18 dic 2018

La Cámpora como estructura de dominación sexual

En tiempos de "Mirá cómo nos ponemos," esta carta de una ex militante de la agrupación (no desmentida sino avalada por participantes de la agrupación) es muy reveladora sobre los modos de operar de la Cámpora. En todo caso, no me interesa demonizar a la agrupación (yo no puedo pensar peor de ella, porque los datos me constan a partir de relatos de personas que los sufrieron de cerca), ni sugerir que el problema de la opresión sexual es privativo del kirchnerismo (y así entrar en la competencia boba de "en qué partido hay más violadores"). La reflexión que me interesa hacer (más allá de la carta que dejo adjunta) es la siguiente: cómo puede ser, que a esta altura, las estructuras de poder en la Argentina se sigan articulando tan sistemáticamente de estos modos jerárquicos, opresivos, abusivos en términos sexuales, más propios de un califato? Cómo puede ser, entre gente joven, culta, activa, intensa, en apariencia lúcida? Y cómo puede ser el silencio, la sonrisa, la complicidad, la expresión de "mirá de lo que te preocupás", la extorsión del "no tenés que decir nada, porque sino horadás a la agrupación". Cómo puede ser, cómo puede ser, cómo puede ser?

(mientras escribo esto, y junto a esta carta que adjunto, y a la conocida renuncia del senador de la Cámpora, me entero de la expulsión del director de la casa de la juventud de La Pampa, también dirigente de la Cámpora, por violación reiterada, acá. Quiero decir, no fue un caso, no fueron dos, no fueron tres, fue una metodología habitual, de sometimiento y sexual y violaciones a las militantes. Eso, y silencio, para no hacerle el juego a la derecha). 

https://www.infobae.com/opinion/2018/12/16/militantes-de-la-campora-no-se-callen-mas/
Militantes de la Cámpora: No se callen más
Marisol de Ambrosio

Durante años, quienes fuimos militantes nos callamos porque "no convenía" hablar de abusos en las filas kirchneristas: no quisimos que quienes fueron nuestros compañeros, ni nuestros familiares o nuestros amigos, nos acusen de traidoras del Proyecto Nacional. Si nombramos a Juan Cabandié como uno de los más famosos acosadores de La Cámpora (conmigo lo hizo verbalmente y delante de todos en un campamento en Cañuelas), o a personajes menores como Julián Eyzaguirre (ya denunciado por violencia de género), nos condenan a la esquina donde yacen los "funcionales a la derecha".

Las que nos fuimos en silencio hace años hoy denunciamos, no porque seamos anti kirchneristas, ni traidoras, sino porque no nos callamos más. Porque sabemos que no es apenas un "compañero" el que expuso sus "aprendizajes" en Facebook luego de haber sido denunciado mediáticamente. Ni una, dos o diez chicas las que sufrieron abusos. Es una estructura de poder machista que yo conozco bien desde sus inicios.

Y claro, yo soy una de las tantas mujeres que compartió (una de sus) historias de abusos: milité en La Cámpora durante poco más de un año (un poquito antes de que falleciese Néstor Kirchner, un poquito después del triunfo de Cristina Kirchner) y me fui sola, abusada, humillada.

En realidad yo no quería militar el territorio, sino que empecé a ir por obstinación ni bien me enteré que me excluyeron del grupo de comunicación de la incipiente "orga" (un lugar al que pedí ir pensando, qué inocente, que iría a 'aportar' en mi calidad de estudiante de Comunicación, bloguera, joven, kirchnerista, con cierta irreverencia narrativa que le gustaba a la gilada intelectual de esa época).



Me excluyeron y me avisó un amigo. Pero ya me había convencido de entrar a militar así que me mandé sola -con el solo contacto de una amiga que no veía hacía años, pero que estaba yendo allí- a Mataderos, el otro lado de la ciudad.

La primera o segunda reunión a la que fui hablaron del asesinato de Mariano Ferreyra y yo, sin saber que me estaba "desordenando", dije que teníamos que ir a la marcha para pedir justicia, porque a mí no me importaba si era trosko o si era qué, porque era un militante de la misma edad que yo al que habían matado.

Me llevaron afuera por primera vez a "ordenarme" (para el que no conoce la jerga, sería algo así como ubicarme ideológicamente) y desde ahí fue todo rosca. Al toque se murió Néstor y todo lo que recuerdo después se puede sintetizar en escenas patéticas de un centenar de chicos que entraban de lleno en los veintes jugando a ser los aspirantes al poder real de la estratosfera del Proyecto Nacional.

Yo entré en esa. Todos entramos en esa. Los memes de esa época eran roscas de pascua enviadas por Blackberry (en La Cámpora el que poseía uno estaba en un nivel más elevado: al mío me lo compré yo).

Creyendo que nos preparábamos para ser los dirigentes del futuro, estábamos violentándonos entre nosotros, entre las cuatro paredes roñosas del "local" (con ese nombre se quiso rebautizar a las unidades básicas), con las dos palabras que conocíamos de la jerga política. Ahora pienso que esa idea de la juventud maravillosa era tan grande que se nos fue de las manos: no a "nosotros la juventud", sino a nosotros los ilusionados; porque esa idea la agarraron los "conocidos de", los "familiares de", los que trabajaron de cerca con los cinco líderes de ese momento antes de formarse La Cámpora. Eran Juan Cabandié, Mariano Recalde, Wado De Pedro, José Ottavis y Andrés 'Cuervo' Larroque (después, cuando Cristina dijo que no podía ser que no hubiera una mujer en la conducción de La Cámpora, la sumaron a Mayra Mendoza).


En ese año obsceno volanteamos, hicimos kermesses, compras comunitarias, un montón de cosas mientras tejíamos telarañas para ser más que el otro barrio, para ser más que el compañero de al lado. Teníamos "referentes" de áreas: comunicación, acción social, y no me acuerdo qué más. "Referentes" de locales, "referentes" de comunas, de localidad, nacionales. Y era insoportable el peso simbólico de la "referencia", que se medía según el nivel de "quilombos" que tenían, de los contactos que tenían, y en muchos casos, de los apellidos que tenían. Si estaban disponibles, "te atendían".

Yo me cambié de local a los tres meses y fui a militar a Parque Patricios, y sin darme cuenta de lo vertiginoso de mi "ascenso", estaba armando un equipo de comunicación comunal, una revista, una fiesta. Tenía un novio del mismo lugar de militancia, el "referente" de comunicación del barrio, que me llegó a decir que no tenía permiso para mandar mails a la comuna sin su autorización. El mismo que, tras haberle cortado, me empujó en el local, delante de otros compañeros, reiterándome que él era mi referente, por lo que yo debía ir a las reuniones que él ordenaba. También el que comenzó a ir al segundo local de Parque Patricios cuando yo comencé a ir ahí a dar apoyo escolar; a sentir que podía rearmar mi militancia en otro espacio, fuera del suyo, porque por supuesto el día que me empujó se fue a dirigir su reunión. Y después terminó de vocero o prensero de Mariano Recalde, porque el patriarcado los cría y La Cámpora los amontona.

Durante esa época, en la que dejé de escribir en mis redes sociales y en mi blog porque estaba "ordenada" (me despersonalicé, digamos), entré en el mundo donde las mujeres valíamos cuando éramos parejas de referentes (ese era el mejor escudo, en La Cámpora, para defendernos de abusadores: decían a viva voz que "no te metas con 'tal'" porque es "la novia de" y te des-sexualizaban: eras el objeto de otro), o cuando éramos hermanas del jeque barrial.

Y yo, que nunca me concebí como mujer-delante-de-varones (en el sentido de que nunca me concebí a mí misma de segunda por la forma de mis genitales), sentía que reírme de otras mujeres con los varones que tenían algún tipo de poder simbólico estaba bien. Bah, no es que lo sentía: lo naturalizaba. Pero a mí nunca me "ascendieron" a nada, nunca me escucharon; más bien me ignoraron. Uno de los recuerdos más dolorosos que tengo de esas épocas son los mails kilométricos con propuestas, puntos de vistas, planes de acción, que ni siquiera fueron respondidos. Yo creía en Cristina Kirchner y en la militancia, y tenía una obstinación por crecer que no me la sacaba nadie. Ni los que me tocaban el culo en las fiestas, ni los que me gritaban guasadas delante de todos, ni los que me pedían que les cuente qué es lo que más me gusta de coger mediante mensaje de Blackberry.


Thelma Fardin habló el 11 de diciembre de 2018 y al otro día salimos miles de mujeres a hablar. A muchas nos pasó que todo lo que fuimos procesando a lo largo de los años lo pudimos poner en palabras. Lo pudimos contar. Yo empecé a contar.

Porque al precio de "abandonar el proyecto" lo sigo pagando al día de hoy. Nunca conté que fui parte de La Cámpora porque me fui tan sola, tan humillada y tan por la puerta de atrás que empecé a odiar esa parte de mi vida, porque la sensación del fracaso me persiguió durante años. Años en que vi ascender a un montón de varones que no necesariamente eran luces, pero sí los "protegidos" de algún "referente". Por ejemplo, Julián Eyzaguirre Valderrama, que tiene una denuncia por violencia de género de su ex novia, y que a mí (a tantas, la verdad) me manoseó en una fiesta. Salió del Colegio Nacional con un currículum militante intachable, excelente capacidad de oratoria, formó parte de la mesa nacional de La Cámpora (ni la Mesa Redonda del Rey Arturo tenía tanto de misterioso y poderoso), tuvo su puesto de poder en la agencia Télam, y (leo en los medios que) lo contrató Recalde en la Legislatura porteña.

Estamos en una época en donde dejamos de ver a nuestro silencio como una "ayuda" para Cristina y el proyecto, como nos hicieron creer. Hoy sabemos que nuestro silencio es funcional a un sistema machista que públicamente reclama la paridad de género en las listas electorales, a una mayor participación de las mujeres en la política, pero por dentro sigue viendo a las mujeres solo en su calidad de relación afectiva o sanguínea con políticos varones.

Pero no es un varón, o dos, o tres pelotudos que se comieron "la poronga" en La Cámpora: es el sistema patriarcal que, en el ámbito de la militancia, nos quiso ver pelear en el barro por la pija de un referente, que sexualizó nuestras conversaciones en un ámbito político, que nos usó para ponernos en el ring del puterío personal; adentro de la básica, mientras ellos, los "referentes" varones, salían afuera para hablar con el funcionario.

Escribo esto casi sin dar nombres propios porque sé que muchas chicas vivieron cosas peores que yo y sé que, si me queda algún vestigio de militancia, quiero que sea para mis hermanas: expongo este relato para animarlas a que no se callen más.


La autora es periodista y ex militante de La Cámpora.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Es la misma metodología que utilizaba Montoneros en su momento, solo que en aparente sentido contrario. Este tipo de cosas se pagaban con el "juicio" revolucionario y la muerte (la "infidelidad" por ejemplo).

Pablo M dijo...

Tremendo testimonio. Salvando la distancia (que es mucha por cierto pero muestra por donde se empieza) me recuerda el brutal libro de Xinran Xue "Nacer mujer en China" que cuenta historias de mujeres, muchas de ellas militantes en el maoismo y el trato inhumano que recibieron. Por supuesto, varios decibeles mas altos. https://www.mundotkm.com/ar/libros-y-comics/807715/3-historias-que-prueban-que-ser-mujer-en-china-es-equivalente-a-una-vida-de-eterno-sufrimiento

Anónimo dijo...

Si la estructura patriarcal organiza a las sociedades capitalistas, dentro de las que la sociedad argentina no es excepción, porqué te sorprende su reproducción al interior de una agrupación política. Me extraña tu ¿ como puede ser? habiendo publicado en dos post anteriores la muy realista entrevista realizada a Rita Segato sobre el tema.

Entiendo que basta con lijar suave la primera lámina de pintura de cualquier estructura para encontrar más información sobre la especificidad del problema.

saludos,
Marina

Anónimo dijo...

Si la estructura patriarcal organiza a las sociedades capitalistas, dentro de las que la sociedad argentina no es excepción, porqué te sorprende su reproducción al interior de una agrupación política. Me extraña tu ¿ como puede ser? habiendo publicado en dos post anteriores la muy realista entrevista realizada a Rita Segato sobre el tema.

Entiendo que basta con lijar suave la primera lámina de pintura de cualquier estructura para encontrar más información sobre la especificidad del problema.

saludos,
Marina

Pablo M dijo...

Marina, la estructura patriarcal organiza las sociedades, punto. Capitalistas y socialistas hasta lo que conocemos hoy (lee el libro que cito arriba o sino algunos de Svetlana Alexievich sobre el socialismo en la URSS). Es que se supone que propuestas politicas "alternativas" deberian no caer en lo mismo.

Anónimo dijo...

Pablo M, en verdad mi comentario iba dirigido a RG.

No obstante, suponer es un error y en todo caso dime a qué propuesta política te refieres como "alternativa".

Por otra parte, si coincidimos en que la dominación patriarcal es estructural y organiza las relaciones sociales no hay "alternativa" si no discute y deconstruye las formas de dominación que la legitiman y en las que la "política" es medio de reproducción

saludos,
Marina

martha casas dijo...

Bueno pero no creo que las estructuras patriarcales sean indistintamente socialistas o capitalistas. Hasta donde tengo entendido la estructura socialista es más femenina tal como ocurría en los primeros matriarcados aunque no lo tenga muy claro sí tengo muy claro que el cerebro de las mujeres está más orientado a la atención de las necesidade de los demás porque evolucionó de esta manera. Màs allá de las diferencias culturales está claro.
Fijate un dato curioso. Cuando una mujer está furiosa por ejemplo por este tipo de notas o realidades, le resulta más fácil calmarse. Porque debe amamantar a su bebé y furiosa no puede lactar bien. Por eso las mujeres luego de una discusion nos podemos poner panchas y no así los hombres. Que se pueden quedar rabiosos por días. Y de allí en gran medida su propensión a la violencia, además de sus hormonas....
Los hombres dependen en gran medida de las mujeres para calmarse. Muchas veces a través del contacto físico directo que descarga reflejos de relajación. ("viejo calmate")
Dependen de las mujeres para percatarse de necesidades o del sufrimiento de algún miembro "del clan". (Otra vez el "viejo callate, no ves que está así por? ..." que se le murió el perro ponele)
Por eso es tan importante para las sociedades basadas en la explotación y en la brutalidad separar a los hombres de las mujeres y les enseñan a odiarlas y despreciarlas. Primero para que no las escuchen al éstas señalarles que algo no está bien, para actuar como factor moderador. Segundo para mantenerlos oprimidos y sintiéndose una basura porque usualmente tu pareja es quien apuntala tu ego y tu proyecto de vida indistintamente de su sexo....
Y el que se ría de lo que digo que vea el Full monty. Allí estaban sus mujeres para aclamarlos, a los tipos, y decirles que se veían geniales. Y viceversa también, claro.
Creo que con el debilitamiento de esta sociedad patriarcal ganamos todos, basta mirar el gesto de alivio de muchos tipos y su solidaridad.
Ahora sí, no se entiende que un movimento supuestamente solidario y sensible actúe de ese modo con las mujeres. Y cada uno que saque sus propias conclusiones.

Pablo M dijo...

Marina: exacto, si es "alternativa" deberia serlo tambien en el sentido que decis (ademas de otras que se deberian incluir como "igualitarista", por ejemplo).
Martha: tus suposiciones no concuerdan con los testimonios de la historia. En el socialismo como lo conocimos tambien existe concentracion de poder, y esa concentracion de poder fue muy patriarcal. De hecho, Rusia luego de casi 80 años de socialismo sigue siendo una sociedad profundamente machista, donde incluso la violencia domestico a la mujer no esta penalizado. Y con China lo mismo (la politica de hijo unico, por ejemplo fue causal de innumerables abortos por que el feto era mujer y el prestigio viene por tener hijo varon). Cuba desconozco, pero por la conducta frente a los homosexuales infiero que no debe ser muy distinto, con tal vez cierta blandura caribeña. Te recomiendo las mismas lecturas que a Marina al respecto y te puedo proporcionar otras.

martha casas dijo...

Pablo. Sí, te tengo que conceder que la izquierda autoritaria tiene una fuerte impronta machista. Pero concedeme vos a mi que el feminismo es una movimiente más afin a la izquierda sobre todo a la socialdemocracia, y es en las naciones con esa orientación política donde va teniendo una mayor expresión.
Gracias por tus recomendaciones pero como le digo a todo el mundo, no tirés titulos como si fueran cartas de una baraja. Ofrecé una buena cita del libro que te parezca representativa y si me pinta voy y lo leo...así de una ni pensés.

Anónimo dijo...

para martha casas:


https://www.perfil.com/noticias/columnistas/soy-culpable.phtml

Pablo M dijo...

Martha, arriba deje un link a un articulo sobre el libro Nacer Mujer en China donde cuenta tres de las historias que estan en libro. Saludos

martha casas dijo...

Le respondo a anonimo y es la ultima porque me parece que es al pp hablar cuando nadie te quiere escuchar, y ya se dijo lo suficiente; pero el texto de la nota habla de un revulsivo social. Pero no pasa nada, es un revulsivo expuesto a la mirada de todos y no pasa nada más allá de un arañazo o tal vez sí un perjuicio pero sobre adultos que saben dónde están parados. Te repito 'incesto sentido' está expuesto a la mirada de todos. No así el acto de de intrusión violenta del abusador, que confía en una estructura social que empuja al silencio de la victima primero con un corsé moral y de verguenza; y cuando el corse moral y de verguenza se rompe qué: ¿proponen un corsé leguleyo y de pretendida defensa de los derechos de un sector que ya está defendido por un sistema judicial? O sea que si una piba grita porque la manosean le vas a decir, no mirá no grités, hacé la denuncia donde corresponda y confía en la justicia que es lenta pero es el camino más pertinente y bla blalablab.
NO me jodan ché. Que una antropologa como Rita Segato pida "una pauta de espacio para este tipo de denuncias" me rebela.
La denuncia muchas veces es como ese grito, ahogado primero por el trauma (y hay trauma creeme) y que gana fuerza luego por el apoyo de sus pares. Pero no deja de ser un grto y si jode los derechos de alguien ahí está toda una estructura social y judicial para defender los derechos del pobre padre de familia ultrajado.

Eso nada más. Muy bueno el no-debate.

Pablo M dijo...

Martha: Me quede pensando sobre el tema de la social democracia. Puede que tengas razon. Me parece que si el feminismo tendria mas afinidad con la social democracia, no estoy seguro de la inversa (es decir que no haya patriarcalismo en las sociales democracia). Necesitaria mas informacion. A modo de anecdota, el muy social-democrata Partido Socialista Frances tuvo entre sus mas encumbrados politicos a Dominique Strauss-Khan, un tipo ostensiblemente machista, acusado de abuso o violacion a una empleada en un hotel. Fue Ministro de Economia y Finanzas de 1997 a 1999. Incluso pre-candidato a presidente. Que un tipo de esas caracteristicas llegue tan alto sin cuestionamientos. En fin, pero es un caso, desconozco la situacion en Europa, sinceramente. Me gustaria saber al respecto. Con esto no obturo el debate. Saludos