10 ago 2020

Una pequeña bocanada de aire puro

Este fin de semana, volvió a ser posible el uso del vial costero de Vicente López -sólo por el fin de semana, y en horario limitado. Aunque el día era poco amigable, cantidad de familias, padres e hijos, viejos, parejas y solitarios, fueron tomando de a poco la extensión verde, con alegría y ansiedad. Qué satisfacción ver a tanta gente -en particular, a niños y a abuelos- extasiados frente al espacio abierto, y la posibilidad de caminar, correr o andar en bicicleta al aire libre. Cuántas tonterías tuvimos que escuchar, de gente apresurada por justificar toda restricción, cualquiera, porque venía ordenada "desde arriba" (y, por tanto, cualquier queja o réplica debía ser descalificada como irracional y enemiga)! Todo el mundo respetando perfectamente las distancias, usando barbijo, respetando a los otros (otra vez: cuántas tonterías tuvimos que escuchar, sobre que era posible "abrir", pero sólo en países culturalmente avanzados, nunca en la Argentina, porque nos apelotonaríamos, desobedeceríamos, lo haríamos todo mal!). Todo lo cual nos vuelve a hablar de la irracionalidad con la que se ha estado manejando hasta aquí la cuarentena infinita. Cómo no advertir la posibilidad de administrarla de una manera más sensata, más humana? (me duele el solo recuerdo de mi padre -más de 90 años- días atrás, dando vueltas solo alrededor de un auto, en el garage de su casa, necesitado de caminar un poco, pero impedido de hacerlo, en un barrio en donde no suele cruzarse con nadie). Cómo no reconocer que es posible -y lo fue desde el primer instante, hace 5 meses ya- asegurar el distanciamiento, los cuidados, la protección de los otros, junto con las salidas al aire libre, el cuidado de la salud física, mental y emocional? (por qué, hoy mismo, limitar esas salidas al fin de semana, y no extenderlas a cada día? Por qué acumular a toda la gente en los fines de semana?). Cinco meses van, y no ha habido esfuerzos genuinos por acomodar los esfuerzos colectivos con el respeto a los derechos de cada uno. Cinco meses tratando a las disidencias como enemigas; combatiendo las críticas como se pelea en la guerra. 

4 comentarios:

Aldo dijo...

Muy bueno Roberto, creo que cuando todo esto empezó en marzo nadie pensaba que se iba a seguir casi igual en agosto, y como las autoridades no tienen autocrítica la "culpa" es de la gente que no sabe "comportarse". Y ello sin hablar de las restricciones económicas además de las psicofísicas que trae la cuarentena. Mientras tanto parece que lo importante es la comparación entre CABA y el conurbano como si fuera un partido de fútbol

Anónimo dijo...

Roberto: Si fuera otro gobierno (no justicialista) el que impone esta "cuarentena" tendriamos que escuchar a los "progres" hablando del estado de excepción y toda esa perorata. Pero como es Albert, no es estado de excepcion, es papá que nos quiere proteger.

saludos,
Luis

Anónimo dijo...

Tal cual... ya varios países flexibilizaron... y esta probado que el encierro y esta cuarentena "eterna" que propone el gobierno-que es incapaz de hacerse un ejercicio de auto critica--pues creen que todo lo están haciendo"bien" y se equivocan y deberían escuchar mas aquellos que enseguida rotulan de disidentes. no soluciona o mejora nada muy por el contrario.
Un país que no respeta la Constitución y los derechos básicos de cada uno de nosotros como individuos por mas que estemos en democracia esto ya se esta alejando de lo que nuestros constituyentes plasmaron en nuestra carta magna.

Saludos!!!

Rodrigo dijo...

No hay país en el universo que cumpla con la Constitución. La Constitución es un sistema normativo que se aspira a cumplir lo mejor posible pero es utopía pura, y más en América Latina y en medio de una pandemia sin precedentes, pretender que algún gobierno cumpla estrictamente la letra de la Constitución.