25 ene 2019

El síndrome de la fatiga democrática


https://www.clarin.com/opinion/democracia-debe-sacudirse-fatiga_0_XM74HMFGD.html

En la Argentina, como en muchos otros países, hemos pasado de la “ilusión democrática” propia de los años 80 (aquí, con el fin de la dictadura), al “desencanto democrático” más propio de los 90 (desencanto generado en parte por duros programas de ajuste estructural) y de allí, pronto, al “hastío democrático” (el belga David Van Reybrouck ha hablado del “síndrome de la fatiga democrática” como marca de nuestro tiempo). La llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos; la elección de Jair Bolsonaro en Brasil; o el ascenso de la extrema derecha en Europa, entre tantos ejemplos que no nos resultan ajenos, tornan difícil poner excusas frente al hastío: cómo no reconocer las tremendas falencias que muestra la democracia, que explican el atractivo que hoy generan las propuestas más extremas?

Frente a los cataclismos políticos que venimos sufriendo, una de las tendencias más comunes que ha aparecido es la de culpar a la ciudadanía por todo lo malo sucedido. Ante elecciones cuyas consecuencias nos disgustan profundamente (los ejemplos citados); o frente el resultado de consultas populares que tampoco nos han satisfecho (como la consulta en torno al Brexit, en Inglaterra; o la que culminó con el rechazo de los Acuerdos de Paz, en Colombia),  muchos se han apresurado a señalar acusatoriamente al electorado. Han dicho entonces que la ciudadanía no está en verdad preparada para asuntos tan complejos; o que ella es fácilmente maleable; o que ha resultado engañada, una vez más, por algún grupo de intrigantes (los evangélicos; los medios de comunicación; etc.). Ello así, como si la ciudadanía no fuese autónoma; como si no pensara por cuenta propia; o como si no tuviera capacidad crítica alguna. Se trata de una vuelta al pensamiento elitista al que recurrentemente se apela desde hace décadas, cada vez que el electorado expande sus demandas de protagonismo político. (Joseph Schumpeter lideró, en los años 40, un primer gran embate contra lo que se llamó la “sobrecarga de demandas democráticas” que ponían en riesgo la estabilidad del sistema político; y Samuel Huntington y Michel Crozier volvieron sobre el mismo tema en los 60, haciendo una apología de la “apatía política”).

En la actualidad, muchos de entre los hastiados –es decir, también, muchos de entre los que vienen perdiendo elecciones- retoman aquel ideario elitista, apenas se ven derrotados: “si perdemos es porque la gente no se da cuenta,” “si perdemos es porque aquellos (y no nosotros) han sido engañados”. Puro auto-engaño. Otra parte, mientras tanto, busca en las formas del “populismo” (normalmente, a través de gobernantes autoritarios, de retórica popular, y hostiles a todo esquema de controles) una respuesta inmediata, violenta o en apariencia contundente, frente a los males del pasado. El “populismo”, sin embargo, no da solución alguna: se trata de un monstruo de rostros diversos, capaz de hablar tanto el lenguaje de los derechos humanos, como el de la seguridad “a las trompadas”: lo importante parece ser dar respuestas rápidas, de forma ruidosa y sin mayores frenos.

Como anticipaba, sin embargo, frente a la crisis no son estos los caminos aconsejables. Ocurre que, más que enfrentarnos a una ciudadanía embrutecida, nos encontramos hoy frente al problema de instituciones corroídas por dentro, colonizadas o vaciadas de contenido. En este sentido, las reglas constitucionales parecen guardar más responsabilidad en lo que ocurre, que las decisiones de los electores. Ejemplos: Frente a las 297 complicadas y polémicas páginas de los Acuerdos de Paz colombianos, muchos votantes hubieran querido sugerir un matiz, mostrar alguna diferencia: no pudieron, ya que se trataba de votar “a todo o nada.”  Frente a los 411 artículos de la Constitución de Bolivia, muchos hubieran querido rechazar alguna cláusula (la re-elección presidencial?), o introducir más no sea algún pequeño cambio: tampoco pudieron hacerlo porque, otra vez, se votaba “a todo o nada”. Frente a la consulta por el Brexit, en Inglaterra, muchos hubieran querido decirle sí a Europa, pero no a David Cameron pero, por supuesto, tampoco tuvieron alternativa: otra vez, el dilema era “a todo o nada”.

En cualquiera de los 3 casos citados, como en tantísimos otros similares, la estructura es idéntica: la ciudadanía resulta acorralada, instada a pronunciarse frente a opciones demasiado complejas y poco atractivas, en ausencia de alternativas plausibles, y sin la posibilidad de introducir un matiz o manifestar una duda frente a lo que les es propuesto. Pero entonces: si la opción es entre dos males, quién puede sorprenderse si, al final del día, la que triunfa es una opción que resulta mala? Y quién es responsable de ello? Peor aún: al final del asunto, no sólo la ciudadanía resulta responsabilizada por lo malo ocurrido, sino que además es obligada a hacerse cargo de todo lo que en esa misma elección, y de haber sido posible, ella hubiera enfáticamente rechazado.

Por lo dicho, quienes entendemos la democracia como una conversación extendida, consideramos que el sistema institucional que tenemos es mucho más responsable del “hastío democrático”, que las malas elecciones ciudadanas. Hoy, por lo demás, (después de un año importantísimo de discusiones en torno al aborto, por ejemplo), sabemos que es posible decidir sobre derechos de modo colectivo, deliberado, ordenado y serio. No se trata entonces, frente al horror del presente, de volver a optar por alguna de las tantas formas de la restricción democrática, sino de cambiar este sistema de extorsiones mutuas por otro que haga posible, definitivamente, la conversación colectiva.


8 comentarios:

juliolaguirre dijo...

Comparto la reflexión y el ligar central de las instituciones. Ahora bien, no piensas que las élites en sí ameritan también algún tipo de atención? No hay también una suerte de degradación de las clases dirigentes que acompaña ese proceso de hastío democrático?

Alejandro Bulacio dijo...

Hay que proponer mecanismos concretos de deliberacion con consecuencias reales en el mundo jurídico.
Pero además la deliberación tiene que ser visible.
En este sentido cambiar la forma de votacion y deliberación en el Congreso de la Nacion aparece como lo mas urgente.
Se esta votando agregativamente y toda la deliberación permanece oculta.
Es un cambio concreto y posible

andresvas dijo...

El sistema institucional que tenemos está agujereado por todos lados por su debilidad para frenar el poder corporativo, que marca agenda en todos lados y pone a la ciudadanía a la defensiva y sin más protección que ir a la calle a ver cuánto de sus derechos logra salvar. Seguramente no pensás eso, pero tu post pareciera dar a entender que se trata de un problema de rediseño institucional que permita incluír la conversación, creo que el problema va mucho más allá de eso, qué capacidad de conversación existe en un espacio tan condicionado y contaminado por el poder económico.

Unknown dijo...

Roberto una consulta. Tal vez esto ya este elaborado x algún autor. Pero en mi parecer el hastío puede devenir de la falta de igualdad de oportunidades. Es decir, es un subproducto de la desigualdad creciente de las sociedades modernas. Al menos en lo que refiere a la percepción de desigualdad, entiendo q en términos históricos somos mucho más igualitarios q en el 1800. Pero creo q tienen q ver con las "promesas no cumplidas" que muchos asocian a la democracia. En definitiva, la democracia es una construcción social, no algo q se implanta y funciona y ya...
Ahora bien, a mi entender está desigualdad deviene de la incapacidad de las democracias de ejercer un correcto control y sistema de checks & balances, para las élites dominantes.
Es decir, hoy en día las élites dominantes controlan la democracia (Lo q se elige y a quien se elige). Como x ejemplo en USA, una grupo super minoritario de grandes aportantes definen quienes son los candidatos de ambos países. O el cuerpo Judicial formado por élites a las cuales nadie de bajos o medianos recursos puede acceder. Cosas similares suceden en la mayoría de los países en donde este hastío empieza a materializarse.
La pregunta es, puede ser que el origen del hastío (que es Esta desigualdad que menciono) este en la incapacidad democratica de ejercer un control sobre las elites económicas? Y que el propio manejo del Gobierno y el Estado estén bajo el control de estas élites q no quieren que el status quo se modifique?
Saludos

andresvas dijo...

Acá Dalla Vía dice algo recontra obvio pero que parece olvidarse cuando hablamos de condiciones para la conversación: las empresas aportan a los partidos de derecha, el resto debe financiarse con el aporte público, difícil que eso no incline la balanza.

https://www.clarin.com/politica/sistema-electoral-falcon-funciona-hacerle-reformas_0_84IKPn4dB.html

Anónimo dijo...

Andresvas, algunos también se financian con cometas de la obra pública ...

Anónimo dijo...

Andres. Mirá, dejame que te diga que conozco como piensan los kirchneristas porque una par de personas muy cercanas a mi son ultrak uno de ellos mi hermano que cada tanto viene a mi casa a confesarse porque nadie le presta atencion y menos en facehook donde postea GIFs para que no lo rastree la CIA. AUnque una tontería personal te lo digo nada más para que entiendas que no quiero destruir a los k y que entiendo que en muchos casos su ideología parte de una convicción genuina a saber: la derecha arruinó el país y hay que sacarlo a como de lugar aunque sea con el desprolijo gobierno popular k. Te transcribo un dialogo tipico con Lalito Casas.:
YO:---Tenés razón. Macri es la derecha y nos jorobo la vida y si lo dejamos nos vende el país (yo por su puesto miento que vote al MST pero no me lo cree nadie). Pero nunca ni en sueños ni borracha ni dormida (celebre palabras de MMoreno idolo) jamas voy a votar a la ch*rr* de la CFK, olvidalo.
---¿Y de donde sacás que es ch*rr*.
---Estaría presa a no ser por la ferrea defensa del senado.
---Eso es una maniobra orquestada por la derecha para sacar del escenario al movimiento popular! ¡Despertá! Se vienen vencimientos por 50.000M U&S y no hay con qué pagarlos! Esto es una bomba de tiempo! --Tengo que darle la razón, de hecho en marzo me dijo que el dolar explotaba, que vendiera todo lo que tenía para comprar dólares y me lo explicó con un modelo basado en la viscosidad de los fluidos, lamento no haberle hecho caso pero la verdad que no tenía nada para liquidar y no quería atarme al sucio y vil dinero.
---Si se presenta a Lavagna lo voto a lavagna. Lo hará con una liga de gobernadores. Acordate que en el 2001 la liga de gobernadores con una alianza radical peronista sacó el país adelante. A este país lo hundieron los porteños.
---En eso tenés razón. Maldito puerto, toda la economía ordenada para que ellos vivan como reyes con un dolar alto y el resto como siervos.

Se terminó el agua del mate y se terminó la visita. Nota al margen, en el almacen de la vuelta de mi casa la rosamonte 1/2 a 46 y en el super ultra mayorista a 54. ¿¿¿???? Colusión de precios promovida pro la concentración económica a la que los K le dieron manija... Por lo demás si no va Lavagna tal vez por primera vez en mi vida haga un voto nulo.

QUe se yo,...agotamiento democrático.


martha casas

andresvas dijo...

Acá Leiras, desde otro lado, también sobre las posibilidades y dificultades para conversar
http://revistaanfibia.com/ensayo/venezuela-y-las-brujulas-ideologicas/