(Reportaje que me hacen hoy en Revista Ñ, que dedica el número al tema del populismo)
-¿Qué características comunes tuvieron los populismos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil, Uruguay y Brasil?
En lo personal, me resisto a usar el concepto de “populismo”, por el grado de indeterminación que conlleva. Por supuesto, también nos cuesta definir términos como “liberalismo”, “conservadurismo” o “radicalismo,” pero el núcleo de temas comunes que podemos asociar con estos últimos conceptos es ampliamente compartido. No ocurre lo mismo con el populismo. En todo caso, podríamos aludir con ese término a gobiernos o políticas marcadas por el personalismo y el verticalismo; cierto desdén frente a las cuestiones procedimentales; un general descuido u hostilidad hacia los temas institucionales; una fuerte retórica social, de tintes nacionalistas; o la sensibilidad hacia los movimientos y las políticas “de masas”; etc.
--¿Qué rescataría como positivo de los gobiernos populistas latinoamericanos? ¿Cuáles son las consecuencias más visibles que encuentra en el mapa populista de América latina?
Creo que los gobiernos que podemos asociar con el “populismo” (típicamente, los de Venezuela, Ecuador o Argentina, en los años recientes, y por nombrar sólo algunos) fueron importantes como modo de desafiar a los años previos, marcados por políticas económicas de “ajuste estructural” y desempleo, que produjeron gravísimos daños en materia social. En particular, destacaría una pregunta que el “populismo” nos fuerza a contestar –una pregunta que le interesaba a Ernesto Laclau: Es que pueden impulsarse políticas de cambio social significativas, desde dentro de un marco institucional que dificulta que el Estado promueva mejoras sociales. Y también: pueden impulsarse cambios desde un sistema institucional que se muestra tomado por los grupos de poder a los que se les quiere poner límite?
Dicho esto, agregaría que hoy, cuando el “populismo” se retira de la región, podemos decir que también nos deja con daños muy graves. Entre ellos, destacaría en primer lugar el daño que le han hecho a los ideales invocados (ideales de justicia social, igualdad y derechos humanos, en particular), que muy habitualmente se utilizaron como pantalla para encubrir actos de inédita corrupción y también para legitimar políticas, a su modo, conservadoras. Mencionaría además como grave el legado de destrozo institucional que han dejado, particularmente en relación con los medios de comunicación (considerados) opositores; los organismos de control; y -en especial- el Poder Judicial. Finalmente, creo que también es nefasto el modo en que han re-alimentado las políticas verticalistas que, como tales, son opuestas al tipo de horizontalismo democrático y participativo que a muchos nos interesaría promover. Para la izquierda, el pasaje de este “populismo” por el poder ha resultado –por las razones dichas- una pesadilla, no idéntica pero sí comparable con el período que antecedió a tales gobiernos.
-¿Es real la antinomia populismo vs. neoliberalismo? ¿Hay otras opciones políticas vigentes?
Como ya señalara, es cierto que se trata de movimientos o grupos políticos que nacieron, de algún modo, en diálogo el uno con el otro, y en apariencia enfrentados entre sí. Sin embargo, no es cierto que se hayan mostrado como antitéticos, en la práctica, y mucho menos aún que esos dos grupos agoten el campo de lo político. Sobre lo primero, y las coincidencias entre ambos, sólo remarcaría que “populistas” y “neoliberales” promovieron políticas impositivas similares, mantuvieron –en promedio- niveles de desigualdad similares; y no desafiaron la estructura de la propiedad existente. Sobre lo segundo, señalaría que hay demasiada vida, por suerte, fuera de aquella dicotomía.
1 comentario:
Sobre el tema que planteás en relación al populismo y los medios de comunicación opositores creo que hay que entender que el populismo explota (para bien o para mal) un hartazgo de los ciudadanos en relación a la identificación cada vez más asfixiante que hay en todo el mundo entre medios de comunicación e intereses corporativo-empresarios. Por algún motivo el populismo -The Nation no me deja mentir- los pone más nerviosos que el neoliberalismo (otra palabra-ómnibus espejo de populismo que da para meter todo lo que no le gusta a la otra mitad de la gente).
http://www.lanacion.com.ar/1910225-nerviosismo-la-escalada-de-podemos-enciende-las-alarmas-en-europa
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