Antes de llegar a Wellington recabé unas pocas informaciones. Una de tantas decía que se había convertido en una de las capitales cafeteras del mundo. Llego y ratifico el dicho, que hace que la ciudad me conquiste definitivamente (ella a mí, no yo a ella). Leo en dos guías, antes de rozar el suelo, que hay que visitar "cualquier café": el presupuesto, acertado, es que son todos excelentes. Hay un orgullo especial (que veo repetido en varios lugares) porque la CNN calificó a la ciudad entre las que tienen el mejor café del mundo, junto a Seattle, Melbourne y Singapur. Y es así. Bajo del avión en Auckland, son las 4 de la mañana, literalmente, y fuera del aeropuerto, en unas "trucks" estilo retro, baristas frente a máquinas descomunales empiezan a preparar el café para los recién llegados (debería detenerme en ellas, tal vez más tarde, porque es muy llamativo el hecho: cualquier café tiene unos aparatos descomunales, de Marzzoco para arriba). Repito, son las 4 de la mañana y veo este espectáculo. Tengo estudiado un breve mapa de los cafés de la ciudad, así que llegado a Wellington, muerto de sueño, y luego de los saludos de rigor o no, parto hacia el primero de los cafés marcados: Red Rabbit. Esto es increíble.
20 oct 2015
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PARA LOS SOCIOLOGOS...ENCONTRÉ EN EL BLOG DE S.A. (QUE ESCRIBE SOBRE DERECHO PENAL Y DEMÁS YERBAS...) ALGUNAS APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA...ME SORPRENDIÓ Y ALEGRO PODAMOS VOLVER A ESTOS TEMAS.
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ANDRÉS
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