20 may 2014

Guardapolvos foráneos



Después de un rato, más suelto, le dije, como bromeando, “y qué hacemos nosotros en este país?” Ahí comenzó a parlotear. Me dijo: “Aquí, primero, somos la lengua que hablamos; luego, el lugar donde nacimos; recién después un nombre. Junto a turcos y rumanos me siento ligero, entero, yo mismo. Todos en el umbral, sin hablarnos: nos miramos de costado cuando pasa un gringo, o levantamos las cejas, o torcemos hacia el costado la boca, o abrimos los ojos desorbitados, o fruncimos la nariz un poco. Eventualmente un “Otro día de aquellos¡”, o también “Lluvia otra vez nos toca¡” O un irónico “Germania¡” desde el bar, los labios del italiano. Escuchamos todos sonrientes cuando habla el de Lucca, mientras avanza el fuego; mientras vuelan las cenizas lejos, del uno al otro; mientras echamos al humo resignados; mientras el cigarrillo se apaga irreversible, definitivamente despacio, lento. Cada uno frente a su lugar de trabajo, en silencio, la calle muerta de calma.”
***
“Casi todos de guardapolvo blanco: arrugado el que llevo yo puesto; grasa en el de Rachid; sangre de vaca en aquél; impecable albo sólo el del irlandés colorado. Ha habido jornadas de otoño que no he recordado a los míos: los días cortos absorto ante los árboles que van quedando vacíos. Ha habido días de lluvia intensa y yo fumando, mientras calaba la lluvia, un dolor entero en el pecho, empapado. Hubo veranos enteros que no hice más que mirar al cielo desde el umbral, sin querer cruzar mis ojos con los de otros; sin querer cruzar palabras con las de nadie. Cada pausa, extendiendo el momento, soltando al humo lejos, despacio.”

***
“Me siento en el umbral y pienso, pienso, pienso, sin parar pienso. En el día en que me fui, el sombrero puesto, tratando de olvidarme de todo, apenas habiéndolo dejado atrás, ciego. En el día en que arribé, valija enorme en la mano, toda mi juventud encerrada con un candado ligero (medio siglo de vida y pelea allí dentro, forrada en cuero). Pienso. Pienso en las 5 y 30, la hora en que cada mañana, inevitablemente maldiciendo, invariablemente termino el descanso. Pienso, en mi padre cuando empezaba la frase, “eh, Omar,” y luego callaba, por no animarse a decir más, por no reprocharme otra vez, o porque sin saber bien de qué, se emocionaba. Pienso en mis colegas de pala, olivos y piedras (al mar calmo y azul se lo escuchaba hablando algo a lo lejos), cuando acabábamos la faena y nos parábamos los tres, apoyados uno en el otro, como iniciando un festejo. Reíamos. Pienso en una mujer de ojos claros, que me esperaba cada día en la puerta, durante horas, aún sabiendo que estaba ya lejos, aún sabiendo que ya no estaría de regreso. Pienso en un sol salvaje, que no me abandonaba nunca -mientras me agachaba sobre la tierra, mientras me secaba la frente, mientras detenía mi trabajo buscando el receso. Pienso en las manos enormes del abuelo, cuando me alzaba: yo gritándole auxilio, fingiendo que me asustaba; él actuando el enojo, prometiendo que no me bajaba. Pienso en las tortas que me preparaba tía Sevil: una capa de crema sobre una capa de crema sobre una capa de crema. Yo le decía, tía, qué pasó hoy, que vino sin crema. Reíamos.”
***
“La luz es hermosa aquí, cada mañana. En días de invierno como hoy, cuando se hacen las 8, salimos todos, de guardapolvo blanco, y compartimos un pequeño milagro. A esa hora la luz, como por un corredor, sin un rumor, en silencio, se angosta y baja, entre los edificios juntos, por medio de calles estrechas, cruzando árboles, como en puntas de pie,  sin pausa alguna, hacia nosotros arranca. Primero roza la torre, después los faroles, los balcones viejos, las paredes descascaradas, lo atraviesa todo, avanza. Yo cierro los ojos apenas la veo brillando a los hierros. Cierro los ojos y espero. Espero hasta que el haz de luz me señala. Una caricia sin apuros sube hacia mí, entibia mis manos, el sueño de un tiempo, una vida distinta me alcanza.”


3 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bueno Roberto!! Me llevó a una emotiva conexión con mis sentimientos en esta hora de la mañana en la oficina! Se agradece.

anonymous dijo...

sIES tuyo es lo tuyo
Si no, muy bueno

Anónimo dijo...

Conmovedor, muy hermoso.