30 dic 2013

Barbara Hudson: Castigo, pobreza y responsabilidad

Hace un par de meses, lamentablemente, falleció la gran criminóloga británica Barbara Hudson. Una autora apenas leída o citada en América Latina (cuántos textos escritos en la región habrán referido a sus trabajos?) Hudson fue una de las pocas referentes del derecho penal moderno en trabajar sistemáticamente sobre la cuestión pobreza y derecho penal, haciendo girar su vida académica en torno de la cuestión.

En alguno de sus estudios, Hudson propuso una particular defensa basada en la “coerción económica”. Para ella, esta defensa “sería análoga a la defensa basada en la coerción física, y –dependiendo de las circunstancias- podría negar (raramente) y en la mayoría de los casos disminuir, la responsabilidad (del ofensor).” Su argumento se basaba en una separación (que tomaba de David Garland) entre “agente” y “libertad”, esto es decir entre agentes con capacidad o poder de acción; y libertad, esto es decir capacidad para elegir sus acciones sin constreñimientos externos. En este sentido, Hudson no trataba de negar que las personas eran responsables de sus actos (las personas, decía “tienen el poder de actuar y por lo tanto son responsables de cualquiera de los crímenes que comentan”). Lo que ella quería enfatizar era que las posibilidades para realizar elecciones socialmente significativas se encontraban distribuidas de modo desigual. Luego, y dado que “la libertad de elección en una sociedad desigual es necesariamente una cuestión de grados y es desigual entre distintos agentes, el modo en que vayan a ser culpabilizados, y por tanto castigados, debía reflejar estas diferencias y desigualdades” (ver, por ejemplo, B. Hudson, (1999), “Punishment, Poverty and Responsibility: The Case for a Hardship Defence,” Social and Legal Studies, 8, 583.


Cito un largo párrafo que da muestra de su posición: “A pesar de la enorme actividad que se da tanto en la práctica como en el discurso penal, la justicia criminal continúa siendo un desastre..ella no reserva la prisión para los ofensores más serios; no distribuye los castigos de modo equitativo, dado que los ricos siguen siendo sancionados con multas, sentencias suspendidas o procesos administrativos, mientras que los pobres, los mentalmente desordenados, los negros y los inmigrantes reciben procesos de penalización y prisión; no protege al público, dado que las tasas de criminalidad continúan en ascenso; no legitima al sistema, dado que los prisioneros tienen cada vez más predisposición a hacer motines y el público está más predispuesto a criticar a la policía, los tribunales, los servicios correccionales y a los políticos…Bajo cualquier estándar utilitario o sociológico –disminuir el carácter opresivo del Estado, incrementar el dominio de los ciudadanos sobre sus propias vidas, promover la cohesión social y la armonía; en otras palabras, contribuir a la justicia social- la justicia criminal resulta no sólo defectuosa sino también perniciosa B. Hudson (1993), Penal Policy and Social Justice, MacMillan Press, London.

27 dic 2013

Declaramos la derrota cultural del kirchnerismo

Hace años se sostuvo, con cierta razón, que el kirchnerismo había ganado la "batalla cultural." Era acertado decir que se trataba de una batalla, y no de una guerra. Lo mismo hoy: costó años y fue el trabajo de tantos -y, como siempre, no coincidimos necesariamente con muchos de ellos. El hecho es, en todo caso, que este año se consolidó la derrota cultural del kirchnerismo. Ya no es necesario seguir haciendo esfuerzos de "desenmascaramiento". Para la gran mayoría resulta claro que el kirchnerismo miente en las cifras que da sobre pobreza, desigualdad, o desempleo; como resulta claro que no se puede comer con 6 pesos. No es necesario esforzarse más para demostrarlo. Resulta claro también que la política de derechos humanos (que incluyó logros de importancia en los primeros dos años) se convirtió en una cortina de humo destinada a encubrir negocios (Sueños compartidos fue sólo el más notable). Se trató de una política enteramente compatible con la ley antiterrorista, proyecto x, Berni, Granados o Marambio, con Hebe de Bonafini abrazada a un general desaparecedor (hoy Jefe del Ejército) y Estela de Carlotto pidiendo averiguar qué habían hecho los muertos en los saqueos. Ya no hace falta esforzarse más para demostrar el engaño. Resulta claro que los discursos nacionalistas con las empresas energéticas eran un bluf, enteramente compatible con los acuerdos entreguistas con Chevrón, Repsol, y todas las compañías megamineras. No es necesario explicárselo a quienes sufren las consecuencias de los cortes de luz, las subas en las naftas, la escasez energética. Resulta claro que los mil anuncios hechos en materia de transportes, soterramientos, y trenes chinos, eran un cuento destinado a tapar actos de corrupción y retornos, que terminaron con la muerte de decenas de personas, y el funcionariado kirchnerista riendo, y acusando a los trabajadores por sabotaje primero, y por viajar en el primer vagón después. Ya no hace falta pelearlo más: la estafa es obvia para casi todos. 

Lo declaramos entonces: el kirchnerismo perdió, finalmente, la batalla cultural. La operación de desenmascaramiento puede darse por terminada. Pero, a no engañarse: esta declaración es compatible con próximas elecciones ganadas o perdidas (como ocurriera con el menemismo, en su momento). Y lo que es más importante, la batalla a favor de una sociedad más igualitaria está muy lejos de ser ganada: años de menemismo y kirchnerismo han socavado los principios de la igualdad y la fraternidad, y han dejado corroídos todos los lazos sociales. La tarea que queda por delante es todavía infinita.

il primo amore

Demoledor, el italiano Carlo Buti (el Frank Sinatra italiano, en más de un sentido), en el tema que alguna vez eligiera Abel Ferrara para coronar la banda de sonido de su película The Funeral. De su maravilloso álbum "Addio a Napoli," por ejemplo, acá

Primer Boletín del Observatorio de Género en la Justicia

Felicitaciones a Diana Maffía por la iniciativa
https://www.jusbaires.gob.ar/cmcaba/observatorio-de-genero

Paradero/Se busca


Llamado a la solidaridad para conocer el paradero de la Presidenta en ejercicio, de nacionalidad argentina, y que responde a las siglas CFK. Fue vista por última vez en el ascenso del gral. Milani, cuando vestía un elegante conjunto de color blanco. El país se incendia, pero ella seguiría disfrutando de alegres vacaciones. Reportar con discreción, ya que cualquier comentario fuera de lugar podría dar lugar a una imputación por destituyente.

25 del asesinato de Chico Mendes

En estos días se cumplieron los 25 años del asesinato de Chico Mendes, a manos de latifundistas brasileños, en su propio domicilio. Sus custodios -Mendes había sido amenazado de muerte numerosas veces- jugaban al dominó en la cocina del hogar. Sindicalista y ambientalista, Mendes fue un luchador en contra la devastación del Amazonas, donde organizó cordones humanos contra los depredadores avances de los hacendados de su país. Declarado hoy el "patrono del medioambiente en Brasil" (y celebrado en estos días por la ex ministra de medio ambiente, Marina Silva quien, como él, también es hija de trabajadores del látex en el estado de Acre), Mendes fue sobre todo un sindicalista que peleó por mejorar las condiciones de vida de los cosechadores del látex. Influido por curas afiliados a la Teología de la Liberación, y miembros del Partido Comunista, se constituyó en líder del PT en su estado natal. Murió el 22 de diciembre de 1988, y su muerte pasó a engrosar la larga lista de ambientalistas asesinados en Brasil (desde el 2002, la mitad de los activistas conservacionistas asesinados en el mundo, lo fueron en Brasil). 

El Estado en la década ganada: la privatización llega a la vida cotidiana

Según el relato oficial, se trata de la década en que se recuperó al Estado. Como ya es norma, la verdad se encuentra habitualmente poniendo un signo menos delante de afirmaciones oficiales: Se trata del período en que se privatizó la vida cotidiana

Transporte: Negocios y corrupción entre las empresas contratistas y el gobierno, que termina en varios accidentes, decenas de muertos, y el gobierno (entre risas) culpando a los pasajeros por ir en el primer vagón. Los servicios son los peores y más sucios en la historia argentina: nunca se sometió a los trabajadores a un maltrato semejante, en este rubro. Hay que empezar a trasladarse por otros medios (en mi caso, pasé de usar el tren a la bicicleta, dadas las habituales demoras de casi una hora en los servicios, y los incendios cotidianos en los vagones).
Fuerzas Armadas/Policía: El kirchnerismo volvió a vincular a las Fuerzas Armadas con la seguridad interna, más ley antiterrorista, más Proyecto X, más servicios de inteligencia utilizados para la extorsión política. La vergüenza se corona con un oficial desaparecedor puesto como Jefe del Ejército. La policía aparece asociada con el narcotráfico (novedad de la década ganada), se amotina, comprometida con el crimen que debe perseguir. Hay que empezar a pagarse seguridad privada
Gas: Se corta en invierno, cuando más se la necesita. El Estado debe rogar ayuda a países vecinos, que venden su producción a precios leoninos. En lo personal, hay que pensar en asistirse con garrafas
Agua: En mi barrio, hace meses que llega amarronada, y no puede usarse para consumo personal. Hay que salir a comprar bidones de agua
Educación: Pésima en calidad, luego de ser ejemplo mundial durante décadas. Maestros mal pagados y desganados, niños como rehenes. Hay que pensar en educar a los hijos en escuelas privadas
Luz: Se corta en verano, cuando más se la necesita. Personas enfermas y ancianas no reciben ayuda. Hay que empezar a pagar asistencia particular para los más débiles. Hay que pensar en instalarse un generador propio

23 dic 2013

Dossier sobre DESC

Buen dossier sobre DESC, de la Revista que publica la Asociación de Derecho Administrativo de la Ciudad
(gracias g.s. por el link)
Acá

Saludando a Dworkin

Para Dworkin, In Memoriam, de la Harvard Law Review
(gracias f.m. por el link)

Acá

Pensar el "estallido social"

(publicado hoy, acá)

Fue notable el modo en que, luego de los saqueos de diciembre, el oficialismo se obsesionó repitiendo que lo ocurrido no tenía nada que ver con los sucesos del 2001. La desesperada insistencia en que “esto no fue un estallido social” también resultó llamativa (“dime qué niegas obsesivamente, y te diré qué afirmas”). Una oleada de saqueos que culmina con una quincena de muertos, miles de hogares particulares asaltados, centenares de negocios vaciados o destruidos, puede ser promovida por quien sea, pero representa una tragedia social, más allá de cómo se la defina. Síntoma de época: la disputa por la definición de los hechos pretende reemplazar a la valoración de los hechos mismos. 

Lo cierto es que, como frente a cualquier fenómeno sociológico, importa menos saber quién promueve qué, que reconocer la capacidad de difusión y arraigo del fenómeno de que se trata (más allá de la necesidad de hacer responsables a quienes promueven hechos criminales). Si un grupo de policías golpistas promocionara un suicidio masivo, como forma de evidenciar la presencia de una crisis, la convocatoria resultaría, seguramente,  un fracaso. Lo que importa, entonces, más allá de quién promovió qué, es preguntarse qué condiciones sociales hicieron posible que mucha gente pusiera en juego sus vidas (14 muertos) en el saqueo a comercios, respondiendo a una invitación enloquecida. Así, el hecho de que un policía de civil rompa la puerta de un comercio no explica la decisión de una familia de arriesgar su vida para robar un colchón o un par de zapatillas. El gobierno esconde estas preguntas hablando de conspiración. Pero otra vez, importa menos saber qué es lo que aglutinó a unos cuántos, que saber qué es lo que pudo separarlos. Hasta qué punto se han deteriorado los lazos sociales, para que algunos puedan festejar entre risas, a través de las redes sociales, el grave daño que acaban de cometer sobre los cuerpos o los bienes de los demás? Y también, por qué es que se percibe al Estado como “enemigo”, al punto de que alguien sienta vía libre y justificación plena para destruir bienes que son de todos, de modo celebratorio? Qué es lo que explica que el mismo Estado que, justificadamente, asigna planes sociales o extiende jubilaciones, no sea considerado como un “amigo”, sino como objeto de destrucción y desprecio, apenas aparece la oportunidad de manifestarlo?

Como es regla decir en estos casos, las explicaciones son complejas. Arriesgo de todos modos un par de respuestas. En primer lugar, acompañaría al oficialismo en la idea de que la situación actual no es similar a la del 2001. En algún sentido, agregaría, es peor que aquella. Hoy aparece un entretejido entre policía, política, delito y narcotráfico que ni se vislumbraba entonces, y que confirma que no estamos frente a un fenómeno de bronca social pasajero. Por el contrario, nos encontramos frente a una re-estructuración de nuestras bases sociales, que augura problemas graves mucho más allá del fin de año. Tan malo como esto es la negación de lo ocurrido. Doy sólo un ejemplo: la justicia probó hace unos años que el recaudador de campaña del Frente para la Victoria –nada menos- pertenecía a la “mafia de los medicamentos”, pero el oficialismo actúa ignorando el significado del hecho. Mientras la moral política dominante sea compatible con este tipo de negaciones, no tiene sentido seguir escuchando discursos sobre el tema: no hay salida.

La segunda cuestión que mencionaría es la siguiente. El oficialismo eligió al dinero como medio para relacionarse con las distintas clases sociales: a los pobres les da planes sociales, a la clase media la subsidia, y con los ricos hace y se reparte negocios. El gobierno se asombra de no recibir agradecimiento eterno por ello. Pero es sabido: el dinero genera mayores demandas de dinero. Es el buen trato –el respeto al otro como un ser moralmente digno- lo que genera agradecimiento. La concepción patrimonial de la relación Estado-sociedad, que el gobierno ha puesto en juego, resultó, por lo dicho, socialmente muy dañina: el gobierno se muestra perplejo por no recibir los aplausos que cree que merece, mientras deja que el tejido social se deshilache por el peso enorme de consistentes maltratos. Maltrato cada vez que se toma un tren, cuando falta el gas en invierno y la luz en verano, cuando llueve y la ciudad se inunda, cuando los gobernantes se enriquecen en sus contratos con empresarios y hablan de “negocios entre privados.” Maltratos coronados, para peor, con una impunidad manifiesta. El gobierno no lo admitirá nunca, pero hace tiempo que la impunidad y el maltrato distinguen a la educación social que se promueve desde el Estado: nos alimentamos con ello. Sin
asumir nunca la existencia de causas únicas, no dudaría en decir que la violencia social que hoy circula se encuentra, en buena medida, en diálogo estrecho con el maltrato que recibimos desde el Estado. Sin necesidad de caer en reduccionismos, sostendría que la legitimidad que los violentos sienten para sus estragos, se afirma en la impunidad que el poder se arroga para sus propios actos. 
  

21 dic 2013

Lo mejor y peor del año



Libro académico del que más aprendí: "Crime, Punishment and Responsibility: The Jurisprudence of Antony Duff" (acá)
Ensayo local que más me interesó: "Los usos del pasado," de Claudia Hilb (acá)
Disco que más escuché: Seu Jorge haciendo temas de... David Bowie, para el film Life Aquatic (acá).
Helado revelación: Rapa-Nui (el año pasado: Arkakao).
Mejor idea para ensayo, convertida en libro, "American Sarmiento," de Hernanii (acá)
Mejor idea para ensayos de derecho, convertida en libro: "Cómo podría haber sido decidido el caso Peralta," coordinado por Elías, Rivera (h), Azrak (acá)
Mejor café: Lattente.
Vergüenza política del año: El kirchnerismo votando a Milani como Jefe del Ejército
Vergüenza jurídica del año: Gils Carbó suspendiendo a Campagnoli sin debido proceso (también se lleva el premio a la "Procuración más Sometida de la Democracia")
Vergüenza legislativa del año: Reforma a la justicia
Talento musical: Daniel Melingo (y lo que viene suyo es todavía mejor).
Mejor película latinoamericana: "La jaula de oro," mexicana, de Diego Quemada- Díez, ganadora en el Festival de Mar del Plata (acá)
Elección del año: Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda (acá)
Homenaje del año (premio compartido): Homenaje a Carlos Nino en la UP/ Homenaje a Carlos Nino en Sadaf
Colección jurídica del año: Sigue siendo la de "Derecho y Política," que editamos desde Siglo XXI con Igualitaria (acá)
Obra del año: la brevísima "Acto blanco," de Figueiras y Rímola (acá)
Revista del año: Ideas de Izquierda (acá)
Escritor del año: el chileno Pedro Lemebel (acá por ejemplo)

19 dic 2013

Milani y el barro


Carta de Madres de Plaza de Mayo, filial La Rioja, contra el ascenso de Milani, acá
Opinión de Nora Cortiñas, acá

Como del gobierno esperaba lo peor, el nombramiento de un represor como Jefe del Ejército no me sorprende: confirma simplemente lo que ya es obvio. El problema está en los que no quieren ver. El problema está, sobre todo, en el modo en que el kirchnerismo hizo arrastrar por el barro a todxs sus allegados, el modo en que les envileció el alma y les llevó a decir lo que hasta hace no mucho repudiaban.

Entrevista a Michael Sandel

De "Hay Derecho," el blog jurídico más leído en España, acá

Los 39

Ya tenemos como Jefe del Ejército a un militar desaparecedor. No te olvides: vos los apoyaste
http://www.perfil.com/politica/Cesar-Milani-es-el-jefe-del-Ejercito-20131218-0029.html
Frente para la Victoria
Aguilar , Eduardo Alberto
Aguirre , Hilda Clelia
Barrionuevo , Walter B.
Bermejo , Rolando Adolfo
Bertone , Rosana Andrea
Blas , Ines I.
Cabral , Salvador
Catalan Magni , Julio Cesar
de la Rosa , M. Graciela
Fellner , Liliana Beatriz
Fernández , Anibal
Fiore Viñuales , Maria Cristina Del Valle
Fuentes , Marcelo Jorge
Garcia Larraburu , Silvina Marcela
Giménez , Sandra D.
Godoy , Ruperto Eduardo
González , Pablo G.
Guastavino , Pedro Guillermo Angel
Guinle , Marcelo Alejandro Horacio
Irrazábal , Juan Manuel
Kunath , Sigrid Elisabeth
Labado , Maria Ester
Leguizamón , María Laura
Luna , Mirtha M. T.
Mansilla , Sergio Francisco
Mayans , José Miguel Ángel
Pérsico , Daniel Raúl
Pichetto , Miguel Ángel
Pilatti Vergara , Maria Ines
Riofrío , Marina Raquel
Rojkes de Alperovich , Beatriz Liliana
Urtubey , Rodolfo Julio

Federalismo santafesino
Roxana Latorre
Partido Liberal de Corrientes
Meabe Josefina
Frente de todos
José Maria Roldan
Partido Justicialista de La Pampa
Higonet María (Partido justicialista de la Pampa)
Frente Cívico por Santiago
Ada Rosa Iturrez de Capellini
Gerardo Zamora

Gerardo Montenegro

18 dic 2013

Dos condiciones para el "moral standing" del Estado

En su artículo "Punishment, Communication, and Community" (no en el libro del mismo nombre), Antony Duff menciona cuáles son las dos situaciones que, en su opinión, son capaces de socavar la "legitimidad moral" del Estado para demandar a alguien por las faltas que ha cometido. La primera, que nos interesa menos en este punto (pero es muy relevante) tiene que ver con el no tener vínculos apropiados con la persona acusada, o con la acción en cuestión. Esto es decir, hay un problema cuando no es la misma comunidad (comunidad en un sentido relevante) a la que pertenece el acusado (y que está en condiciones de acusarlo), la que lo acusa (las consecuencias de este principio son obvias y muy significativas). 

La segunda situación, que es la que más nos interesa, es la que aparece cuando mis acciones u omisiones previas, en relación con el acusado, socavan mi autoridad de reproche frente a la misma. Ello ocurre, por ejemplo, cuando el Estado desarrolló acciones (u omisiones) graves, en relación con los deberes que tenía hacia dicha persona. Por ejemplo, cuando de un modo sistemático no le he asegurado los derechos fundamentales que se había obligado (i.e., constitucionalmente) a asegurarle. En tales casos, el Estado pierde autoridad y legitimidad ("moral standing") para reprochar. Como diría Duff: "Yo he cometido una falta, es cierto, pero quién es Ud. para reprochármela?"

Con todos los problemas que tiene el paralelismo entre familia y Estado, la situación tiene vínculos con la que enfrenta el padre abusador, frente al hijo al que abusa, y que hoy a cometido una falta. El hijo (y esto es importante) i) puede haber cometido una falta que reconocemos como tal; ii) puede ser responsable moralmente de haber cometido esa falta (esto es, no necesitamos negar ni la gravedad de la falta, ni su responsabilidad al respecto), pero iii) eso no invalida la pregunta restante, acerca de quién tiene autoridad para reprochar la falta en cuestión, y quién carece de ella. El hijo puede repetir frente a su padre, entonces, la pregunta de Duff: "Yo he cometido una falta, es cierto, pero quién es Ud. para reprochármela?"


Volvió la patria cautelar

Pero parece que es la BUENA patria cautelar, entonces nos callamos. Mientras tanto, el oficialismo presenta como un "acuerdo entre privados" los multimillonarios negocios entre la presidencia Kirchner y Báez, principal contratista del Estado (peculiar acuerdo entre privados: el primer "privado" era el presidente, y el segundo su principal contratista¡). Algún día, la vida volverá a la normalidad, y aún los hoy oficialistas se animarán a decir que este tipo de operaciones de lavado de dinero son inaceptables, y deberían terminar con la renuncia de los funcionarios imputados, y el derecho penal golpeando la puerta de sus casas.

Amparo colectivo contra el acuerdo PRO-FPV a favor de Cristóbal López

Presentado por AGD. Felicitaciones Andrés. El texto presentado, acá.
Para el PRO, no importa. Para los habituales críticos kirchneristas al PRO, esto no les mueve un pelo. Rarísimo¡ Para nosotros es, como siempre, inaceptable. Algunos cambiaron, pero no fuimos nosotros.

16 dic 2013

La sanción a Campagnoli

Otra buena nota sobre la pésima decisión de sancionar al fiscal Campagnoli, de Eleonora R.,
http://www.clarin.com/cartas_al_pais/sancion-Campagnoli-mensaje-sombrio_0_1048695143.html

15 dic 2013

Épica tucumana

Tremendo relato de la noche de los saqueos en Tucumán, tremendo, acá, en bonk. Frente a la loca ansiedad kirchnerista por decir "no hubo estallido social" (ejemplo de nota enloquecida, acá), el texto publicado en bonk es un triste llamado a reconocer la realidad.

14 dic 2013

Siempre quejándose: No al elitismo penal

Colegas y políticos conocidos y en general apreciados presentaron el Anteproyecto de Reforma al Código Penal. Lo digo una vez más, y no lo repito más: No al elitismo penal, no al populismo penal. Elitismo y populismo son las dos caras de la misma moneda. Los elitistas apelan a los intereses del pueblo, pero no lo consultan nunca. Los populistas apelan a la voluntad del pueblo, pero no se les ocurre escucharla nunca. Yo entiendo que las elites penales incluyen a gente cercana, amiga, bien formada, culta. Pero no es éste el modo de hacer las leyes fundamentales, en democracia. Que la reforma del Código Civil haya incluido los tremendos sesgos clasistas que incluyó, no se debe a mala fe, ni a la mala formación de quienes lo redactaron: se debe al aislamiento, al no ver, al no conocer las necesidades de los más golpeados.

Acá lo mismo y peor: en la medida en que las normas penales sigan siendo escritas, aplicadas e interpretadas por unos pocos, seguiremos teniendo cárceles llenas de la misma clase social. Una de dos: o los pobres nacen con un gen criminal, o nuestro derecho está sesgado. Me inclino por lo segundo: doscientos años de elitismo penal han dado sus frutos. Todo el derecho debe ser discutido popularmente. Necesitamos volver a tender puentes entre ciudadanos y leyes. La fantochada del debate abierto -lo que se hizo con el Código Civil o tantas otras leyes- no sólo no basta: indigna.

Porque no queremos un derecho penal que garantiza impunidad a los ricos y poderosos y tortura para los pobres, decimos no al elitismo penal.