13 abr 2015

Este jueves, analizando "La década ganada"

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3 comentarios:

Rodrigo dijo...

Hay una discusión que la sociedad argentina tiene enormes complicaciones para resolver: la forma argentina de la distribución social ha sido, históricamente, el peronismo. Lo demás, en general, es pura cháchara. Nuestra historia no es la historia de los países escandinavos, por citar un ejemplo; tiene muy poco que ver con la consolidación de un estado de bienestar "al estilo danés"... Y claro que el peronismo es muy proteico, y que se trata de un movimiento muy complejo, contradictorio y difícil de definir. Eso tiene implicancias de una gran complejidad, porque nuestra historia ha demostrado que los antiperonistas que han gobernado (no las almas bellas que han imaginado que deberían gobernar que en la teoría son maravillosas pero que a la hora de ejercer el poder no dan pie con bola), no han distribuido un carajo, o han distribuido migajas. En 1989, Menem usó el aparato y la retórica peronista para prometer lo contrario de lo que hizo: "salariazo, revolución productiva, etc". Luego hizo lo contrario de lo que había prometido. El problema fue que luego de saber cómo era su gobierno lo volvieron a elegir... Como ha dicho Alejandro Kaufman: "La violencia simbólica es una violencia que no es física pero tiene un correlato y consecuencias eventualmente físicas. Y precede a la violencia física. Siempre que va a haber violencia física viene precedida por la violencia simbólica. En los colectivos sociales la violencia no ocurre de repente. Cuando se trata de situaciones de linchamiento, de discriminación, de racismo y de genocidio antes hay una sistemática situación de violencia simbólica que puede durar mucho tiempo y que se parece mucho a lo que está ocurriendo en estos años. Todavía no se comprende bien ese problema, el peronismo no lo comprendió porque es un movimiento político y no se vive a sí mismo como víctima, sino como resistente, como luchador. Hay un conflicto entre defenderse de la violencia simbólica y hacer política. Si el peronismo no fuera como es, si se hubiese puesto en una posición de víctima, te puedo asegurar que la masacre de 1955, de centenares de personas en la Plaza de Mayo, crimen de lesa humanidad indudablemente, sería recordado y conmemorado como el peor atentado de la historia argentina. Y eso no es así: en la propia resistencia peronista se hablaba de bombardeos, como si no hubiera muerto nadie ahí. (...)
El poder ha hecho eso siempre: con los esclavos, con las brujas, con los judíos, con los negros, con los colonizados, con los indios. Es lo que pasaba en los campos de concentración. Primero tenés que hacer que una persona deje de ser persona, que se convierta en una basura. Lo hicieron los genocidas es organizarlo sistemáticamente para que funcionara en serie. En la vida común también ocurre en otra escala muy diferente, pero no es ajena a eso. Busca derrotar al adversario a través de esos métodos, no le da cuartel, no lo puede escuchar, no puede convivir con él. El problema de fondo de la Argentina es que las clases dominantes no pueden aceptar el piso que estableció el primer peronismo. No es una cuestión de que argumentes nada, porque no lo quieren aceptar, quieren borrarlo, volver a como era antes, quieren volver al año 40. Es una cuestión de distribución de la riqueza y de derechos. ¿Sabés lo que produce tanto odio? La persona que adquirió derechos es otra persona, no la podés tratar como una basura. Las clases dominantes no aceptan eso, no aceptan tener una economía que sea compatible con este piso de derechos. ¿Por qué el peronismo es la única opción? Porque si es derrotado, lo que viene después es borrar todo. Eso está en el aire, de esos hablamos todos". Agregaría que el obrero hijo de la tradición peronista es caro, no se deja esclavizar como ocurre en ciertas regiones de China o Taiwán.

Rodrigo dijo...

Estudio danés y tengo amigos daneses. Incluso hay uno que vive en Dinamarca y apoya el kircchnerismo. La gran diferencia, entre tantas, con la sociedad danesa, es que ellos han establecido un Estado de Bienestar que lleva 160 años. Muchos de los daneses que conozco tienen una visión del kirchnerismo mucho más interesante y compleja que tantos antikirchneristas emocionales que uno conoce.

Anónimo dijo...

Rodrigo, te recomiendo que leas el libro. Mirá que problematiza bastante eh