30 sept 2007

Vicentico: Acá hay algo




Como es habitual cada vez que habla: infinitamente mejor que leer a tantos de quienes nos rodean. Mucho que aprender de él, sobre la necesidad de repensar la legalidad, la misión del artista, Kirchner, la división del mundo entre buenos y malos, la tristeza infinita.
(fragmentos tomados de la Rolling Stone Latinoamérica, Sept. 2007)


A mí me daban ganas de que “Los caminos de la vida,” por ejemplo, fuera escuchado no por los pibes sino por gente de otra edad, gente más grande. Este club donde viene a jugar mi hijo es un club de barrio total y a mí me hace feliz que las señoras me vengan a saludar. Sé que en algún momento yo les voy a poder decir: “Señora, hay muchas cosas que yo veo de usted y de su mundo que no están buenas.” No es que quiera pordebajearla, pero por ahí puedo hacerle entender que fumar porro no está mal…Pero eso no se lo quiero decir a un pibe de 18 años que ya lo sabe, yo se lo quiero decir a una mamá de 50, y que no le queme la cabeza al hijo. Esa pelea me interesa mucho darla.

Lo sientes como una especie de misión?

No, no diría tanto, “misión” es una palabra con demasiada solemnidad, pero sí creo que puedo ser alguien capaz de transmitir una idea. A ver: yo soy un freak total, soy un gordo fumón, que nunca estudió, nunca hizo un carajo, pero llegué hasta acá y estando acá yo le puedo decir: “Señora, si su hijo se fuma un porro en vez de cagarlo a trompadas o llamar a la policía, haga otra cosa; pregúntese si no puede estar buenísimo, si no es interesante, si esto no nos cambia la vida, si en esto no hay un camino diferente; qué se yo.” Para eso estos discos, para poder llegar hasta otra gente. Está mal que esté diciendo esto.

Por?

Porque nunca lo digo, y cuando lo digo nadie me cree. Esto fue un plan pensado y ejecutado por mí. Si me ponía a hacer punk rock no iba a llegar mucho más allá de donde ya había llegado.



Mi modo de vida sigue siendo el rock

Que es?

Yo nunca voy a trabajar en un banco, nunca voy a votar, los partidos no me representan porque hago cosas ilegales, tengo mi familia y la cuido como su fuera oro, y toda mi familia va a estar protegida y nunca voy a bardear ahí. Después, mi modo de vida es estar contra el mainstream, pero del mainstream de verdad, no del mainstream de las compañías, entendés? El mainsteam de las compañías es falso, porque todos queremos vender discos, los Redondos quieren vender discos y yo quiero vender discos. Uno lo lleva a la disquería, a mí me lo lleva Sony BGM, y me dan plata. No tengo un problema ahí, pero sí tengo un problema, cómo decirte, con Kirchner no voy a sentarme nunca a hablar.

No te sentarías a su mesa.

No voy a ir a tocar a la Casa Rosada, así Kirchner sea buena onda o mala onda, y no voy porque es un lugar con el cual yo no puedo estar nunca de acuerdo, porque nunca voy a estar de acuerdo con nadie que haga política; la política no forma parte de mi mundo ni va a formar parte nunca, ni la izquierda ni la derecha, todo me parece falso, equivocado. Ya la conocí por adentro, cuando era pibe que militaba en partidos de izquierda. No sirve. Yo creo que el cambio y la revolución se pueden hacer desde un lado más hondo que todo eso. Ahí conmigo hay cero posibilidad de transa.

El cambio así planteado, sigue siendo una categoría suficiente?

Sí, desde luego, todavía las cosas pueden cambiar.

Podríamos empezar por preguntarnos cuándo y cómo…

Esto va a cambiar cuando legalicen la marihuana. No lo digo por el típico “eh, loco, legalícenla.” Me refiero a cuando estemos conectados con algo dentro de cada uno de nosotros y seamos más los buenos que los malos…

Vamos por los buenos, quiénes son?

La gente que busca hacer cosas. Yo hago canciones y me interesa que suenen lindas. Vos hacés notas y querés que te queden bien. Otro hace cine. Otro pinta. Los buenos somos muchos y simplemente tratamos de hacer cosas buenas.

Listo, y los malos?

Hay gente que hace maldades ínfimas y hay gente que hace maldades gigantes. Maldades inmensas, como crear una guerra y mandar a matar a todo el mundo en los países que invaden; y hay maldades más pelotudas, como tener un programa de chismes en América y dedicar tu vida a bardear a los demás. Vos lo ves a Rial, pasás por el programa de él y el tipo está: bla bla bla…haciendo el mal. A eso vas a dedicar tu vida? No, dejame de joder…





Me di cuenta de que el mosh y el auge y la furia, todo eso que nos hacía tan bien, ese entregar y entregarme tanto, bueno, era un error.

Por qué?

Porque le estaba quitando magia a la cuestión. Está bien que uno vaya por el lado de la famosa entrega del artista, estilo, “uh, qué entrega tiene este tipo.” Pero cuando te entregás de más, se pierde un poco de magia y todo acaba en un emparentamiento de lo más barato, y eso se une con pordebajear, con decir cosas de la manera en que todos están esperando que las digas y eh, a ver esas palmas…! Entonces, ese es el punto en donde todo se vuelve reaccionario.

Entonces?

Yo quiero más silencio, una especie de reflexión más emocional, que las cosas no pasen por decir lo que vamos a hacer: “ahora me tiro al público,” “ahora hacemos coros.” Prefiero dejar lugar para que el otro escuche música, que la gente descubra los tonos del timbre del cantante y que eso te lleve hacia algún lado más profundo que ese otro al que puede llevarte la arenga loca y al pedo.

Tu voz se lamenta de qué?

Si le vamos a poner a mi voz un nombre que no es, prefiero ponerle “tristeza infinita.” Mi vida no es una tristeza infinita, pero hay un punto en que si vos te quedás solito en el universo y te mirás, eso es tristeza infinita.

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