir, por ejemplo, la “eliminación”
del “nuevo” tema o autor; o su postergación para eventuales tratamientos
futuros).
El tesista debe escoger
cuál es su “comunidad de diálogo”: con quién va a discutir; contra quién (contra
qué autor) o sobre qué (sobre qué porción del conocimiento) es que va a argumentar. Debe
tener en claro a qué aspecto asentado del saber académico va a desafiar.
De modo común, una
buena tesis promete ofrecer al respecto un pequeño avance, un paso adelante –no
“infinitos” o “múltiples” avances- en la conversación en curso (en alguna de
tantas conversaciones posibles). Uno, habitualmente, se “incorpora” con su tesis
a conversaciones que llevan ya años, décadas o aún siglos. Conversaciones, por
ejemplo, sobre qué significa la idea de igualdad; cómo puede llevarse
justificadamente a cabo el control judicial; cómo interpretar el derecho; etc.
Se trata, comúnmente, de discusiones extendidas y bien asentadas, a las que uno
recién llega.
Por ello mismo, uno
debe asumir que mucho de lo que quiera decir ya estará dicho; y que lo que uno
podrá aportar será poco, pero tal vez importante: por qué, por ejemplo, tal
idea comúnmente aceptada es más frágil de lo que parece; por qué puede
desafiarse tal argumento tan repetido; por qué la comunidad de referencia se
equivoca al sostener tal cosa, o qué es lo que no toma en cuenta, etc. Elegir la “comunidad de
diálogo” es muy importante, porque implica descartar otras, esto es decir,
dejar de lado por el momento, temas y autores seguramente interesantísimos,
pero que participan de otras “comunidades” con las que uno no va a conversar.
Cada “comunidad” suele
caracterizarse por insistir sobre ciertos temas y autores. Cada una de ellas
puede incluir a miles de temas vinculados entre sí, y a miles de autores que
conversan entre ellos. Por ejemplo, dentro de la Filosofía Política Contemporánea
puede encontrarse todavía una tremenda vitalidad, que se expresa en cantidad de
discusiones sobre temas apasionantes (la igualdad, la libertad, la dignidad, la
coerción, y tantos otros), y cantidad de autores que se critican y conversan
entre ellos (siempre se habla, por ejemplo, acerca de cómo “explotó” la Filosofía
Política luego de la aparición del libro “Teoría de la Justicia” de John
Rawls: infinidad de discusiones nuevas estallaron desde ese momento). Tenemos allí una riquísima “comunidad de diálogo”. El marxismo, desde
su nacimiento, generó otra conversación, igualmente rica y vital, que nos
acompaña hasta hoy. O la filosofía de raíz francesa, asociada a veces con el “posmodernismo”.
En cada caso, los
miembros de la “comunidad” se citan entre sí, refieren a artículos de otros
miembros, y procuran avanzar algún paso en la conversación del caso. Rawls, por
ejemplo, trabajó 50 años tratando de repensar “una idea,” referida a los límites de la coerción estatal: 50 años golpeando la misma piedra, para
poder decir algo con sentido, avanzar unos pasos en la discusión sobre teorías
de justicia.
Por supuesto, es
totalmente posible y saludable que los miembros de una “comunidad” citen a los
de “otra,” y aprendan o se nutran de ella. Sin embargo, los “cruces” entre “comunidades”
requieren de cuidados especiales: el “salto” entre “comunidades” es altamente riesgoso,
sobre todo si se hace con poca conciencia de las diferencias existentes entre
una “comunidad” y otra. Finalmente, el "salto" es riesgoso porque entre una "comunidad" y otra suele haber un abismo. Y es que, para bien o mal, cada “comunidad” tiene sus
temas, preocupaciones, angustias, desafíos, “amigos” y “enemigos” con o contra
cuales se discute. La dificultad, normalmente, reside en nosotros: como nuestro
tiempo y conocimientos son siempre limitados, el riesgo de que “ingresemos” en
una “conversación” de la que no entendemos lo fundamental que está en juego es
muy alto. Así, el “salto” entre comunidades requiere de cuidados y, sobre todo,
de muchos conocimientos.
Cuando Jurgen Habermas
decidió discutir con Jacques Derrida, por ejemplo, se pudo escuchar una cierta “alarma”
en el aire: un autor perteneciente a una determinada “comunidad,” tendía un
puente con otro perteneciente a una muy diferente. Se trató de una muy buena
noticia, con todos los riesgos implicados por ella. Lo mismo cuando autores
vinculados a la “teoría crítica” desarrollaron sus objeciones contra aquellos pertenecientes
a la “filosofía analítica”; etc. Encontramos muchos episodios interesantes de “cruces”,
“encuentros” o “enfrentamientos” entre “comunidades de diálogo” diferentes:
suelen ser bienvenidos. Pero, otra vez, se requiere de mucha maestría para hacerlo
bien, para “pegar el salto” sin caer en la vanidad o el ridículo: los riesgos
de estar hablando de temas que “los otros” tienen, descartados, resueltos o
procesados ya, a su propio modo, y hace mucho tiempo, son altísimos.
Chantal Mouffe, por
ejemplo, es una autoridad destacadísima en la discusión de Teoría Política
contemporánea, proveniente de, o vinculada a, la tradición “continental”. Sus
discusiones con la “filosofía rawlsiana” resultan, a mi entender, muy malas,
por desconocer acuerdos básicos dentro de la “comunidad de diálogo rival”, lo
que genera que comúnmente aparezca construyendo “enemigos de paja,” fáciles de
derribar. Doy el ejemplo de Mouffe porque se trata de un caso relativamente
exitoso –ella es una filósofa política consagrada- pero aun así, y finalmente,
un caso muy inatractivo, por el modo en que se pretende descartar al “rival”
del caso (Rawls y su entorno). Quiero decir: si este problema de “malentendidos”
afecta a una autoridad consagrada como Mouffe, es dable esperar que resulte
mucho más grave frente a alguien que recién comienza y está apenas formándose.
En la práctica efectiva,
lamentablemente, la dificultad que enfrentamos es mucho más grave que la mencionada. Y es que muchos doctorandos no se contentan con explorar “qué se dice
desde el otro lado de la cerca”, para salir a desafiar entonces a los acuerdos
de la “otra comunidad.” Lo que ocurre, en los casos más comunes y complicados, es que los
doctorandos “saltan” descuidadamente entre tradiciones y “comunidades de
diálogo” diversas, múltiples, como si todos los autores a los que refieren en su tesis estuvieran
participando de la misma conversación. Entonces, uno puede incorporar a su tesis el
pensamiento de la “escuela rawlsiana”; y al “marxismo”; y a la dogmática
jurídica tradicional; y a la “teoría crítica”; y al pensamiento “latinoamericanista”;
y al “indigenismo”; y al “feminismo”, y a los “estudios alternativos” y al “posmodernismo”,
y a los “estudios subalternos y pos-coloniales”; y así . El resultado: una
ensalada, donde uno quiere discutir de todo y con todos, y no deja en claro –posiblemente
porque no lo sepa- con quién es que se está conversando.
Actuando de ese modo, y como tesista, no demuestro mi “maestría” o mi "dominio" del "campo", sino mi falta de control sobre el tema elegido; no dejo en
claro el carácter “interdisciplinario” de mi tesis, sino mi desorientación; no
hago evidente frente a todos mis incontables lecturas, sino mi falta de
criterios teóricos; no muestro mi capacidad de argumentar en todos los frentes,
sino lo limitado de mi formación. Atención con eso! Estamos frente a un virus
grave, peligroso y que se expande. En las tesis también, menos suele ser más:
mejor poco y profundo, que un mar de superficialidad.
Está de acuerdo Roberto con que las tesis de doctorado no sobrepasen las 150 o 200 páginas, tal como sucede en ciertos países de Europa?
ResponderBorrarno, para nada. como los escritos frente a la corte acá: 1 renglón más y estás afuera. no: lo importante es fundar bien lo que uno dice, pueden ser 2 páginas, en un teorema, o 200 o 500, lo que sea necesario. pero no pongamos el carro frente al caballo
ResponderBorrarEs que el problema es el director o directora que, o no hacen su tarea y explican esto o, peor, ellos mismos hacen esta ensalada. Los tesistas están muy solos, sin referencia alguna, llegan al doctorado sin saber qué es investigar y en esa instancia necesitan aprender todo junto: teoría, metodología, escuelas o comunidades del derecho, a escribir, sobre el tema que eligieron... Lo que describís es así y, además, habría que pensar las razones de esta situación.
ResponderBorrartotalmente, en algunos casos, les directores les tiran nombres y libros en la cabeza al tesista, para a) mostrar que saben, b) tenerlo ocupado al tesista (andá, leé pibe, a ver si crecés un poco, como yo), c) limpiarse de la culpa de no tomarse en serio la tesis
ResponderBorrarEl que nace para ser panelista/o, nunca llega a ser tesista/o.
ResponderBorrarDe todos modos, a no deprimirse, investigador/a. Si no te da el balero para que te llamen doctor/a, pero sos del palo ideológico- político de los que tienen la manija y la sortija de una Universidad Pública del Conurbano bonaerense; te pueden premiar al toque y a piacere con un doctorado cualquiera "honoris causa".
La militancia bien entendida, como una comunidad de diálogo onanista, comienza por casa.
Los/as directores/as no suelen recibir una remuneración por su tarea. Quizás eso también es un problema.
ResponderBorrarTodos sabemos que hay ciertos directores que ni siquiera leen la tesis antes de aprobarla y hacer el dictamen. Se sabe. Es una lamentable realidad que a la gente joven nos tira muy para abajo
ResponderBorrarCuéntenos anécdotas de Nino como Director!!! Me imagino que no debe haber sido un interlocutor fácil
ResponderBorrarComiendo facturas toda la tarde. El tema es que con Nino no nos reuníamos para discutir la tesis, sino que trabajábamos juntos discutiendo todo el día sobre temas vinculados a mi tesis (control de constitucionalidad, democracia, justicia). O sea que era "un estilo de vida"
ResponderBorrarCon todo respeto, la imaginación jurídica que promueve no viene emergiendo de estudios analíticos que se dedican a profundizar un punto y machacar la misma piedra desde la racionalidad de raigambre filosófica y analítica, me parecen más que bienvenidos los intentos exploratorios y hasta contradictorios de las nuevas formas de hacer tesis sin epistemes evolucionistas del saber, revalidando múltiples y diversos saberes históricamente subalternizados por la episteme eurocentrica y anglosajona que cae siempre en erigirse como el centro y eje del pensamiento legítimo y lógico bajo metodologías anticuadas, lo cualitativo y los trabajos de campo vienen avanzando en el debate donde ya no pensamos desde escritorios y entre eruditos sino desde actores sociales y su manera de significar y entretejer tradiciones teóricas, pues en definitiva son quienes viven en carne y hueso los procesos donde está en juego la igualdad, el control del poder, la vida misma... El ejercicio mental debería tener los pies en el barro pues no será la capacidad mental de profundizar una tradición o de saltar entre ellas las que definan una fórmula mágica por la emancipación... Depende que nos mueve realmente, para quienes escribimos, y el lugar no menor del ego individualista academico... Eso debería tener en cuenta un intelectual que se pretende de izquierda o progresista mucho antes de plantearse con que autores piensa debatir, tambien el arriesgarse, sino la trampa será siempre caer en el elitismo que tanto denunciamos.
ResponderBorrarCon todo respeto, la imaginación jurídica que promueve no viene emergiendo de estudios analíticos que se dedican a profundizar un punto y machacar la misma piedra desde la racionalidad de raigambre filosófica y analítica, me parecen más que bienvenidos los intentos exploratorios y hasta contradictorios de las nuevas formas de hacer tesis sin epistemes evolucionistas del saber, revalidando múltiples y diversos saberes históricamente subalternizados por la episteme eurocentrica y anglosajona que cae siempre en erigirse como el centro y eje del pensamiento legítimo y lógico bajo metodologías anticuadas, lo cualitativo y los trabajos de campo vienen avanzando en el debate donde ya no pensamos desde escritorios y entre eruditos sino desde actores sociales y su manera de significar y entretejer tradiciones teóricas, pues en definitiva son quienes viven en carne y hueso los procesos donde está en juego la igualdad, el control del poder, la vida misma... El ejercicio mental debería tener los pies en el barro pues no será la capacidad mental de profundizar una tradición o de saltar entre ellas las que definan una fórmula mágica por la emancipación... Depende que nos mueve realmente, para quienes escribimos, y el lugar no menor del ego individualista academico... Eso debería tener en cuenta un intelectual que se pretende de izquierda o progresista mucho antes de plantearse con que autores piensa debatir, tambien el arriesgarse, sino la trampa será siempre caer en el elitismo que tanto denunciamos.
ResponderBorrarademás del carácter anónimo del comentario, que como siempre repudio, estoy en desacuerdo con el fondo. confundís la reivindicación de los saberes subalternos con el cualunquismo que surge de las situaciones de urgencia y vulnerabilidad teórica que son propias de un tesista que recién comienza su exploración. por supuesto, si tiene tiempo y ganas, que le meta a fondo y que desafíe a dios y maría santísima del modo que quiera. pero la situación habitual es muy otra: supervisor que no lo supervisa nunca; colegas que le tiran libros por la cabeza; desorientación general en el tesista; urgencia de entrega; financiamiento que no existe o se termina; y por tanto el resultado es la generación de desastres, desde cualquier punto de vista: desde el marxismo, desde la teoría crítica, desde los estudios subalternos. citas pretenciosas y ganas de pelear con todo el mundo, munido de lecturas amontonadas, y aplaudido por evaluadores que no leyeron la tesis y que no se interesaron jamás en lo que escribía el tesista. la realidad, en un altísimo porcentaje de casos es ésta (el desdén de todos, y la miseria del resultado), y los casos a los que vos apuntás no los he visto nunca, literalmente nunca. no por represión del director ni por imposición de los evaluadores, sino como resultado de todo lo contrario: ausencia del director, que no dirigió nunca nada, y menefreguismo de los evaluadores, que ni leyeron la tesis que aplauden.
ResponderBorrarEs muy gracioso el comentario de Anónimo 7.56. Le recomendaría el brillante libro de Julieta Lemaitre llamado "el derecho como conjuro" como contraejemplo de lo que dice con lenguaje postestructuralista pomposo. La autora es precisamente a quien RG agradece al final del post.
ResponderBorrar
ResponderBorrarSorry Robert, pero aunque me repudies sin conocerme, porque no miento poniendo iniciales o nombres de fantasía al final de mi comentario o porque no me trasvierto con lo que digo-y no soy el anónimo aparentemente tartamudo de 7:55 y de 7:56-; me animo a recomendarte sin tampoco ser director de tesis ni doctorando, lo siguiente:
http://gnula.nu/drama/ver-tiger-2018-online/
http://www.sinpermiso.info/textos/son-los-trabajadores-los-sepultureros-del-capitalismo
Soy CV. Étienne Picard se sirve de mi tesis. Toma de ahí la función crítica del comparatismo. Discutí mi tesis a fondo con Gérard Marcou antes de escribir. También con André Delion, Teitgen-Colly y Béligh Nabli. Para nombrar sólo franceses. También con gente de otros países aunque sin frecuentarlos. Ahora la lee con gran entusiasmo Thomas Perroud. Verpeaux dice en su prólogo que es un instrumento indispensable en Francia. En Paris 1 los evaluadores hacen una lectura finísima. La defensa duró 5 horas. Me pasearon por todos lados. Hasta ahora nadie dijo que no era un trabajo de un gran valor y si pensás que por ser de más de mil páginas es mero rejunte te equivocás. Es un plan muy bien balanceado y bien construído hacia la demostración. Y además no son todos bobos los que acabo de nombrar. En Argentina Balbìn, Tawil y Gordillo dijeron que mis escritos eran excelentes. Balbín conoce bien la tesis dijo que era beillante y al resto les haré llegar ejemplares. Vos sos un mezquino de mierda pero nada indica que el mundo entero esté equivocado con respecto a mis calidades científicas y que vos tengas razón.
ResponderBorrarla gente está mal
ResponderBorrarRG,tus argumentos aparecen razonables si conceptualizas " las comunidades de pensamiento" como estáticas,cerradas y conservadoras. Pero surgen desatinadas si se piensa en un proceso de hibridación de campos de conocimiento. Tal la tesis de este libro que es muy recomendable.
ResponderBorrarhttps://es.slideshare.net/mobile/jack10/las-nuevas-ciencias-sociales-dogan-pahr
Pienso que el problema no radica en hacer uso de marcos teóricos eclécticos, sino en la debilidad metodológica con la cual se llega al proceso de diseño y ejecución de una tesis.Problema asociado al diseño de los planes de posgrado y al peso casi inexistente que tienen los módulos metodológicos. Que se conoce pero no se reconoce porque es más fácil culpar al tesista que oponerse al mercado de credenciales de títulos académicos e indicadores de calidad institucional ridículos, administrados por los organismos que dicen que evalúan calidad en Universidades y organizaciones habilitados para la formación de posgrado.
La Evaluación institucional es un zafarrancho y esto no implica que pueda hacerse seriamente. Pero para eso es ne cesario querer hacer las cosas bien.
Y esto implica poner el cascabel a la cola del gato y entiendo que nadie quiere hacer, porque hacerlo, es amenazar el status quo tan funcional a los jurados de tesis también, que señalan al tesista antes de criticar seriamente el sistema dentro del cual participan como jurados y alimentan.
Por ejemplo, a mí me llama la atención cuando leo CV en los que por ejemplo en un año x "intelectuales" publicaron cuarenta artículos en revistas con referato, 5 capítulos de libro, publicaron dos libros y además dieron clases de posgrado en cinco universidades diferentes, más clases de grado y participaron de conferencias.
Extraño, no? Claro que si lees, de los 40 artículos resulta que es un tema escrito de diferente forma y no aportan, sino que reproducen.
Todo lo que escribes en este post es muy delicado y deposita la responsabilidad en el tesista.
Espero que como Jurado Evaluador puedas enfatizar- por tu experiencia- las barbaridades institucionales que construyen el perfil de tesistas que criticas.
Creo que ningún tesista apuesta a malograr su trabajo. Y si esto abunda, tu formación como sociólogo debería obligarte a formular una pregunta más comprometedora sobre el problema y no a disparar sobre un indicador del desbarajuste tales como los tesistas y sus tesis.
saludos
mm
no nos estariamos entendiendo. a mi me parece maravillosa la hibridacion, y fantastico el manejo de campos eclecticos. pero eso no tiene nada que ver con lo que pienso porque eso a) requiere de cierta maestria (que puede llevar adelante alguien bien entrenado y/o bien asesorado teoricamente), y dificilmente un tesista; y b) porque una cosa es caminar en campos diferentes, y otra el abandono en el que quedan los tesistas locales en una mayoria de casos, la orfandad teorica en la que quedan deambulando, y el cualunquismo en el que ingresan a pesar de ellos mismos. quiero decir, hablo de la realidad de un porcentaje altisimo de tesistas -abandonados por sus supervisores carentes de formacion previa, y luego sujetos a un jurado indiferente a lo que hagan, y que no leerá su tesis.
ResponderBorrarpor eso, mas que disparar sobre nadie (no lo hago como jurado, en donde suelo ser generoso con las notas; ni como supervisor mucho menos), es advertir a los que desprovistos de herramientas entran a andar ese camino, desde el desamparo al que los condenan
ResponderBorrarGracias Roberto por tus aportes
ResponderBorrarEntiendo que estamos en desacuerdo porque hacemos énfasis en dos aspectos de un problema. Tú miras el resultado" tesistas/ tesis" independizado de las condiciones que lo producen y generas recomendaciones. Mientras que para mí, la relación"calidad tesistas/tesis" es un indicador que solo puedes modificar evaluando el proceso y que está directamente asociado a las anomalías de las " condiciones de formación metodológica" que ofrecen los posgrados. Por eso es que advertí sobre el peso precario que tiene la formación en investigación en los programas de maestría y peor aún en los de Doctorado.
ResponderBorrarSi pensamos que el resultado final es una tesis, es difícil que con dos módulos de 15 días cada uno sobre metodología y un seminario de tesis en el que básicamente se asume que " sos investigador",puedas llegar a buen puerto. Mas aún, cuando por estas debilidades de diseño se niega el punto y se asume que tienes incorporado el hábitus de investigador.
Entonces,vuelvo a insistirte, con un dicho popular muy elocuente: "el problema no es del chancho sino de quien le da de comer."
Por otra parte,si bien es importante que seas "generoso" con el tesista que debieras ver como indicador de resultado de un sistema que reproduce las deficiencias estructurales de los programas de posgrado, asimismo debieras ser agudo en la pregunta " sociológica" que arroje luz sobre lo oculto que estructura el problema. Y así es que tomas la autopista que te lleva directo al mercado de credenciales y de acreditaciones y a las relaciones de poder y posiciones que lo articulan. Y, en las que el juego de los Jurados no es menor, porque nadie quiere desacreditar a nadie, sea por endogamia entre colegas que en unas son directores y en otras jurados. Y porque en los CV pesa como indicador para CONICET cuántas tesis fueron dirigidas, cuántas veces ha sido jurado de tesis y la mar en coche.Tal que todos corren al ritmo y de vez en cuando surge un post como el tuyo, que no incide en el meollo del problema. Y que mañana se olvida porque ya escribes sobre otro tema.
En fin, como en casi todo, nos hemos habituado a criticar, pero nadie se pone al hombro el problema. Porque hacerlo implica una posición herética en un campo sagrado y tiene sus costos.
Entonces, apuntemos al tesista, qué mas da.Aunque sea desde un cualunquismo crítico.
mm
es exactamente al reves. miro el problema desde las condiciones de produccion de la tesis. hoy por hoy: apuros, falta de financiamiento, falta de formacion de base, director no pago que se desinteresa por completo del trabajo del tesista, falta de buenos ambitos de dialogo. resultado final totalmente fallido, por responsabilidades compartidas.
ResponderBorrarEntiendo y hasta comparto parcialmente el punto. Pero creo que solo aplica a ciertos ámbitos (la filosofía política es claramente uno de ellos).
ResponderBorrarEn las ciencias sociales en un sentido más amplio, si lo que se está tratando de analizar y comprender es un problema X en lugar Y en tiempo Z, es lógico que el tesista se nutra de (y discuta con) las dos o tres escuelas que abordan el problema X (en otros lugares, en otros momentos), pero también con los trabajos de historia, sociología y antropología que hablaron sobre el lugar Y y el tiempo Z. Lo que haya sobre el lugar Y y el tiempo Z lo pueden llevar (de modo muy justificado) a discutir X de un modo que, sin ser revolucionario, cuestiona al menos algunos (o muchos) de los presupuestos y de la jerga de la comunidad de especialistas en X.
Estimado profesor
ResponderBorrarMuchos ya lo vienen diciendo. Ud conoce de sobra la UBA y sabe los manejos que tiene. El tesista está húerfano y a la intemperie.
Para un proyecto de tesina de la maestría de derecho penal me piden 3 páginas de bibliografía, y es un secreto a voces que ciertos autores están prohibidos. A veces el argumento es netamente cipayo. Los de acá son malos, los buenos son americanos o alemanes. Punto.
Ese tipo de método después llega a los tribunales, donde también han existido cortesanos y camaristas que no citan autores locales, o resoluciones que son un copiar y pegar sin análisis ni argumentación.
Ni hablar los padrinazgos, tanto tribunalicios como universitarios. La rosca de franja morada muchas veces pesa en estas cuestiones.
Creo que la culpa es más de las unidades académicas que de los maestrandos/doctorandos
Saludos y me disculpo por el tono incendiario
MC
pero ojo que estás poniendo un negativo a algo que yo veo totalmente positivo, que es la interdisiciplinariedad. sin ir más lejos, todo lo que escribo quiere alimentarse de la historia, de la teoría abstracta y de la práctica. me refiero a un problema más básico, mucho más común (como lo denotan la mayoría de los comentarios) y más lamentable, en donde el tesista es más víctima que victimario, y que resulta de la combinación de financiamiento que se corta, plazos que se terminan, director (y esto es crucial) que usa demagogia para reemplazar su no intervención, que alienta para no meterse, que aplaude para no leer, que va tirando nombres y libros para mantener al pobre infeliz ocupado. todo coronado con un jurado que no leerá la tesis, y que para evitar el conflicto dice "esto está muy bien, qué erudición"
ResponderBorrarGracias por responder.
BorrarComparto. Me gustaría saber qué se puede hacer al respecto. Las obras nunca terminan reflejando del todo el pensamiento o la originalidad del enfoque del tesista, sino que termina recortándose para encajar en el gusto del director o del tribunal. Este estilo se reproduce en la bibliografía. No solo con las muestras sobreabundantes de erudición, sino incluso con citas de obras que no fueron leídas, o que fueron leídas por otros a quienes citaron (fulano dice que mengano escribió).
Acaso no ha tenido ud la impresión (o todos los que visitan el foro) tras haber leído un bodrio de 300/400/500 páginas que las ideas podrían haberse desarrollado perfectamente en 50/100?
Se precarizo la calidad de la educacion, se precarizo tambien el como si y aumento hasta lo ridiculo la oferta de posgrados. Para mantenerlos se necesitan egresados y profesores que dan clases de l que no saben y evaluadores prestigistas irritados aferrados a su grupito de fanaticos. En el medio se dialoga con gente interesante y se tiene el placer de pensar y producir algo que quizas haga huella (aunque no te lo reconozcan jaja)
ResponderBorrarhttp://endisidencia.com/2018/11/carl-schmitt-el-nazismo-y-las-leyes-penales-retroactivas/
ResponderBorrarvamos mal por ahí, pero ya me cansé de discutir sin que se registre el cambio de una coma
ResponderBorrarCompletamente de acuerdo en esto:
ResponderBorrar"un problema más básico, mucho más común... que resulta de la combinación de financiamiento que se corta, plazos que se terminan, director (y esto es crucial) que usa demagogia para reemplazar su no intervención... todo coronado con un jurado que no leerá la tesis"
He dirigido poco (no por falta de voluntad, aclaro), pero me ha tocado más de una vez integrar jurados en los que se presentan tesis en el estilo que vos mencionás, en donde otros colegas miembros no han leído el texto (o solo han leído una parte y se agarran de allí para hacer señalamientos que no están bien encaminados) y en las que el director no aparece porque está ocupado. Pero me parece que el asunto no debería limitarse a cargar las tintas allí, sino en comprender el sistema lleva a eso. Desde las agencias de financiamiento, se implanta la necesidad de dirigir tesis para progresar en la carrera y eso lleva a algunos que no tienen ni tiempo ni vocación ni capacidad a acaparar tesistas. Por los tiempos de esas mismas agencias, se instala el apuro para que el graduado termine su texto para ser magisterio o doctor en un tiempo que muchas veces no es suficiente (se trata de pibes y pibas cada vez más jóvenes, que leen mucho pero que a veces no rumian las ideas durante el tiempo suficiente, que no tienen tiempo para hacer el campo necesario porque la beca no les alcanza y siguen trabajando). Pero también, agregaría como problema, hay una fuerte presión partisana (que es distinta en cada institución) para que se cite a fulano, mengano, zutano y se establezcan ciertos principios (incluso cuando no tienen relación con el planteo del tesista); se trata de saludos a la bandera, de guiños internos que aportan poco pero que son inevitables en medio de un mecanismo que vas más allá de las personas (que, claro, son igualmente responsables).
Pero retomando el punto de la interdisciplinariedad y el intercambio entre comunidades (aquí volvería a tu ejemplo sobre Mouffe y su Rawls como hombre de paja), me permito insistir: Aunque entiendo y comparto parcialmente tu perspectiva, al menos en las ciencias sociales en un sentido más amplio, me parece que las "comunidades" tienden a la endogamia y respetan en demasía los "límites". En ocasiones resulta desesperante el modo en que se cierra la discusión a los trabajos de quienes cuestionan supuestos, no usan la jerga aceptada, o no saludan lo suficiente a los popes del campo (que en muchas ocasiones la pifian de modo inequívoco, como sucedió en Brasil, país al que debo viajar solo para comer los asados que, lamentablemente, gané sosteniendo en el mes de enero que si el PT no bajaba pronto la candidatura de Lula, el próximo presidente iba a ser Bolsonaro y no Alckmin como insistían muchos politólogos renombrados confiados en las instituciones, el horario electoral y un sinfín de explicaciones de "racional choice" y "experimentos" electorales). Y en el caso argentino la cosa es aún peor. Porque se trata de comunidades académicas donde ciertas perspectivas teóricas van indisolublemente unidas a una posición política X. Así, aunque entiendo el problema que vos señalás, me da la impresión de que es preferible aguantar un poco más los "malentendidos" entre comunidades/jergas que apuntalar la tendencia entrópica a la que parece llevarnos el restringir el diálogo apenas a los que entienden el lenguaje.
Profesor:
ResponderBorrarMuy interesante el concepto de comunidad de diálogo y como lector de alguna parte de su trabajo, puedo llegar a aventurarme con una hipótesis sobre las comunidades en ella. Me refiero a la teoría de las "Clausulas dormidas", que siendo muy válida como caracterización de la situación constitucional en la región y, al mismo tiempo, fruto de la sólida hipótesis de Carlos S. Nino con relación al desequilibrio presentado entre derechos y "Sala de Máquinas" en cuanto se presenta a una tendencia a la expansión de los primeros sin la necesaria difusión de escenarios de garantía para ellos en la segunda. Hasta aquí no se presenta ninguna dificultad con el alcance y sustentación práctica (por lo demás inocultable) de estas ideas; me queda una duda, en todo caso, con la afirmación de esta como una característica exclusivamente tomada de América Latina (no sé si lo interprete bien en este aspecto). Y es que encuentro un cierto parentesco entre este concepto (cláusulas) y la idea de Constitución inactuada formulada por Piero Calamndrei (La Constitución inactuada, Madrid, Tecnos, Colección Clásicos del Pensamiento, 2013) esta noción fungió como explicación de la falta de desarrollo de cierta parte de la Constitución italiana de 1947 referente a derechos sociales que no quiso por voluntad de los legisladores conservadores ser puesta en práctica, esto a pesar de que ellos mismos la suscribieron años atrás como parte del pacto de conjunto que supueso la Constitución. En términos simples, lo que se buscó fue mutar la Constitución a punta de desarrollo legislativo. Entonces, por más que se suscribiera una Constitución progresista producto de transacción entre ideologías, su desarrollo buscaría mediante leyes mantener los contenidos de la plataforma conservadora.Es,precisamente, este fenómeno lo que en su obra se rotula como la "superposición de capas constitucionales" que viene a ser una externalidad (en algunos casos positiva y en otros negativa) de todas las Constituciones como expresión de procesos constituyentes basados en pluralismo político.
Solo como una reflexión constructiva, ¿podría incorporarse el alcance de estas ideas a su comunidad?
¡Saludos, Roberto! Me parece sumamente problemático tu planteamiento. Todo aquel que critique se arriesga a simplemente ser descartado como un inexperto que no domina la conversación dentro de la comunidad de diálogo que critica. Me parece particularmente peligroso viniendo de alguien que defiende la democracia deliberativa. Muchas veces el desacuerdo de fondo realmente es político. Por eso desde que te conozco te llevo preguntando cómo un socialista defiende tanto a liberales igualitarios.
ResponderBorrargracias myrta, pero si me conoces tienes que saber que nunca nunca seria un problema la critica radical de nada. todo eso es espectacular, no problematico. lo problematico es el cualunquismo, y eso se debe no a que uno tenga una posicion distinta. de hecho, es lo que debiera caracterizar a una buena tesis: criticar radicalmente el estado de cosas dominante. el problema es el otro: tirar sin saber a donde, a donde venga, donde sea, de cualquier modo
ResponderBorrarMuy buenos consejos!
ResponderBorrarMuchas gracias por la recomendación.
ResponderBorrarEn definitiva, se trata de ser mas humildes.
gs dijo:
ResponderBorrar¿Cuál es la diferencia entre comunidad científica y comunidad de diálogo?
05-03-19-5:40 am.
gs dijo:
ResponderBorrarEn realidad, es una pregunta la que hago.
¿Cuál es la diferencia entre comunidad científica y comunidad de diálogo?
Hola Roberto, soy senadora nacional y además me hago un tiempo para seguir formándome, en este caso en la universidad de Río Negro, Estoy haciendo la maestría en Politicas Publicas y Gobierno y estoy terminando la tesis, justamente relacionada con las democratización de la justicia y como sucesivamente, y mas en estos años, la tendencia contramayoritaria se ha evidenciado con los obstáculos cada vez mas crecientes a la participacón ciudadana en la Justicia. Soy autora de la ley de procedimiento de AMICUS CURIAE en la Provincia, y veo que los ciudadanos no la conocen, y si usan la herramienta reciben un diplomático "téngase presente" y allí terminó todo. Las costas a los ciudadanos y organizaciones ecologistas que denuncian la contaminación, ej en el Nahuel Hupapi, también han sido obstáculos muy peligrosos para facilitar la participación de otras organizaciones o ciudadanos preocupados por la salud del planeta. Asi intento probar que la participación tan declamada resulta a veces simulada, y proponer formas de combatir esta tendencia. Sos mi referente. Senadora MAGDALENA ODARDA. Me gustaría hablar con vos de este tema si es posible.
ResponderBorrarGracias Magdalena, siempre me podés escribir al mail:
ResponderBorrarroberto.gargarella@gmail.com
desde ahí hablamos tranquilos