20 feb 2013

Dworkin 2: El prisma moral del derecho


(Escrito con Marcelo Alegre, y publicado hoy en la nación)
http://www.lanacion.com.ar/1556237-el-prisma-moral-del-derecho



Ronald Dworkin, quien falleció en Londres el 14 de febrero a los 81 años, fue el más importante filósofo del derecho del último medio siglo. Era Profesor de la Escuela de Derecho de NYU, y lo había sido antes de Yale y Oxford.
Crítico del positivismo jurídico, Dworkin consideraba al derecho como un fenómeno que debía leerse a través de un prisma moral: resultaba imposible, para él, sostener un punto de vista neutral y aséptico. De modo consistente con dicho enfique, Dworkin logró comprometer al derecho con las principales discusiones públicas de su tiempo. Sus posiciones fueron en todos los casos de una enorme riqueza y su elocuencia al exponerlas no admite paralelos.
Su concepción de los derechos como límites a la acción del Estado es parte de la revolución copernicana que desplazó al utilitarismo como visión dominante. Es frecuente escuchar que los derechos deben ceder frente al interés general o el bien común. No para Dworkin: es el interés general debe ceder cuando un derecho fundamental está en juego. En otras palabras, tomarse los derechos en serio implica aceptar que la sociedad, o la mayoría, a veces vean frustrados sus deseos.
Su defensa de la igualdad de recursos también resulta ineludible. Para Dworkin, la mejor distribución de la riqueza es la que hace a las personas iguales en las oportunidades y recursos con que enfrentan los desafíos de la vida. Su teoría es, junto a la de Rawls, la exposición más profunda y refinada del liberalismo igualitario.
Era un gran polemista, tanto en el aula como en la prensa. Desde sus columnas periódicas, y a lo largo de 4 décadas, cuestionó la guerra de Vietnam, criticó duramente a la Corte conservadora de los últimos años, propuso una renovada lectura liberal sobre las cuestiones del aborto y la eutanasia, sometió a un severo análisis a cada nuevo nombramiento judicial que el gobierno ofrecía, y fue de las pocas y primeras voces que se expresó contra lo que el Estado norteamericano hacía en Guantánamo. Con esa misma fuerza, defendió la libertad de expresión y de protesta, las acciones afirmativas y la universalización de la cobertura de salud. 
Visitó en varias oportunidades a la Argentina. En 1985 integró una legación de filósofos y juristas que se entrevistó con el Presidente Alfonsín y asistió al Juicio a las Juntas. Fue el autor del prólogo a la edición inglesa del Nunca Más, una introducción a través de la cual retrató vívidamente medio siglo de violencia y abusos del poder; y en donde se explayó sobre la política argentina y los derechos humanos, con notable lucidez y conocimiento de nuestra historia del siglo XX. En 2011 recibió de manos de la Decana de la Facultad de Derecho Mónica Pinto un merecido doctorado honorífico. Sus ideas son ya patrimonio adquirido a través de lo mejor de nuestra jurisprudencia. En sus momentos luminosos, la justicia y la democracia se han inspirado en los ideales defendidos por Ronald Dworkin.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que linda reseña. muy justa para dworkin. y muy inspiradora la reflexión final. una consigna para seguir trabajando