UNA MIRADA IGUALITARIA SOBRE EL CONSTITUCIONALISMO. Coordinador: Roberto Gargarella.
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Un grupo de 33 de académicos de diferentes escuelas de derecho de EEUU, entre ellos Jack Balkin, Frank Michelman, Robert Burt, Sanford Levinson, Eric Posner, Peter Strauss, etc, realizaron una propuesta consensuada (pero no unánime) de reforma de la Corte Suprema, concentrándose sobre todo en la frecuencia de elección de l@s jueces supremos, las votaciones y hasta la extensión del mandato de los jueces (propuesta no incluída pero sugerida).
Suena muy interesante la idea de elegir un juez de la corte suprema (de una corte de nueve jueces) cada dos años y limitar el mandato de los jueces a 18 años (lo que supuestamente tendría problemas constitucionales y eso implicaría enmendar la Constitución) usando la figura del Senior Justice. Todavía, mucho, mucho, no lo veo pero suena interesante, incluso la propuesta sin que llegue a buen puerto, es muy positiva, rompe quietismos y cánones.
La propuesta del límite de 18 años fue realizada por uno de nuestros pollos, Sanford Levinson. En sintonía nuestra, Levinson se preocupa de la salud de las instituciones democráticas preocupándose de la salud de las personas que cumplen esas funciones, porque en estos casos, las instituciones dependen mucho de las personas y de su salud, además de sus personalidades y cosmovisiones, as usual.
Su proposal puede estar relacionada con varios conocidos episodios de enfermedad crónica o salud frágil de supremos que comentó en este artículo de The Guardian. Situaciones similares tanto a nivel de las cortes provinciales como en la mismísima Corte Nacional podrían recordarse en el pasado local.
Por supuesto, nadie le quitará lo bailado a Juan Pablo Stevens, que está desde 1975 en la Corte y que cumplirá 90 en un tiempo, 34 años en la Corte (como J. Marshall, el primero, no John Marshall Harlan) y que va a equiparar o -quizás- romper el record internacional (?). Shhhhh, hablen bajito! No repitan los records, a ver si alguien quiere equipararlos o romperlos. No den ideas, che, por favor!
La amiga Agustina RM nos hizo llegar esta breve nota del habitualmente provocativo e interesante Martín Caparrós.
La nota comenta polémicas impresiones sobre el rol del estado -y su potencial actuación- ante las injusticias que sufría G. Aguirre, su legítima defensa y además escribe un planteo crítico -con comparaciones raras- entorno a la absolución en un caso muy fuerte y resonante durante la semana pasada. Pasen y vean, acá
y por ello, en breve, saca otro libro: Sunstein, Cass R. Enclave Extremism (Oxford University Press, forthcoming 2009). Te lo perdonamos porque ya lo habias mandado a imprenta antes de escuchar nuestro consejo. Pero es la ultima oportunidad que te damos. Ojo.
Dado que Lucas no me cuelga la foto que le tomó a Sunstein, acá va una de las típicas que le tomaron en su etapa Chicago. Esta corresponde a la nota "Law and Disorder," que le hicieron hace un tiempo en la revista de los estudiantes -linda nota. Y forma parte de una excelente serie sobre los "reyes del caos" (acá) con los seis (ex) profesores con escritorios más desordenados de la Universidad de Chicago (que incluye, por caso, a Robert Fogel). A mí me pasó de prestarle a don Cass un libro sobre Habermas, que enseguida quedó mezclado entre sus medias de squash (usadas) -Cass era un alto profesional del deporte- corbatas (se ven en la foto), latas de coca y café. De hecho, al día siguiente -cuando me iba a devolver el libro- lo recibí completamente bañado por una taza de café caída que, hasta hoy, hace difícil la lectura del libro.
El post hubiera querido ser sobre su ultimísimo libro -acaba de salir- "A Constitution of Many Minds" pero, debo confesarlo, el libro está vacío vacío de ideas. Raro que esa pasión por publicar y estar presente en el candelero académico se haga al precio de decir cada vez menos. Por qué sacar otro libro cuando no hay nada que decir?
La idea, que no llega a tal, y que estructura al libro, es tan simple como ésta: Hay un argumento muy importante dentro del constitucionalismo, al que se apela desde distintas perspectivas, y que tiene que ver con la "multiplicidad de cabezas" que afirman un cierto reclamo respecto de cómo leer la Constitución. Los tradicionalistas (por ejemplo, los originalistas) ven esas "múltiples cabezas" en el pasado de la Constitución, en su "momento fundacional;" los populistas (por ejemplo, los que se agrupan bajo la etiqueta de "constitucionalistas populares") piensan en las lecturas y convicciones compartidas que existen hoy entre la población; y los "cosmopolitas" (por ejemplo, los que militan por importar o transplantar principios propios del derecho internacional) se refieren a la sabiduría acumulada a través de los sucesivos acuerdos firmados entre distintos Estados a lo largo del tiempo.
Y eso es todo: consideraciones muy superficiales sobre cómo se articula el argumento en las distintas perspectivas, problemas de cada una de ellas, y la imposibilidad de comprometer a la Constitución con una de tales lecturas, en particular. Lo único que queda es (su "minimalismo"), frente a cada circunstancia, frente a cada problema, pensar en las consecuencias que se seguirían del adoptar un enfoque u otro, teniendo en cuenta (algo más importante, bien) las capacidades y límites propios de los tribunales, de las instituciones democráticas, y de la ciudadanía como un todo.
Una propuesta para Cass: sos inteligente, sos brillante, has dicho cantidad de cosas interesantes. Tomate un tiempo, no pasa nada si en los próximos seis meses no sacás un libro. Te esperamos re-felices, sin ningún problema, sin ansiedad.
Llegó esta gacetilla de prensa de alguien que todos por aquí respetamos mucho, en muchos aspectos, sobre todo, por su activa labor parlamentaria. Además fue inevitable recordar un -muy recomendable- debate sobre derecho penal y feminismo, entre MR y Alberto Bovino, blogger que con ejemplar fair play, hizo lo mismo que nosotros en su blog. Vale la pena leerlo y difundirlo. Ahí va!
Gacetilla de Prensa - La diputada Marcela Rodríguez (Coalición Cívica) entregó hoy a la presidenta de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo (Ley 26.122), senadora Marita Perceval, un pedido solicitando que informe si ingresaron a la Comisión los decretos "S" Nº 162/04 y "S" Nº 628/2008, firmados por el ex presidente Nestor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner respectivamente, y que beneficiarían a la empresa Lockheed, concesionaria de la fábrica de aviones militares del Area Material Córdoba, con millonarias transferencias de dinero.
Además, la diputada solicitó conocer si las normas suscriptas por la jefa de Estado y su antecesor (decreto secreto firmado en 2004) fueron consideradas por ese cuerpo ya que, como cualquier modificación a los contratos de un servicio concesionado, deben realizarse por una ley del Congreso.
La legisladora de la Coalición Cívica exigió esta información considerando que "la Constitución nacional no establece ninguna excepción en relación con los decretos secretos y que son de necesidad y urgencia. El Gobierno tiene la obligación de enviarlos al Congreso".
"De ninguna manera se nos puede negar a los legisladores la información solicitada y menos aún negar que deban ser sometidos a nuestra consideración" agregó Rodríguez.
Por último, solicitó que, en caso de que los decretos no hubieran sido remitidos a la Comisión por el Poder Ejecutivo Nacional, la Presidente de la Comisión solicite a la Jefatura de Gabinete de Ministros su remisión a fin de que se los someta a consideración de la Comisión, tal como dispone el artículo 99 inciso 3º de la Constiución Nacional.
El diario Crítica de la Argentina había revelado en su edición del miércoles 18 de febrero de 2009, que Néstor Kirchner en 2004 y la Presidenta el año pasado firmaron decretos secretos que beneficiaron a la empresa que fabrica y mantiene los aviones de la Fuerza Aérea. Según menciona esa investigación, la compañía tiene la concesión desde 1995 gracias a otro decreto secreto, dictado por Carlos Menem. Según denunció en varias oportunidades el propio Gobierno, desde el inicio de la concesión la Lockheed incumplió con sus obligaciones contractuales. Además de no fabricar la cantidad de aviones que debía, tampoco logró comercializar en el exterior el avión Pampa –el caza de diseño nacional–, que formaba parte del contrato. Tampoco desarrolló nuevos proyectos ni obtuvo contratos de reparación de aeronaves comerciales. Se agradece su difusión.
Hace tiempo quería trascribir unos pasajes de los Diarios de Alejandra Pizarnik. Enormísimo y intensísimo hallazgo del año que pasó. Hallazgo gracias a bibliotecas ajenas, dado que no circula por Argentina, están agotados -eso te dicen-, en una edición española que nunca tuvo tirada local.
Los tuve prestado de un amigo, Pablo R., y me lo traje a Buenos Aires desde el sur (cariños eternos para Pablo R. y Nieves A., siempre). A fin de año, se los devolví con gratitud inmensa por tan precioso y poderoso descubrimiento. Y desde que leí en estos diarios momentos únicos, párrafos llenos de abismos, de tempestad mental, de vida cotidiana hecha poesía y -por supuesto- escritura finisíma, me lancé a buscarlos por dónde sea, cómo sea, preguntando a todo librero amig@ y todo indicaba que no había caso, que estaban agotados, que no se conseguían, como me decían. Sin darme por vencido, seguí hasta que lo encontré a comienzos de este año, como siempre por azar, pura buena suerte. Ahora prometemos buscarlo y encontrarlo -por supuesto- para la amiga EFT que los quiere seguir leyendo en San Juan de Puerto Rico.
Entonces, a estas horas de la mañana parto bajo la lluvia para Ezeiza, dejándoles un pasaje de este magnífico diario de los días que AP leía -seguro que por las noches- a Simone Weil. Va dedicado a los amigos PR, NA y -por supuesto- EFT.
"28 de Abril: S. Weil me da miedo. Supongo que algún día la amaré y la comprenderé porque ningún otro escritor provoca en mí tantas reflexiones -casi todas tendientes a contradecir lo que leo- y esto, este esfuerzo por tener razón, es en mí algo nuevo, casi inaudito.
Lo que S. W. dice de la Ilíada es maravilloso. Es inexacto, empero, en cuanto valorización de la poesía. Que el narrador sea ecuánima y justo y que lo narrado exprese con exacta fidelidad la condición humana no implica, en modo alguno, que la Ilíada se cumpla como poema. Nadies más infiel que Van Gogh. Nadie más cruel que Goya. ¿Y qué decir de la mayoría de los poetas y escritores occidentales? El miedo que me produce S. W. es un miedo como cuando se espera infinidamente en un cuarto vacío (blanco). Tal vez porque ha abolido la imaginación o, para decirlo mejor, el arte, para reinstaurar, en su lugar, la moral (justicia, virtud, amor humano). Además, cuando se conoce demasiado -con profunda erudición- la literatura antigua, es sumamente difícil comprender la moderna. S. W. no la comprende porque comprende demasiado la otra".."Quiero decir, S.W. es en mí la tentación del salto de lo estético a lo ético. Ahora, aunque me sé confusa, viniendo de mentiras y de fabulaciones, suspendida arbitrariamente de lo imaginario, debo decir que la justicia ni la virtud me interesan entrañablemente. En mí hay alguien que acepta el mal y el sufrimiento del desorden si ellos son la condición de un hermoso poema. Además, más que nunca, creo que "los poemas se hacen con palabras". En el poema no hay lugar para la justicia porque el poema nace de la herida de la injusticia, es decir de la ausencia de justicia. Y quien invoca a lo ausente no es mesurado ni justo puesto que su materia de canto o de voz no puede medirse, por el hecho de no estar presente. Lo que quiero decir es que S. W. busca y encuentra -prodigiosamente- lo que no es poesía para revelarlo como ética. ¿Es un hermoso poema la Ilíada? En algunas partes. Más poeta que homero es Blake, es Hölderin, es Rimbaud.... Pero no sé por qué me duele leer a S. Weil". Alejandra Pizarnik.
Acá en NY para dar un par de charlas, nos juntamos con Marcelo Alegre, Paola Bergallo, Juan Bertomeu y -el más peligroso de todos- Ivancito Mandela Alegre, para conspirar, en la Universidad de NY. No teníamos fotógrafo que registara el secreto evento, así que le pedimos a Stephen Holmes que nos sacara la foto grupal. Y ahí lo inmortalizamos a él también. Los resultados de la conspiración han sido tremendos. Si mañana notan cambios en sus vidas, ya saben
Hace tiempo estamos pensando hacer, consenso superpuesto mediante, algunas reformas técnicas, incluso estéticas e incorporaciones varias al blog.
En este año electoral, donde todos prometerán, seguro que sólo unos pocos recordarán al querido oxfordeano John Austin, que nos decía que "prometer" era el ejemplo más claro para su concepto de "acto performativo". Al prometer, estoy haciendo algo con palabras, estoy "concretando" el acto de prometer, hago la promesa, realizo un acto del habla. En resumen, el acto de prometer en voz alta, con la palabra escrita, se cumple al verbalizarlo.
Pero prometer es un tema, cumplir otro. Y solemos olvidarlo muy fácilmente. La promesa política no incluye su cumplimiento, y lo sabemos tan bien (o deberíamos), así como la sentencia magistral -que leemos atontados en clase, referenciamos en artículos y nos deslumbra con sus retóricas frases- no incluye su implementación, y a veces ni siquiera la posibilidad de su implementación. Por eso, podríamos decir que muchos políticos, muchos jueces, hacen derechos sólo con palabras, pero muchos de nosotr@s sabemos que necesitamos más que palabras para hacer derechos, para proteger derechos, para implementarlos, para robustecerlos, etc. Y los actos del habla no se aplican a cualquier palabra, a cualquier acción. Sí a prometer, no a cumplir. Elemental, Dear Watson.
Nosotros, en cambio, proyectamos hacer algunas reformas con no sé qué pronóstico, o mejor dicho, con pronóstico reservado, pero sino lo hacemos ahora, un sábado de febrero, no lo haremos nunca; en el ardor del año prometerlo sería mentir descaradamente y permitir que la inercia nos gane (salvo raptos de reformismo asistemáticos). Al menos ahora, tenemos la intención, la cuestión será observar los obstáculos antes de que aparezcan, adivinar las jugadas, y hacerle una gambeta al pulpo defensor de las obligaciones cotidianas, superar sus patadas desde atrás en un pique final que termine con una definición, de primera, apuntando al ángulo. Y en todo caso, de tener viento a favor, nada de gritar el gol en la cara. Siempre joga bonito.
Siempre consenso mediante, veremos de -sin orden de relevancia o de implementación- :
1. Incorporar los materiales del seminario de años pasados. También haciendo memoria la lista de los expositores invitados y de los textos. Si podemos subirlos, incluso mejor (mi servidor está repleto, pero hay alternativas).
2. Agregar más autores a la barra de links. Sobre todo aquellos que tengan material online y sus web no sean mero facebooking, caripeling, académico.
3. Sumar una barra para revistas académicas interesantes nacionales e internacionales , sobre todo -nuevamente- aquellas que tengan su material online o al menos resúmenes. Algunas tenemos en el grupo Doxa Hemeroteca.
4. Hacer un etiquete retroactivo para indexar lo que son ya más de quinientos post!
En fin, se reciben comentarios, ideas y consejos. Se devuelven agradecimientos performativos.
Nos concentramos, ahora, en un punto fundamental. Un punto de inflexión, el punto que me inspiró a releer EJ porque pensé que algo interesante iba a (re)encontrar. Ese punto es el desarrollo, definición y análisis de la idea de independencia judicial. Las relaciones entre el poder judicial, hacia dentro y hacia fuera, los jueces, la sociedad y -sobre todo- el sistema político, los partidos políticos y grupos de poder, o sea, entre sistema judicial y los demás sistemas (políticos, económicos, sociales, culturales, etc).
Quien busque una aceptable definición o descripción del concepto, desde ya, le avisamos que no lo encontrará en EJ o que yo no pude armarlo con las fichas que encontré en EJ. Sinceramente no sé a dónde buscar con esperanza de encontrarlo tampoco. Lo que sí sabemos, porque tenemos ejemplos, es qué es un juez dependiente, pero no cuando un juez es independiente (de qué es independiente, cómo se genera esa independencia, si es bueno o malo que sea independiente, etc.) EJ contiene sí, una buena introducción sobre el tema, pero la encrucijada se nos aparece de la siguiente forma: lo que intentamos definir es indefinible (como diría Wittgenstein -siguiendo a Moore-, es más fácil designar/demostrar que definir), o el autor falla en precisar el objeto de su análisis y, por ende, el análisis a pesar de ser un buen análisis, con algunas buenas críticas, cae.
Lo que sí sabemos con ERZ es que el Juez no debe ser neutral, que no puede serlo. Que no hay objetividad, que no es aceptable ni posible el modelo de "juez aséptico", sin filiación política partidaria. Para ERZ la política partidaria no es excluyente para los jueces. El Club, la Iglesia y el partido político son, según afirma, igual de influyentes. No debemos tener prejuicios ni sospechas. Ahora, repito, en la lectura, queda un sabor a poco, a indeterminado su desarrollo sobre qué es la independencia judicial. Eso se los debemos, y por eso las preguntas persisten, resisten e insisten.
Más allá de esto, reconocemos pasajes muy buenos cuando leemos esto, por ejemplo: "En la práctica, la lesión a la independencia interna suele ser de mayor gravedad que la violación a la propia independencia externa. Ello obedece a que el ejecutivo y los diferentes operadores políticos suelen tener interés en algunos conflictos, en general bien individualizados y aislados (salvo casos de corrupción muy generalizados, o sea, de modelos extremadamente deteriorados), pero los cuerpos colegiados que ejercen una dictadura interna y que se solazan aterrorizando a sus colegas, abusan de su poder en forma cotidiana. A través de este poder vertical satisfacen sus rencores personales, se cobran en los jovenes sus frustraciones, reafirman su titubeante identidad, desarrollan su vocación para las intrigas, despliegan su egolatría, etc, mortificando a quienes por el mero hecho de ser jueces de diferente competencia son considerados sus "inferiores". De este modo se desarrolla una increíble red de pequeñeces y mezquindades vergonzosas, de las que participan los funcionarios y auxiliares sin jurisdicción. La maledicencia se convierte en moneda corriente, hace presa a todos y sustituye a las motivaciones racionales de los actos jurisdiccionales: las sentencias no confirman, revocan o anulan por razones jurídicas, sino por simpatía, antipatía, rencor, celos con el colega. Si los operadores de un poder judicial verticalizado decidiesen un día dejar de practicar la malediciencia respecto de sus colegas, reinaría en los edificios de sus tribunales más silencio que en los templos". En un trabajo, a estas prácticas, las llamamos autoritarismo jerárquico del Poder Judicial (o de otras estructuras burocráticas).
Entrando al tema por otro lado, muy útil y raro es el siguiente video, suerte de revival oral de EJ, conferencia dada por ERZ sobre puntos afines:
En la conferencia (del 2005), que dura poco más que treinta minutos se repasan muchos tópicos de EJ, con una perfectible traducción simultánea (ver que en el minuto 11:35 la traducción le dice algo así como "¿Lo qué?", al ERZ decir "Stare Decisis" y le responde "Yo hago cine", horror!!)
Momentos importantes de la conferencia (casi textuales):
06:00 - El modelo de selección de jueces y de creación de independencia (burocrático napoléonico, llamado por ERZ) calificado como el más catastrófico."El juez cuando es viejo y se domesticó, cuando perdió su independencia llega al máximo nivel" dice ERZ. Su modelo de jueces es, como se ha dicho en el debate, el modelo italiano.
(Acá, lo que no entiendo la diferencia que hace ERZ entre el modelo italiano, llamado pluralista, del modelo burocrático napoléonico, porque comparten muchísimos presupuestos teóricos e históricos, codificación,consejos de selección, etc, etc, aunque puede haber diferencias en los resultados).
19:00 - Crítica usual al presidencialismo. Su predilección por el parlamentarismo.
28:oo - "Esta nueva ideología penal tiene un modelo psicópata de policía".
30:00 - "Los medios imponen el discurso a la política. La política no impone su discurso punitivo a los medios. Y así hay más discrecionalidad a una policía usualmente corrupta (que dan incipientes golpes de estado por la policía, por ejemplo, Brasil)"
35:00-37:50 Arturo Valenzuela, en la línea de Luigi Ferrajoli y ERZ, y criticando a Chavez (!!!!!) nos recuerda que el constitucionalismo es freno a las mayorías (después refiere a Bolivia!!). ERZ, coincide, y después vuelve a defender al poder judicial de la crítica democrática diciendo "no es un poder aristocrático".
1:07:00 "La cultura democrática de la sociedad puede ser más democrática que la cultura democrática de la clase política" Buena frase final.
Volvemos a la independencia. Entonces, preguntas y más preguntas: Hace tiempo marcamos nuestras diferencais (mías, Lucas A.), con el proceso de selección de jueces, entonces vamos a las preguntas que nos pueden surgir:
Uds. creen que un proceso que incluye un examen, un concurso de antecedentes y una entrevista con el plenario del Consejo de la Magistratura (actual o anterior, dejando las diferencias y referencias a la reforma del 2006), permite la independencia judicial? la crea? la fomenta? la construye? la constituye? Sobretodo, cuando ese sistema (supongamos que súper necesario y bien hecho) concluye en un proceso de selección política discrecional (que puede ser dilatado eternamente si la terna no es del agrado).
Y pasada la selección (del Consejo de la Magistratura, que supongamos es la mejor de todas) cuando llega a la elección discrecional: ¿Qué hacen los candidatos a jueces cuando están en la terna que el Ejecutivo elegirá? ¿Esperan pacientemente a ser elegidos, convocados por el Presidente (mediante secretaria legal y técnica que compara us CVs y resultados de concursos) y el complejo acuerdo del Senado? o ¿tienen reuniones, llamados, con operadores para gestionar ese nombramiento, mediante negociaciones y promesas políticas que como nos imaginamos están fuera de todo control republicano y accountability? ¿El resultado de ese sistema de selección genera independencia judicial? Esa es, estas son, como solemos decir, las preguntas correctas.
Mientras preparamos el segundo post de EJ, leemos (o escuchamos), como siempre, al amigo Radio Tosco. Porque sobre todas las cosas este es un blog federal, con amigos a lo largo y ancho del territorio de nuestro país. Y no podemos dejar de notar el "curioso" plan de vivienda, llamado provisoriamente según parece, "Hogar Clase Héroe". Para leer, acá.
Este año vamos a Córdoba, así que avisamos cuando estamos por allá, che. Salud!
PD: Y después me distraje un poco, actualizando el debate entre el Criador y Quintín, y a no saben quién encontré? ja
Estructuras Judiciales (de ahora en más EJ) es un libro raro, prácticamente desconocido para el común de los zaffaronianos (no así para los zaffaronólogos), extrañamente ignorado, muy pocas veces citado, casi olvidado, oculto. Raro en sí mismo. Raro en la poquísima atención que se ha dado en la academia local. Por ejemplo, no se ve una línea teórica o de investigación que se haya abierto para profundizar muchas de las -muy buenas- inquietudes y -muy pertinentes- tópicos que el libro identifica, más allá de que podamos o no coincidir en diagnósticos y propuestas del autor.
Al releerlo sentí una sensación de engaño, de que me equivoqué. No se me malinterprete, por favor! El engaño era autoengaño y el error era producto de que los años pasan (leí el libro en el 2001/2002, lo saqué del sector de referencias de la biblioteca de la UBA que tiene un único ejemplar para consultas, no se podía llevar a domicilio). Pensaba, creía recordar, que era un libro mucho más crítico del Poder Judicial (PJ). Ahí el autoengaño, ahí el error. En mi relectura, esa faz crítica se redujo -a un nivel, tal vez, todavía aceptable- pero afloró, apareció con mucha presencia, por otro lado, una fuerte defensa del PJ en dos frentes: 1. el frente que apunta al déficit democrático del PJ y 2. el frente de la política como amenaza permanente para el PJ. Dos frentes con nexos internos (vease, sobre todo, como políticos suelen tomar el argumento contramayoritario con mucho gusto para desacreditar el accionar de jueces activistas -eso puede ameritar un post largo-) pero separables, diferentes.
Más allá de las complejidades del planteo del libro, tal vez, EJ sea -pienso, tirando una idea al viento- uno de los libros más críticos del PJ -y especialmente de las EJ- que haya escrito un ex-funcionario judicial, un ex-juez y ahora Juez Supremo. Sabemos y tenemos en cuenta, el necesario y más actual libro de José Massoni -que ya comentamos acá, recuerdan?- que quizás, le compita con fair play, desde una escritura más coloquial, de experiencia de vida y no tan, tan, profesoril como la de ERZ. Desde ya, en el caso de ERZ, estamos frente a un Juez complejo, dado que fue además abogado litigante, constituyente, legislador, político frepasista, funcionario público (INADI) y ahora Juez de la Corte Suprema -y le queda proyección para más-, pero su función judicial y académica sobresalen.
Cuando en el 2003 se mencionaba a ERZ como candidato para la Corte Suprema pensaba, con esas primeras lecturas en mi espalda: "Qué paradójico! un autor como ERZ, tan (sic) crítico del PJ, que vaya a la Corte". Hoy, mucho tiempo después, todas esas impresiones se reformulan con más lecturas, varios años de gestión suprema y con el verano repasando EJ. Los libros nunca son los mismos, tampoco las lecturas, tampoco nosotros.
La mayor virtud, tal vez, de EJ es que resulta de fácil lectura, dado que el autor evitó un relevamiento exhaustivo de la bibliografía del tema, de las teorías que justifican el control judicial de constitucional, y fue directamente al punto, el análisis cualitativo de las estructuras judiciales mencionando algunos casos internacionales (Francia, Alemania, Japón y otros casos), para hacer un diagnóstico y elaborar un -esbozo de- esquema de trabajo para el caso latinoamericano y en especial el caso argentino.
EJ es de 1994 (o sea, tiene casi quince años) y se origina en conferencias de 1989 y 1992, eso explica un cierto afán de divulgación, más que un trabajo de totalidad, definitivo, destacado por la exahustividad, (perfil que pueden tener otras obras de ERZ), está escrito sin muchas citas al pie y sin muchas trascripciones de textos. En especial, para la situación y el diagnóstico del caso Argentino se repite el enfoque. Se reconoció necesario hacer un repaso histórico y simplemente se elaboró un marco contextual (sin referencias bibliográficas) para explicar los defectos del poder judicial según las circunstancias históricas, los defectos que permanencen y los que mutaron. Ya comentaremos con mayor profundidad sobre este punto.
Para comenzar un análisis más profundo pero selectivo, empezamos en esta oportunidad, por dos puntos fuertes del comienzo del libro:
- Ausencias: El libro reconoce una omisión teórica y política en los estudios del poder judicial y de las burocracias judiciales. ".. corresponde reprochar a los teóricos una seria omisión al respecto. Salvo excepciones, no puede hablarse de un verdadero desarrollo teoórico del tema en América Latina...". "Pero lo que consideramos más grave es que ni siquiera podemos hablar de una tradición de teoría política de la jurisdicción" y uno de los puntos de esto sería "la necesaria crítica a la estructura institucional para optimizarla en relación a las funciones manifiestas (en esto último incluimos especialmente la forma de gobierno, la selección de los jueces y la distribución orgánica)". En ese contexto, es donde EJ debe ser bienvenido, junto a otros libros que andaban -y ahora, mucho más, andan- por ahí, por supuesto. Necesitamos más..
- Defensas: El control judicial de constitucionalidad es defendido categóricamente por ERZ. Ante el argumento del peligro de la dictadura de los jueces, ERZ contrarresta "La difusa imputación de falta de legitimidad democrática no es más que una expresión coyuntural de las muchas con que se quiere combatir a la democracia o con la que se pretende disputar un espacio de poder coyuntural".... "En este confuso argumento encuadra también la famosa "dictadura de los jueces", que es el estribillo más ridículo y aberrante, porque es la única dictadura que nunca existió en la historia. Efectivamente, el "gouvernement des juges" fue el argumento usado siempre por todos los políticos franceses para rechazar el control de constitucionalidad de las leyes, de lo que ha resultado que Francia tenga hasta hoy el sistema judicial más atrasado de Europa".
- En sintonía, todo esto se vincula con su opinión sobre que las mayorías "se deben controlar", en la línea de Luigi Ferrajoli, dice: "establecer una constitución y pretender que su supremacía queda librada a quienes precisamente son los más tentados de violarla", estas son, las mayorías siempre temidas, "no pasa de dejar la constitución librada a un autocontrol que, en definitiva, no es más que un acto de buena voluntad. 'Una instancia de control sometida al control de los controlados es una contradicción' ", concluye citando ERZ.
Entonces, en su defensa, ERZ sostiene que el poder judicial puede y debe co-gobernar, si no queremos negar las funciones del poder judicial "..hoy (1994) más que nunca debe reconocerse que el poder judicial es "gobierno". Su definición no puede hallarse en la afirmación de que no establece reglas "erga omnes", de que no es 'colegislador' ".
To be continued... Hay mucho más pero, por lo pronto, empezamos con estos breves puntos, después de la presentación general. El próximo post se los dedicaremos a ver qué nos dice de los modelos judiciales en dos aspectos hiper-relevantes: independencia judicial e imparcialidad en la jurisdicción.
PD1: Al hablar de la Administración de Justicia Francesa, ERZ afirma que el modelo francés "Es el modelo más atrasado de Europa". Una afirmación tajante, polémica, para nuestro corresponsal en París, Sebaskur.
Justo la noche en que premiaban la peli en Berlín -Oso de oro, que no es poco- me fui a ver La teta asustada, previendo el premio, y atraído por los rasgos salientes del film: viene del Perú, país del que he visto poco y nada en cine; la directora es pariente de Vargas Llosa; la trama gira en torno de una joven indígena, que sufre el síndrome que da título al film y que refiere a un aparente mito acerca del terror transmitido por las mujeres -víctimas de violaciones y otras atrocidades recientes- a sus hijas, a través del amamantamiento. La película se adentra en un camino lleno de riesgos, siempre próximo al abismo: el realismo mágico; el paseo turísitico por el indigenismo; el progresismo for export. Su mérito tiene que ver con los modos en que esquiva los peores peligros que la rodeaban, y su defecto con la forma en que cae víctima de algunos de ellos (así, la directora nos deja cantidad postales que exhiben todos los rasgos que el extranjero que se ríe de, o quiere ser compasivo con, los indígenas, quiere encontrar). Prefiero, de todos modos, resaltar lo valioso: una historia sobre el silencio y el pánico de una joven que proviene de un grupo agresivamente subordinado (la ruptura de clases, en países como Perú, es brutal como en pocos lugares), su temor a socializar, su susto frente al hombre. Y si bien la directora se acerca a los parientes y vecinos de la joven (actores no profesionales a los que se les nota demasiado la no profesionalidad) con menos cariño que ánimo pintoresquista, ella gana, y así su obra, con un enfoque lleno de amor y respeto hacia la protagonista.
Leyendo durante el verano, recordé los textos de Alberdi sobre derecho de propiedad intelectual, sobre todo, defendiendo a los "trabajadores intelectuales" y atacando los fuertes desincentivos, aún existentes, para el trabajo no físico, no material. Lo recordé, también, porque hay justos reclamos laborales, y porqué no constitucionales, de investigadores precarizados y en otras áreas de la que se denomina la "sociedad" del conocimiento y la información (también recordando el análisis -una intuición contraria a la de Alberdi- de Marx, en no me acuerdo qué tomo de El Capital, en torno a la explotación de los trabajadores manuales por los trabajadores intelectuales que -denunciaba Marx- estaban claramente en la clase explotadora).
Textos como "La patria necesita imprentas", "¿Vive usted de las letras? ¡Ni Dios lo permita!" o "La importancia del trabajo intelectual" son representativos de ese Alberdi, que con sus cosas, -entre THDongui y JLRomero decían de Alberdi que su ideología era un "republicanismo autoritario" y un "autoritarismo progresista", no recuerdo qué decía cada cual, JMayer lo defendía un poco- a pesar de todos los contrapuntos que tengamos, alguna que otra alegría nos da.
Eso se puede ver en este pasaje (muy en la línea del Alberdi que RG encontró en el buen libro de O. Terán), de una nota que publicara en "El Nacional" y "El Iniciador" de Montevideo, en su exilio. Viene en forma literaria, lo que prologaría -seguramente- "El viaje de Luz del Día", la Novela escrita por Alberdi, de cierta calidad, con mucha ironía, ácida, liberal-conservadora pero con momentos lúcidos. Personalmente, me gustó, allá, hace tiempo. Ahí va la cita:
-Eh! yo soy como los operativistas y los pájaros: ando tras de las primaveras y las auroras.... Se acabó La Moda: a ese tiempo apareció El iniciador. Me parecieron todos gentes de humor, parecidos a mí. Sé, además, que en esto de letras el país promete tanto como Buenos Aires, y no me sorprende, porque sé de qué madre proceden ambos. Hijos de una misma España, tienen la misma locura por las letras.
- Pues qué, ¿Vive usted de las letras? - Ni Dios lo permita: preferiría ser ladrón: sería menos despreciable. El robo al menos se ha visto consagrado en Esparta. Pero las letras, en américa ¿Cuándo? Nosotros no conocemos otra nobleza que la del trabajo: todo trabajo es noble entre nosotros, menos el de las letras porque ése no es trabajo, o a lo menos es un trabajo muy degradante. Aquí es un deshonor trabajar con la cabeza, es decir, como hombre; mientras que es una honra trabajar con los brazos y los pies, es decir, como bestia. Sólo el trabajo bestial goza de favor. Galopar, sudar, solearse, mojarse, estropearse; hacer guardia a las vacas, gobernar peónes..., golpearse con todo bicho, mentir a todo trapo para ganar un real en ventas de trapos, de cuernos, de cueros, de cerdas, esto sí es de gran gente, altamente honrosa y brillante: Constituye, entre nosotros la brillante "profesión mercantil".
El libro de cuentos que me hizo acordar de los textos de Alberdi era "El fideo más largo del mundo" escrito por Bernardo Jobson (que contiene un muy buen cuento homónimo y otro incluso mejor llamado "Una de las cuestiones..", en la colección dirigida por Abelardo Castillo). Al final, se puede leer una entrevista en la que le hacen a Jobson la siguiente pregunta: "¿Vive usted de la literatura? ¿Qué otras actividades realiza o ha realizado?
Jobson responde: "¿Quién sugirió la pregunta? , ¿Bradbury? En nuestro país, de la literatura viven las editoriales, las imprentas, los talleres de fotocomposición, las distribuidoras, las librerías, los kiosqueros, la ley 11.723, el corrector de pruebas, lo cual involucra ya tanta gente que hasta parece justo que el autor, no.
Hice todo, hago de todo: empleado bancario, de seguros, tío loco, redactor publicitario, periodista, marido incomprendido, fakir, traductor, pensionista en desgracia, pero nunca fui colectivero. Supongo que todo eso es (cómo me gustaría poder decir fue) aleatorio, ese tractor que nos engancha a la culata y nos lleva hacia la realidad, la cotidiana, del país más caro, más imprevisible, más conflictivo, más hermoso del mundo. Esa misma realidad que le hizo decir a Chesterton (quien se atreva imagínelo argentino) la siguiente sutileza: "El humor debe llevarse a cabo antes de que la realidad llegue a ser tan ridícula que ya no sea posible satirizarla".
Hay un punto, al menos, en donde el neopunitivismo de la “mano dura,” y el garantismo ferrajoliano se juntan, y es porque ambos parten de, y comparten, una visión muy “fina” o delgada, muy empobrecida, de la democracia. El neopunitivismo reclama estar obedeciendo, meramente, a los reclamos mayoritarios, en su demanda por más mano dura. Nos dicen: “no es que nosotros seamos vengativos ni autoritarios, no es que exijamos un Estado Leviathan, sino que, simplemente, somos demócratas y queremos que se haga lo que la sociedad exige, es decir, penas más duras.” Reaccionando contra dicha postura, el noble garantismo nos dice: “queremos jueces activos y atentos, firmes en la custodia de la esfera de lo indecidible, porque si la política democrática entra dentro de dicha esfera, hace estragos, y convierte al derecho penal en un derecho terrorista.”
Por supuesto, las distancias entre una postura y otra son enormes. Por supuesto, estamos y estaremos siempre con el más estricto garantismo. Sin embargo, necesitamos un garantismo con otros fundamentos. Hoy, el garantismo se basa, como su postura rival, en una idea inatractiva, débil, flaca, de la democracia, en donde la democracia es asimilada con el descontrol, a los reclamos irreflexivos de las mayorías, a una desmedida sed de venganza. Pero decir esto supone considerar, como sus adversarios teóricos, que las demandas desesperadas que conocemos por televisión, presentada por las pobres víctimas o sus familiares, equivalen a la voluntad general, expresan las convicciones más profundas de la comunidad. Y éste es el mismo problema que tienen quienes ven a la democracia como el mercado. Pero la democracia no es el mercado. Y no corresponde asimilar la democracia con el resultado de una encuesta (formal, como Gallup, o informal, como las torpes y manipuladas que presenta la televisión) en donde se le pregunta a alguien si prefiere tal o cual champú, o si cree que la pena de muerte debería ser aplicada para los violadores, o no. Esto, más allá de que –como señalábamos en las discusiones anteriores- nunca nos den un dato duro que verifique lo que están diciendo. Él día que nos lo den, insistiremos con que democracia no es mercado ni encuestas. Pero por ahora, ni eso hace falta porque no nos dan nada: sólo suponen que democracia es irracionalidad y totalitarismo punitivo.
Otra vez, no necesitamos irnos al mundo ideal, y decir que hasta que no lleguemos hasta la perfecta democracia deliberativa no hablamos ni decidimos. Basta –por ahora- con señalarles, a quienes nos presentan tales puntos de vista tan simplistas sobre la democracia, que no corresponde asimilar a la democracia con cualquier cosa. Si pensamos a la democracia como cuestión de grados –democracias más o menos perfectas- la que ellos presumen se encuentra en el escalón más bajo y degradado posible.
En un post anterior, miramos un pequeño pero muy importante aspecto de la teoría Ferrajoliana: el contraste entre democracia y garantismo. Un complemento indispensable dentro de aquel esquema se relaciona con la idea de "lo indecidible." Ay. Uno se acerca al tema y ya ve el problema. Se trata de "el conjunto de principios sustraídos a la voluntad popular" -una noción que tiene un parentesco, pero que no es idéntica (LF dixit) de la de "coto vedado" de E.G.Valdés. La noción nos refiere tanto a lo que no debe hacerse nunca, como a lo que sí debe hacerse, también de modo inexorable. De este modo, nos dice LF, se pone límite a la omnipotencia de las mayorías.
Fuera de lo indecidible queda -agrega- el reino de la política y el mercado. De aquí mismo surgiría -aunque no queda claro por qué- el "carácter democrático de la jurisdicción" (aparentemente, la tarea es democrática porque es una de las tareas necesarias dentro de una democracia constitucional). Nos dice LF que, por el hecho de dedicarse a la custodia de las garantías, el poder judicial gana plena legitimidad democrática: "Esta naturaleza de la jurisdicción es por sí sola suficiente para explicar el carácter no consensual ni representativo de la legitimación de los jueces y para fundar la independecnai respecto a cualquier poder representativo de la mayoría." Y agrega -y con esto termino- "precisamente porque la legitimidad del juicio reside en las garantías de la imparcial determinación de la verdad, no puede depender del consenso de la mayoría que, desde luego, no hace verdadero lo que es falso ni falso lo que es verdadero. Por eso, el carácter electivo de los magistrados o la dependencia del ministerio público del ejecutivo están en contradición con la fuente de legitimación de la jurisdicción...porque los derechos fundamentales, según una feliz expresión de Dworkin, son derechos contra la mayoría, también el poder judicial instituido para su tutela debe ser un poder virtualmente contra la mayoría."
Hará falta comentar por qué todo esto nos suena mal? Ante todo, una consideración Waldroniana: a todos nos interesa muchísimo que se protejan los derechos, contra cualquiera. Pero el problemita que tenemos es que disentimos radicalmente respecto de qué son los derechos, cuáles son sus contenidos y alcances. Para LF, en cambio, todo parece clarísimo: cuáles son los derechos, cuál su significado. Tenemos un problema muy grande con la asociación entre derechos y verdad, con la idea de los derechos como cognoscibles por la razón (de los estudiosos), y directamente opuestos a las consideraciones de la mayoría. A través de dicho enfoque, LF retoma la trágica distinción entre soberanía del pueblo y soberanía de la razón, y opta, enérgicamente, por la soberanía de la razón. Me queda claro que LF es un Dworkiniano, con todo lo que ello implica. Y, por lo anterior, no me queda nada claro por qué el poder judicial, encargado de la tutela de los derechos, debe ser un "poder virtualmente contra la mayoría."
Tal vez todo tenga que ver con una división que aparece en la doctrina contemporánea, entre los que parten de las certezas absolutas (Dworkin, Ferrajoli, con las diferencias importantes que los separan), y los que partimos del escepticismo, las dudas, la existencia de desacuerdos radicales (Waldron, Sunstein). Para los últimos, los derechos no tienen un contenido obvio, disentimos razonablemente sobre su significado y alcances, y no encontramos ninguna razón para confiar su definición y custodia a un cuerpo sobre el cual no tenemos casi ningún control.
Mientras terminamos lo interminable, algunas frases elocuentes de ERZ en el diálogo sobre "Derecho y Psicoanálisis" -acompañadas por un stencil de Bansky- en la revista que recomendamos:
- "El problema más grave que tenés, el más paradojal que hay en toda la materia penal es el aborto. Es imposible juntar a la gente en una mesa y decirles 'Dejen todos los prejuicios afuera, hay miles de abortos, a ver cómo bajamos este número'. Entonces nadie hace nada y nos quedamos tranquilos porque, aunque nos salpique la sangre, todos seguimos con la ley penal. Es una locura. Dentro de cien años van a decir que fuimos una generación de imbéciles y por supuesto que tendrán razón"
- "La pena jurídica cumple la función de colgar el conflicto, "lo cuelgo, no lo resuelvo". Más académicamente, se dice que suspende el conflicto. Y así el conflicto se cuelga diez años, veinte. No puedo resolverlo porque el modelo tiene una incapacidad intrínseca".
- "Si no estamos" (los jueces) " no es que desaparece el poder punitivo, desaparece el límite al poder punitivo, ése es el asunto. Si nos vamos todos los jueces, no va desaparecer el poder punitivo, lo que desaparece con nosotros es el límite".
- "Justamente, de alguna manera, ¿Cuál es la perspectiva general de la función de la cárcel? ¿Qué trato se le da a la masa de personas detenidas? Uno llega a la conclusión de que los que están adentro no están tanto por lo que hicieron sino por la vulnerabilidad, es decir porque lo hicieron mal. Habría que ensayar una especie de terapia de la vulnerabilidad. Podran ofrecerles, sin imposiciones, la posibilidad de un cambio. Terminar con la regla no seas malo, sé bueno y reemplazarla por la regla no seas idiota. No es imposible, no seas idiota".
Vengo leyendo un libro interesante, compilado por Miguel Carbonell, con artículos de Luigi Ferrajoli sobre democracia y garantismo (tal el título de la obra). Me gustan muchas cosas del libro, pero cada vez me asombro más cuando el amigo Luigi se interna en, exactamente, ese tema. Para él resulta obvio -sin dar prueba que apoye sus dichos, como ocurre con la mayoría de los que sostienen la misma tesis- que (lo cito) "un derecho penal democrático...se orientaría inevitablemente hacia formas de derecho penal máximo, o sea, máximamente represivo, carente de límites y garantías." No Luigi! Per ché!! Primero, danos un dato. Segundo, democracia no es lo que dice mucha gente, en una encuesta hecha en tv, minutos después de un crímen horrendo. La democracia en el derecho penal, continúa, tiene "como resultado inevitable el terrorismo penal." Eeeeepa, no será mucho? Y concluye "todo esto significa que entre garantismo penal y democracia política, entre seguridad y libertad, entre defensa social y derechos del imputado, del reo y del detenido existe de facto una antinomia (!!!!!)." Y peor (sigue): "que la legitimación del poder judicial, en otras palabras, no es democrática si por democracia se entiende únicamente voluntad del pueblo, y por tanto de la mayoría. La batalla por el garantismo penal, ha escrito Norberto Bobbio, siempre ha sido una batalla de la minoría." El libro está bueno, pero el desacuerdo con estas secciones centrales es ABSOLUTO. La seguiremos
Nos propusimos, como saben, (re)leer Estructuras Judiciales de ERZ (acáen una nota rivalizando con Scioli -y acá surespuesta- en sintonía con nuestro blog y los amigos blogales Bovino/RAU) este verano y lo hicimos.
Lamentablemente, la reseña de Estructuras Judiciales que tenemos en boxes nos llevará más de un post (y me está llevando más de un día prepararla), sin lugar a dudas. Estamos luchando para no hacer un contrapunto en cada párrafo de ERZ. Y hay párrafos que tienen un jugo increíble!!!
Entonces, como tengo soft heart, como muestra de buena fe, de deseos de pax académica, paso un chivo literario pero con interés para los Zaffaronianos (y Maristas). Hace bastante vi -parte de- la colección de una excelente revista de literatura que se llama/llamaba "La mujer de mi vida", que hace un tiempo fue cerrada y vuelta a abrir, a un precio increíble, monedas: 2,5 guita, each. Ahora, como dije, volvió al ruedo, pero liquidaron los números anterirores de todas formas y aproveché para comprar algunos números que no tenía. La revista es hiper recomendable, muy buena calidad. Conozco buena gente que escribe ahí de primer nivel humano y en lo que escribe. Para aquellos que nos gusta la literatura nacional pero también los ensayos sobre la internacional, la revista es fantástica. Cuentos inéditos, buenas plumas, por ejemplo Gamerro, Pablo de Santis, you name it, etc, etc, muy buenas ilustraciones, de primera, humor ácido, comentarios de películas, análisis de eventos, en fin, mucho y muy bueno.
En su último número, recuerdo, hay un ensayo de Alain Badiou sobre "La justicia" pero -he aquí lo que quería contar- en un número anterior (Números 36 y 37) tienen a Zaffaroni hablando de "Psicoanálisis y Derecho" junto a un psiconalistas, Juan Dobón. Muy interesante, obviamente se cita a Marí (gran introductor local de estos temas) y cabe recordar -btw- el librito en el que escribe Kelsen, Marí, Legendre, Kozicki, Siperman y otros sobre el tema de la difunta editorial Edicial/Hachette. Gran tema gran, aunque recuerdo la cruzada de Mario Bungeen contra del psiconálisis y me quedo pensando, me quedo.
Ello va de la mano con algo habitual en el planteo general de Estructuras judiciales de ERZ: ver las funciones "manifiestas" y "latentes"-Freud 1.o- que tiene el poder judicial. Podríamos profundizar y ver su edipo, sus traumas de castracción, sus rasgos bipolares, esquizoides, trastornos de personalidad, fobias, tics, etcétera, etcétera.
Todo esto, en una librería llamada "Cátedra", Av. Corrientes 1620 (casi Montevideo), y ahí tiene también "La zorra y el erizo" de Berlin que -le gusta tanto a GA, recuerdo, y con razón- a muy, muy, muy buen precio.
Hacia fines de año que pasó, al comentar que ibamos a (re)leer un libro de ERZ(que comentaremos esta semana que viene), nos mandaron -muy gentilmente, por supuesto- a leer a John Kennedy Toole, y su "La conjura de los necios". Cumplimos, honrando el grito que nos pegaron en ese momento, y homenajeando -sobre todas las cosas- un regalo que nos hicieron hace tiempo (Gracias Romina F. por el libro!).
La verdad es que, más allá de la traducción, más allá de sus momentos de somnoliencia -que los tiene, como dijo la comentaristas Luciana E. en su momento-, más allá de los limbos que atraviesa la narración, el libro sinceramente me gustó. Retrata situaciones absurdas desde personajes costumbristas -el policía, el jefe de policía, las viajes de barrio, la madre, el profesor, la novia liberal, el afroamericano, etc- potenciados por el sinsentido pero comunes, reales y ,desde ya, un más que bizarro pero auténtico Ignatius.
La historia tiene varios pasajes, llamémoslos, "originalistas", como este:
"Lo irónico de ese programa es que teóricamente pretende ser un ejemplo para la juventud de la nación. ¡Me gustaría saber muchísimo saber lo que dirían los Padres Fundadores si pudieran ver cómo corrompen a esos niños en por de la causa de clearasil! Sin embargo siempre he sospechado que la democracia llevaría a esto".
Más adelante, específicamente en el contexto de una lucha absurda entre un joven transeúnte y un Ignatius mezcla de vendedor de panchos y vagabundo, se lee el siguiente diálogo:
"- Este jersey cuesta cuarenta dólares -dijo el joven; examinó la parte rota que le había desgarrado el corte hecho por Ignatius.- ¿Estás dispuesto a pagarlo?
- Desde luego que no. Nunca tengas altercados con indigentes- le responde Ignatius.
- Puedo demandarte -amenaza el joven.
-Quizá debiéramos abandonar ambos la idea de recurrir a la ley. Para un acontecimiento tan poco auspicioso como un juicio, probablemente te dejarías arrastrar por el entusiasmo y aparecerías con tiara y traje de noche. Un juez viejo podría sentirse muy desconcertado por la situación. Probablemente nos considerase a los dos culpables de algún delito inventado".
Agnes Varda es una cineasta nacida en Bélgica, que pasó los 80 años de edad. Nos sorprendió a muchos con sus dos hermosas películas sobre (asñi nomás) "las personas que recogen cosas" (Les Glaneurs et la glaneuse, 2000 y 2002), no porque no supiéramos de su talento, sino por la increíble libertad mental, capacidad de sorprenderse, actitud lúdica, que seguía demostrando a esa edad. Estando por acá donde ella vive compré un DVD con los cortos que hizo desde 1957 hasta nuestros días. Y otra vez encuentro lo mismo: libertad absoluta para saltar de un tema al otro, ánimo para entusiasmarse con todo, capacidad para encontrar belleza en cada objeto que mira, ganas de reírse de todo, de no tomarse nada demasiado en serio. Todo eso, a la vez que deja en claro sus compromisos éticos y políticos. El DVD incluye un soprendente corto sobre los Black Panters en su campaña por la liberación de H.P.Newton (embarazada, en 1968, se fue para USA a dar testimonio de ese fenómeno. Spike Lee, años más tarde, también haría un extraordinario film sobre H.P.N.). El DVD incluye, además, un video filmado por ella en Cuba, en 1962! ("Saludos a los cubanos," hermoso en la fotografía, en los cambios de registro, en su amor por la gente a la que mira); un pequeño corto protagonizado por Godard y Anna Karina (!); un homenaje a un tío hippie que encontró en San Francisco (espectacular, él y el video); un homenaje a la mujer; una filmación sobre los sin techo en París...Agnes, quién pudiera tener tu libertad mental! Y a tu edad! Declaración: Agnes, te amo!
Siguen los ataques contra la GSC (gente sin celular), como lo consigna esta nota. Se trata de una campaña muy bien orquestada, con muchos intereses ocultos detrás. Resistiremos.
La avanzada progresista del gobierno en la Provincia de Buenos Aires, con Scioli a la cabeza, dice que las "políticas demasiado híper garantistas, híper permisivas han generado una situación que ha alterado la convivencia del orden público." Criticando al juez Zaffaroni, y mientras nuevos agentes policiales aparecen involucrados en nuevos delitos a cada instante, mantuvo que "el único mensaje que escucho, que llega a mi corazón y mi cabeza, es el de la gente, que me pide que no afloje. La gente pide orden y justicia". Desde este blog mandamos otro mensaje a tu corazón y a tu cabeza: por qué no te vas ya mismo? Tenemos otros mensajes si te interesan, siempre con muchísimo amor y muchísima esperanza.
En La Nación de hoy, además de una preocupante nota de su jurista especializado, favoreciendo la postergación, por parte de la Corte, de la decisión sobre el consumo de estupefacientes (acá), hay dos notas de sus dos principales editorialistas (ay!) sobre los escraches. Otro tema sobre el que hay mucho que discutir, pero que para quien esto escribe es bastante obvio, aunque supongo que pienso lo contrario que muchos colegas (y, ciertamente, lo contrario que los dos editorialistas, pongo solamente uno de los editoriales acá por razones varias digamos). Mi posición es, finalmente, la misma que la del amigo Owen Fiss: en la medida en que el sistema representativo funcione mal; y que reconozcamos que la democracia no se agota con votar, no es malo sino saludable que se busquen formas de expresión alternativas y cotidianas, que pueden incluir el ir a buscar a alguien a su domicilio y abuchearlo, o hacer guardia frente a tal lugar con carteles de protesta. Ese tipo de expresiones deben ser bienvenidas, y me resulta insoportable que las equiparen al nazismo, simplemente porque los nazis hacían escraches (los nazis comían salchichas, y yo que soy anti-nazi lo mismo, aunque como pocas porque mucho no me gustan). El tema, claro, es cuando la temperatura sube y la expresión toma otros caminos. Si debo dar mi opinión (deberé?), me parecía feo pero finalmente tolerable que, pongamos, en Inglaterra le tiraran huevos a la Thatcher o a Blair -no por la ideología de ambos, sino porque son los riesgos del trabajo que habían escogido; por la radicalidad de los programas que avanzaban; y la dificultad de los votantes para expresarse por otros medios de modo de poder razonablemente torcer la voluntad de sus representantes. Por supuesto que la agresión física me parece mal, pero eso, por un lado, ya lo cubrimos con la figura de las lesiones, y por otro lado, ni el diputado Rossi (recientemente escrachado) ni, pongamos, los ex jueces de la Corte, en su momento, fueron objeto de agresión física, aunque si de repudio en sus domicilios. La propuesta es: no asimilemos indebida y tramposamente escrache a nazismo; aceptemos, como diría Fiss, que la democracia no es sólo voto periódico, y que bien puede incluir manifestaciones de protesta frente a los domicilios de los representantes, por ejemplo; y –como siempre- lo más importante, distingamos, porque no es todo lo mismo: un silbido o un abucheo no es lo mismo que un cascotazo, no, y no necesitamos estudiar derecho para poder hacer y aplicar este tipo de distinciones, aunque algunos estén interesados en mezclarlo todo.
Se viene el referéndum de Chávez para apoyar la reelección sin límite de todos los cargos electivos. Deberíamos discutir del tema antes de que llegue, y además hay varios colegas amigos, en el país, empujando una campaña a favor. Aquí, por principios (rg) estamos en desacuerdo con cualquier reelección boliviarianamente indefinida, se trate de quien se trate. Entiendo que sobre el trabajo de Chávez estamos habitualmente mal informados (por responsabilidad que no es sólo suya, aunque él no sea completamente ajeno a ello), pero la respuesta seguirá en todo caso siendo negativa. Qué le vamos a hacer.
L@s coleg@s de COPADI, incluyendo a la amiga Luciana S. están detrás de una presentación en favor de inmigrantes afros, mayoritariamente senegaleses, por la discriminación que sufren, particularmente de parte de la policía que suele quedarse con parte de las mercancías que puedan vender. Pero el maltrato bien argentino, claramente, va mucho más allá, y es obviamente cotidiano y permanente. M.F.V. me alerta sobre una nota que acaba de salir en Crítica (con título original en línea con el maltrato que la misma nota comenta), sobre la situación y sobre el trabajo de l@s COPADI, y acá abajo la reproduzco, porque tiene información de interés.
"S.quien por seguridad no puede decir su nombre, es refugiado senegalés y para subsistir vende bijouterie. O intenta venderla: en el último tiempo, el acoso policial se endureció al punto de no sólo impedirle la venta, sino de detenerlo y secuestrarle la mercadería. Junto con otros compañeros, acaba de presentar un hábeas corpus en el que denunció que en la última ocasión, la policía, en vez de pedirle uno o dos relojes como suele hacer, lo quiso echar con un “acá no recibimos nada de los negros”. S. se resistió porque sabía que lo que estaba haciendo no era delito y la consecuencia fue inevitable: lo detuvieron, le secuestraron la mercadería y hasta le hicieron “desaparecer” el pasaporte.
Lo de S. es sólo un ejemplo de lo que regularmente padecen los aproximadamente 300 refugiados senegaleses que sobreviven en la ciudad de Buenos Aires y que no ganan más de $1.000 pesos al mes. Sin embargo, la justicia contravencional porteña desestimó el hábeas corpus e hizo una mínima referencia a la discriminación racial, algo que la Cámara, que también rechazó el recurso, ni siquiera tuvo en cuenta. “La discriminación está en toda la estructura judicial y administrativa porteña –señala Luciana Sánchez, presidenta del Colectivo para la Diversidad (Copadi), asociación civil que acompañó la presentación judicial–. La policía es la que ejerce la violencia, pero es el último eslabón en esta política de ‘blanqueamiento’ del Gobierno de la Ciudad.”
Según explica Sánchez, la policía invoca el artículo 83 del Código Contravencional para accionar contra los vendedores ambulantes, especialmente inmigrantes. Este artículo establece que están sancionadas las actividades lucrativas no autorizadas en el espacio público. Pero también aclara que “no constituye contravención la venta ambulatoria en la vía pública o en transportes públicos de baratijas o artículos similares, artesanías y, en general, la venta de mera subsistencia”.
Cuando la policía ve a una persona infringiendo este artículo, primero debe dar aviso al fiscal para que éste autorice el procedimiento. “Y ahí empieza el problema: cuando el policía le dice que va a ‘proceder’ con un migrante con documento precario (‘la precaria’ es el documento provisorio de los refugiados) que está vendiendo en la vía pública, a pesar de que es obvio que vende para su subsistencia, el fiscal dice ‘proceda’ y ahí empieza el calvario para estas personas, que en la mayoría de los casos no saben español, que pierden la mercadería que necesitan para comer y que entran en un laberinto judicial. Por eso los fiscales son los que tienen el poder de frenar esta persecución racial y hoy están haciendo todo lo contrario”, dice Sánchez.
El poder fiscal. Germán Garavano es el actual fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires. Crítica de la Argentina intentó comunicarse con él pero estaba de licencia. Sin embargo, antes de asumir en su cargo, el CELS le presentó un pliego de preguntas y una de ellas inquiría: “¿Cuál es la política que va a seguir la Fiscalía General respecto de la venta ambulante? ¿Con qué criterio se va a distinguir la venta prohibida de aquella de mera subsistencia, no penada?”. “Ninguna, porque la venta ambulante es una actividad lícita dentro del marco regulatorio fijado por las normas de la ciudad”, fue la respuesta de Garavano.
Lamentablemente, las mismas estadísticas del Ministerio Público Fiscal contradicen sus palabras. “Son números que ponen en evidencia que la persecución de la venta ambulante es parte de una política de acoso racial”, denuncia Malena Derdoy, también miembro de Copadi. Del total de personas imputadas en la ciudad por contravención del artículo 83 durante 2007, el 40% son migrantes de América Latina y África (especialmente, de Senegal), contra un 37% de personas argentinas. Esto es: a una de cada 188 personas migrantes se le labró un acta contravencional, mientras que sólo a una de cada 1.670 personas nacidas en la Argentina le sucedió lo mismo.
Los números se vuelven más crudos cuando se descubre que sobre un total de 3.985 actas contravencionales labradas en 2007 por el artículo 83, sólo un 1,5% (60 casos, aproximadamente) llegaron a audiencia. Esto significa que el 98,5% de los procedimientos policiales autorizados por la fiscalía –con el trauma que eso conlleva para la persona acusada– son desestimados por la Justicia. “Es decir, nunca tendrían que haber existido”, refuerza Derdoy.
“A la persecución policial y fiscal y la discriminación social se les suma la indiferencia institucional, al punto que el órgano que debería asistir a estas personas, la Defensoría Contravencional, ni siquiera tiene un traductor. Imaginate que, además de ser refugiados, el 100% de los senegaleses es parado e interrogado por la policía. Si eso no es discriminación racial, ¿qué es?”, concluye Sánchez.
“Un negro no puede compartir oficina con un blanco”
Nengumbi Celestin Sukama vino en 1995 desde el Congo como refugiado político. Actualmente es ciudadano argentino pero nunca logró insertarse laboralmente. Es licenciado en administración de empresas, habla inglés, francés y español, hizo media docena de cursos de capacitación y está casado con una argentina. Pero Celestin, además, es negro. “La cultura que prevalece en la Argentina no permite que un negro comparta la oficina con un blanco y nacional. Por algo existe el dicho ‘el negro rinde mejor usando las manos y no la cabeza’”, dice Celestin, coordinador del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (Iarpidi) y miembro del foro afro del INADI.
“El refugiado llega traumatizado a un país extraño y se da cuenta de que a todo lo que vivió se le suman otras problemáticas: discriminación por parte de las autoridades, por parte de las mismas organizaciones que deberían asistirlo, como el ACNUR, y por parte de la sociedad en general. ¿Cómo puede ser que el ACNUR hasta ahora no haya podido ofrecerle un trabajo intelectual ni a un solo refugiado o exiliado político?”. Además de la segregación laboral (“primero te piden DNI, cuando tenés DNI te piden experiencia en el país”), Celestin enumera otros obstáculos: la Argentina no cuenta con una política de asistencia socioeconómica a los refugiados y en el campo de la educación carecen de valor sus títulos universitarios porque para revalidarlos les exigen recursar materias del secundario. “Y por sobre todo, el refugiado genera desconfianza y desde que llega recibe insultos de todo tipo: negro de mierda, negro trolo, negro puto, agresiones verbales y físicas. Nosotros no podemos hacer nada porque es algo ya muy arraigado en la cultura. Sólo una acción política de alto nivel podría cambiar esta situación”.
Hoy publiqué este texto en Clarín, acá, sobre la nueva Constitución boliviana. La crítica, sobre todo, va por lo poco y no por lo mucho -ésa era la idea, contradiciendo algunas ideas ya instaladas sobre el tema. Obvio que sobre la Constitución queda, más allá de eso, mucho bueno por discutir.
Olivier Besancenot, ex vocero y líder de la Liga Comunista Revolucionaria, ha promovido la creación del notable NPA, Nuevo Partido Anticapitalista, que en febrero tomará el lugar de la LCR, que se autodisolverá a tales efectos. La Liga era un partido joven, y en crecimiento. Casi el 70% de sus miembros tienen menos de 40 años (40% menos de 30!), un número creciente de mujeres, un número creciente de votos. Obrero, anti-capitalista, culto, dueño de un lenguaje directo y simple, decidido a “dar vuelta la página del viejo movimiento obrero, para escribir una nueva.” Besancenot goza hoy de índices de popularidad superiores a los de los líderes del socialismo y el comunismo –fuerzas de mucho peso en el país. La sociedad –dice hoy Le Monde- lo define como “cercano a la gente,” “honesto,” “lleno de coraje,” “simpático.” Bastante, y buena información sobre el NPA, acá Y para cuándo la filial argentina del NPA?? O ya hay algo? Sino le pido a mi amiga Hourya que la cree. Dale Hourya, ponete las pilas!