11 jun 2023

Aclaraciones irrelevantes sobre una breve nota: Activismo judicial y fútbol

 


Hoy en la Revista Seúl (acá https://seul.ar/unac-corte-reeleccion/?utm_source=perfit&utm_medium=email&utm_campaign=Un%20di%C3%A1logo%20en%20la%20interna), aparece este amable, pero muy equivocado, comentario, sobre lo que pienso en torno al "activismo judicial": 

"En las últimas décadas, las constituciones de muchos países latinoamericanos han incorporado una serie de novedosos derechos políticos, sociales y económicos. Para este “nuevo constitucionalismo latinoamericano,” el derecho no puede limitarse a restringir los abusos del Estado, sino que además debe ser una herramienta de transformación social. Uno de los más lúcidos exponentes de esta visión en nuestro país es Roberto Gargarella, y no sorprende que su principal comentario haya sido que, si acaso, con San Juan la Corte se quedó corta: hizo mucho más de lo que venía haciendo, pero podría hacer mucho más. El problema con esta visión es que, a diferencia del fútbol —donde un offside o un penal pueden decidir no ya un partido, sino un campeonato—, la capacidad del derecho para cambiar la realidad social es limitada."

Comento un par de cosas sobre la cuestión (obviamente menor y sin mayor importancia), una general y otra más específica. 

La general: Me impresiona que siendo que en el país somos tan pocos (500? digo, por decir un número) los que ponemos alguna atención en estas cuestiones (activismo judicial, control de constitucionalidad, dificultad contramayoritaria, etc.), nos leamos tan poco, y con tan poco interés en comprender lo que dice el otro. Más bien, parece que tenemos nociones muy gruesas y vagas (que tal vez tomamos de las redes sociales, de algún titular, de algún rumor o comentario que recibimos), que forjamos nuestros prejuicios y que buscamos reafirmarlos cada vez que podemos. Por supuesto, nadie tiene la obligación de leer a ningún otro, ni mucho menos exhaustivamente pero, si va a comentarlo/revisarlo/criticarlo, mejor que se tome unos minutos y busque leer algo más, ver si sus prejuicios son reafirmados o refutados o resistidos por la realidad. En todo caso, subrayo mi perplejidad: si entre el estrecho círculo de los que "más o menos estamos en tema", nos malentendemos así...qué sentido tiene seguir escribiendo, buscar argumentos, tratar de persuadir a otros? El debate sobre temas de (algún) interés público trata de un juego que jugamos en soledad, cada uno desde su isla?

La específica: En tres o cuatro líneas, el párrafo citado comenta mi trabajo, de modo completamente errado. Menciono algunos de varios errores (en tan pocas líneas!). La nota dice que 

1) represento o defiendo al "nuevo constitucionalismo latinoamericano", corriente a la que me referí varias veces, para criticarla siempre ("el nuevo constitucionalismo latinoamericano como demasiado viejo", por caso, por seguir descansando en la concentración del poder, una mirada elitista o poco democrática de las instituciones, etc.); 

2) quiero o promuevo el activismo "sustantivo" de los jueces. Molesto leerlo, porque tanto mi tesis doctoral, como (sobre todo) uno de mis primeros libros, como buena parte de mi trabajo, es de crítica a los jueces como "últimos decisores" en materias sustantivas (como aclaro enseguida: los jueces deben respetar los acuerdos democráticos sustantivos, pero en cambio hacerlos posibles, a través del resguardo de las reglas procedimentales que hacen posible que se llegue a esos acuerdos. Rarísimo para mí que se pueda pensar que afirmo lo contrario a aquello que dije siempre

3) "a diferencia del fútbol," la capacidad transformativa del derecho es muy baja. Todo esto me resulta insólito, también, no sólo porque explícitamente sostengo la "modestia" con que tenemos que acercarnos al derecho, sino, sobre todo, porque hace décadas que vengo usando la imagen-metáfora que usa el texto (la del fútbol en paralelo con el derecho) para decir lo contrario que allí se dice. Afirmo (contra lo que el texto sugiere) que el juez debe ser como el árbitro de fútbol, y entonces "retirarse" de toda ambición de definir o cambiar el resultado del "partido" democrático ("me gusta este plan económico," "no me gusta esta medida educativa"), y concentrarse en cambio en el cuidado de reglas (i.e., no reelección; no abuso electoral tipo gerrymnadering, etc.). 

Lo más grave es que vengo insistiendo hasta el aburrimiento con estas ideas, para refirme a los casos que la nota de Seúl comenta (Uñac, Manzur, Insfrán, etc.): en los diarios, en blogs, en twitter. Escribí acntidad de textos, en estos días, sobre ese tema, en esa dirección, con esa imagen. En fin. Uno sigue insistiendo en decir, en aclarar, en precisar, pero es como que ni entre los pocos que leen, ni dentro del micro círculo en que uno se mueve, eso sirve para algo. Caray!



 

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