14 jul 2011

El significado del voto


Publicado hoy en Clarín, por acá, lo transcribo a continuación:

Qué querrán expresar, con su voto, los ciudadanos que, a nivel nacional, voten por el kirchnerismo? ¿Querrán decir que favorecen la Asignación Universal por Hijo? ¿Que no les interesan las acusaciones de corrupción que recaen sobre el Gobierno, mientras que el país “crezca”? ¿Que aprueban el Matrimonio Igualitario? ¿Que les complace que se decida todo (aún lo que la Constitución impide) a través de decretos de necesidad y urgencia? ¿Que rechazan esos decretos, pero que a pesar de ello reconocen progresos, en todos estos años, que quieren premiar? ¿Que la oposición es peor? ¿Que mejor siga todo como está, porque en tiempos de incertidumbre es preferible no cambiar nada? ¿Que hay que profundizar el modelo? ¿Que, por el contrario, hay que cambiarlo inmediatamente, pero que es mejor que ese cambio lo haga el propio gobierno? La lista de alternativas podría seguir al infinito.

(El mismo ejercicio podría repetirse, por supuesto, si no habláramos de quienes votan por el Gobierno, sino de quienes lo hacen por algunos de los partidos de la oposición.) Probablemente, muchos ciudadanos voten por una combinación de esas razones (digamos Matrimonio Universal, más Asignación Universal por Hijo, más creación de empleo); otros tantos soporten al oficialismo por razones entre sí opuestas (tal vez algunos valoren el “decisionismo” verticalista del Gobierno; mientras que otros vean, en algunos logros -como el aumento de los puestos de trabajo- una forma de democratizar a la sociedad); y otros más quieran dar un apoyo enfático a ciertas iniciativas, aunque querrían que se terminase, de una buena vez, con otras tantas (pongamos, la minería contaminante; el maltrato a los grupos indígenas; las licitaciones resueltas de antemano; la manipulación de todas las cifras).

A pesar de todas estas variaciones, los resultados electorales terminarán, como siempre, por aplastar la diversidad de razones y preferencias existentes ; y le permitirán a los intérpretes del caso -especialmente a los más poderosos, política o económicamente hablando- reconstruir lo sucedido del modo en que deseen o que más les convenga. Algunos dirán, entonces: “a través de su mensaje en las urnas, el pueblo exigió ratificar (o cambiar) el rumbo económico”. Otros más proclamarán, mientras tanto: “El pueblo, con su contundencia habitual, ha mostrado su absoluto apoyo (o enojo) en las urnas”. Y, lo peor de todo, muchos empezarán a darnos lecciones acerca de las virtudes y desgracias de la “argentinidad:” “Al pueblo argentino, finalmente, le gusta que lo maltraten”; “a los argentinos les encanta delegar autoridad”; “si los argentinos ven que la economía crece, luego aceptan cualquier cosa”.

El punto que quisiera presentar es sencillo: antes de que empiecen a aparecer estas habituales y manipuladoras interpretaciones “a posteriori,” cabría dejar en claro que, si quienes están en el poder quieren saber, realmente, “qué es lo que quiere el pueblo argentino,” lo mejor sería que se lo preguntasen, en lugar de tratar de deducirlo de donde no pueden hacerlo.

Y que se lo preguntasen, sobre todo, por medios que le permitan a la ciudadanía expresar qué es lo que aprueba, y qué es lo que rechaza de lo que ya se ha hecho; qué políticas prefiere que continúen y cuáles repudia, y por qué razones; qué medidas querría que se tomasen, y cuáles desearía que quedasen archivadas para siempre; a qué funcionarios sostiene y a cuáles no .

Todo este tipo de precisiones, en cambio, nunca podrán revelarse con un sistema plano, opaco, “chato,” de votación, que aparece cada cuatro años y que es “a todo o nada,” que nos impide a los ciudadanos premiar lo bueno a la vez que castigar lo malo. Más bien lo contrario: se nos obliga a votar a favor -y entonces parece que uno lo acepta todo- o en contra -y parece, entonces, que uno rechaza todo.

La democracia popular requiere de formas de control, diálogo y evaluación alternativas, más permanentes y más abiertas a reconocer los matices del pensamiento ciudadano. Al poder, sobre todo (pero también a muchos de sus analistas) el diálogo, el reproche, la crítica, parecen asustarle: se jactan de hablar en nombre del pueblo, sin jamás darle a ese mismo pueblo la oportunidad de hacer distinciones, de presentar réplicas, de exigir rectificaciones, de decir que no, definitivamente, frente a los particulares funcionarios o las particulares políticas que ya no tolera.

foto: Salta desde abajo

22 comentarios:

Anónimo dijo...

La desvirtuación absoluta del sentido originario de las comunas es una buena muestra de lo que decís. Se obturó un canal de expresión más horizontal y se lo transformó, lamentablemente, en un espacio cooptado por caciques barriales y clientelismo.
Una pena

Julia dijo...

Muy bueno el planteo. Qué diferente sería todo si pudiera llevarse a cabo lo que aquí presentás.

Anónimo dijo...

LA NOTA ES MUY LUCIDA Y TU TITULO MUCHO MAS QUE EL DE CLARIN, QUE DEJA ENTREVER, UNA VEZ LEIDO EL ARTICULO QUE NO HAY NINGUNA PROPUESTA (MINIMA, PEQUEÑA, NI SIQUIERA PARA DARLE LETRA A ALGUIEN MAS), NO TE VOY A PEDIR ACA QUE SOLUCIONES LOS PROBLEMAS SOCIOCULTURALES IMPREGNADOS ESTRUCTURALMENTE EN LA ARGENTINA PERO SI TIRAS UNA PUNTITA A MODO DE PRINCIPIO DE OPINION, EN LO QUE VENGA RELACIONADO A TU FRASE: "LA DEMOCRACIA REQUIERE..." ESTARIA BUENO.
SALUDOS.
CARLOS DE CORRIENTES

Anónimo dijo...

Buen día Roberto. ¿Podrías recomendar alguna bibliografía básica para conocer más acerca de democracia popular? Me interesa conocer cuáles serían los mecanismos que nuestra democracia podría adoptar para acercarse a ella. Muchas gracias. Un saludo. Mariano.

rg dijo...

la idea era hacer una observacion critica, mas que delinear "las propuestas." pero hay miles. desde lo mas elemental (hay un problema cuando la presidenta concentra todo el poder y escoge un modo de comunicacion-ademas- vertical, en donde no escucha, no acepta replicas, no abre espacio para correcciones, marca un estilo que se distingue por no reparar ni lo obvio, como el indec), hasta lo mas viejo (revocatorias, audiencias publicas, presupuesto participativo), lo mas novedoso y sencillo (formas de control judicial "dialogicas"), hasta lo mas exigente (formas de decision asamblearias que, como bien se senala, reciben un primer golpe con los actuales comuneros)

Anónimo dijo...

Excelente nota!

Anónimo dijo...

Me parece, Roberto, que tendríamos que mandarlo a Fito Páez a que se una a tu seminario durante algunas semanitas... tal vez aprenda algo acerca de la difícil tarea que comporta interpretar el voto popular.
Para todo aquél que tenga interés en profundizar acerca del significado del voto, así como de otras manifestaciones relacionadas con el consentimiento ciudadano, recomiendo el ya clásico artículo de Randy Barnett "The Sound of Silence: Default Rules and Contractual Consent".
Reflexión a título personal en sintonía con tu art., Roberto: el simple acto de votar por uno u otro candidato, como cualquier otra manifestación presuntiva de consentimiento (Locke hubiera hablado de 'consentimiento tácito', es decir, aquél que debe presuponerse de la mera realización de ciertas acciones: por ej., el consentimiento a aceptar las leyes de un país que se le imputa a un extranjero por el solo hecho de transitar por sus rutas o morar en sus hoteles), posee por su propia naturaleza una ambigüedad semántica imposible de romper, a menos, claro está, que nos dipongamos seriamente a preguntarle a cada uno de los que votan o a cada uno de los que consienten, con qué están de acuerdo y con qué no. Creo que aquí reside el valor central de la hermosa contribución que estás realizando mediante este artículo, por otro lado tan sencillo de leer para el público lego. Muchas gracias, RG.
Ricardo

sl dijo...

grande roberto!! buenísimo el post. La democracia es mucho mas que el voto. Y el voto es como una caja de pandora, ahí puede uno interpretar lo que quiere, los motivos por los que votó cada cual. Muchos dicen que el voto es el núcleo de la democracia porque es lo que confiere legitimidad al sistema: al votar los votantes aceptan, consienten, someterse a los resultados de las elecciones, y habrá una mayoría social que respaldará al gobierno. Pero esa afirmación no resiste el menor análisis, porque las decisiones democráticas se presumen legítimas también para la minoría que perdió y no consintió el gobierno, además de que sólo vota un porcentaje mínimo del conjunto de la sociedad (abstención, impedimentos legales, votos nulos). Si toda la legitimidad de la democracia residiera en el voto, vamos fritos, porque si sólo el voto fundara la importancia moral de la democracia, entonces no hay ninguna razón para reclamar legitimidad a quien votó en contra del gobierno.

Anónimo dijo...

SE ENTIENDE PERFECTAMENTE QUE EL TEMA ERA EL DIAGNOSTICO Y QUE EFECTIVAMENTE EL "VADEMECUM" DE PROPUESTAS ES MAS QUE AMPLIO.

PERO LA CUESTION ES QUE ESTA TODO TAN FRAGMENTADO Y DESEQUILIBRADO QUE TAMPOCO ES FACIL DECIDIR EL CAMINO A TOMAR, MUCHO MAS EN EL INTERIOR DEL PAIS DONDE YA SE ESTA TORNANDO INSOPORTABLE LA MENCIONADA FRAGMENTACION SOCIAL TOTALMENTE INSOLUCIONABLE DESDE LOS GOBIERNOS PROVINCIALES Y/O MUNICIPALES.

DESDE YA QUE ES MAS QUE AUTORITARIO LO QUE HAY (LO ELEMENTAL DECIS), Y LOS CAMINOS "MAS EXIGENTES" Y "MAS VIEJO", SABEMOS QUE POR EXCESO Y POR DEFECTO RESPECTIVAMENTE HOY EN NUESTRO PAIS NO FUNCIONARIAN NI FUNCIONAN REALMENTE.

GRACIAS POR LA DEVOLUCION PROFESOR, LAMENTO EL PERMANENTE RETROCESO.

CARLOS DE CORRIENTES.

Anónimo dijo...

Que buen post!
Hace rato no lei algo tuyo en lo que pudiera estar en absoluto acuerdo (imagino que es porque soy filoK)
Imagino que la el 27% a filmus te provoco la misma reaccion que a fito el 47% de macri; pudiendo todos votar a Bergel!
Que bueno que es verte reflexionar lejos del PO.
Saludos.
Victor Hugo Gonzalez.

p.d. soberania popular o minorias garantizadas (queda pendiente una analisis del caso misiones)

GAL dijo...

Un placer leer tu nota mientras tomaba un café con vista al río negro. Entiendo que no debemos resignarnos a gobiernos parcialmente buenos. En el sentido de tu artículo, creo que si el gobierno actual no nos garantiza, por ej. la AUH y la transparencia, tenemos que buscar otras opciones. Comprendo que tu idea va más allá, que cuestiona esto de tener que votar a todo o nada cada 4 años. Pero un gobierno que no garantiza la transparencia, el sistema federal, la "división de poderes", no merece otra oportunidad.

Anónimo dijo...

alguna vez, cuando jovenes, grafitearon "ya votaste, ahora sentate y espera que decidan por vos".?

Anónimo dijo...

El problema es que lo que escribis en la CABA no te lo entiende nadie.
Fito tiene razón
saludos
G

Anónimo dijo...

decisiones asamblearias! en una ciudad que vota a Macri, D10s no lo permita.
La verdad que tus ideas son un poco deshubicadas,para Suecia te lo creo pero en la capital PRO no please

SDM dijo...

muy bueno el artículo, rg. Igual hubiera estado bueno que detallaras algunas de las propuestas clásicas o modernas... Aunque el espacio en los medios es tirano, siempre está bueno terminar con algo en plan práctico.

si: no entiendo por qué fortalecer la participación quita la centralidad al voto. Para mí, el voto (cuanto más seguido, mejor) es el núcleo de la democracia moderna. Decís a) que vota un porcentaje mínimo (lo cual en el caso argentino es falso) y b) que el reclamo democrático de legitimidad no podría hacerse extensivo a los perdedores de una elección... No te entiendo, ¿qué es lo que vos suponés que es el núcleo de la democracia...?

RJB dijo...

RG: "...cabría dejar en claro que, si quienes están en el poder quieren saber, realmente, “qué es lo que quiere el pueblo argentino...” LA RESPUESTA ES:NO. A LA PARTIDOCRACIA (TODA LA CLASE POLITICA) NO LE INTERESA SABER LO QUE QUIERE EL PUEBLO, Y MUCHO MENOS QUE LO CONTROLE...
El motivo de tu post ha sido básicamente uno de los ejes del 15M, el que no se siente anti-sistema ni a-político, sino todo lo contrario...¿Cómo cambiar? una cosa son las herramientas, y otra, la fundamental encontrar los mecanismos para que por dentro del sistema se pueda generar el cambio...esto no será posible hasta que la protesta y el descontento pueda canalizarse a través de una representación política afín...es decir, no únicamente votando, sino protagonizando...mientras tanto nada cambiará, porque no les conviene a los políticos, y porque no tienen sanción en contra, salvo que cada 2 años los resultados electorales le "saquen algunas migas" de la torta de las instituciones públicas...

Agustín Juliani dijo...

Que buen post. Sería bueno que pudieras profundizar el concepto de democracia popular y las formas o herramientas para ir construyendolo.

Alejandro Kafka dijo...

Muy bonito el artículo, pero claro, tenías que publicarlo en Clarín, que es un... no, estoy jodiendo, nomás... en serio, me gustó,comparto lo que dijo Víctor Hugo González.

Anónimo dijo...

Muy lindo el artículo, RG. Desearía que en los programitas de radio o tv argentinos se discutieran ideas como las tuyas y no lo que dijo F. Páez o lo que dijeron los medios hegemónicos en contra de F. Páez o lo que dijeron los músicos y artistas a su favor.
Por otro lado, ¿ya nos olvidamos todos del mamarracho que significaron las encuestas que lo daban a Filmus a un 5% de distancia de Macri? En lugar de estar girando alrededor de F. Páez, nuestras miradas deberían estar puestas, se me ocurre, por ejemplo, en alguien como Artemio López. ¡Ese sí que se fue al pasto! Claro, sin que me provoque ni asco ni repugnancia. Como diría M. Nussbaum, esas no son pasiones permisibles en el ámbito político. Lo que me provoca es ira o indignación (que es lo que le debe haber provocado también a Fito el hecho de que ganara Macri). Dicho sea de paso, también eso es lo que me provocó a mí.
Antonio

Anónimo dijo...

Antes que nada, felicitaciones por el art., RG, que está muy bueno. Ahora, ¿alguien se preguntó por qué razón este artículo cosecha sólo comentarios positivos, siendo que no sucedía lo mismo con otros art. de RG?
Mi impresión es la siguiente: mientras en otros artículos, la postura de RG acerca de ciertos hechos políticos resultaba explícitamente crítica (por ej., en contra del oficialismo nacional), acá 'pareciera' que no sucede lo mismo. Sin embargo, a mí me da la sensación de que en este artículo RG está siendo, con justa razón, más crítico que nunca. Y su crítica es tan dura respecto a la concepción de la política mantenida por el Gob. Nac. como respecto a la concepción política mantenida por la oposición.
Mónica P.

RJB dijo...

se ve que entre los abogados los temas "anti-corrupción" y/o de "mejor democracia" no pegan...

Jorge dijo...

En linea con este articulo salio en ADN un adelanto del nuevo libro de Martin Caparros, una especie de diccionario de Argentinismos. Alli define (ironicamente) el término Elecciones. Vale la pena.
http://www.lanacion.com.ar/1389021-elecciones
Ademas explica su polemica (por malentendida) e hipotetica propuesta de "voto calificado". Grande Martin.
PD: En el ejercicio matematico que propone, no sirve el 1 (no da un numero de dos cifras al multiplicarlo por 9). Igual si se le resta 5 al 9 el argumento sigue... es escritor, quevachaché!