12 sept 2019

Lucas C. y violación: Progreso extraordinario y locura penal

El juicio a Lucas C. por violación luego de una relación que había comenzado de modo consentido, tiene infinidad de aristas, incluso políticas (sobre las que no voy a abundar: dos de los pocos miembros de la "nave insigne" 678 cargan con causas por violación -no es un dato insignificante). 

Quisiera, sin embargo, poner el foco sobre dos otros lugares: primero, lo extraordinario -importantísimo- que ha ocurrido, con un tribunal que entiende que la violación no necesita vincularse con el criminal que irrumpe, sino que puede darse con el compañero ocasional o la pareja, y luego de un comienzo (en la relación sexual) de mutuo acuerdo. Allí hay algo crucial, novedoso, capaz de marcar un antes y un después en nuestra práctica social y penal. Tiene que ver con lo positivo de la "ejemplaridad" de la que hablan los "expertos" (nota sobre el tema, hmm: acá). 

El segundo dato tiene que ver con los "peros" o problemas serios de lo hecho y dicho. El primer "pero" tiene que ver con la idea (que se deriva de la nota) de "ejemplificar" usando a algunos como "meros medios": les imponemos, como en este caso, una pena altísima, para que todos los demás aprendan que esa conducta está mal, que no debe hacerse. Por supuesto, un impulso común (promovido por el periodismo) que es inaceptable, y que no debemos disfrazar de derecho. 

El otro problema que veo vuelve sobre la cuestión de la pena: así como resulta increíblemente importante que el Estado deje en claro que puede haber violación al interior de una pareja, en el propio hogar, con el compañero habitual u ocasional, debe rechazarse también la insistencia vieja, errada, enloquecida, de "devolver mal con mal", de vengar (que no es hacer justicia) a través de penas altísimas. Claro que sí: debe quedar en claro que lo que hizo Lucas C. (como tantos otros, todos los días) es inaceptable. Debe condenarse. Debe reivindicarse y protegerse a las víctimas. Pero otra cosa es machacar con la idea de resolver nuestros enojos e injusticias a las trompadas, encerrando gente. Se trata de un modo de creer que hacemos bien, cerrando los ojos, y poniendo un enorme esfuerzo para no pensar sobre lo que sigue: el destino del "criminal", de quien cometió la falta gravísima. 

Pregunta: nos ayudamos mutuamente encerrando a alguien durante año, sabiendo además (y debe subrayarse esto) que no sólo lo encerramos, sino que lo confinamos a condiciones brutales, bestiales, inhumanas, durante años? No tengo dudas de que no, y de que nos equivocamos al hacer lo que vamos a hacer y venimos haciendo ("x cometió una falta: privación de libertad prolongada y en el infierno"). Tenemos que condenar lo ocurrido (en este caso, la violación por parte de un conocido), dejar en claro que se trata de una aberración, y de que los principios que organizan al Estado se encuentran del lado opuesto. Debemos, incluso, sancionar -por supuesto- a Lucas C. Pero hay modos distintos de la sanción, y la que imponemos necesita de que cerremos los ojos y no pensemos en lo que sigue: no tenemos que pensar, porque si pensamos nos damos cuenta de la crueldad (la nuestra) y de que de ese modo pasamos a ser parte de la violencia irracional. Aplicamos una respuesta brutal, y nos desentendemos de lo que sabemos que ocurrirá luego (con esa persona encerrada en esas condiciones): nada bueno puede salir de ahí. Y seremos responsables de eso, de responder, frente a la tragedia, con otra desgracia.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Al final la epoca de los azotes no era tan mala...

Anónimo dijo...

Habría que dejar de pensar en términos de castigo y pensar en términos de resarcimiento a la victima... imponerle una cuota mensual o alguna otra cosa. Se me ocurre...

Anónimo dijo...

Se cae la distinción trazada por gargarella entre delincuentes y empresarios. https://www.lapoliticaonline.com/nota/121610-imputaron-a-dietrich-e-iguacel-por-las-concesiones-de-los-peajes/

rg dijo...

por el contrario, creo que hay una continuidad perfecta entre corrupción política y corrupción empresaria (ver el post anterior de della porta). la división no es entre macrismo y k, ni entre política y empresa. las continuidades son perfectas

Anónimo dijo...

De otras cosas no voy a opinar porque no conozco el caso. Pero si el fiscal pidió 7 años y la jueza le dió 9, el fallo tiene un obvio problema...
CV

Anónimo dijo...

Hola
1) Anónimo de 11:41. Una cuota mensual?. Te parece?. Comparto con R.G el tema de que enviar a prisión a la personas es provocar un mal sin pensar mucho en las consecuencias. Pero una multa a quien violó?. Entonces lo ricos cometerán mas delitos aun (la mayoría de las veces pagan y arreglan sus problemas en un juicio penal economico). Las sanciones alternativas no pueden pasar exclusivamente por pagar una multa ni hacer trabajo social (me refiero ante delitos graves, tal como el del caso de L.C).
2) CV. No sé si es tan obvio el problema. DEsde el fallo de la Corte "Santillán" la querella puede avanzar y recurrir en soledad cualquier decisión. Haciendo extensible esa doctrina la querella puede pedir pena por encima del fiscal y el juez puede aplicarla sin que ello viole el principio de congruencia (que vale decir, este principio es -o debería ser- para las partes, por ende la querella es parte, si pide mñas que el fiscal, el juez debe considerarlo como el máximo a aplicar).

Saludos.
Andrés

Anónimo dijo...

Sí, ahí después ví que la querella había solicitado 9 años. Coincido, no habría violación del principio de congruencia.
Saludos,
CV

eduardo dijo...

El problema es la pena o las condiciones inhumanas en que se cumple?saludos cordiales

Anónimo dijo...

Eduardo,

creo que ambas cosas. Obviedad mediante, sin pena no hay condiciones inhumanas. Pero no creo que tengamos otra alternativa (para los delitos muy graves, considero que la pena en la cárcel hay que aplicarla). Pero para el resto, el 80% de los delitos -principalmente contra la propiedad- podemos buscar alternativas a la prisión en una cárcel. Multa, trabajo comunitario, prisión domiciliaria incluso, tareas de reparación al daño de la víctima, psicólogo, y/o tratamientos varios.
Además, esto generaría que las cárceles, al estar "vacias", estén en mejores condiciones para los que sí considero tienen que ir presos, que son los que cometieron actos -como mínimo- graves (homicidio, abusos sexuales, lesiones graves dolosas, corrupción, medio ambiente, terrorismo, etc).

Saludos
Andrés

eduardo dijo...

Estimado Andrés en la medida que no hubiere violencia dolosa, adhiero a tu propuesta. De todas formas, creo que hay que dar una importante vuelta de tuerca al sistema carcelario. Y eso dependería de la mirada que la sociedad tenga de la pena. Es una obviedad, en este espacio, recordar que aun el mas sanguinario criminal tiene derechos humanos, pero esta dimensión no es "políticamente correcta" y la previsión del articulo 18 "in fine" de la Constitución solo la recordamos unos pocos (liberales...) Saludos cordiales . ET

Agustín dijo...

Roberto, muy interesante. Dejando de lado, quizás desafortunadamente, el estado de nuestras carceles, y en la dirección de ver a la pena desde el plano comunicativo (reproche), Tatjana Hornle advirtió algo que es difícil dejar de lado, a saber: la pena de prisión es una privación de un derecho que puede permitirnos graduar el reproche según la gravedad y a través de un medio que afecta a todos por igual, digamos objetivo. No es este el caso de, por ejemplo, una condena declarativa donde solo le comunicamos al infractor nuestro reproche. Es decir, en este ultimo caso, como hariamos para diferenciar entre una persona que amenazo a otra y una que violo y mato? A la primera le decimos que estamos en desacuerdo con lo que hizo y a la segunda que estamos *muy* en desacuerdo? Pareciera que necesariamente hay que privar de un derecho para lograr mensurar el castigo de acuerdo al reproche y que la privacion de la libertad en algun modo lo expresa en grados distintos con bastante idoneidad.
Dicho todo ello, entiendo que se pueden repensar otras privaciones de bienes/derechos menos lesivas. El problema es instrumentarlas y la diferencia que se suscita entre las personas en casos como la pena pecuniaria, en la que el adinerado puede pagarla y ya, mientras que mas de algun desaventajado podria preferir un par de dias preso antes que una deuda interminable.
Muy buena la nota!

rg dijo...

pero es como si me dijeras que tenemos un torturòmetro que lo podemos graduar en intensidad, de 0 a 100: el rango es amplìsimo, te permite calibrar fenòmeno, pero es inaceptable. el tema no es què mide mejor, sino còmo reprochar humanamente

Agustín dijo...

Pero considerás que una prisión en condiciones normales es tortura? Por eso hice la salvedad al principio de que nuestras prisiones son inaceptables.

rg dijo...

las nuestras son tortura en la gran mayorìa de los casos, pero fuera del paìs bastante similar. en todo caso, el problema del razonamiento es general (mètrica exacta en lugar de cuàl reproche)