9 may 2012

Diez razones para no construir más cárceles



Curioso. Hace semanas nada más, la prestigiosa editorial Routledge ha re-publicado el viejo libro del gran criminólogo noruego Thomas Mathiesen,  (1965) The Defences of the Weak: a Study of Norwegian Correctional Institution (http://www.routledge.com/books/details/9780415535199/)


Junto con Nils Christie, Mathiesen ha sido el otro gran bastión nórdico en la crítica de la cárcel como forma de reproche social justificada. Conviene aclararlo, a diferencia de muchos de sus seguidores locales, Christie y Mathiesen han hecho una defensa consistente y no selectiva de su postura anti-carcelaria. Es decir, ninguno de ellos piensa que la cárcel sí pueda justificarse en caso de que estemos enfrentándonos a quienes "verdaderamente" son nuestros enemigos.


Puede encontrarse un micro-resumen de su posición en su artículo "Diez razones para no construir más cárceles." Sostiene Mathiesen:


"Estos son mis diez argumentos para no construir más cárceles. Las prisiones no rehabilitan, no cumplen una función de prevención general, tampoco funcionan como incapacitación y no sirven para cumplir con un ideal de justicia. Una vez construidas son irreversibles, además son insaciables, inhumanas, contradicen los valores básicos y no ayudan a las víctimas."


El desarrollo de cada uno de los argumentos, y el artículo completo, se puede leer en Nueva doctrina penal, Nº. 1, 2005, Buenos Aires, Argentina, págs. 3-20. Pero también puede leérselo reproducido, en versión electrónica, por caso, en este blog:
http://neopanopticum.wordpress.com/2006/07/05/12/



12 comentarios:

Desocupado mental en la era del blog dijo...

Interesante! Recomendable para no especialistas, como yo, el libro de Zaffaroni sobre la cuestión criminal, con dibujos de REP.
También "El sentimiento de inseguridad" de Gabriel Kessler.
Saludos!

El Bosnio dijo...

No se si tiene que ver. Escuche a Zaffaroni en una entrevista donde decia temee el dia que la tecnologia de los chips y las esposas elctronicas permita mantener un tipo en carcel domiciliaria por un peso. Porque ese dia, la penalizacion de la sociedad no tendria ni siquiera el limite economico del costo de las carceles.

Solo para pensar en el efecto disuasivo de la carcel hacia una sociedad penalista. Es un argumento no teorico sino practico. Y no significa que no acuerde con la tesis del autor. Solo un item mas a considerar.

Desocupado mental en la era del blog dijo...

Off topic: para quien quiera participar del debate, Sebastián Etchemendy subió el artículo sobre el "progresismo liberal":
http://artepolitica.com/articulos/las-contradicciones-del-progresismo-liberal/

Saludos!

Anónimo dijo...

RG, todo muy lindo, pero qué hacemos, por ej, con Higado Muñoz, que se la pasaba secuestrando gente (y muy violentamente) entre 2002 y 2003?? Qué hacemos con los que le hicieron la salidera a Carolina Piparo y le provocaron un aborto?? (solo por nombrar algunos casos). Armamos una junta de psicológos y le pedimos que reflexionen acerca de sus actos y que el estado es culpable de no haberles dados los medios necesarios para no delinquir!!! Asumimos nosotros las culpas por sus actos! La cárcel no convence pero la alternativa sugerida menos.

PD, RG por favor una respuesta a Etchmendy y sus delirios autoritarios nac & pop!!

Anónimo dijo...

Muchas gracias Roberto por acercarnos tan valioso material para seguir nutriendo con fundamentos más interesantes nuestra postura en contra de las cárceles.

Desocupado mental en la era del blog dijo...

RG,

Más allá de mis discrepancias contigo, que evidentemente las tengo porque -con culpa, lleno de dudas, con pocas certezas- por algo apoyo al kirchnerismo, sinceramente valoro tu voluntad de polemizar y dialogar.

Estoy tratando de aprender de tu blog.

Saludos!

Anónimo dijo...

Coincido con Anónimo 3:16. El debate en torno al abolicionismo suena muy lindo desde lo teórico. Además, en sociedades como la noruega, la finlandesa, la australiana o la suiza, cohesionadas como están, el abolicionismo es sin dudas una alternativa prácticamente viable. Ahora, en sociedades como la argentina, hablar de tal cosa suena a cargada. Y, en especial, a cargada a todos aquellos que a diario somos víctimas indefensas de flagrantes hechos de inseguridad. En todo caso, aceptaría partir de un lugar distinto: si vos me dijeras que estás absolutamente de acuerdo con aumentar la eficacia en la aprehensión de los delincuentes, yo te concedería lo de reemplazar la cárcel por otros tipos de sanciones. Qué sé yo: si robás una billetera y sos declarado culpable, debés cumplir con 200 horas de trabajo comunitario. ¿Bien remunerado? Seguramente no, ya que eso muy probablemente actuaría como un incentivo mayor para que otros delincan. La pregunta es qué hacés con un tipo que en lugar de afanarse una billetera, hizo negocios con una calcográfica evadiendo cualquier proceso licitatorio. ¿Lo mandás a imprimir billetes por dos años en un cuartucho repleto de tinta? Mmm... no creo. Yo lo mandaría preso sin chistar, ya que seguramente en la cárcel él estará mejor que muchos de nosotros (que vivimos presos de los actos delincuenciales de muchos de los que nos rodean, incluidos muchos funcionarios)

n dijo...

pucha q está carito el libro! por suerte un poco más barato está abebooks.com de usados
anónimo 1:08 AM...sociedad cohesionada? dónde? cómo? no la conocía a esa.
pd. rodrigo herrero: qué bueno q no especialistas lean sociología! carajo! y creo que kessler anda bien en gral, habrá que darle una hojeada.

Anónimo dijo...

Anónimos 3:16 y 1:08: Cómo es posible que a estas alturas sigamos con los argumentos más simplones del debate?:

"Sí, suena muy lindo, pero qué hacemos con los malos?" y de ahí en adelante tirar ejemplos absurdos de medidas bobas para gente muy muy mala.

Que no se trata de eso! El artículo muestra pq la cárcel no SIRVE, como no sirve tratar el mal de ojo para curar el cáncer. También presenta propuestas para reducir la población carcelaria paulatinamente. El abolicionismo no está planteado para mañana a las 2 primeras. Pero sí requiere que uno ENTIENDA que maltratar a otro (por más satisfacción emocional que me dé) no lo va a hacer cambiar, ni va a frenar el surgimiento de más conductas contra la sociedad.

Anónimo dijo...

Rodrigo Herrero, sobre el artículo de Etchemendy, hay varias cosas para decir.
Primero, que su calificación de 'progresista liberal' a posturas como las de Svampa, Sarlo o Gargarella, por decir lo mínimo, no se ajusta precisamente a los hechos. Por ej., Gargarella y Svampa proponen una defensa a ultranza de ciertas comunidades regionales y de los derechos por ellas esgrimidos (derecho al agua, derecho a la tierra, derecho a la autodeterminación, etc.) que no tienen nada de progresista y de liberal. Los derechos indigenistas, por ejemplo, son la contracara del progresismo, de ahí que muchos liberales (por ej. Garzón Valdés) hayan sido acusados por cierta antropología cultural de desconocer los peligros que supone un progresismo liberal sustraído de todo control. Ahí, Etchemendy se equivoca mal de movida.
En segundo lugar, parece mentira que un intelectual como Etchemendy confunda tantas cosas al mismo tiempo, si no fuera que lo hace con una intención deliberada y expresa de confundir y sembrar la discordia. Él da ejemplos históricos (Ej. el new deal de Roosevelt) de cómo cierto verticalismo político a veces es necesario para llevar a la práctica una ampliación de derechos. Sin embargo, ¿cuántos ejemplos históricos exactamente opuestos podrían citarse de cómo el verticalismo tendió a hacer lo contrario? A mí se me ocurren los casos de Hitler y Stalin durante el siglo XX, pero podríamos mencionar otros casos menos conocidos antes y durante el mismo siglo. Cualquiera de las dictaduras africanas existentes en la actualidad son ejemplos incontestables del carácter anti-igualitario que el verticalismo puede implicar. Desde ya, una democracia parlamentaria y una estricta separación de poderes no garantizan de por sí la implantación del igualitarismo. Ahora, no existe ningún motivo para suponer que ellos podrían ser responsables de lo contrario. Con el gobierno de los Kirchner (y esto en un juicio sobre la realidad que Etchemendy no compartiría) no sólo ha aumentado el verticalismo; también ha aumentado la desigualdad (o se ha mantenido), más allá de la indudable expansión de ciertos derechos (que no dejan de ser adjudicaciones realizadas sobre minorías con fuerte poder de movilización, las verdaderas responsables de que esos derechos les hayan sido adjudicados por la clase política).
En fin, podría continuar. Creo que Etchemendy sigue leyendo tan ingenuamente a La Razón Populista de Laclau que se olvida de todo lo que hay para decir en términos políticos e históricos sobre el populismo verticalista que él viene a defender.
El Imparcial del Norte

Enrique dijo...

Estoy de acuerdo, cada vez que camino por ciertos barrios llenos de miedo y de rejas me pregunto: quienes estan realmente en la carcel? basta de carceles !

Desocupado mental en la era del blog dijo...

Anónimo, no me pareció que Etchemendy haya dicho lo que vos dijiste que dijo. Así y todo, tu comentario es atendible.
Abrazo