13 jul 2015

El plagiador serial

José Antonio AR, sobre el plagiador serial, en Nexos, acá

5 comentarios:

Santiago Mollis dijo...

Es increíble la historia.
Lo que no logro entender es cómo fue atravesando las distintas publicaciones sin que pase nada

Anónimo dijo...

Las responsabilidades son compartidas. Por supuesto que la mayor cuota le corresponde al plagiador, pero eso de ningún modo exculpa al jurado de la tesis y a los sucesivos referatos. ¿Nadie se percató de lo que estaba ocurriendo o es que acaso ni los "referees" ni el jurado conocían la literatura básica acerca de los temas de los que se ocupaba el "pirata"? Una pintura horrorosa de la academica contemporánea. Plagiador chanta y jurados que dejaron de leer.

Anónimo dijo...

Facíl, Santiago, nadie se tomó en serio las múltiples instancias de evaluación a las que fue sometido (él como investigador y profesor aspirante y sus artículos para admisión). Así se trabaja académicamente en esas instituciones. Más que hablar mal del tipo, este caso pestes del sistema.

JRLRC dijo...

Bien por Aguilar Rivera. Mal, muy mal, el sistema académico existente en México, y en otros países. Un sistema que en el fondo -al menos en partes- ya no es sino academicista (los juegos del estatus, o la credencialización formalista por y para la pose y el privilegio de "intelectual"). Academicismo que se protege y reproduce con su propio cuantitativismo, o sea, su "evaluación" interna por acumulación de números -todo dentro de un marco de diseño deficiente, e implementación problemática. Qué se podía esperar de un método de "evaluación" que cuenta más que valorar? Se sabe: en esta "evaluación" la calidad cuenta menos que la cantidad...! (Qué tanto es en verdad evaluación?...).
No digo que sea fácil procesar y evaluar el trabajo académico, sobre todo a ciertas escalas, ni que se pueda prescindir totalmente del contar, pero eso no justifica lo que está pasando, los malos y "paradójicos" resultados. El sistema, con sus reglas e incentivos, es cada vez más un problema que una solución. Y esto, por cierto, no hace que las personas no sean un problema. Lo son. Lo que pasa es que lo son en relación con el sistema y sus incentivos. Incluso, diría que el hecho de que sea un problema sistémico o estructural puede acentuar el factor individual: al final, bajo las mismas reglas, hay Aguilares y Gargarellas y Arancibias y demás. No es, entonces, que las reglas no sean relevantes sino que también son relevantes las personas que las reciben (así como las que las crean en un ambiente). Lo decisivo aquí es la relación entre un tipo de estructuras y unos tipos de agentes. De ahí, los resultados, y que lo que resulta no sea una sola cosa igual.

JRLRC dijo...

http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2015/08/659-641025-9-confesiones-de-un-plagiador.shtml