2 jun 2018

La Garganta Poderosa. El debido resguardo

Publicado hoy en LN, acá

Cualquier hecho jurídico relevante nos permite ver, a través suyo, todo el derecho y, más específicamente, el modo en que el Estado nos trata. Días atrás, ocurrió un hecho tan relevante como expresivo, en torno a la revista La Garganta Poderosa, una publicación cuyos contenidos son definidos, de modo exclusivo, por personas nacidas en villas de emergencia. 

Entre otros fines, la revista se propone confrontar los prejuicios existentes hacia los habitantes de los barrios marginados, mostrando que allí también hay vida, cultura y energía creativas, que exceden largamente a cualquier preconcepto que quiera reducir esos barrios a meros “aguantaderos” de gente ocupada en actividades delictivas. Unos días atrás, un fotógrafo de la revista denunció haber recibido golpes y abusos, luego de registrar un operativo de la Prefectura Naval en la Villa 21, en busca del joven Iván Navarro. El acoso que viene sufriendo Navarro se habría desatado tiempo atrás, cuando se animó a contar durante un juicio oral seguido contra seis agentes de Prefectura, las torturas y abusos que ellos le infligieron. Esta semana, agentes de Prefectura habrían ingresado sin orden judicial en el domicilio del fotógrafo de La Garganta Poderosa, golpeado a un menor, manoseado a una mujer, provocado destrozos en el hogar, y mantenido incomunicados a algunos de los presentes. Todo en represalia por las acciones de denuncia impulsadas desde la revista. 

Dejo al periodismo la descripción detallada de los graves sucesos ocurridos, para concentrarme en cambio en algunas reflexiones relacionadas con lo que expresan o denuncian los hechos básicos conocidos. Me interesa llamar la atención sobre el aspecto, si se quiere, simbólico de la situación porque nos ofrece una extraordinaria oportunidad para reconocer de qué modo el poder público –el actual gobierno, en este caso- se aproxima y trata a los miembros de los grupos más desfavorecidos de la sociedad. Para empezar por el principio: surge una iniciativa inmejorable –la revista La Garganta Poderosa- llevada a cabo por miembros de un colectivo históricamente maltratado. Un proyecto cultural que sirve a la integración social, la educación cívica y la formación política de los más postergados. Las autoridades podrían tomar proyectos de este tipo como símbolo de lo que valoran, y también como ejemplo del modo en que quieren vincularse con los sectores más postergados. El Gobierno podría decir: “No importa si estamos de acuerdo o no con el contenido de lo que ustedes escriben: actuamos con independencia de ello. El proyecto que llevan adelante es magnífico, y nos enorgullecemos de él. Queremos que haya muchos otros emprendimientos semejantes, y vamos a hacer lo posible para garantizar que ello ocurra.” El Gobierno podría decir todo esto, y luego actuar en consecuencia, alentando, amparando, protegiendo, reivindicando, defendiendo, proyectos culturales semejantes. Obraría así de modo no demagógico, sino principista: “Aquí pasa algo que está muy bien, y que por tanto merece ser respaldado.”  

Lamentablemente, desde áreas centrales del Gobierno, y muy en particular desde el Ministerio de Seguridad, se ha escogido afirmar un mensaje que contradice esa perspectiva e insiste con patrones de conducta fallidos, y repudiados hasta el cansancio en ocasiones anteriores. La  expresión crítica de la revista genera no reconocimiento, sino sospechas; sus integrantes no son objeto de un cuidado y deferencia especiales, sino de acoso armado; el proyecto social en juego no es reivindicado como resultado de convicciones, sino sujeto a cálculos degradados (¿Nos conviene acercarnos a gente que no piensa como nosotros? ¿No tendrá más sentido amedrentarlos, de forma tal que no nos sigan investigando?”). El parámetro habitual se repite. El vínculo que el Gobierno establece con los más desaventajados parece orientarse, sobre todo, a su disciplinamiento: se busca “contener” a los que menos tienen, a partir de  una combinación calculada: planes sociales para calmarlos e intervenciones armadas para marcarles los límites. De este modo, el Gobierno deja en claro que prefiere alinearse, no con los que más sufren, sino con unas fuerzas de seguridad cuestionadas. A resultas de ello, en lugar de maximizar la supervisión pública sobre un sector que a lo largo de nuestra historia ha incurrido en prácticas de espanto, se muestra obsesionado por blindar a las fuerzas de seguridad frente a toda crítica, dejando en claro que las autoridades están por completo de su lado (exactamente lo mismo que hizo el Presidente en el caso Chocobar). 

Todos podemos entender, por supuesto, la necesidad de reivindicar, entre otros bienes, al valor del orden social, en particular a la luz de irresponsabilidades propias de los años anteriores (cuando, esquizofrénica o hipócritamente, el gobierno combinó un discurso adolescente de “ruptura,” con políticas de represión terciarizadas). Podemos entender, también, que el Gobierno no maltrate a sus propias fuerzas de seguridad, sino que se proponga educarlas y respaldarlas, en un camino de cambio y aprendizaje. Nada de eso, sin embargo, justifica que se actúe en el área del modo en que se lo viene haciendo.

Un gobierno animado a defender tanto las libertades personales de cada uno como pautas de justicia social para todos, frente al caso de la Garganta Poderosa, debería: aceptar que la opinión política crítica merece siempre, y en principio, un resguardo incondicional; optar prioritariamente por el cuidado y respaldo a los sectores más desaventajados, en particular, en momentos de crisis como el actual y, a la luz de la historia, debería asegurar el más estricto control sobre las fuerzas de seguridad (respetarlas y reinvidicarlas no es lo mismo que alinearse ciega y caprichosamente con ellas). 

El Gobierno debería comenzar a guiar sus acciones conforme a los principios de libertad e igualdad que la propia Constitución enaltece. Sin embargo, todavía hoy, y con frecuencia, prefiere actuar conforme a una fórmula que mezcla prejuicios, encuestas y cálculo, aunque esta vía resulte de las peores posibles: no sólo se trata del camino incorrecto, sino que además es uno que produce, una y otra vez, malos resultados

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno Roberto. Bienvenido a la buena senda.

Anónimo dijo...

Roberto, esta claro que ese es el camino sin embargo, aunque las responsabilidades son muy distintas, no ayuda a veces la actitud de miembros de esos grupos vulnerables, asociaciones de ddhh y otros grupos "progresistas" como en el caso "Maldonado". Por ignorancia o con intención de dañar se busco imputar falsamente (mintiendo, ocultando, prejuzgando) a gendarmes por un desaparicion forzada que no fue tal (quizas haya existido otro delito pero no de esa gravedad). Que por interés político pueda terminar condenado a prisión perpetua un laburante por el solo hecho de pertenecer a una fuerza de seguridad es lamentable y no parece movilizar a nadie preocupado por las garantías.

Alejandro

Damian dijo...

El gobierno podria decir "no importa si estamos de acuerdo o no con el contenido de lo que ustedes escriben, actuamos con indeoendencia de ello. El proyecto que llevan adelante es magnofico y nos enorgullecemos de el. Queremos que haya muchos emprendimientos semejantes y vamos a hacer lo podible para gArantizar que ello ocurra". No Roberto. No podria decir eso el gobierno. Y repito NO SE EQUIVOCAN. Vinieron a acabar con ese y otros proyectos. Vinieron a despedir. Vinieron a empobrecer. Vinieron a hambrear al pueblo literalmente. Para seguir con ese proyecto hay que reprimir. Hay que dotar de armamentos e impunidad a las fuerzas de seguridad. Cuentan para ello con la inmensa mayoria de medios de comunicacion y de periodistas que luego que pase la pesadilla seran recordados por nosotros como gomez fuentes en la dictadura como neustad grondona y otros en los años de algonsin. Como hanglin hadad longobardi y tantos otros en el menemismo. Son de un servilismo que da asco. A no engañarse mas. Si estan de acuerdo en bajar salarios jubilaciones presupuestos de salud educacion etc. Si estan de acuerdo en que aunenten los ingresos del campo y mineras. Si estan de acuerdo en bajar impuesto a bienes persobales etc etc etc todo bien pero basta de mentir. Basta de se equivocan. No comprenden. Podrian. Hasta aqui titulan "turbulencias economicas" ma que terbulencias. Crisis ajuste hambre represion. Las cosaa cono son.

Damian dijo...

Perdon por la ortografia. La falta de anteojos y la indignacion por la situacion me superan.

Rodrigo dijo...

Mensajes como los de Alejandro, que debe ser un tipo racional y equilibrado frente a muchos que directamente prefieren pasar una topadora por las villas miserias, son los que no ayudan nada. Un tipo reclama porque lo torturan, y lo van a buscar, manosean a una mina, provocan destrozos y viene un Alejandro y dice "no ayuda (...) la actitud de los grupos vulnerables". El tipo quiere que los "grupos vulnerables" sean todos antikirchneristas, se vistan de traje y miren con buenos ojos a Mauri porque "todavía falta" pero de a poco "van a venir inversiones".
Muchachos, ¿no sabían lo que se venía si ganaba Mauricio?

Anónimo dijo...

Está muy lindo el libro!!!!!!!!!!!

Las cuentas pendientes del sueño americano
288 págs. / 15,5 x 23 cm.
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por qué los derechos sociales y económicos son más necesarios que nunca
cass r. sunstein
“Son demasiados los ciudadanos que no tienen presente la medida en que su propio bienestar es producto de un sistema de gobierno que los beneficia todos los días”, escribe Cass R. Sunstein, uno de los más respetados y prolíficos constitucionalistas de nuestro tiempo, quien sitúa su análisis en los Estados Unidos, pero ahonda sobre los problemas teóricos y prácticos de la aplicación de los derechos sociales y económicos en cualquier democracia.
» seguir leyendo

Anónimo dijo...

La última palabra de la Corte como garantía indiscutible de los derechos (ay): http://www.dailypress.com/news/nationworld/ct-supreme-court-wedding-cake-ruling-20180604-story.html

Anónimo dijo...

Rodrigo, yo apoyo el reclamo por las dos cosas (y aclare que las responsabilidades de los agentes estatales son las relevantes) en cambio a vos que un tipo se coma una perpetua injustamente porque es un gendarme te parece muy bien. Ese es tu aporte?.

Saludos

Alejandro

Demetrio dijo...

Alejandro
Estas mal informado. La caratula sigue siendo desaparicion forzada por que asi lo indican las evidencias y no la presion de los grupos que mencionas.
En todo caso, si no fue una desaparicion forzada, el gobierno hizo todo para que asi parezca, incluyendo todos los estamentos de la gendarmeria. Nota que en el mejor de los casos habria sido homicidio.
Por favor, no exculpes tan rapido al querido Mauri y a Pato. En algun momento van a tener que dar explicaciones
Saludos,
Demetrio

Anónimo dijo...

"...LOS DATOS

Desde 1983 hubo más de 210 casos de desaparición forzada en todo el país.
Pese a la continuidad de los gobiernos constitucionales, tantas veces defendida como garantía suficiente del respeto a la vida y la libertad ambulatoria, la protección frente a las detenciones arbitrarias y las torturas, los casos se han seguido acumulando con los años.

Los picos represivos en materia de desaparición forzada han sido los años 1994 (17 casos), 1997 (12 casos), 2001 (13 casos), 2003 (13 casos), 2006 (13 casos) y 2009 (13 casos).

Esto implica que durante los seis años del gobierno de Alfonsín se produjeron el 7% de las desapariciones forzadas, durante los diez años del Menemismo el 33%, en los 3 años en que Gobernó De La Rúa 9%, en la gestión de Duhalde también el 9%, y durante los doce años de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner se produjeron 39% del total de desapariciones.

Estos datos evidencian por qué el Kirchnerismo y todos sus aplaudidores intentan lavarse la cara reclamando a cuatro voces la aparición con vida de Santiago, y ocultando que durante su gobierno desaparecieron al menos 90 personas. Entre estos podemos mencionar los emblemáticos casos de Iván Torres (Chubut-2003), Sergio Ávalos (Neuquén-2003), Julio Lopez (La Plata. Bs. As.-2006), Luciano Arruga (Bs. As.-2009), Luciano González (Chubut-2009), Mario Golemba (Misiones-2008), Daniel Solano (Río Negro-2011)...".

http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/08/17/argentina-desaparecidos-en-democracia-distintos-gobiernos-la-misma-impunidad-pronunciamiento-de-hijos-la-plata/

Anónimo dijo...

Demetrio, ahora el derecho penal se maneja por las "apariencias"? Porque el gobierno hizo todo para que pareciera una desaparición forzada? No solo son irrelevantes las apariencias sino que esa hipótesis es absurda, en que se beneficiaban? Efectivamente la calificación aun no fue modificada pero ya se conocieron los informes de 55 peritos y la falsedad de los testimonios incriminatorios con lo cual probablemente cambie. En que te basas para decir que sino fue un homicidio? Perdon, quizas no tenga mucho sentido preguntar sobre lo que realmente sucedió, a nadie parece importarle demasiado...

Alejandro

Anónimo dijo...

Alejandro:

Precisamente no son las apariencias sino las evidencias las que llevaron (y llevan aún) a sostener la hipótesis de la desaparición forzada. La evidencia y no las apariencias han mostrado que el gobierno hizo todo lo posible por encubrir a los estamentos de la gendarmería que participaron del operativo (por favor relee los diarios de entonces o al menos recordá la bravata de la Ministra en el Congreso). La realización del operativo fuera de la zona prefijada, el documentado establecimiento previo de una zona liberada, el ocultamiento de pruebas (ej el lavado inexplicable de la camioneta), las versiones oficiales contradictorias sobre lo actuado por la gendarmería, el espionaje a los familiares de la victima, el hecho de que no se concluyan las pericias (por ejemplo de los telefonos celulares largo tiempo reclamada), el que no se haya citado a testigos relevantes, el hallazgo del cuerpo en un lugar que ya había sido rastreado, todo está hablando de un grado enorme de encubrimiento de las circunstancias de la muerte de Maldonado. Lo de los falsos testimonios a los que te referís sospecho que son los del camionero que identificó a Maldonado vivo, a la pareja que lo llevo en coche, etc. En efecto cuando sepamos la verdad minuciosa, para lo cual hay que romper el cerco de ocultamiento, varios de los gendarmes acaso vayan presos, pero previo juicio con las debidas garantías procesales. La cadena de ocultamiento que llega, al menos, hasta el nivel ministerial debe también ser develada; es decir los autores intelectuales del hecho. Si realmente te interesa la verdad apoyá el esclarecimiento del hecho sin preconceptos y pedí justicia para Maldonado y no protección para los que -en distinto grado- han participado de su muerte y del posterior ocultamiento.
Finalmente te devuelvo la pregunta: sino fue homicidio, que fué??. Se suicidó?. Se tiró al río por puro gusto? Por favor, un poco de respeto!

Demetrio