30 nov 2010
Don Arturo y Néstor
Hoy que CFK inaugura la escuela "Presidente Néstor Kirchner" (y van...) uno se pregunta si, de ahora en mas, toda obra inaugurada o por inaugurarse va a llamarse Néstor K. Paremos un poquito nomás. Digo, para poder diferenciar una obra de la de al lado ("Me voy para la Néstor Kirchner." "A cuál? Si acá todo se llama Kirchner").
Esta seguidilla de nominaciones k me trajeron el recuerdo de dos relatos. Uno lo contaba Genaro Carrió, de vuelta de un viaje a Paraguay, en donde -repetía- "todo se llama Stroessner, hasta el Presidente."
El otro proviene de don Arturo Jauretche y "Los Profetas del Odio". En el racconto de don Arturo:
“(...) adulones peronistas terminaban por alterar lo que quedaba de la toponimia auténtica con una lamentable y egolátrica emulación. De la época es el cuento del paisano que en la esquina de Mitre y Pavón, en Avellaneda, le pregunta al vigilante por la calle Mitre.
-“¡Cómo Mitre...! ¡Eva Perón... y es esta!”, le señala el policía.
-“Disculpe... ¿Y Pavón cuál es?”
-“¡Cómo Pavón! ¡Juan Perón...!, lo reta el vigilante.
-“No sabía...” –explica el paisano-. “Como soy del Chaco...”
-“¡Qué Chaco... Provincia Perón!” –le grita ya irritado el vigilante.
El paisano, intimidado, camina pocos metros en dirección a Buenos Aires. Está ahora, sobre el Riachuelo, en el puente y se recuesta a la baranda, pensativo y perplejo.
Se le acerca un marinero y le pregunta:
-“¿Qué está haciendo, paisano?”
El paisano, prudente y avivado ya, le contesta:
-“Estoy mirando el Peronchuelo, señor...”
“(...) y viene el caso aquí, con respecto al reiterado homenaje de los nombres de las calles que terminan por no tener sentido de tan repetidos, algo que el Dr. Cooke le dijo al mismo Perón en la presidencia: “Se ha abusado tanto de su retrato que ya no se lo ve; forma parte del paisaje como los árboles de la calle”.
(buscando esta cita encontré que algún otro blogger tuvo exactamente el mismo recuerdo, hace unos días, acá).
Bibliotecas públicas
Perdido en el medio de Europa, y huérfano de oficina, he andado en estos días trabajando en distintas bibliotecas públicas. En mi barrio, en Buenos Aires, vivo a dos cuadras de una, que es una excelente ilustración del modo en que se piensan, en la Argentina, tales bibliotecas: vieja y venida abajo, ella incluye una pequeña sala de lectura con sillas enclenques, y unos pocos estantes con los libros que donaron los vecinos, antes de tirarlos. Libros, entonces, que no le interesan a nadie, de los que se usaban en el colegio hace 50 años, con páginas faltantes y las tapas inexistentes o caídas.
Tiene que quedar claro. Se trata en parte -pero sólo en parte pequeña- de una cuestión de presupuesto. Presupuesto hay, para subsidiar a Bulgheroni o a Eskenazi. Lo que está en juego es, sobre todo, una diferente concepción sobre lo público.
La biblioteca pública, por acá, es sobre todo concebida de otro modo: no un lugar para niños bobos con anteojos, sino un espacio común, para todo el mundo, destinado a que la gente del barrio se junte, y en donde dan ganas de ir. Aquí veo a las madres solteras, trayendo a sus niños para que miren libros y revistas, dibujen o armen figuras con juegos de encastre; veo los marginales del barrio que llegan en busca de café barato o gratuito, o calor en medio del invierno, o simplemente compañía; veo a jóvenes adolescentes (espectáculo insólito para mí) que vienen masivamente, en busca de juegos virtuales; veo a los inmigrantes que llegan para leer los diarios de sus respectivos países; veo a estudiantes universitarios, usando las decenas de computadoras desparramadas de un lado a otro, en las diversas salas; veo a jubilados que llegan buscando mantenerse activos intelectualmente; veo a los que vienen a ver o a pedir alguna película; veo a los que vienen a escuchar o llevar algún CD.
La biblioteca es un lugar de encuentro cívico, financiado por el Estado pero cuidado por todos; un lugar en donde las clases sociales se mezclan, donde se nota al Estado tendiendo la mano en nombre de la vida en común, y en pos de otro tipo de ciudadano. No se trata del primer mundo enfrentado con el tercero: se trata del estado social frente al del libre mercado.
29 nov 2010
Jurisdicción universal contra la British Petroleum
Demanda contra la British Petroleum, motorizada, entre otros, por el ecuatoriano Alberto Acosta (quien presidiera la última Convención Constituyente de su país). En ella, se apela al principio de jurisdicción universal contra la empresa transnacional británica, como responsable del desastre ambiental ocurrido en el Golfo de México el pasado 20 de abril. La demanda, acá
Formosa, menos
Reportaje a Félix Díaz, cacique de La Primavera (Formosa), en este link (cortar y pegar)
http://www.mediafire.com/?cvzp2t7qews3bab
http://www.mediafire.com/?cvzp2t7qews3bab
28 nov 2010
Formosa
De D.Aranda, acá
Derechos humanos?
El diaguita Javier Chocobar fue asesinado en Tucumán el 12 de octubre de 2009. Sandra Juárez, campesina santiagueña, murió el 13 de marzo de 2010 cuando enfrentaba una topadora. El qom Roberto López fue asesinado el 23 de noviembre cuando la policía de Formosa reprimió un corte de ruta donde se reclamaba por tierras ancestrales. El gobernador Gildo Insfrán es aliado incondicional del Gobierno Nacional. Quizá por eso ningún funcionario del Gobierno cuestionó la represión al pueblo originario. Al contrario: el jueves al mediodía la presidenta Cristina Fernández de Kirchner compartió una videoconferencia con Insfrán, transmitida en directo por Canal 7. Abundaron las sonrisas y felicitaciones por la inauguración de una obra eléctrica. Ninguna mención hubo sobre el asesinato. En ese mismo momento, en la comunidad indígena se daba sepultura a Roberto López y el discurso gubernamental de defensa de los derechos humanos entraba, quizá como nunca antes, en el mundo de la hipocresía.
“Este Gobierno no reprime la protesta social”. Lo dijo el ex presidente Néstor Kirchner infinidad de veces. Lo repitió (y repite) la Presidenta, ministros, legisladores. Siempre fue una afirmación cuestionada por sectores sociales de izquierda y siempre fue, también, la bandera de los intelectuales orgánicos del kirchnerismo. Ningún intelectual o periodista que apoya este Gobierno denunció el asesinato y la directa vinculación del gobierno nacional. Algunos, los menos, llegaron hasta Insfrán. Pero no a la responsabilidad de la Casa de Gobierno.
Gildo Insfrán fue vicegobernador de Formosa entre 1987 y 1995. Ese último año asumió la gobernación, cargo que mantiene hasta la actualidad. Veintitrés años en el poder provincial. Nada que envidiar a los gordos sindicales. Insfrán apoyó a Menen, a Rodríguez Saa y a Duhalde. Y fue de los primeros gobernadores en respaldar a Néstor Kirchner. Sobrevinieron siete años de apoyos mutuos.
Dentro de los espacios indígenas de Argentina, Formosa es vista como uno de los paradigmas de la represión y hostigamiento permanente. Desde hace décadas las comunidades y organizaciones sociales denuncian el régimen, que muy poca difusión tiene en los medios de tirada nacional. “Exigimos respeto” es el título de la investigación de Amnistía Internacional sobre la situación de los pueblos originarios de Formosa, donde describe la violación sistemática de derechos humanos, el despojo de territorios ancestrales, la pobreza estructural y un aparato político-estatal que margina y coacciona a los pueblos indígenas. Durante dos años Amnistía trabajó junto a comunidades originarias de la provincia y comprobó la violación de derechos constitucionales, omisiones del derecho internacional, maltrato y discriminación institucional, y coacciones propias de la dictadura militar: seguimientos policiales intimidatorios, amenazas anónimas y secuestro de personas. “El gobierno provincial no sólo ha contribuido a la violación de derechos, sino también a reforzar la situación histórica de discriminación, exclusión y pobreza de las comunidades indígenas”, afirma Amnistía.
La Jefatura de Gabinete, el Ministerio de Justicia, el Ministerio del Interior y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (dependiente de Desarrollo Social) recibieron la investigación de Amnistía. Nada hicieron.
En abril de 2009, y durante un prolongado corte de ruta, indígenas del Pueblo Wichi también murieron en la ruta formoseña. María Cristina López, de 22 años, y Mario García, de 48. Ambos pedían lo mismo que la Comunidad La Primavera, respeto a sus derechos (consagrados por frondosa legislación nacional e internacional) y, sobre todo, exigían territorio. Murieron de mezcla de hambre, frío y enfermedades curables en centros urbanos. Los medios nacionales no dieron cuenta de esas muertes. Muchos menos el gobierno nacional.
Cuando se trata de pueblos indígenas se ejercita un doble estándar: los derechos humanos son para sectores urbanos, medios y, en lo posible, blancos. Esa discriminación la denuncian desde hace años los pueblos originarios, pero tuvieron que contar con una “voz autorizada” para amplificar su pesar: “El genocidio indígena está invisibilizado por una cuestión de clase social y de etnia”, afirmó en 2008 el juez de la Corte Suprema de Justicia Raúl Eugenio Zaffaroni. Y retrucó: “En la última dictadura militar se avanzó sobre un sector de clase media activo en política, inclusive con un segmento universitario. Por ello se lo reconoció fácilmente como genocidio. Todo depende del sector social que sufre la represión y de su capacidad para hacerse oír en público”.
Chocobar, Juárez y López, sólo tres de una larga lista, no eran clase media urbana. Sus muertes no cuentan (para muchos sectores) como violación a los derechos humanos.
Luego del asesinato de Mariano Ferreyra, oficialismo y oposición se tiraron culpas sobre quién cargaría con la muerte y el costo político. La clase política y la corporación periodística tiraron pescado podrido según su conveniencia. Todos querían despegarse de José Pedraza. Luego de la represión formoseña nadie del oficialismo necesitó esbozar una diferencia. Asumen, y actúan en consecuencia, que el kirchnerismo es Insfrán, que Insfrán es el kirchnerismo. Y que el costo político y social del asesinato indígena no se asemeja a otras muertes. Un indígena no es comparable, creen, con María Soledad Morales, Carlos Fuentealba, Darío y Maxi. Un asesinato indígena pareciera no tener costos políticos.
Sin embargo, la complicidad de Cristina Fernández de Kirchner con Gildo Insfrán no es la mayor responsabilidad con la que debe cargar el kirchnerismo. Las causas profundas de la represión a los pueblos originarios y las comunidades campesinas es el modelo extractivo: monocultivo de soja, minería a gran escala, monocultivo de árboles, agrocombustibles y el avance de la frontera petrolera son políticas de Estado. El menemismo creó la ingeniería legal para esas industrias, y el kirchnerismo es la continuidad y profundización de ese modelo extractivo.
Sólo dos ejemplos concretos: el monocultivo de soja y la minería nunca antes crecieron tanto como en estos últimos siete años. Nunca antes se usaron tantos agroquímicos, se desmontó y se explotó recursos naturales como en la última década. Y el avance de estas industrias implica el avasallamiento de las poblaciones rurales pobres, con la violación de derechos humanos a cuesta.
En Argentina, y también en el continente, el modelo extractivo avanza y se fortalece con el apoyo de los gobiernos provinciales y nacional.
Los pueblos indígenas y campesinos tienen múltiples diferencias, pero una gran coincidencia: la necesidad del territorio, y el convencimiento para defenderlo. La conflictividad rural es una consecuencia lógica, y la represión es la respuesta estatal y privada a esa resistencia.
Salta, Misiones, Santiago del Estero y Chaco no tienen mucho que envidiar a Formosa en cuanto al tratamiento represivo de campesinos e indígenas. Todas provincias alineadas con el gobierno nacional. Al igual que San Juan y La Rioja, donde la represión recae sobre asambleas socioambientales que rechazan la minería. La oposición también hace lo suyo: Neuquén, Río Negro y Chubut siguen el ejemplo represivo de Formosa y tampoco merecen la crítica de la Presidenta.
La muerte de Néstor Kirchner fue el hecho que motivó a intelectuales y periodistas para repasar y remarcar las justas medidas que el Gobierno tomó en favor del pueblo.
El asesinato de Roberto López, originario del Pueblo Qom, debiera ser (al menos para quiénes dicen estar del lado del pueblo) el momento justo para denunciar la violación de derechos humanos y, sobre todo, la complicidad política que ocasiona esos asesinatos.
Optar por el silencio es muy parecido a decir que los pueblos originarios “algo habrán hecho”.
Derechos humanos?
El diaguita Javier Chocobar fue asesinado en Tucumán el 12 de octubre de 2009. Sandra Juárez, campesina santiagueña, murió el 13 de marzo de 2010 cuando enfrentaba una topadora. El qom Roberto López fue asesinado el 23 de noviembre cuando la policía de Formosa reprimió un corte de ruta donde se reclamaba por tierras ancestrales. El gobernador Gildo Insfrán es aliado incondicional del Gobierno Nacional. Quizá por eso ningún funcionario del Gobierno cuestionó la represión al pueblo originario. Al contrario: el jueves al mediodía la presidenta Cristina Fernández de Kirchner compartió una videoconferencia con Insfrán, transmitida en directo por Canal 7. Abundaron las sonrisas y felicitaciones por la inauguración de una obra eléctrica. Ninguna mención hubo sobre el asesinato. En ese mismo momento, en la comunidad indígena se daba sepultura a Roberto López y el discurso gubernamental de defensa de los derechos humanos entraba, quizá como nunca antes, en el mundo de la hipocresía.
“Este Gobierno no reprime la protesta social”. Lo dijo el ex presidente Néstor Kirchner infinidad de veces. Lo repitió (y repite) la Presidenta, ministros, legisladores. Siempre fue una afirmación cuestionada por sectores sociales de izquierda y siempre fue, también, la bandera de los intelectuales orgánicos del kirchnerismo. Ningún intelectual o periodista que apoya este Gobierno denunció el asesinato y la directa vinculación del gobierno nacional. Algunos, los menos, llegaron hasta Insfrán. Pero no a la responsabilidad de la Casa de Gobierno.
Gildo Insfrán fue vicegobernador de Formosa entre 1987 y 1995. Ese último año asumió la gobernación, cargo que mantiene hasta la actualidad. Veintitrés años en el poder provincial. Nada que envidiar a los gordos sindicales. Insfrán apoyó a Menen, a Rodríguez Saa y a Duhalde. Y fue de los primeros gobernadores en respaldar a Néstor Kirchner. Sobrevinieron siete años de apoyos mutuos.
Dentro de los espacios indígenas de Argentina, Formosa es vista como uno de los paradigmas de la represión y hostigamiento permanente. Desde hace décadas las comunidades y organizaciones sociales denuncian el régimen, que muy poca difusión tiene en los medios de tirada nacional. “Exigimos respeto” es el título de la investigación de Amnistía Internacional sobre la situación de los pueblos originarios de Formosa, donde describe la violación sistemática de derechos humanos, el despojo de territorios ancestrales, la pobreza estructural y un aparato político-estatal que margina y coacciona a los pueblos indígenas. Durante dos años Amnistía trabajó junto a comunidades originarias de la provincia y comprobó la violación de derechos constitucionales, omisiones del derecho internacional, maltrato y discriminación institucional, y coacciones propias de la dictadura militar: seguimientos policiales intimidatorios, amenazas anónimas y secuestro de personas. “El gobierno provincial no sólo ha contribuido a la violación de derechos, sino también a reforzar la situación histórica de discriminación, exclusión y pobreza de las comunidades indígenas”, afirma Amnistía.
La Jefatura de Gabinete, el Ministerio de Justicia, el Ministerio del Interior y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (dependiente de Desarrollo Social) recibieron la investigación de Amnistía. Nada hicieron.
En abril de 2009, y durante un prolongado corte de ruta, indígenas del Pueblo Wichi también murieron en la ruta formoseña. María Cristina López, de 22 años, y Mario García, de 48. Ambos pedían lo mismo que la Comunidad La Primavera, respeto a sus derechos (consagrados por frondosa legislación nacional e internacional) y, sobre todo, exigían territorio. Murieron de mezcla de hambre, frío y enfermedades curables en centros urbanos. Los medios nacionales no dieron cuenta de esas muertes. Muchos menos el gobierno nacional.
Cuando se trata de pueblos indígenas se ejercita un doble estándar: los derechos humanos son para sectores urbanos, medios y, en lo posible, blancos. Esa discriminación la denuncian desde hace años los pueblos originarios, pero tuvieron que contar con una “voz autorizada” para amplificar su pesar: “El genocidio indígena está invisibilizado por una cuestión de clase social y de etnia”, afirmó en 2008 el juez de la Corte Suprema de Justicia Raúl Eugenio Zaffaroni. Y retrucó: “En la última dictadura militar se avanzó sobre un sector de clase media activo en política, inclusive con un segmento universitario. Por ello se lo reconoció fácilmente como genocidio. Todo depende del sector social que sufre la represión y de su capacidad para hacerse oír en público”.
Chocobar, Juárez y López, sólo tres de una larga lista, no eran clase media urbana. Sus muertes no cuentan (para muchos sectores) como violación a los derechos humanos.
Luego del asesinato de Mariano Ferreyra, oficialismo y oposición se tiraron culpas sobre quién cargaría con la muerte y el costo político. La clase política y la corporación periodística tiraron pescado podrido según su conveniencia. Todos querían despegarse de José Pedraza. Luego de la represión formoseña nadie del oficialismo necesitó esbozar una diferencia. Asumen, y actúan en consecuencia, que el kirchnerismo es Insfrán, que Insfrán es el kirchnerismo. Y que el costo político y social del asesinato indígena no se asemeja a otras muertes. Un indígena no es comparable, creen, con María Soledad Morales, Carlos Fuentealba, Darío y Maxi. Un asesinato indígena pareciera no tener costos políticos.
Sin embargo, la complicidad de Cristina Fernández de Kirchner con Gildo Insfrán no es la mayor responsabilidad con la que debe cargar el kirchnerismo. Las causas profundas de la represión a los pueblos originarios y las comunidades campesinas es el modelo extractivo: monocultivo de soja, minería a gran escala, monocultivo de árboles, agrocombustibles y el avance de la frontera petrolera son políticas de Estado. El menemismo creó la ingeniería legal para esas industrias, y el kirchnerismo es la continuidad y profundización de ese modelo extractivo.
Sólo dos ejemplos concretos: el monocultivo de soja y la minería nunca antes crecieron tanto como en estos últimos siete años. Nunca antes se usaron tantos agroquímicos, se desmontó y se explotó recursos naturales como en la última década. Y el avance de estas industrias implica el avasallamiento de las poblaciones rurales pobres, con la violación de derechos humanos a cuesta.
En Argentina, y también en el continente, el modelo extractivo avanza y se fortalece con el apoyo de los gobiernos provinciales y nacional.
Los pueblos indígenas y campesinos tienen múltiples diferencias, pero una gran coincidencia: la necesidad del territorio, y el convencimiento para defenderlo. La conflictividad rural es una consecuencia lógica, y la represión es la respuesta estatal y privada a esa resistencia.
Salta, Misiones, Santiago del Estero y Chaco no tienen mucho que envidiar a Formosa en cuanto al tratamiento represivo de campesinos e indígenas. Todas provincias alineadas con el gobierno nacional. Al igual que San Juan y La Rioja, donde la represión recae sobre asambleas socioambientales que rechazan la minería. La oposición también hace lo suyo: Neuquén, Río Negro y Chubut siguen el ejemplo represivo de Formosa y tampoco merecen la crítica de la Presidenta.
La muerte de Néstor Kirchner fue el hecho que motivó a intelectuales y periodistas para repasar y remarcar las justas medidas que el Gobierno tomó en favor del pueblo.
El asesinato de Roberto López, originario del Pueblo Qom, debiera ser (al menos para quiénes dicen estar del lado del pueblo) el momento justo para denunciar la violación de derechos humanos y, sobre todo, la complicidad política que ocasiona esos asesinatos.
Optar por el silencio es muy parecido a decir que los pueblos originarios “algo habrán hecho”.
27 nov 2010
Jefe de gobierno comprando leche en el super
De gira-seminario por Hamburgo-Oslo (espero comentar algo de la interesante presentación del latinoamericanista Lawrence Whitehead, de Oxford, ayer), voy a un supermercado de barrio, en Oslo, y me cruzo con el carrito de Jens Stoltenberg, Jefe de Gobierno noruego. Va sin guardaespaldas, en jeans, y acompañado por su esposa (a quien, en medio del pasillo, e interrumpiendo ligeramente el paso de otros compradores, besa brevemente en la boca). Nadie detiene su paso para comentarle algo sobre su gestión. Jens lleva cuatro leches desnatadas, un poco de pescado, y yogur. Pienso en Sarkozy, en Berlusca, en Uribe, en los aviones con provisiones llegando al Calafate. Ahora vuelve a la primera góndola, y duda sobre qué tipo de salame comprar (me pregunto si tendrá el mismo nivel de indecisión frente a temáticas algo más complejas). Sigue dudando, y finalmente se decide por una variedad barata, local. El tipo sale, y paga -obviamente- de su bolsillo.
25 nov 2010
La dinámica del poder
Una nota que sacamos hoy en Cl., en dupla con texto del amigazo Rubén LV (acá):
Hay dos cuestiones, al menos, a las que conviene prestar atención con el fin de mejorar -todos un poco- la discusión política de estos días.
La primera tiene que ver con la distinción entre las palabras y las cosas . Quiero decir: la dimensión de los gestos y los símbolos es fundamental -y muchas veces decisiva- en la política, pero más vale que no dejemos de interesarnos por los hechos .
Y de los muchos hechos que ocurren (de todo tipo, y en direcciones diversas), hay uno sobre el cual convendría detenerse. La pregunta principal es: ¿qué forma ha ido tomando la estructura del poder, en estos siete años de kirchnerismo? ¿Qué estructura es la que se ha venido construyendo? En otros términos: ¿qué es lo que quedará firme, una vez que se despejen las brumas del tiempo? Al respecto, y sin presumir que sea uno quien cuenta con las respuestas definitivas, aconsejaría al menos abrir algunos interrogantes. Por ejemplo: ¿se ha aprovechado el crecimiento para diversificar la estructura económica , o es que el Gobierno sigue apoyado en, y alimentando a, un reducido núcleo empresarial, que es básicamente idéntico al que sostenía al gobierno militar, hace 30 años? ¿ Se ha buscado, a partir de las nuevas oportunidades de crecimiento, dispersar el poder de las grandes empresas , o es que las millonarias licitaciones que convoca el Ministerio de Obras Públicas terminan sistemáticamente adjudicadas a los mismos? O si no: ¿se ha intentado hacer algo por la democratización de la vida sindical o, por el contrario, se ha perseguido a las organizaciones disidentes ; se ha impedido que grupos de izquierda participen en las elecciones; se ha ilegalizado a los críticos ; se ha negado el reconocimiento de centrales alternativas; se ha bloqueado (aun, y para esquivar lo decidido por la Corte) hasta la posibilidad de la “simple inscripción” de las agrupaciones opositoras? O también: ¿en materia de desigualdad , se ha combatido de una vez por todas, la inaudita, histórica desigualdad generada durante los años del menemismo, o es que, más bien, se la ha consolidado? Creo que la discusión política ganaría bastante si, en lugar de pretender unanimidad en torno a símbolos grandiosos, prestáramos alguna atención a la estructura de poder que se ha ido afirmando en estos años.
La segunda cuestión sobre la que proponía detenernos es más interesante que la anterior, y se encuentra íntimamente vinculada con ella. Se trata de la dinámica que, previsiblemente, genera una estructura de poder como la que, luego de siete años en el poder, el kirchnerismo ha ido asentado.
Para decirlo con un ejemplo demasiado sencillo: si en un campo cerrado dejamos que las ovejas pasten libremente, mientras vamos soltando, de a poco, más y más lobos , no describiríamos bien la situación diciendo que “nosotros cuidamos a todos por igual, no importa cuánto estemos de acuerdo con cada uno de ellos.” No. Lo que estamos haciendo, en verdad, es otra cosa: estamos ayudando a que las ovejas sean comidas por los lobos .
Otra vez: se puede decir (siempre se puede decir) que “todo es más complejo”, que “pasan muchas cosas,” que “hay matices.” Es cierto, todo es más complicado de lo que parece. Pero las preguntas siguen firmes, inescapables (como la suerte de las ovejas): ¿qué va a ocurrir, mañana, con la redistribución del ingreso que proclamo, si hoy permito que continúe la extranjerización y concentración de la economía en pocas manos? ¿Hago posible esa redistribución o, en verdad, construyo las condiciones para imposibilitarla? Si hoy, en materia sindical, no reconozco o ilegalizo a los disidentes, mientras monto negocios con una burocracia indecente , ¿qué es lo que en realidad hago? Se trata de que “no demonizo a nadie” u ocurre, en verdad, que le ato las manos a la oposición obrera, mientras fortalezco a quienes tienen una historia de disparos contra esa misma oposición obrera? Hay quienes, por impericia o destreza, se niegan a ver la dinámica propia de la historia que se gesta hoy día . La historia de hoy no trata de actores que andan libremente, cada uno haciendo lo suyo por su lado. El hecho es: los actores y posibilidades de acción son múltiples, y muchos de los actores en juego tienen intereses enfrentados.
La pregunta, entonces, es por quiénes se está tomando partido . La respuesta nos permitirá, al menos, no sorprendernos de los resultados.
J.C.Torre
El gran maestro Juan Carlos Torre estuvo en la presentación de (la traducción al inglés de) mi libro sobre constitucionalismo latinoamericano (The Legal Foundations of Inequalitz, 1810-1860). Ayer nos envió el resumen de lo que fue su presentación, que en su momento agradecí mucho por su talento para detectar lo que más me había interesado del libro, y su habilidad para expresarlo. Gracias de nuevo J.C.!
Puede leerse acá en la página de Igualitaria, o a continuación.
¿Cómo se reorganiza la vida pública de los países del continente americano luego de la irrupción revolucionaria de las guerras de la independencia y que hizo de la soberanía popular la única forma legítima de la obligación política? Con este interrogante Gargarella ha llevado a cabo una exploración sistemática de los primeros intentos constitucionales en las Américas produciendo una obra de gran envergadura. Quiero subrayar esa ambición: no es frecuente el abordaje histórico y analítico de la diversidad de tempranas experiencias de construcción institucional que conoció el continente. Para encarar ese abordaje en el libro que hoy tenemos en su traducción al inglés y cuya publicación original en castellano tuve la suerte de promover hace cinco años Gargarella propone condensar esa diversidad de experiencias en tres variantes ideológicas principales: el conservadorismo, el liberalismo, el radicalismo. A su juicio, éstas fueron las ideas- fuerza en pugna delante de la tarea de construir un orden pos-independencia. De estas tres la novedad que aporta su libro es considerar en el sitial habitualmente dominado por los debates entre el conservadorismo y el liberalismo el papel jugado por las ideas radicales, es decir, por los promotores del proyecto ideal de un gobierno popular y mayoritario como plataforma del nuevo constitucionalismo. Debemos a Gargarella un retrato ecuánime de la propuesta levantada por esos ideólogos, – una ecuanimidad que no es independiente de su simpatía intelectual para con ellos desde su propia postura igualitarista. Por cierto, su simpatía no lo torna ciego frente a los extremos y las tensiones que acompañaron al ideario de la corriente radical. Me interesa detenerme en particular en esta dimensión de su trabajo porque al ampliar el foco su libro enriquece y mucho a los debates constitucionales de esos primeros tiempos, los cuales a menudo sacan casi enseguida de escena a los abogados de la soberanía sin restricciones de la causa de las mayorías.
Luego de pasar revista a sus propuestas se vislumbra de inmediato el rumbo opuesto que tomaron los diseños constitucionales que, si invocaron a la soberanía popular como fuente de legitimación política, levantaron bien pronto en torno de ella el blindaje de instituciones contra-mayoritarias. Este resultado, que fue el fruto del sincretismo entre conservadores y liberales, encontró sus razones sobre todo en los países de América Latina contra el telón de fondo de la división de las elites y del espectro de la agitación popular activado por las movilizaciones militares de las guerras de la independencia. Ahora bien, el desenlace frustrado de la alternativa radical ¿ puede ser considerado acaso como uno de esos momentos en los que la historia podría haber cambiado de dirección y no lo hizo por obra de accidentes o decisiones que no eran en si mismas necesarias? En otras palabras, los países de América Latina ¿estaban disponibles para recorrer el camino que proponían los partidarios del radicalismo pero en definitiva no lo recorrieron por obra de contingencias históricas? En fin, ¿el radicalismo fue, en palabras de Hugh Trevor Ropper, “una ocasión perdida”? Nada de lo que Gargarella nos cuenta en su libro nos permite responder afirmativamente a este interrogante. En efecto, sus partidarios tuvieron una influencia marginal en las discusiones sobre el orden pos-independencia, y en aquellas escasas oportunidades que lo consiguieron sus iniciativas fueron derrotadas, e incluso no pocos de ellos volvieron luego sobre sus pasos y renegaron de sus ideales originales. Más importante aún, los radicales no tuvieron detrás un movimiento social sintonizado con su proyecto ideal y en el que pudieran apoyarse, como lo tendrían mucho más tarde y para versiones más moderadas en el siglo XX. Sin embargo, Gargarella también nos dice que sus propuestas fueron de todos modos reales en la cabeza de los que las rechazaron, de tal forma que los postulados del radicalismo fueron de hecho un componente, quizás intangible pero de todos modos verdadero del momento en el que se diseñaron las instituciones del orden pos-independencia. Por eso – y ésta es una contribución del libro que comentamos- a menos que seamos concientes del lugar que ocuparon ¿cómo es que podemos reconstruir la coyuntura histórica y aprender de ella? Al hacerlo, como lo hace sin perder de vista sus falencias y sus riesgos, Gargarella nos permite apreciar cuanto hay de viviente hoy en día de sus aspiraciones originales.
Ampliando este último comentario, quisiera por fin resaltar el filón político del trabajo intelectual que tenemos por delante. En un tramo final de su libro se pregunta si a la vista de la dificultad de encontrar en nuestros países instituciones que encarnen los ideales del igualitarismo ¿no habrá que concluir que se trata de un proyecto inplausible? En su evaluación final, Gargarella no se deja conducir, sin embargo, por el sendero de la resignación política. Y dirá que es preciso volver sobre esas aspiraciones para bregar por ellas como horizonte del empeño intelectual de la hora. Insistir en nombre del realismo político en la brecha entre el proyecto ideal y las formas de gobierno existentes tiene un riesgo: el de no poder apreciar cabalmente cuanto se ha hecho a través del tiempo por achicar esa brecha a fin de hacer más plena la igualdad en los derechos y las recursos de las personas a través de experiencias que han involucrado una fuerte participación popular, y que se han renovado una y otra vez como episodios incesantes de un trabajo de Sísifo. Insistir en las falencias de la democracia que conocemos en lugar de resaltar sus progresos en la historia tiene como corolario una imagen pesimista del futuro. Al respecto, recuerdo que se ha dicho (fue John Dunn quién lo dijo) que lo que se considera posible y lo que se considera imposible tiene mucho que ver con el temperamento, con el talante personal. Al cabo de la lectura del libro de Gargarella nos encontramos frente a un intelectual que confía en la capacidad humana de ensanchar las fronteras de lo que es posible y vertebra a partir de ella un espíritu reformista en favor de una mayor igualdad para nuestras democracias realmente existentes.
Puede leerse acá en la página de Igualitaria, o a continuación.
¿Cómo se reorganiza la vida pública de los países del continente americano luego de la irrupción revolucionaria de las guerras de la independencia y que hizo de la soberanía popular la única forma legítima de la obligación política? Con este interrogante Gargarella ha llevado a cabo una exploración sistemática de los primeros intentos constitucionales en las Américas produciendo una obra de gran envergadura. Quiero subrayar esa ambición: no es frecuente el abordaje histórico y analítico de la diversidad de tempranas experiencias de construcción institucional que conoció el continente. Para encarar ese abordaje en el libro que hoy tenemos en su traducción al inglés y cuya publicación original en castellano tuve la suerte de promover hace cinco años Gargarella propone condensar esa diversidad de experiencias en tres variantes ideológicas principales: el conservadorismo, el liberalismo, el radicalismo. A su juicio, éstas fueron las ideas- fuerza en pugna delante de la tarea de construir un orden pos-independencia. De estas tres la novedad que aporta su libro es considerar en el sitial habitualmente dominado por los debates entre el conservadorismo y el liberalismo el papel jugado por las ideas radicales, es decir, por los promotores del proyecto ideal de un gobierno popular y mayoritario como plataforma del nuevo constitucionalismo. Debemos a Gargarella un retrato ecuánime de la propuesta levantada por esos ideólogos, – una ecuanimidad que no es independiente de su simpatía intelectual para con ellos desde su propia postura igualitarista. Por cierto, su simpatía no lo torna ciego frente a los extremos y las tensiones que acompañaron al ideario de la corriente radical. Me interesa detenerme en particular en esta dimensión de su trabajo porque al ampliar el foco su libro enriquece y mucho a los debates constitucionales de esos primeros tiempos, los cuales a menudo sacan casi enseguida de escena a los abogados de la soberanía sin restricciones de la causa de las mayorías.
Luego de pasar revista a sus propuestas se vislumbra de inmediato el rumbo opuesto que tomaron los diseños constitucionales que, si invocaron a la soberanía popular como fuente de legitimación política, levantaron bien pronto en torno de ella el blindaje de instituciones contra-mayoritarias. Este resultado, que fue el fruto del sincretismo entre conservadores y liberales, encontró sus razones sobre todo en los países de América Latina contra el telón de fondo de la división de las elites y del espectro de la agitación popular activado por las movilizaciones militares de las guerras de la independencia. Ahora bien, el desenlace frustrado de la alternativa radical ¿ puede ser considerado acaso como uno de esos momentos en los que la historia podría haber cambiado de dirección y no lo hizo por obra de accidentes o decisiones que no eran en si mismas necesarias? En otras palabras, los países de América Latina ¿estaban disponibles para recorrer el camino que proponían los partidarios del radicalismo pero en definitiva no lo recorrieron por obra de contingencias históricas? En fin, ¿el radicalismo fue, en palabras de Hugh Trevor Ropper, “una ocasión perdida”? Nada de lo que Gargarella nos cuenta en su libro nos permite responder afirmativamente a este interrogante. En efecto, sus partidarios tuvieron una influencia marginal en las discusiones sobre el orden pos-independencia, y en aquellas escasas oportunidades que lo consiguieron sus iniciativas fueron derrotadas, e incluso no pocos de ellos volvieron luego sobre sus pasos y renegaron de sus ideales originales. Más importante aún, los radicales no tuvieron detrás un movimiento social sintonizado con su proyecto ideal y en el que pudieran apoyarse, como lo tendrían mucho más tarde y para versiones más moderadas en el siglo XX. Sin embargo, Gargarella también nos dice que sus propuestas fueron de todos modos reales en la cabeza de los que las rechazaron, de tal forma que los postulados del radicalismo fueron de hecho un componente, quizás intangible pero de todos modos verdadero del momento en el que se diseñaron las instituciones del orden pos-independencia. Por eso – y ésta es una contribución del libro que comentamos- a menos que seamos concientes del lugar que ocuparon ¿cómo es que podemos reconstruir la coyuntura histórica y aprender de ella? Al hacerlo, como lo hace sin perder de vista sus falencias y sus riesgos, Gargarella nos permite apreciar cuanto hay de viviente hoy en día de sus aspiraciones originales.
Ampliando este último comentario, quisiera por fin resaltar el filón político del trabajo intelectual que tenemos por delante. En un tramo final de su libro se pregunta si a la vista de la dificultad de encontrar en nuestros países instituciones que encarnen los ideales del igualitarismo ¿no habrá que concluir que se trata de un proyecto inplausible? En su evaluación final, Gargarella no se deja conducir, sin embargo, por el sendero de la resignación política. Y dirá que es preciso volver sobre esas aspiraciones para bregar por ellas como horizonte del empeño intelectual de la hora. Insistir en nombre del realismo político en la brecha entre el proyecto ideal y las formas de gobierno existentes tiene un riesgo: el de no poder apreciar cabalmente cuanto se ha hecho a través del tiempo por achicar esa brecha a fin de hacer más plena la igualdad en los derechos y las recursos de las personas a través de experiencias que han involucrado una fuerte participación popular, y que se han renovado una y otra vez como episodios incesantes de un trabajo de Sísifo. Insistir en las falencias de la democracia que conocemos en lugar de resaltar sus progresos en la historia tiene como corolario una imagen pesimista del futuro. Al respecto, recuerdo que se ha dicho (fue John Dunn quién lo dijo) que lo que se considera posible y lo que se considera imposible tiene mucho que ver con el temperamento, con el talante personal. Al cabo de la lectura del libro de Gargarella nos encontramos frente a un intelectual que confía en la capacidad humana de ensanchar las fronteras de lo que es posible y vertebra a partir de ella un espíritu reformista en favor de una mayor igualdad para nuestras democracias realmente existentes.
23 nov 2010
Si hay desigualdad ya hay castigo
En estados indecentes, como el nuestro, se justifica el castigo penal? Cuando el gobierno alimenta y consolida situaciones de desigualdad, como en nuestro país, qué reacción se justifica, frente al delito? La doctrina penal le escapa al asunto, pero algo va apareciendo. En continuidad con el trabajo que mencionaba unos posts atrás, encuentro este reciente trabajo de Victor Tadros -colaborador de A.Duff- quien me dice que viene trabajando en la cuestión desde hace un tiempo. El trabajo más reciente, en el que pienso, es "Poverty and Criminal Responsibility," aparecido en J.Value Inquiry (2009), 43:391.
(Luego de examinar cuáles son las relaciones posibles entre pobreza y criminalidad) Tadros dice que los pobres, en tales contextos, "tienen un reclamo legítimo, frente al estado, de no ser considerados responsables por los crímenes que cometen, en base a tres razones principales. La primera es que el estado es hipócrita, al considerarlos responsables mientras se muestra insuficientemente preocupado por los crímenes que se cometen: es el Estado el que crea las condiciones criminogénicas, a través de la perpetuación de situaciones de injusticia económica. En segundo lugar, y como víctimas de la injusticia, los pobres tienen razones legítimas para distanciarse de las prácticas del estado acerca de la responsabilidad. Dada la forma en que han sido tratados, tienen razones para no guardar ninguna expectativa de que se haga justicia, dentro de tales prácticas. La tercera razón es que el estado es cómplice de los crímenes cometidos. Lleva responsabilidad por tales crímenes, y no está en condiciones de acuar como juez, cuando debería estar entre los acusados."
Tres de fútbol
1) Tévez, jugado, manda su apoyo a los terciarizados, y su solidaridad para Elsa Rodríguez (de quien ya no sabemos nada), y con quienes se manifiestan en apoyo de Mariano Ferreyra. Acá.
2) Nuestro admirado Eric Cantoná, de punta contra el sistema bancario. ("El sistema gira en torno a los bancos. Está basada en el poder de los bancos. Así que se debe destruir comenzando por los bancos"). Un grande, acá.
3) Toda la solidaridad (de un racinguista) para Juan Ramón, el Cantoná argentino (Cantoná, el Riquelme francés), que se queda afuera de la temporada.
2) Nuestro admirado Eric Cantoná, de punta contra el sistema bancario. ("El sistema gira en torno a los bancos. Está basada en el poder de los bancos. Así que se debe destruir comenzando por los bancos"). Un grande, acá.
3) Toda la solidaridad (de un racinguista) para Juan Ramón, el Cantoná argentino (Cantoná, el Riquelme francés), que se queda afuera de la temporada.
Notas de un preso político
De Roberto Martino, desde la cárcel, sobre la historia del piqueterismo
M.T.R: Apuntes para una Historia Piquetera
EL AROMO – Periódico Cultural Piquetero Nº 57 (noviembre-diciembre) de 2010
Roberto Martino
La nota siguiente fue enviada por el Compañero Martino desde el penal de Marcos Paz, donde cumple prisión preventiva por su condición de genuino luchador revolucionario. Además de su valor como parte de una historia por hacer del movimiento piquetero y del Argentinazo, su publicación es una forma más de sumarnos a la exigencia de su libertad inmediata, junto con los de todos aquellos en igual condición.
Los inicios
El Movimiento Teresa Rodríguez, surge -como tal- a fines de Abril de 1997, pero tiene sus raíces muchos años antes. Así, podemos fijar 1982 como fecha de inicio, cuando comenzamos las reuniones para reconstruir el P.R.T (Partido Revolucionario de los Trabajadores) cuyo proyecto y práctica reconocíamos –y lo hacemos también hoy- como el grado más alto alcanzado por el proletariado argentino, en los últimos 70 años, en su lucha por construir su organización política propia.
Desde entonces hasta el ´95, la labor de construcción tuvo avances y retrocesos, continuidades y rupturas, que llevan a un desgranamiento de la organización primaria que no sería parte de este artículo relatar. De una de esas divisiones comienza, en el ‘94-‘95 un nuevo proceso, centrado en la lectura y reflexión de algunos clásicos del marxismo, como en realizar un balance de nuestra trayectoria política hasta allí. Así es que en los primeros meses del ‘96 un pequeño grupo de militantes llegamos a la conclusión de que la construcción del partido revolucionario de la clase trabajadora pasaba por agrupar, principalmente, a los trabajadores desocupados. Hasta fines del ‘95 nuestra preocupación había sido desarrollarnos en la clase obrera industrial, para lo que realizábamos volanteadas en las puertas de algunas fábricas, además de trabajar. Fruto de ello recogíamos una pequeña adhesión. Es que el temor al despido y la falta de organización en que “respaldarse” paralizaba a las masas. A su vez, las calles se llenaban de militantes expulsados de la producción. La burguesía lograba mantener un férreo control y los despidos de los activistas aumentaban la sensación de imposibilidad de lucha.
Por ello éramos críticos de la política implementada por los partidos de izquierda, que apenas reunían tres militantes en una fábrica los hacían chocar con la burocracia, abiertamente, con el saldo ya conocido. Es así que llegamos a la conclusión que, con una desocupación estructural de muchos años por delante, no sería el proletariado fabril la vanguardia de la lucha obrera, sino que ella quedaba en manos de sus hermanos de clase desempleados. Considerábamos también que para que la clase obrera industrial se pusiera en pie (políticamente hablando) era necesario que entrara en acción –en la sociedad- una organización, un movimiento, que además de simpatía le despertara confianza, de forma que el cambio necesario lo entendiera también como posible.
Para esa época (’95-‘96) además del debate de texto, habíamos desarrollado una agrupación, que primero se llamo CPP (Centro de Participación Popular) y luego CETS (Centro de Estudios y Trabajo Social), base de lo que será el M.T.R. Es en el seno del CETS donde se da el debate de “asentarnos” en los desocupados como forma de poner en pie un movimiento político-social de masas de alcance nacional y desarrollar el partido revolucionario. Así es que participamos en septiembre del ‘96 de la primera marcha de desocupados del Conurbano a Plaza de Mayo. Dicho movimiento estaba hegemonizado por el “Toti” Flores (hoy diputado por la Coalición Cívica y, para algunos empresarios sojeros, el mejor candidato anti-K) y el “Beto” Ibarra (hoy kirchnerista). En diciembre del mismo año, la monja Pelloni y la CTA convocan a una marcha en Florencio Varela de la cual también somos parte.
Como lo habíamos previsto, alrededor del movimiento de desocupados comienzan a nuclearse militantes no orgánicos, pero con todas las taras de sus organizaciones de origen. Así aparecen dos cuestiones que debíamos superar: una, la de activistas de cuño trotskista –fundamentalmente- que consideraban que politizar a las masas (objetivo que compartíamos) consistía en hablar más de Bosnia que de lo que pasaba en Argentina. Y sobre todo, en no comprender que el primer paso para generar un movimiento de masas, es ganar la confianza y el afecto de las mismas. Sin ese primer paso ni nos escuchan. La otra cuestión era el planteamiento de ciertos partidos (fundamentalmente el PO) que nos acusaba de duhaldistas, de bolsoneros, de estar al servicio de la baja de los salarios, etc. Esta visión pronto se puso a prueba. Fue en Berazategui, para el mes de marzo del ‘97; allí ex militantes del PC y algunos activistas del PO organizan una marcha a la intendencia y nos invitan a que los acompañemos. Fuimos con una delegación. Llegamos a la Intendencia con una manifestación, pero ésta se encontraba copada por matones y barrabrabas al servicio del PJ. Como la movilización era importante y se mantenía firme pese a la presencia de los matones, el municipio recibe una delegación. Por supuesto, el pliego contenía demandas de carácter local, otra del ámbito nacional y las propias de una revolución política que, cosa rara, como partido no son llevadas a la acción.
La cuestión es que el municipio sólo ofrece entregar una cantidad de bolsones alimentos. Baja la comisión e informa que nada se consiguió, que el municipio ofrecía migajas (lo que era cierto desde el punto vista del pliego y no cierto desde la situación de miseria y abandono de la población), por lo que se rechazaba e instaba a volver a los barrios a reforzar la organización para arrancarles todo. Fue la primera y última movilización de desocupados –por muchos años- en Berazategui. De hecho, allí sólo se desarrollo el movimiento después de diciembre de 2001. Nosotros también nos encontramos con situaciones como ésa, pero jamás rechazamos nada. Nuestra línea era: hoy te arranco esto y mañana vuelvo por más, pues entendíamos que después de tantos golpes (había compañeros que al quedar desocupados no querían salir de sus casas por vergüenza), nuestra clase necesitaba volver a confiar su fuerza. Y por ello el logro más pequeño era un capital inmenso. Y nuestra gente lo vivía así. No importaba tanto cuanto arrancábamos, sino el hecho de recuperar aunque sea parte de lo que nos habían quitado. Y entre ello central: LA DIGNIDAD. Hay que vivir situaciones como estas para comprenderlo; ya dijo alguien que la conciencia es el reflejo de las condiciones materiales. Y si mis condiciones son las de la clase media, o pequeña burguesía, muy difícilmente pueda “entender” al grueso de nuestra clase.
Así fue que comenzamos a masificarnos. Recorríamos barrio por barrio, durante todo el día. Arrancábamos a las 8, 9 de la mañana y terminábamos a las 22, 23 hs., agotados, pues todo era a pulmón, ya sea en bicicleta o a pie. Realizábamos asambleas en plazas, canchas de fútbol, escuelas. Así es como entramos en relación con las manzaneras y algunos peronistas de base, que realizaban merenderos solidarios pero bajo el comando del PJ. Pronto esa gente entro en contradicción con su dirección, pues reclamaban soluciones –ante la desocupación y el hambre- que no llegaban nunca. Contradictoriamente, observaban que nosotros – con la lucha- obteníamos paliativos, con lo que la opción no era muy difícil de tomar. Ello explica el crecimiento explosivo del movimiento piquetero, por un lado, y el derrumbe del PJ por el otro.
Cuando surgimos nuestra consigna era: “Trabajo y Dignidad, ni un paso atrás”. A fines de abril del ‘97, días después del asesinato de Teresa Rodríguez, decidimos además de ponerle su nombre al Movimiento, modificar la consigna por: “Trabajo, Dignidad y Cambio Social”. En Mayo, arrancamos los primeros 80 planes, a partir de los cuales comenzamos a masificarnos. Continuamos recorriendo barrios y promoviendo movilizaciones. En agosto protagonizamos el primer corte de ruta bajo una lluvia torrencial. Pero la voluntad y la decisión triunfaron; así obtuvimos 250 planes más. La noticia corría de boca en boca y nuestras asambleas eran cada vez más numerosas. Allí pasamos a desarrollar asambleas semanales por barrio, con su propia organización y delegados.
Para octubre nuestras marchas en Florencio Varela nucleaban a unos dos mil manifestantes. Ese crecimiento y la falta de cumplimiento por parte del municipio a un Acta/Acuerdo que contemplaba la incorporación de 1.000 compañeras/os más a los planes sociales, nos llevó a un nuevo corte de ruta. Después de una semana de corte levantamos el mismo al incorporarse ese cupo; pero los dirigentes y principales activistas fuimos dados de baja, con lo que el Movimiento sufrió el primer golpe. Así fue que el 22 de diciembre iniciamos un nuevo corte de ruta que duró hasta el 4 de Enero a la madrugada que fuimos violentamente reprimidos por Infantería, Montada, dos tanquetas, guardias con perros y un helicóptero. Resistimos durante un tiempo, pero la violencia y la sorpresa (eran las 5 de la mañana) fueron superiores. 112 detenidos, varios heridos y muchísimos apaleados fue el saldo. A la media mañana la solidaridad del pueblo, con Hebe a la cabeza, se hacia sentir. A la semana estábamos en libertad, pero no sólo continuábamos de baja sino que una parte importante del Movimiento se alejó por temor a los rumores y amenazas del municipio a través de sus punteros. También contribuyo el hecho que algunos delegados se pasaran al lado del PJ. Este fue uno de los momentos más duros porque –además- no teníamos, literalmente, de qué vivir.
En el periodo que va de enero a mayo todos habíamos perdido varios kilos, pues lo único que compartíamos era polenta hervida y mate. Aún así, esa olla comunitaria nos permitió mantener unido al núcleo del activismo. Para mediados de mayo comenzamos a remontar la cuesta, al dedicarnos al reparto de pan en forma de cooperativa. Además, nos posibilitaba un vínculo cotidiano con los barrios.
Definiciones políticas
La primera fractura que sufrimos fue en noviembre de 1998. Un sector encabezado por Daffunchio (Luca); Sayago (Hueso) y Noccelli (Gabi) nos acusan ¡de querer politizar el movimiento! El fondo de la cuestión era que nosotros impulsábamos la formación política y poníamos como ejemplos de ello lo del MST brasilero. Para Sayago, Daffunchio, Noccelli, en cambio, la cuestión era desarrollar un movimiento “apolítico” que les permitiera realizar acuerdos con el municipio y PJ. Hoy Daffunchio es ejecutivo del Movimiento Evita, además de depender del intendente Pereyra y de defender a la burocracia sindical ante el asesinato de Mariano Ferreyra; Sayago es miembro del PO y Noccelli se ha convertido al autonomismo. Esta fractura nos obligo a comenzar casi de cero.
Por otra parte, a mediados de 2000, producto de un acercamiento con Daniel De Santis, los activistas nos incorporamos al PT (Partido de los Trabajadores), consecuentes con nuestra visión de la necesidad de desarrollar una organización política de nuestra clase y empujados por la recuperación de un tronco común (el PRT). Dicha experiencia se agoto el 25 de Mayo de 2001. Es que en febrero-marzo habían aparecido divergencias importantes que, además, ninguna de las partes supo –pudo- resolverlas maduramente. En esos meses aparece un articulo de Daniel en la prensa partidaria que, no solo postulada la necesidad de participar en las elecciones legislativas de octubre de ese año, sino que iba mas allá al sostener que no existía otro camino –en la Argentina del 2001- para desarrollar el partido revolucionario que construirlo alrededor de la participación electoral.
Esas eran, básicamente, las definiciones de un sector del PT. Otros –entre los que nos encontrábamos nosotros y el camarada Batallés- preveíamos la posibilidad de un estallido en no mucho tiempo y caracterizábamos: a) que las masas no sólo no mostraban expectativas en la próxima contienda legislativa, sino mas bien la repudiaban; b) que la principal forma de acumulación política pasaba por alentar la acción directa, tanto la confrontación en las calles como con el gobierno. Para De Santis no existía tal situación ni posibilidad de estallido. Así fue que tanto Batallés como nosotros abandonamos el PT, aunque con algunas diferencias entre nosotros, de allí los caminos paralelos.
A su vez, desde el MTR convocamos (para abril, más o menos) a un conjunto de grupos como la CTD de La Plata; MTD Lanús; y los MTD que se habían separado de nosotros pero aún conservaban el nombre, a desarrollar una coordinación capaz de influir políticamente en el conjunto del movimiento piquetero. Contábamos, además, con una estrecha relación con Emerenciano Sena (MTD, Chaco) y “Pepino” Fernández (UTD, Mosconi-Salta). La primera reunión se realiza en Avellaneda, en la Escuela de Música Popular. De esa y otras reuniones saldrá la Coordinadora Sur. Salvo la UTD, el MTD Chaco y nosotros, el resto de la coordinadora será lo que constituirá luego la “Aníbal Verón”.
En julio se realiza el I Congreso Piquetero en La Matanza y en representación de todo este arco habla Sena, un dirigente de base, con poco conocimiento político pero muy intuitivo y combatido, dueño de un discurso inflamado, a punto tal que la política de conciliación de la CCC/FTV con Moyano –en dicho Congreso- queda herida por su crítica a la burocracia sindical. A la semana de dicho Congreso nos reunimos los distintos referentes para debatir la implementación del plan de lucha votado, que contemplaba cortes por 24, 48 y 72 horas en todo el país. Una diferencia importante radicaba en que, tanto la Coordinadora como la UTD Mosconi y el MTD Chaco, éramos partidarios de cortes totales, mientras que el eje CCC/FTV sostenía una política basada en hechos “testimoniales”, dejando carriles abiertos. En dicha reunión se ratificó cortes totales y el cumplimiento de las horas establecidas para los cortes.
Un suceso aleatorio ocurre en los días previos a la primera medida de fuerza: una cantidad importante de compañeras/os (del MTR) son dados de baja de los planes provinciales. Realizamos gestiones, obtuvimos promesas, pero todo sigue igual, por lo que el día del primer corte los compañeros/as –en asamblea- exigen medidas más radicales, como ocupar el Banco Provincia, sucursal Cruce Varela, hecho que realizamos. Esto genera una polarización en el movimiento piquetero. El eje matancero (en especial D’elia) sale por los medios a cuestionar nuestra medida, por no haber sido “acordada” en el plan de lucha, y a calificarnos como infiltrados. También desnuda la verdadera política al interior de la Coordinadora Sur, ya que sólo el MTD Solano apoya nuestra medida. Daffunchio y Noccelli, para no “comprometerse” se retiran a 300 metros del Cruce Varela. Pero mayor es la división al momento de cumplir con el tiempo de corte, pues a las 18:00 D’elia y Alderete anuncian el levantamiento de la medida “en virtud de la categórica demostración popular”, palabras más, palabras menos; pero ¡sorpresa!, lo mismo hacen los “duros” de la Coordinadora con Daffunchio a la cabeza. Aún así nosotros decidimos cumplir con el corte de 24 hs., nos quedamos y alrededor de las 16:00 desalojamos el Banco.
Al otro día, de allí mismo iniciamos una nueva marcha a La Plata, donde forzamos que nos recibieran funcionarios del Ministerio de Trabajo, los que se comprometen a solucionar el problema, para lo cual recibirían a una comisión al otro día. Grande es nuestra sorpresa cuando sale e informa a la Asamblea que no hay solución. De allí sale la propuesta de marchar nuevamente y ocupar el Ministerio. A las 04:00 comienzan a salir los primeros grupos que asegurarían la ocupación. A las 09:00 el Ministerio está ocupado y fura del edificio hay centenares de compañeras/os rodeándolo. Fruto de la medida, Aníbal Fernández (hoy Jefe de Gabinete) se compromete a encontrar una solución, por lo que abandonamos el edificio. Pero mientras estamos desconcentrando se desata una feroz represión. Hay mujeres y niños lastimados, hombres golpeados. El centro de La Plata parece una ciudad ocupada, se persiguen piqueteros hasta 10 Km. del lugar. El saldo es más de 70 detenidos, de los cuales los menores y muy pocos mayores recuperan inmediatamente la libertad. Quedamos, entre hombres y mujeres, 59 detenidos.
A la represión le sucede una campaña de amedrentamiento y difamación por parte de la Intendencia y el PJ, además de una militarización de Florencio Varela cada vez que el Movimiento organiza una marcha por la libertad de los detenidos. Esto produce, otra vez, una baja sensible en nuestras filas. Sin embargo, la militancia y un sector de masas se mantendrán firmes. Paradójicamente esa dura represión, como la ocupación antes del Banco, es lo que nos va a catapultar en la consideración de decenas de activistas, de pequeños grupos locales que comenzarán a buscar contacto con nosotros. Recuperamos la libertad el 29 de Agosto y para el 4 de Septiembre estaba convocado el II Congreso Piquetero en La Matanza.
El Segundo Congreso de La Matanza
Apenas recuperamos la libertad, nos abocamos de lleno a preparar nuestra intervención en el Congreso. Para ello teníamos acuerdos con la UTD Mosconi y el MTD Chaco y una serie de grupos del interior del Gran Bs.As., excepto el recientemente construido Aníbal Verón que había tomado otro camino y ni siquiera participa del Congreso. En total éramos 25 delegados los que fuimos al Congreso. El lugar estaba repleto, calculo 2.500 a 3.000 delegados, la inmensa mayoría (el 75%) de la CCC/FTV y CTA. La gente de la CCC y FTV no nos querían dejar entrar -fundamentalmente la FTV- bajo el argumento de que ¡íbamos a romper el Congreso! Después de varios forcejeos, de la presión de otros grupos que estaban dentro y –centralmente- del costo político que implicaba no permitirnos ser de la partida cuando acabábamos de recuperar la libertad, terminaron inclinando la balanza. Se suceden los oradores, casi todos de la CCC, FTV y la CTA. Al mediodía habla D’elia. Por parte de nuestro bloque estaba mandatado para intervenir el compañero Valencia, de la UTD Mosconi, y yo, que hablo casi a continuación de D’elia.
Subir al escenario fue toda una batalla, donde se suceden desde empujones, hasta amenazas, como las de Alicia Castro (hoy embajadora en Venezuela), por ejemplo. Mi intervención –en polémica abierta con FTV y CCC en cuanto a qué había que hacer- polariza el Congreso. Ardura y D’elia – confiados en el 75%- deciden someter a votación las dos mociones; pero tremenda es la sorpresa cuando advierten que el 55% de las manos (vistas desde el escenario) apoyan nuestra propuesta. Aunque hubiese sido un 50 y 50 ya esto era un golpe tremendo a la política de conciliación de clases que expresaba el eje matancero y, además, en su propia casa. “Chiquito” Ardura, advirtiendo una derrota catastrófica, propone un cuarto intermedio para consensuar un documento en común, lo que implicaba modificar el proyecto original. Aceptamos el cuarto intermedio, pues la opinión de las bases había sido tajante, y sí o sí iba a reflejarse en el documento final.
Además, a ninguno convenía una fractura de dicha asamblea. Terminado el cuarto intermedio, se me invita a subir al escenario como forma de expresar el consenso alcanzado. Terminada la lectura, tomo la palabra para alentar la combatividad y unidad puesta de manifiesto por los delegados y anuncio que nos retiramos en ese momento. La CCC nos solicita quedarnos hasta el final, pero no aceptamos. Sabíamos que hacía una 5 horas que Julio Piumato se encontraba en un coche en los alrededores, esperando el momento para entrar y cerrar la Asamblea. Moyano no había ido por temor a una nueva silbatina. Nuestra retirada tenía que ver con que intuíamos – por la combatividad de los delegados en el debate- que Piumato sería silbado y no queríamos ser el pato de esa boda.
El Bloque Piquetero Nacional
El documento aprobado en La Matanza, además de una plataforma de medidas económicas y políticas de cara a la crisis, realizaba una llamada a la III Asamblea para antes de fin de año, pues preveía (todos) que una rebelión popular estaba en curso. Es por ello que a la semana viajamos hasta el Barrio María Elena a conversar sobre dicha convocatoria, pero era claro que la CCC/FTV no quería más asambleas.
Desde el MTR, convocamos a una serie de reuniones en Florencio Varela, de la que participan grupos más afines, como la UTD Mosconi, el MTD Chaco, UTL de Guernica, Casa del Pueblo de Capital Federal, y otros que posteriormente darán lugar en lo que es hoy la CUBa y la FTC. Nuestra propuesta fue –ante la crisis en ciernes- gestar un bloque de carácter clasista capaz de disputar la dirección del movimiento al eje matancero. Éramos conscientes de la necesidad de una herramienta de alcance nacional que fuera más allá de la mera coordinación y capaz, al mismo tiempo, de gestar unidad con el sector ocupado.
Por eso propusimos –cosa que fue aceptada pero con grandes reservas- invitar al PO (Partido Obrero) a ser parte de dicho Bloque. Se me designa para dicha tarea, por lo que comunico con Christian Rath y concertamos una reunión en un bar en Constitución, el “Tren Mixto”. Allí concurren Rath y Pitrola por el PO. Les expongo el motivo de la reunión y visión sobre situación y tareas por delante, como la importancia de que fueran parte de este proyecto. En la charla hay coincidencias importantes pero piden unos días para contestar, lo que va a ser afirmativo.
Así es que el BPN (Bloque Piquetero Nacional) hacía su aparición pública el 5 de Diciembre de 2001 con una concentración frente al Ministerio de Trabajo de Nación y posterior movilización a Plaza de Mayo. La consigna que encabezo la columna decía: ¡Fuera Cavallo! Sabíamos que sumar al PO –dueños de una estructura de cuadros a nivel nacional- significaba una relación absolutamente asimétrica con una fuerza que –además- no caracterizamos como revolucionaria. Pero, al mismo tiempo, no desconocíamos la importancia de un instrumento como el que estábamos construyendo para nuestra clase. Además, siempre nos animó el refrán popular que dice que es preferible ser cola de león que cabeza de ratón.
En el 2002 el BPN se convirtió en el catalizador de las luchas y el referente del movimiento piquetero. A fines de enero se sumaba el MTL. Los límites de una política basada en una conciliación de clase, hicieron eclosión y oscurecieron el papel del eje matancero, y los sucesos del Puente Pueyrredón terminaron por desplazar al punto de regencia. Ya no sería la Ruta 3 –ni el Oeste- la brújula del movimiento de lucha, sino Puente Pueyrredón y la zona sur del conurbano. Y ello sólo fue posible por el rol del BPN y la ANT, capaz de arrastrar –por política y peso en las calles- al autonomismo de la Aníbal Verón, el populismo de Barrios de Pie y el oportunismo del MIJD de Castells.
Un balance mínimo de esa coyuntura excepcional, donde florecieron también las Asambleas Populares, nos indica que nos faltó claridad política, como también, que una crisis así debe llegar con herramientas previamente construidas, con una cantera de cuadros capaces de no dejarse arrastrar por la mera lucha económica. La profusión de planes y mercadería –siempre menor a las necesidades- nos metió en un callejón que no supimos abordar adecuadamente. A punto tal que nos “olvidamos” de imponer –por lo menos- una ley que universalizara el derecho a la asistencia social, acabando así con la política clientelar del Estado. Condiciones para lograrlo había de sobra.
Esta pérdida de rumbo –por el crecimiento masivo, entre otras cosas- nos imposibilitó pensar política a fondo, de muñirnos de propuestas transicionales capaces de permitirnos abordar la nueva etapa en mejores condiciones. Pero si nosotros mostramos nuestros límites, ni que decir de los partidos que hace 35 años que conservan la misma estructura y la misma dirección.
Último acto de un ciclo
Intentando encontrar una salida a lo descripto, el MTR debatió el tema para el mes de septiembre/octubre de 2002. La mayoría sostenía que el pico de la crisis había pasado y que lo más probable es que se resolviera en los marcos institucionales del sistema. Posiblemente fuera también ésta la evaluación del Gobierno de Duhalde –y de las clases dominantes- para intentar cerrar la hendija abierta por la rebelión, con una represión.
La reacción popular mostró que aunque no había fuerza para una salida extra-institucional, tampoco la había para una represión social. Así quedó cerrada la suerte reeleccionista de Duhalde y fuertemente condicionado el próximo gobierno burgués. En esa circunstancia nuestra propuesta fue unir las tres expresiones de lucha que se destacaban en los últimos años, ganando un lugar en la conciencia popular: el Movimiento de DDHH referenciado en Madres de Plaza de Mayo, el Piquetero encarnado en “Pepino” Fernández, y el Movimiento de Asambleas Populares referenciado por Luis Zamora. No nos alentaba ninguna carrera electoral, sino el convencimiento de que bajo el “paraguas” de la participación electoral se podía unir y poner en pie un Movimiento Político de alcance nacional y capaz de ofrecer una salida por fuera de los marcos del sistema, como un lugar de debate y pertenencia a todo el pueblo trabajador.
Ni que decir el rol de la fragmentación en ciernes. “Pepino”, Sena y Barrios de Pie, acordaban y acompañaron esta propuesta, pero la defección de Luis Zamora lo volvió inviable, o al menos así lo pensamos. A continuación, el sector de nuestro MTR que no acordaba con la necesidad de la batalla electoral, se alejo. Y lo que siguió es parte de otra historia.
22 nov 2010
Estado injusto y castigo penal
Salió en estos días un articulito mío en la revista de Derecho Penal y Filosofía "Criminal Law and Philosophy," sobre la dificultad de justificar el uso de la coerción penal en contextos de desigualdad. Un intento de poner un grano de arena en la discusión sobre las radicales implicaciones que se siguen de la responsabilidad de Estados, como el argentino, en la generación de miseria y desigualdad. Implicaciones que deben afectar, claramente, a su pretensión de imponer castigos penales, luego de haber generado y consolidado tales situaciones de extrema y sistemática marginación social. El texto, acá:
http://www.springerlink.com/content/n66l224725471340/
(el texto tiene versión anterior, parecida, en castellano, que ya discutimos en el seminario)
21 nov 2010
Mercedes 2
Buena nota sobre el acontecimiento discográfico del año -la reedición de la temprana obra de Mercedes Sosa (Huili, esta nota sí vale la pena). Acá
Derecho, Justicia y Reproducción
Segundo Encuentro del Ciclo Derecho, Justicia y Reproducción
El acceso al aborto legal
Miércoles 24 de noviembre, 17:30 a 20hs.
Salón Verde, Facultad de Derecho, UBA. Figueroa Alcorta 2263
Organizan:
Secretaria de Investigación de la Facultad de Derecho de la UBA
Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES)
Igualitaria, Centro de Estudios sobre Democracia y Constitucionalismo
Con el apoyo de:
Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA)
Asociación por los Derechos Civiles (ADC)
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)
Maestría en Derechos Humanos, Universidad Nacional de Lanús
Católicas por el Derecho a Decidir, Córdoba (CDD)
Coordinación: Paola Bergallo
Panelistas:
- Marcelo Alegre, Abogado, Profesor, Facultad de Derecho-UBA-.
- Diana Maffia, Filósofa, Legisladora, Ciudad de Buenos Aires
- Virginia Menéndez, Abogada, Legislatura, Ciudad de Buenos Aires
- Analía Messina, Médica, Servicio de Obstetricia, Ciudad de Buenos Aires
- Mónica Petracci, Socióloga, Investigadora, IIGG, Cedes
- Agustina Ramón Michel, Abogada, Becaria, Cedes y Conicet
- Mariana Romero, Médica, Investigadora, Cedes y Conicet
Moderadora: Mariela Belski, Abogada, Coordinadora Institucional, ADC.
El acceso al aborto legal
Miércoles 24 de noviembre, 17:30 a 20hs.
Salón Verde, Facultad de Derecho, UBA. Figueroa Alcorta 2263
Organizan:
Secretaria de Investigación de la Facultad de Derecho de la UBA
Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES)
Igualitaria, Centro de Estudios sobre Democracia y Constitucionalismo
Con el apoyo de:
Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA)
Asociación por los Derechos Civiles (ADC)
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)
Maestría en Derechos Humanos, Universidad Nacional de Lanús
Católicas por el Derecho a Decidir, Córdoba (CDD)
Coordinación: Paola Bergallo
Panelistas:
- Marcelo Alegre, Abogado, Profesor, Facultad de Derecho-UBA-.
- Diana Maffia, Filósofa, Legisladora, Ciudad de Buenos Aires
- Virginia Menéndez, Abogada, Legislatura, Ciudad de Buenos Aires
- Analía Messina, Médica, Servicio de Obstetricia, Ciudad de Buenos Aires
- Mónica Petracci, Socióloga, Investigadora, IIGG, Cedes
- Agustina Ramón Michel, Abogada, Becaria, Cedes y Conicet
- Mariana Romero, Médica, Investigadora, Cedes y Conicet
Moderadora: Mariela Belski, Abogada, Coordinadora Institucional, ADC.
20 nov 2010
Martino
Hoy a las 18 vamos con Maristella S. a la carpa por Roberto Martino, en el Congreso. Martino lleva más de una semana en huelga de hambre, en espera de la decisión que va a tomarse sobre su situación.
Osvaldo Bayer escribió sobre su situación, hace unos días, diciendo:
"Me da mucha pena cuando se persigue a la juventud con encarnizamiento. Relato el episodio: el 19 de mayo del año pasado hubo una protesta de grupos políticos argentinos, en el acto de conmemoración de la fundación del Estado de Israel, por la política de este Estado en cuanto a los palestinos. Ante los gritos y los coros de esos grupos intervinieron la custodia propia israelí y la policía local. Fueron detenidos varios de los participantes de la protesta y se hicieron allanamientos no autorizados. De todas esas intervenciones se solicitó además la captura de Roberto Martino. Debemos decir que Roberto Martino, a quien todos llamamos el Negro, no tiene antecedentes penales y siempre vivió en el mismo lugar declarado. Es decir, se ha llegado a una criminalización de la protesta que es exagerada dentro de las libertades que se debe dar en una democracia. El Negro Martino no hizo ni ostentación de armas ni participó de agresiones. Diversos intelectuales, entre ellos el premio Nobel de la Paz Pérez Esquivel, y la misma organización Apemia, que se organizó para el esclarecimiento de la masacre impune de la AMIA, se han pronunciado a favor del cese de la persecución de Roberto Martino.
Una democracia debe dar libertades a la protesta política, es un derecho de todo ciudadano; claro está, siempre que no se llegue a la agresión ni al deterioro de objetos, como es el caso de aquella protesta en la que estuvo presente Roberto Martino.
La democracia no tiene que temer a la palabra aunque venga en coro de protesta, especialmente de jóvenes que desean ser protagonistas de la vida política de un país.
Esperamos, pues, los amigos del Negro Martino, que de una vez por todas se levante su persecución, así él puede volver a sus estudios y trabajo. Es un pedido también a los miembros de la embajada israelí: un pueblo como el de Israel, que ha sufrido en su larga vida tantas discriminaciones y persecuciones, debería aportar aquí su mano abierta a quien sólo expresó su opinión en un acto público.
La democracia también se funda con generosidad, que en este caso sería verdadera justicia."
Osvaldo Bayer escribió sobre su situación, hace unos días, diciendo:
"Me da mucha pena cuando se persigue a la juventud con encarnizamiento. Relato el episodio: el 19 de mayo del año pasado hubo una protesta de grupos políticos argentinos, en el acto de conmemoración de la fundación del Estado de Israel, por la política de este Estado en cuanto a los palestinos. Ante los gritos y los coros de esos grupos intervinieron la custodia propia israelí y la policía local. Fueron detenidos varios de los participantes de la protesta y se hicieron allanamientos no autorizados. De todas esas intervenciones se solicitó además la captura de Roberto Martino. Debemos decir que Roberto Martino, a quien todos llamamos el Negro, no tiene antecedentes penales y siempre vivió en el mismo lugar declarado. Es decir, se ha llegado a una criminalización de la protesta que es exagerada dentro de las libertades que se debe dar en una democracia. El Negro Martino no hizo ni ostentación de armas ni participó de agresiones. Diversos intelectuales, entre ellos el premio Nobel de la Paz Pérez Esquivel, y la misma organización Apemia, que se organizó para el esclarecimiento de la masacre impune de la AMIA, se han pronunciado a favor del cese de la persecución de Roberto Martino.
Una democracia debe dar libertades a la protesta política, es un derecho de todo ciudadano; claro está, siempre que no se llegue a la agresión ni al deterioro de objetos, como es el caso de aquella protesta en la que estuvo presente Roberto Martino.
La democracia no tiene que temer a la palabra aunque venga en coro de protesta, especialmente de jóvenes que desean ser protagonistas de la vida política de un país.
Esperamos, pues, los amigos del Negro Martino, que de una vez por todas se levante su persecución, así él puede volver a sus estudios y trabajo. Es un pedido también a los miembros de la embajada israelí: un pueblo como el de Israel, que ha sufrido en su larga vida tantas discriminaciones y persecuciones, debería aportar aquí su mano abierta a quien sólo expresó su opinión en un acto público.
La democracia también se funda con generosidad, que en este caso sería verdadera justicia."
19 nov 2010
Todas las voces, todas
La Ley que amplía las voces sigue avanzando: canal 27 para Daniel Hadad. Se dice que Hadad sería un pueblo originario
Derecho internacional y positivismo
Dos queridos y prestigiosos colegas, Sévane Garibian y Alberto Puppo, acaban de publicar un libro importante, por Fontamara, México. Va la info sobre el libro.
Las relaciones entre el orden jurídico, los valores que determinan su contenido, y los poderes que se trata de ejercer, parecen revolucionadas cuando se observa el funcionamiento de la comunidad internacional. Desde principios del siglo XX, la tentativa de una minoría de estados de luchar contra algunas violaciones extremas de los derechos fundamentales de la persona humana lleva más allá de las fronteras trazadas por la doctrina positivista. Si el mito de un juez “boca de la ley” no sobrevive a la experiencia de Nuremberg, su poder creativo no es incompatible con una visión positivista sensible a las interacciones entre sistemas normativos. Un análisis de las argumentaciones de algunas jurisdicciones, penales internacionales y regionales, constituye una traducción práctica de la nueva realidad que el positivismo debe explicar. Los textos de este volumen analizan la complejidad de la relación entre poder, derecho y moral como del impacto, en tal contexto, del trabajo de los jueces.
Sévane Garibian es Doctora en Derecho por las Universidades de París X y Ginebra. Investigadora del Centre de Théorie et Analyse du Droit (Paris X/ CNRS), y Profesora de Filosofía del derecho en la Universidad de Neuchâtel, sus trabajos sobre el papel del derecho frente a la criminalidad de Estado han dado lugar a numerosas publicaciones internacionales. Actualmente, prepara una investigacion post-doctoral en Argentina, para la cual ha obtenido una beca del Fondo Nacional Suizo para la Investigación Científica.
Alberto Puppo, discípulo de la "escuela genovesa", es Doctor en Filosofía analítica y teoría general del derecho por la Universidad de Milán e investigador del Centre de Théorie et Analyse du Droit (Paris X/ CNRS). Actualmente es Profesor-Investigador invitado en el ITAM, donde imparte cursos de Teoría del derecho y de Filosofía del derecho internacional.
18 nov 2010
Criticar a Przeworski
Muy linda la presentación de la colección de Igualitaria, con Adam Przeworski. Primero hablamos Carlos Díaz, de Siglo XXI, Marcelo Leiras (quien escribió el prólogo del libro), y yo. Carlos recordó cuando trabajaba en la librería Gandhi, y tenía a Adam como best seller, y autor de culto. Marcelo recordó cuando iba a la Gandhi, y compraba los libros de Adam, y comentó algunos rasgos distintivos de este último, y su valor para los lectores locales. Adam también agradeció y repartió elogios, pero en seguida dio un giro que lo pinta de cuerpo entero.
En efecto, y en un gesto que describe quién es, pidió que no ahorráramos críticas y lo ayudáramos a pensar. Propuso entonces tres temas que, luego de escribir el libro, lo seguían intrigando, y sobre los que entonces nos pusimos a discutir: i) el vínculo dinero y política, y la dificultad de pensar y resolver los problemas generados desde allí; ii) la cuestión del diseño institucional ideal, y las relaciones entre el sistema de frenos y contrapesos y el sistema de derechos; y iii) el tema de si la libertad resultaba expandida o no, o lo contrario, a partir de la existencia de derechos enumerados. Marcelo complejizó bien el problema del dinero en política (con qué estándard medimos si es mucha o poca influencia; cómo definimos qué nivel es adecuado; por qué el empresariado puede querer influir en política -si, por caso, le puede bastar con desinvertir). Yo le cuestioné varios puntos, pero sobre todo el énfasis que ponía en el peso histórico del valor libertad, sobre el valor igualdad.
En todo caso -y es lo que sostuve también en la charla- lo que más celebro es su actitud frente a la crítica: la crítica es imprescindible, aunque algunos le tengan miedo; otros la tomen como una declaración de guerra; y otros hayan tomado por política el quedarse callados, o denigrarla.
Extraordinaria
Nuevo libro-Elster
La explicación del comportamiento social. Más tuercas y tornillos para las ciencias sociales
Dicen los editores:
Este libro es una versión ampliada, revisada y autocrítica de Tuercas y tornillos: Una introducción a los conceptos básicos de las ciencias sociales, volumen del autor que conquistó la aclamación de la crítica. En veintiséis capítulos, Jon Elster describe la naturaleza de la explicación en las ciencias sociales; analiza los estados mentales -creencias, deseos y emociones- que son precursores de la acción; hace una comparación sistemática de los modelos de comportamiento basados en la elección racional con explicaciones alternativas; examina las posibles enseñanzas que las ciencias sociales pueden extraer de la neurociencia y la biología evolutiva, y revisa los mecanismos de la interacción social, desde el comportamiento estratégico hasta la toma colectiva de decisiones. Nos ofrece un panorama general de los mecanismos explicativos claves de las ciencias sociales, sobre la base de cientos de ejemplos y el recurso a una amplia variedad de fuentes: psicología, economía comportamental, biología, ciencias políticas, escritos históricos, filosofía y ficción.
Reportaje
Hoy a las 23, en el programa ASUNTOS PUBLICOS, del canal Magazine (la verdad es que ni se en que número de la grilla está), pasan un buen diálogo que tuvimos con dos periodistas interesantes, Silvia Naishtat y Mabel Thwaites Rey.
Marcelo Bielsa
En este reportaje (acá), don Rafael Bielsa cuenta que está enojado con su hermano, porque nuestro admirado Marcelo no le mandó sus condolencias cuando falleció NK. También cuenta esta pequeñita anécdota, que es lo que me interesa destacar:
"Una vez teníamos un acto. Fue el primero y el único al que me acompañó mi hermano Marcelo, la única vez que Marcelo y Néstor se vieron. Néstor no habló en todo el viaje. Después le dije: «Che, Néstor, no le dirigiste la palabra a mi hermano». Y me contestó: «No, no. Es que estaba tan serio»." Marcelo, una línea de conducta.
P.D.: Nuestros saludos al técnico que ayer se despidió, con otro triunfo, de la selección chilena. Gloria y loor.
"Una vez teníamos un acto. Fue el primero y el único al que me acompañó mi hermano Marcelo, la única vez que Marcelo y Néstor se vieron. Néstor no habló en todo el viaje. Después le dije: «Che, Néstor, no le dirigiste la palabra a mi hermano». Y me contestó: «No, no. Es que estaba tan serio»." Marcelo, una línea de conducta.
P.D.: Nuestros saludos al técnico que ayer se despidió, con otro triunfo, de la selección chilena. Gloria y loor.
17 nov 2010
Este jueves estamos en El Rojas, con Adam Prz.
SE LANZA LA COLECCION DERECHO Y POLITICA DE IGUALITARIA-SIGLO XXI
Jueves 18 de Noviembre, 19.30hs
Auditorio Centro Cultural Ricardo Rojas
Corrientes 2038, Ciudad de Buenos Aires
Participan: Roberto Gargarella, Marcelo Leiras, y el autor
Colección Derecho y Política
Qué esperar de la democracia
Límites y posibilidades del autogobierno
Adam Przeworski
296 págs. | 21 x 14
ISBN 978-987-629-140-8
Qué esperar de la democracia
Límites y posibilidades del autogobierno
Adam Przeworski
¿Qué hacen las personas cuando votan? Votar es un acto físico: pronunciar en voz alta el nombre de alguien, introducir un papel en una caja, apretar un botón, tocar una pantalla. Pero tanto las consecuencias políticas como las interpretaciones culturales de ese acto han sido profundamente distintas en países y épocas diferentes. Votar no es lo mismo que elegir; en realidad, puede no tener ninguna relación con elegir.
En este libro ambicioso y oportuno, Adam Przeworski —quien dedicó sus investigaciones a explorar los límites de la democracia— revisa la historia de las instituciones representativas, a la vez que ofrece una original mirada sobre la genealogía y la lógica de los ideales de autogobierno, libertad e igualdad, apoyada en modelos analíticos y análisis estadísticos.
Con esclarecedores argumentos el autor reflexiona acerca de por qué la democracia es hoy el único principio de legitimidad disponible para los gobernantes y aceptable para los ciudadanos, por qué deberíamos elegir ese sistema, qué podemos esperar de él y en qué aspectos deberíamos reformarlo.
16 nov 2010
Ni una coma
Al enviar su proyecto de Presupuesto al Congreso, la Presidenta optó por seguir una línea discursiva propia del ex-presidente cuando mandaba sus iniciativas al Congreso (i.e., el de reforma del Consejo de la Magistratura): "no se le modifica ni una coma." Hay que avisarle a CFK que
1) se trata de la llamada ley de leyes, que nos motiva a discutir sobre todo lo que importa en nuestra vida pública (cómo pensamos la justicia social, sin ir más lejos)
2) vivimos en democracia
Lo que dijo la Presidenta es un horror para los que vemos a la democracia como discusión, pero entiendo que también debería serlo para los que no piensan como uno, y se jactaron siempre de ver a la democracia como negociación permanente. De todos modos, no escucho ni una crítica de estos últimos.
Primero se quejaban frente a supuestos ataques de mala fe. Luego de las críticas severas a la gestión. Poco después, hablar de corrupción en el gobierno nacional (la extraordinaria tarea realizada, por caso, por Página 12 en toda su vida, y hasta la llegada del kirchnerismo) pasó a ser algo propio de la derecha. Ahora, el sólo intento de pretender que el Congreso discuta, en lugar de aprobar la ley principal a libro cerrado, significa hacerle el juego a la reacción. La consigna es alinearse, rodear a la Presidenta, cerrar los ojos. Alguien está equivocándose mucho, y seguramente soy yo, porque todo esto me parece una locura.
15 nov 2010
MdP2 con asado y café
El balance de la brevísima estadía por Mar del Plata fue bueno e intenso.
Además de la buena e intensa peli de Amalric, vi al menos dos otras que valían la pena. "El ilusionista," film querible y triste, hecho por el equipo de "Les Triplettes de Velleville" pero, esta vez con el agregado de un buen guión, antes ausente, tomado nada menos que de Jacques Tati, a quien la película homenajea. También me gustó "Chantrapas," del director a quien reverencia este blog, Otar Iosseliani. El anarquista georgiano hace una película en buena medida autobiográfica, en la que muestra el tipo de censura política de la que fuera víctima en la Unión Soviética, nunca tan intensa como las restricciones artísticas y el acoso económicos que sufriera en Francia, a mano de productores e inversores diversos. (Me acuerdo una vez, durante el festival de Nueva York, a Marjane Satrapi, directora de "Persépolis" -film vital y severo sobre la vida en Irán, y el exilio forzado- perseguida por los diarios yanquis para arrancarle comentarios críticos sobre Irán, que la directora no estaba dispuesta a hacer, más allá de su film. Recuerdo, en particular, a una periodista que insistía e insistía sobre la verguenza del velo que llevaban las mujeres iraníes, y a Marjane respondiéndole con un durísimo comentario sobre la cara de ganso de las mujeres norteamericanas -dijo en verdad algo bastante más grosero- luego de los estiramientos de piel que tantas se veían obligadas a hacerse, para no sentirse socialmente excluidas). Luego de la película de Otar, y como me está pasando cada vez que termino de ver alguno de sus trabajos (o de leer algo de John Berger), tuve que salir a comer queso y tomar vino. En fin.
Además de las citadas, vi "La extraordinaria vida ordinaria de José González," sobre un músico sueco hijo de argentinos exiliados (tocaba bien); y varios documentales y falsos documentales: "La noche que no se acaba," trabajo interesante sobre un tema que no me interesaba, hecho por el siempre talentoso Isaki Lacuesta; "Inside Job," duro testimonio sobre el capitalismo y empresas, hecho con un presupuesto enorme, y el auspicio de grandes empresas; la argentina "Un rey para la Patagonia," con la que batí mi récord de retirada presurosa de una sala (y eso que tenía una marca baja); "Treinta y dos cortos sobre Glenn Gould," que es capaz de agregarle valor al increíble personaje; y "Arrieros," que me aburrió y a la que no le creí. Finalmente, vi también "Todos vos sodes capitains," que no me interesó, y a la que tampoco le creí nada, a pesar de los buenos comentarios; y "La vieja de atrás," otra peli argentina, con un guión inmaduro, pero superior a la media de las pelis argentinas (el amable director introdujo la obra anunciándonos a los espectadores que íbamos a tener que trabajar al verla, porque así le gustaba hacer las películas a él. No entiendo por qué lo dijo, y no trabajé nada).
Del Festival me llevo también un rico asado con los ex directores de El Amante-Cine, Quintín y Flavia, con quienes compartimos una animada mesa, hablando de política y pastas, luego de comenzar la noche empujando el auto, que se les había quedado sin baterías. Saludos a ellos! Algunas referencias a la reunión inter-bloques (inter-bloggers?), en el blog de ellos, por ejemplo, acá. Y luego mucho café, sobre todo en La Fonte D'Oro, que está preparando uno de los mejores cafés del país, y que es una buena prueba de que se puede tomar buen café en Buenos Aires, a pesar de la extraordinaria cantidad de pruebas en contrario.
14 nov 2010
Igualitaria: Presentamos el libro de y con Przeworski
Con Siglo xxi, este jueves presentamos la colección de libros "Derecho y Política" que impulsamos desde Igualitaria, en ocasión de la visita al país del amigo Adam Przeworski. La presentación es con él, la invitación, acá
Tratados Internacionales y Servicios Públicos: Taller
La División de Recursos Naturales e Infraestructura de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en cooperación con la Facultad de Derecho de la Universidad de Palermo, organizan el Taller "Tratados Internacionales de Protección a la Inversión y Regulación de Servicios Públicos".
El encuentro se llevará a cabo el viernes 19 de noviembre, de 9 a 19:30 hs., en el Auditorio-SUM, de la sede de Mario Bravo 1050.
Info, acá
El encuentro se llevará a cabo el viernes 19 de noviembre, de 9 a 19:30 hs., en el Auditorio-SUM, de la sede de Mario Bravo 1050.
Info, acá
MdP
En visita fugaz por el festival de cine de mardelplata, con dos puntos notables hasta ahora, la vital y libre Tournee, primera obra del gran y joven actor francés Mathieu Amalric, y la última de Sofía Coppola, insoportable pero al menos soporífera. Después expandimos, creo.
13 nov 2010
Una joya, otra joya, otra joya
Acaban de reeditar 12 discos grabados por Mercedes Sosa, entre 1966 y 1973, y vienen varios más. Pero estos primeros son extraordinardinarios, para mí los mejores: maravilla tras maravilla tras maravilla. Salieron varias notas comentando los mismos, que dan un panorama sobre lo que hay. Por ejemplo, acá.
12 nov 2010
Jornadas Cátedra (breve crónica)
Ayer organizamos las primeras Jornadas abiertas de la Cátedra, que tuvieron lugar en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho, UBA.
Empezamos las jornadas con la exposición de Federico Orlando que presentó un trabajo crítico de la jurisprudencia de la Corte Suprema sobre categorías sospechosas y recibió los comentarios de Demián Zayat, Roberto Saba y Mauro Benente. El debate de comentaristas, autor y el público fue coordinado por Juan Nieto.
En la segunda ronda estuvieron Victoria Ricciardi y el gran Alejandro Sehtman, presentados por Inés Jaurigueberry, con su trabajo sobre la judicialización de políticas de villas en la Ciudad de Buenos Aires. Los comentarios estuvieron a cargo de Gustavo Maurino y Gabriela Delamata.
La tercera mesa, coordinada magistralmente por Walquiria Coisson Vergara, tuvo a Alan Iud -Abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, además de docente de la cátedra- como expositor central. Alan presentó un trabajo donde analiza los puntos más frecuentes en discusión en el debate en torno a la extracción obligatoria de ADN y su constitucionalidad. Los comentaristas fueron Lisandro Pellegrini y Leonardo Filippini.
En la charla-debate que cerró la intensa serie de paneles de las jornadas, Alejandro Alagia y Roberto Gargarella discutieron sobre protesta social y derecho penal. Ambos, entre tantas cosas, criticaron -destacando sus esfuerzos y su obra- de diferentes formas a Luigi Ferrajoli y posteriormente conversaron sobre las distinciones con la obra de ERZ, comentaron las deficiencias del derecho penal -raquitismo en las palabras de Alagia- en general, y en especial para tomar en consideración a la democracia y a los derechos de una forma alternativa, para superar la concepción liberal de los derechos, que los reducen a meras permisiones y prohibiciones -producto de la filosofía analítica según Alagia-, negando el hecho de que son conquistas contingentes al la estructura del poder de turno. Finalmente, los autores discutieron sobre los planes de acción frente al problema del castigo penal y la relación entre teoría y práctica en el ambito de la academia legal y de la práctica de los operadores del derecho.
Gracias a todxs lxs que se acercaron y participaron!!! Salud!!
2001
De don Leonardo Filippini
Dos versiones sobre diciembre de 2001
El reciente sobreseimiento del ex presidente Fernando de la Rúa por parte de la Cámara Federal porteña por las muertes del 2001 deja un sabor amargo. Tal vez sea porque invita a una mirada en exceso indulgente respecto de los deberes de un funcionario en exceso poderoso. El presidente pudo dictar el estado de sitio, constatar cómo la gente tomó masivamente las calles en directa reacción a su anuncio por televisión, observar a la policía actuar sin mayor norte, no preguntar, no controlar, no consultar, y no tomar recaudo alguno. También pudo autografiar varios retratos para el recuerdo y rubricar un decreto despedida ordenando una treintena de detenciones antes del helicóptero final. Pero no será llevado a juicio por ninguna de las muertes ocurridas.
Para la mayoría de la sala, en efecto, ya no hay nada más que investigar. Ha quedado establecido “no sólo que Fernando de la Rúa obró con la diligencia requerida para el rol que venía desempeñando sino también que no tuvo injerencia en la implementación del operativo de seguridad desplegado en la ciudad de Buenos Aires durante el 20 de diciembre de 2001”. Actuó bien, en otras palabras. Y si algo salió mal es por responsabilidad de los miembros de su entorno, en quienes el presidente podía confiar dado que nada sugería que la represión se había salido de madres.
Para el juez disidente, en cambio, ocurrió otro diciembre, quizá más parecido al que percibimos otros y existen otros deberes y otras consecuencias. Por empezar, la investigación debe continuar. Por otro lado, todo demostraria que lejos de la diligencia debida, el acusado no cumplió con sus "... deberes de vigilancia, control o supervisión". Haber mantenido la orden de impedir las manifestaciones “a pesar de las consecuencias dañosas que, como era público y notorio, seguían produciéndose”, alcanza ya, dijo el juez, para responsabilizar al ex presidente por su conducta negligente “de no haber actuado para que cesaran los resultados lesivos, pese a que sus comportamientos precedentes así se lo exigían y que, obviamente, tenía amplias facultades para hacerlo.”
El fallo acá
http://www.cij.gov.ar/nota-5448-Confirman-el-sobreseimiento-de-Fernando-De-la-Rua-por-incidentes-del-20-de-diciembre-de-2001.html
Dos versiones sobre diciembre de 2001
El reciente sobreseimiento del ex presidente Fernando de la Rúa por parte de la Cámara Federal porteña por las muertes del 2001 deja un sabor amargo. Tal vez sea porque invita a una mirada en exceso indulgente respecto de los deberes de un funcionario en exceso poderoso. El presidente pudo dictar el estado de sitio, constatar cómo la gente tomó masivamente las calles en directa reacción a su anuncio por televisión, observar a la policía actuar sin mayor norte, no preguntar, no controlar, no consultar, y no tomar recaudo alguno. También pudo autografiar varios retratos para el recuerdo y rubricar un decreto despedida ordenando una treintena de detenciones antes del helicóptero final. Pero no será llevado a juicio por ninguna de las muertes ocurridas.
Para la mayoría de la sala, en efecto, ya no hay nada más que investigar. Ha quedado establecido “no sólo que Fernando de la Rúa obró con la diligencia requerida para el rol que venía desempeñando sino también que no tuvo injerencia en la implementación del operativo de seguridad desplegado en la ciudad de Buenos Aires durante el 20 de diciembre de 2001”. Actuó bien, en otras palabras. Y si algo salió mal es por responsabilidad de los miembros de su entorno, en quienes el presidente podía confiar dado que nada sugería que la represión se había salido de madres.
Para el juez disidente, en cambio, ocurrió otro diciembre, quizá más parecido al que percibimos otros y existen otros deberes y otras consecuencias. Por empezar, la investigación debe continuar. Por otro lado, todo demostraria que lejos de la diligencia debida, el acusado no cumplió con sus "... deberes de vigilancia, control o supervisión". Haber mantenido la orden de impedir las manifestaciones “a pesar de las consecuencias dañosas que, como era público y notorio, seguían produciéndose”, alcanza ya, dijo el juez, para responsabilizar al ex presidente por su conducta negligente “de no haber actuado para que cesaran los resultados lesivos, pese a que sus comportamientos precedentes así se lo exigían y que, obviamente, tenía amplias facultades para hacerlo.”
El fallo acá
http://www.cij.gov.ar/nota-5448-Confirman-el-sobreseimiento-de-Fernando-De-la-Rua-por-incidentes-del-20-de-diciembre-de-2001.html
Por Martino
A la Cámara Nacional de Casación Penal, Sala N° IV, por la causa Manuel Roberto Martino:
Los abajo firmantes queremos manifestar nuestra profunda preocupación por la privación de libertad que viene sufriendo Roberto Martino, histórico dirigente social que se encuentra acusado y detenido a partir de hechos surgidos por una situación de protesta social.
De acuerdo a lo que surge de la propia causa, Roberto Martino fue acusado de una gran cantidad de delitos de suma gravedad por parte del Dr. Bonadío, entre ellos el de “prepotencia ideológica”, queriéndose establecer la ilegalidad de la organización de la cual es referente. Además se lo acusó de violar la ley “antidiscriminatoria”, alegando que Martino y su organización sostenían públicamente posiciones antisemitas.
Sin embargo, en el marco del cuestionamiento a la gran cantidad de acusaciones contra él, el 15 de julio pasado la Sala I de la Cámara Federal tuvo que reconocer que la organización de la cual es dirigente no tiene como objetivo imponer sus ideas por la fuerza y que tampoco la organización ni Martino tienen posiciones antisemitas.
La causa en su contra sigue y no han caído todavía todas las acusaciones. En ese sentido, por una parte denunciamos que la situación que viene sufriendo está enmarcada en la criminalización de la protesta social. Por otra parte, exigimos que ante el cambio de carátula de la causa, se ordene la libertad de Roberto Martino ya que no existe motivo alguno para que continúe detenido.
Adolfo Pérez Esquivel, Osvaldo Bayer, Elia Espen (Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora), Norman Briski, Padre Farinello, Maristella Svampa, Carlos Aznarez, Gerardo Romano, Pablo Micheli (CTA), Roberto Gargarella, Pablo Bonavena, Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad), Atilio A. Boron (Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales); Diego Cardias, Pablo Villalba y Andrés Padellaro (Comisión negociadora de la Asamblea de trabajadores tercerizados FFCC Roca “Mariano Ferreyra”)Néstor Kohan, Christian Castillo (PTS), Javier Hermosilla (Comisión Interna de Kraft), Marcelo Parrilli (Legislador de la Ciudad de Bs. As.), Myriam Bregman (CEPRODH), Arturo Blatezky (MEDH), Vilma Ripoll (Legisladora MC de la Ciudad de Bs. As.), Héctor Bidonde (Legislador MC de la Ciudad de Bs. As.), Dr. Roberto F. Cipriano García (Coordinador Comité Contra la Tortura Comisión Provincial por la Memoria, Provincia de Buenos Aires, Argentina), siguen las firmas
11 nov 2010
Duros debates por la aprobación del presupuesto
"A pesar de las ofertas recibidas, nunca venderé mi voto al oficialismo, y muchísimo menos a un precio tan bajo!" -sostuvo, fuera de sí, el legislador opositor.
10 nov 2010
Los 4 pilares de la inseguridad, ay!
Reafirmando que, en materia discursiva, de Narváez es kirchnerismo con power point, nos encontramos con este artículo sobre "las soluciones" al problema de la inseguridad, firmado por el coordinador de los equipos de gobierno de de Narváez, el ex director del CIPECC, ND. El artículo, acá.
Sobre la inseguridad, el discurso de Néstor (lo vimos, por ejemplo, acá), era más cárceles, condenas más largas y efectivas, más policía. En el texto denarváecista, se habla, de modo muy semejante, de "los cuatro pilares para combatir la inseguridad": policía, leyes, justicia y cárceles, en ese orden, ay.
El texto aclara, hacia el comienzo, que lo que sigue se afirma "sin olvidar que la base de una sociedad segura es la educación y el desarrollo, que posibiliten una mayor inclusión social." Ya acá tenemos algunos problemas: por un lado, puede haber educación y desarrollo, sin inclusión social; por otro lado, no se menciona la cuestión de la igualdad; finalmente, y, a pesar de lo anunciado, el texto avanza olvidándose al renglón siguiente de todo lo relativo a la inclusión social, para quedarse sólo en el aspecto represivo de la seguridad. Así tratada, la aclaración inicial parece más una patente de corso que un compromiso intelectual.
El tratamiento posterior de los cuatro pilares (ojo, pilares como sinónimo de "columnas," no del partido de Pilar) es, además, muy problemático. Primero, porque con niveles de pobreza y desigualdad como los que deja el kirchnerismo, los desafíos a la seguridad normalmente se entienden y en ocasiones se justifican. Para decirlo mejor, si el problema es social, la solución no es penal. La solución debe ser social.
Segundo, porque los estudios que todos tenemos nos dicen que la presencia policial desplaza geográficamente, y en el mejor caso comprime, al problema, en lugar de resolverlo.
Tercero, porque el "pilar" de las leyes, según se nos aclara en el texto, no es en verdad un problema -el problema al respecto, se nos dice, es ejecutivo y no legislativo, por lo cual no se entiende la mención al "pilar" de las leyes.
Cuarto, porque al tratarse el "pilar" de la Justicia, se habla de tecnología e independencia judicial, que es -lo digo con sincero respeto- lo más obvio, superficial e inútil que se puede decir al pensar en la relación justicia-inseguridad.
Quinto, porque la creación de "más plazas penitenciarias" ("plazas"??) es poner el problema cabeza abajo: cada país tiene el nivel de presos que quiere, y lo escoge en primer lugar definiendo el tipo de conductas que quiere criminalizar, y los niveles de responsabilidad a los que decide apuntar. Mientras la cárcel sea para los Favale y no para los Pedraza o Moyano, que son los que dan las órdenes, vamos a tener que seguir abriendo más y más plazas.
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