16 feb 2014

Por qué no me siento interpelado por Carta Abierta?



(publicado en Perfil de hoy, acá)

La Carta Abierta número 15 (“La Patria está en peligro”) termina con un angustiosa plegaria, convocando a los que no militamos en el kirchnerismo. Se nos invita a “un nuevo estilo movilizatorio, una confluencia” que permita que “los temas que laten en las bocas y corazones” de millones se conviertan en “nuevos cánticos.” Mi impresión es que, publicada la carta, no se ha producido el deseado desplazamiento de millones (digamos, tampoco de una docena) de “bocas y corazones” buscando la letra de los “nuevos cánticos”.

Hay un problema serio en la convocatoria de Carta Abierta. El problema es de ellos, y exige reflexión de su parte. Por qué es que tantos no nos sentimos interpelados por su convite? Por qué es que la generosa invitación que nos hacen no resulta en absoluto creíble? Ocurre esto: cuesta encontrar en la Carta 15 una convocatoria sincera y de brazos abiertos. Cuesta reconocer una proposición pluralista en una Carta que, todavía hoy, necesita llevar adelante una insoportable gimnasia genuflexiva antes de insinuar un matiz de diferencia con el gobierno. Por qué alguien debería ver en la Carta una citación a los que piensan distinto, cuando sus autores se sienten obligados, luego de diez años, a untar cada párrafo con la melaza del “proceso transformador conducido por Néstor y Cristina”? Los convocados también deberemos santiguarnos frente al cuadro de Néstor y Cristina abrazados, antes de pedir la palabra?

La última línea de la Carta 15 resulta especialmente conmovedora: “Escuchemos todos, escuchémonos a tiempo.” Una línea amable pero a estas alturas inverosímil. Sólo unos meses atrás, algunos, entre tantos (formo parte, por caso, del colectivo Plataforma 2012) alertamos sobre una reforma de la justicia que venía a limitar los recursos legales de los más desamparados. Sostuvimos que los antecedentes del General Milani lo convertían en un candidato inapto para cualquier función pública. Denunciamos la fastidiosa afrenta simbolizada por las cotidianas mentiras del INDEC. Señalamos la corrupción estructural que arrastraba al Vicepresidente de la Nación y llegaba aún más arriba. La respuesta recibida osciló, en todos los casos, entre la ignorancia, la burla y la descalificación. Para Carta Abierta, la reforma de la justicia era democratizadora; el nombramiento de Milani era “paradojal”; las mentiras del INDEC un tema propio de las “tensiones del presente”; y el Vicepresidente un amigo con el que aún hoy se gritan los goles que estaban secuestrados. Los entiendo perfectamente: no representamos a nadie y los ocupan asuntos más importantes. Pero no nos pidan ahora, que ven dificultades en el camino, que nos creamos la invitación fraterna del “escuchémonos a tiempo.” “La patria está en peligro,” sí, pero resulta que cuando les avisamos éramos todos “destituyentes.” (Somos parte, se nos dice ahora, de los obnubilados por “la neblinosa cortina de cenizas que imparten los magnos catecismos de la piqueta del demoledor o la pala del enterrador”).


Lo que es más importante: hay error en la Carta 15, sino inicuo encubrimiento, en la referencia constante a fuerzas oscuras que “asedian” “acosan” e “imponen” políticas malhadadas al gobierno, cuando buena parte de esas fuerzas malhechoras habitan felices dentro del gobierno. Un gobierno saturado de gobernadores que reprimen a los más pobres, intendentes que juegan el juego más peligroso, legisladores que amueblaron sus pisos con las privatizaciones menemistas, y funcionarios que vivaban a la dictadura En solitario, Horacio González pidió hace unos días terminar con la “explicación complaciente,” permitiendo que “las razones propias sean porosas” a “lo real sin más”. Éste sería otro comienzo: abandonar ya la justificación de lo imperdonable; hablar claro, por fin, del mal que está adentro y con el que se hacen negocios. Denunciar de una vez, en voz bien alta, el minucioso ocultamiento: la mentira oficial corroe el alma de todos.

5 comentarios:

Francisco J dijo...

Interesante además, que la "patria en peligro" se deba -en la argumentación de la CA 15- a "enemigos internos", una vieja concepción que proviene, entre otras fuentes, de la Doctrina de la Seguridad Nacional de los años '60 y '70. Además, en su clave laclausiana, esa idea de "Patria" es absolutamente flotante, de forma que se vuelve inclusiva o exclusiva de acuerdo a las necesidades del momento, de allí que Boudou pueda ser un "patriota" y, cuando lo condenen (si es que lo hacen), será el "infame traidor" que ya son para ellos Massa, Otacehé, etc. La "Patria" no es el "otro" para CA, es quién ellos dicen qué es y cuándo ellos lo dicen. Esto es, se arrogan el monopolio de la designación. Una nueva arbitrariedad del kirchnerismo, esta vez en clave "intelectual".

fahirsch dijo...

No es una exclusividad del kirchnerismo: es la posición que siempre han tenido los nacionalistas, los peronistas, los grupos de izquierda ( para ser justo ellos hablan de "Pueblo", pero vale lo mismo) y tantos otros.
Forma parte de la visión conspirativa que, como la mayoría de los argentinos, tienen en general: "Nosotros sabemos todo. Si algo sale mal es culpa de los OTROS, gente mala que nos desea lo peor y trabajan en ese sentido."

Anónimo dijo...

El porpio Nestor Kirchner los consideraba unos delirantes y no los bancaba.

http://www.lanacion.com.ar/1664581-el-kirchnerismo-cura-heridas-con-acido-sulfurico

Anónimo dijo...

Tu nota es clara, concisa y demoledora. No veo posibilidad alguna de réplica. Gracias por transmitir de manera tan clara lo que a varios de nosotros se nos pasó por la cabeza de forma mucho más oscura y desarticulada.
Saludos,

El Imparcial del Norte

Anónimo dijo...

Complementar con la de Sarlo de ayer. Están muy bien las dos.