28 oct 2018

El pánico y la extorsión democrática

Un solo comentario, frente a la tragedia en Brasil (y dejando para más adelante otros, relacionados, por caso, con las responsabilidades -no asumidas- de los gobiernos previos en la creación de las tempestades que hoy nos azotan). Quiero concentrarme en una crítica, vinculada (otra vez) en el apuro de muchos, ansiosos por reafirmar su posición elitista: “la gente no sabe votar,” “actúan como rebaño”, “todos manipulados (menos nosotros).” Lo cierto es que estamos a la merced de una “extorsión del sistema democrático”, que virtualmente nos impide conversar, nos autoriza una mínima expresión cada tantos años, nos obliga a sintetizar de un modo irracional decenas de demandas, que luego interpreta –quien gana- del modo en que más le conviene.

A poco de nacer, el sistema democrático fue vaciado de contenido efectivo, y de las herramientas que en algún momento tuvo, o que se habían pensado para él. Originariamente, el voto periódico fue concebido como un “puente” entre muchos otros, reales-existentes o imaginables, entre electores y elegidos (instrucciones obligatorias, mandatos revocables, rotación obligatoria, elecciones anuales, asambleas comunales-cabildos, etc.). Con las “revoluciones” triunfantes, en Estados Unidos y América Latina, el único puente que quedó en pie fue el voto periódico: los otros puentes se quemaron, fueron “volados.” Con lo cual, se cargó sobre la espalda del voto una responsabilidad extraordinaria, que el voto no está en condiciones de cumplir. Así, quedamos todos bajo una situación de extorsión permanente: en cada votación podemos querer expresar miles cosas, pero podemos decir sólo una, y quedamos entonces a merced de esa creada impotencia. 

Frente a cada votación, de manera usual, pueden converger en nuestro voto ideas como las de “basta de inseguridad,” o “corrupción nunca más,” o “más seguridad social”, o “no más aumentos,” pero tenemos una sola herramienta de comunicación institucional, plana o de una sola dimensión, frente a la cual el principal intérprete es “el poder.” Entonces, quien gana la elección puede luego leer –interpretar- mi voto, diciendo lo que quiere escuchar: “ah, has dicho fascismo”, “ah, reclamas homofobia”, “ah, has pedido machismo.” Ello, cuando muchos quisieron decir “inseguridad no, homofobia tampoco,” o “basta de machismo, pero por favor mejoras sociales, y basta de corrupción”  y así al infinito. A partir de las herramientas que (no) tenemos, no podemos discernir nada; decir más de una cosa; establecer matices; pedir “esto sí, pero aquello no”; exigir “este funcionario sí, pero aquel no;” responsabilizar de modo discriminado; repartir con nuestro voto premios y castigos: nada. 

Como si estuviéramos todavía en la época de las cavernas, seguimos sin posibilidad de llevar adelante una “conversación democrática”: sólo tenemos la capacidad de arrojar algunas piedras contra la pared, cada tanto tiempo, con la esperanza de que se entienda nuestro “mensaje arrojado.” Seguimos careciendo de palabra política. Estamos forzados a ranquear nuestras preferencias y demandas (digamos, seguridad frente a dignidad; honestidad presunta frente a autoritarismo), escoger una sola de ellas (votando, por caso, al candidato que favorece seguridad, pero que deja dudas sobre su carácter democrático), y confiar en que se va a saber de-codificar el mensaje que ofrecimos. Entonces, no es cierto que el pueblo sea tonto, que vote tan mal, ni que sea tan manipulable. Sin eliminar su responsabilidad de nada, lo cierto, lo más importante, es que padecemos un sistema democrático vaciado, que hace que vivamos –nosotros, como votantes- extorsionados, y a la merced del amplio poder del poder de turno.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Mujica contra la teoría boba de la democracia de waldron:
https://www.pagina12.com.ar/151635-desgraciadamente-los-pueblos-se-equivocan

rg dijo...

habría que leer una página de waldron antes de atribuirle cualquier bobada

Anónimo dijo...

No sé Roberto.. a veces me da la sensación de que tu lectura es demasiado caritativa. El presidente electo de brasil dijo que está a favor de la tortura, que si fuera presidente cerraría el congreso, que contratar a una mujer es por regla general una mala decisión, admitió ser homofóbico... frente a alguien que dijo todas esas cosas no es una buena excusa decir "bueno pero yo lo voté porque quiero más seguridad y menos corrupción". Existe entonces un problema social, que se manifiesta en la erosión de ciertos principios o valores que quizás considerábamos que tenían más vigencia de la que en verdad tienen. O al menos un grave problema de desinformación (si es que la gente ignoraba esas consignas, lo cual es más dudoso) No creo que el resultado de una elección así, cuando los dichos del candidato son tan contundentes, sea atribuible a meras deficiencias estructurales del sistema democrático. Hay que hacerse cargo: el tipo dijo todo eso y la gente igual fue y lo votó
Tomás

rg dijo...

no estoy de acuerdo. para mí es expresión de un sistema institucional (el democrático constitucional) que impide la "conversación pública." te doy un ejemplo. yo creo que fernando h. cardoso, que no confesó su voto, votó a bolsonaro, contra la "arrogancia" (que atribuye al pt). decir que el voto de cardoso (y de millones de otros que votaron por otra "causa primera" que no es fascismo, tipo "basta de robo," "mejora económica", "más seguridad," "que no me maten"), es un voto fascista, es decir cualquier cosa que uno tiene ganas, pero no describir la realidad. el sistema te obliga a ranquear tus preferencias, y reprimir todas las otras, y te da una sola chance (no quiero decir "bala"): y la gente ranquea como puede y le dejan

julieta eme dijo...

no sé... estoy un poco con el comentario anterior. tiene que haber un límite. se puede votar a un filo fascista declarado y aún seguir diciendo: pero yo quería decir basta de corrupción? eso también es suponer que la gente es muy tonta. no hay otras maneras de decir basta de corrupción sin votar a un filo fascista? tal vez haya que aceptar que la gente ahora quiere eso: represión, discriminación, fascismo. a veces se gana y a veces se pierde. sólo queda luchar por lo que uno sigue considerando correcto. me parece...

rg dijo...

no estoy de acuerdo julieta. el sistema democrático te extorsiona. ponele que sos una persona de buena fe, que por alguna razón creíble, creés que el pt allá montó un sistema de choreo infernal, y que para colmo mantuvo o agravó la desigualdad ya gravísima, y convivió con decenas de miles de muertos anuales por inseguridad. decís: lo más que quiero es que se vayan estos (ponele, por mi hijo al que mataron, por mi tio que está en la calle, por...). bueno, tenés un solo voto, en un ballotage. YO nunca votaría de ese modo (votaría en blanco), pero entiendo que muchos hayan digo: tengo una sola chance, y los que permitieron que muriera mi hijo van a volver festejando, yo no quiero, y el bolsonaro éste los saca, y aparte no creo que sea tan como dicen. Ahí hay una combinación de hechos (las muertes ya habidas, la gente en la calle, los robos, la inseguridad), con algunas creencias sobre las que podemos dudar pero no tenemos certezas (no creo que sea realmente nazi -fijate: el candidato más votado, por muchísimo, en israel), y algunos datos del sistema institucional: no podés meter UN SOLO MATIZ, es todo o nada. Bueno, mi conclusión es que el sistema es una porquería, porque al ejemplo del caso le "obliga" a votar a alguien que parece un montón de cosas horribles. Insisto, no sería nunca mi voto, pero ha sido el voto de millones: "no debe ser realmente como dicen los del pt + no quiero que vuelva el pt por favor, no quiero más inseguridad, qué hago"

rg dijo...

lo único que quiero decir es que el sistema te pone en una extorsión, no te permite un matiz, no te ayuda un centímetro en el desarrollo de la conversación. te pide que tires tu piedra contra la pared y "yo que gané interpretaré tu mensaje"

julieta eme dijo...

gracias por la respuesta. obvio es muy atendible todo lo que decís. más allá de la desazón. saludos.

Ramiro dijo...

Totalmente. Sumo: el escenario de polarización total, absoluto (estoy volviendo de Brasil, luego de una semana ahí siguiendo las elecciones), no deja resquicio de nada --- son dos mundos que no dialogan entre sí. Y sumo algo más, para complejizar todo: hay un sector social *envalentonado*, me parece, que es el de la "derecha religiosa" que durante años callaron y ahora quieren su lugar en la mesa de toma de decisiones democrática, de una manera muy problemática y muy "de reacción".

andresvas dijo...

Roberto, pongamos que estamos de acuerdo en lo extorsivo y reduccionista de un sistema que te obliga a decidir y darle el mandato casi en blanco a uno de los dos para que haga lo que quiera. Igual, siempre, si creemos en la democracia en cualquiera de sus versiones, tenemos que pensar que cada uno de nosotros es responsable cuando decide cuál es la mejor opción, o aún la opción por ninguno si ninguna opción es aceptable. Todos nos podemos equivocar, FHC, el pueblo, vos o yo, y todos tenemos derecho desde nuestra valoración a opinar eventualmente que la mayoría se equivocó, particularmente en casos groserísimos como este. Otra cosa es sostener el derecho a equivocarse en democracia y comprender los motivos de esa equivocación. Todos los atenuantes que señalás para analizar el voto de la gente, los conocemos cada uno de los que votamos e igualmente tenemos la responsabilidad de definir en última instancia qué es mejor y qué peor, y hacernos cargo de eso.

andresvas dijo...

Sigamos viendo cómo actúa el juez Moro

http://www.telam.com.ar/notas/201810/301044-el-juez-moro-felicita-a-bolsonaro-y-le-pide-reformas-en-la-economia.html

rg dijo...

no tengo desacuerdos. mi punto es sobre la pobreza a la que quedó reducido el sistema democrático, tanto en su armado (checks and balances, etc.) como en su interpretación ("si querés desafiarme, armá tu partido político y ganame las elecciones"). (casi) la nada misma

DVD dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Hola profesor.
Dos cosas, primero creo que lleva razón en lo que relata bastante claramente A. Katz, el hartazgo de la tolerancia o del seguir siendo tolerante hacia todo lo "malo" que permite el sistema que nos rige con los matices o no del caso (corrupción, inseguridad, hiper-pobreza estructural, mentiras eternas como en casi toda latinoamerica...) y también un componente de culpabilidad que le atribuye el Brasil rico al Brasil pobre (en una versión de discriminación hacia el negro y hacia el pobre bastante importante), pero esto justifica a un Bolsonaro? No, no lo justifica pero lo impone porque no te votan 50 millones de tipos y 55 millones porque el sistema es deficiente, si porque el deficiente sistema esta prácticamente quebrado (no es una cuestión plebiscitaria y nada mas, decir eso es no ver el problemon que hay).
Lo segundo, tu afirmación, el sistema es siniestro y una porquería sin duda, ¿y? para donde agarramos porque teóricamente podríamos esbozar algún intento de algo que por mas serio que sea por el momento es totalmente superado por la amplitud de aquella hiper-falencia de la democracia tal como nos rige y que ya la has explicado amplia-mente y desde hace tiempo (como mucha gente que lo hace buscando real superación en el sistema) pero no estaría prendiendo la predica y en ese empantana-miento seria bueno conocer para donde agarrar, sobre todo si Bolsonaro no es únicamente un bocón al estilo Trump que se mando alguna media grosa pero que sabemos que el sistema lo controla con algún permitido de vez en cuando. En Brasil los militares salieron en caravana a festejar como si eso fuera normal, es verdad no salieron en los tanques todavía pero no deja de ser una muestra gratis de como sienten muchos brasileros una "dictadura", y debo decir que se sienten cómodos.

Anónimo dijo...

https://www.lapoliticaonline.com/nota/115975-el-juez-que-metio-preso-a-lula-sera-ministro-de-justicia-de-bolsonaro/

Esto me suena...

Toujours Pur dijo...

El juez Moro nombrado ministro de Justicia de Bolsonaro. Se ve que al final el Lava Jato no era un proceso de renovación institucional tan imparcial y maravilloso como creíamos.

rg dijo...

me parece lamentable si moro acepta colaborar con bolsonaro, y habla mal de él. también refuerza la idea-bonadío de que la condena a lula tenía base jurídica cierta, pero estaba direccionada o reforzada políticamente. una manera de contaminar una investigación y o una condena con apoyo real (aunque el caso sobre el que conozco un poco más, sobre la corrupción promovida por lula, es el del mensalao, más que el de lava jato)

Unknown dijo...

Tengo 70,aún pienso lucho internamente y con los Q me rodean por Ella,pero veo con dolor la falta de diálogo constructivo entre los diversos exponentes ,creo q quienes deberían estar en llamo dialogando e intercambiando ideas para educar alSOBERANO ,están escondidos en sus madrigueras ,sin importarles un rábano de la polis,q hoy más q nunca necesita de referentes intelectuales ,discutiendo sin egoísmos personales.Créame Dr. Me duele el alma,