Ahora que se está por concretar el fraude electoral de las candidaturas testimoniales, conviene volver a encender los motores, y exigir sanciones para los candidatos y partidos involucrados en la estafa al electorado. Del partido gobernante, acaba de renunciar una nueva candidata electa, con lo cual ya quedó descabezada toda la primera línea de políticos electos: pura mentira. Lo mismo para los demás partidos involucrados en maniobras del género. Necesitamos imponer sanciones electorales a los candidatos que no asumen (restringir sus derechos a ser elegidos o a ocupar funciones públicas en los próximos tiempos), y multas o similares a los partidos comprometidos con el fraude. No se trata de ser k o no k, se trata de impedir con medios institucionales que se lleven el sistema democrático a las cloacas. Para algunos, lo que ocurrió fue una mera picardía. "Así se hace política" -nos dicen- "lo que pasa es que vos no entendés." Les decimos (les digo) no. Puede ser parte de la política comprar leyes o hacer votar a los muertos o sobornar a un juez o pagarle a periodistas, pero es la parte de la política que tenemos que enfrentar y desterrar. Se trata de curar a la democracia con más democracia (en este caso, impidiendo la degradación del sistema representativo, trabajando para reforzarlo, y no recortándolo aún más, o aceptando nuevas degradaciones). Pensemos en la letra fina, pero el principio, creo, debería ser éste.
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16 nov 2009
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