5 mar 2018

Filosofía del aborto

6 comentarios:

andresvas dijo...

Sensacional.

Damian dijo...

Muy interesante. El tema es ese. Para el que considera que a partir de la concepcion no solo hay vida sino una persona al igual que un niño ningun debate es posible y ni siquiera los casos de violacion o peligro de muerte para la madre serian aceptables. Con eduardo comparti el colegio secundaria ya se veian sus condiciones. Brillante

Juan Manuel G dijo...

No es necesario ni conveniente intentar saldar la discusión sobre si el feto es "persona moral" para avanzar en la descriminalización del aborto. El hecho de que evaluemos negativamente ciertos comportamientos de la madre respecto del desarrollo del feto (por ejemplo, el consumo de drogas), y que en algunos países estén penalizados, revela que podríamos proteger los intereses del feto, aun a costa del derecho de la madre, aunque no cumpla con las condiciones necesarias y suficientes para ser persona moral.
El lenguaje de los derechos, que te sirve para denunciar la censura o la esclavitud, parece menos potente cuando tiene que lidiar con conflictos de derechos. Obviamente que siempre tenemos el atajo de negarle derechos a una de las partes (en este caso al feto). Pero parecería que se puede razonar sobre la justicia sin apelar al lenguaje de los derechos (y subir todos a bordo, no solamente a los pro-choice). En definitiva, si queremos despenalizar el aborto por razones consecuencialistas (por ejemplo, de salud pública), no parece que vayamos a avanzar demasiado discutiendo los incontrovertibles derechos de la madre y los controvertidos derechos del feto.

Roberto LO dijo...

El profesor Eduardo Rivera López tiene la "poco común" virtud de hacer fácil lo difícil. Lo tuve en el posgrado de la Di Tella y es realmente un lujo, más allá de compartir o no sus dichos, es un aporte clave para el debate sobre el tema.-

Martha Casas dijo...

Yo celebro que se abra el debate y espero que se derriben los muros de hipocresía y que se termine la persecución penal contra la mujer y que se deje de señalar como criminales a mujeres que no quieren continuar con su embarazo.
La Iglesia, cualquier iglesia no debiera meterse con la legislación de un país y debiera ocuparse de recomendar o no a los fieles sus pautas morales o de comportamiento pero no tiene por qué interferir o meterse con la vida de los ciudadanos. Cuando la Religion se pone a gobernar los resultados son los peores y en virtud de sus desastrosos antecedentes sobre todo de la Iglesia Católica debiera llamarse a silencio.
Agrego nada más que el derecho a la vida no es absoluto, está en conflicto el derecho de la madre a elegir la vida que quiere vivir y los hijos que quiere o puede traer al mundo. Si el derecho a la vida fuera absoluto hoy por hoy nadie podría disponer de sus órganos luego de la muerte. HOy por hoy mueren muchos niños esperando transplantes, niños reales con historias con padres que los aman etc. Ese es otro debate. Yo obviamente estoy por la donación pero incluso que en ese punto terrible todos tiene el derecho a decidir sobre sus cuerpos. Eso nos deja a las mujeres como ciudadanas de segunda. Etc. No me quiero extender.

En cuanto al silencio del peronismo, bueno ya sabemos lo que es el peronismo
SAludos

Anónimo dijo...

Creo que para quienes apreciamos que dentro del vientre de una mujer embarazada yace una vida distinta desde el comienzo mismo de la gestación, no podemos aceptar ninguno de los fundamentos expuestos. Este es el verdadero debate, no el planteado...
El título de la nota anunciaba más.
Hay un conflicto de postulados y por tanto las posiciones son inconciliables. Para algunos hay vida desde el inicio de la gestación. Para otros, no en un primer período. Son axiomas. En el fondo está la cuestión de si el ser humano puede dar y quitar vida. Algunos pensamos que no, otros que sí. Otro postulado.
Así, nadie va a convencer a nadie...
Me parece obvio que si quienes están a favor de la despenalización observaran que con dicha acción se estuviera eliminando una vida, razonablemente no estarían de acuerdo con legalizar dicha práctica. Y viceversa.
Sebastián