Colin Gonsalves, el mítico fundador de la
principal organización india en el litigio de derechos humanos (HRLN) dio
cuenta de los extraordinarios casos que, tiempo atrás, su organización logró
avanzar en la Corte de su país en nombre del “derecho a la alimentación”. Se
trata de logros sin dudas históricos, fuera de la común. Comentando tales casos,
CG hizo un llamado a celebrar lo que llamó la “judicial madness” –la “locura
judicial”- que supo tener lugar en su país –una versión radicalizada del mal
llamado “activismo judicial”. Se trata de jueces que (tal como los describió)
eran capaces de conmoverse hasta la emoción frente a los casos que se le
relataban, relacionados con el hambre que afectaba a amplios sectores de su
país; “atender aburridos” las exposiciones de la contrapartes; para librar al
instante órdenes detalladas y de inmediato cumplimiento, dirigidas a hacer
efectivo el derecho a la alimentación –órdenes que podían incluir específicas referencias
al tipo de alimentos o la cantidad de calorías que debía asegurarse a distintos
grupos, distintos individuos.
Tengo varios problemas con la idea de
“judicial madness”. En primer lugar, me genera resistencia este volver a
insistir en la pintura de un mundo legal “juricéntrico”. En democracia, este
horizonte sigue siendo problemático. Entiendo, por supuesto, que si –en India,
en Colombia, etc.- uno ha perdido toda esperanza en la política, y casi toda
esperanza en la judicatura- luego, es “natural” que lleguemos a celebrar “cualquier
cosa que sirva.” Sin embargo, aquí aparece otro problema con la idea de
“judicial madness”, y es que la misma sugiere algo que no es cierto, esto es,
que “cualquier cosa puede ocurrir”, lo cual no es cierto. En un sistema
capitalista, en una sociedad desigual, en el marco de una organización
jerárquica (o aún de castas) como la de India u otras, en un sistema
institucional cerrado y elitista como el que domina en muchos de nuestros
países, no es esperable que ocurra “cualquier cosa” (lo bueno, lo malo, lo
horrible, lo excelente) en ningún espacio del sistema institucional, y mucho
menos dentro del sistema judicial. Lo que es esperable es otra cosa:
discrecionalidad y arbitrariedad, sí, pero no en cualquier lado, o hacia
cualquier dirección, sino fundamentalmente dirigidas a reforzar y reproducir el
status quo. En un contexto tal, por supuesto, festejaremos la llegada del juez “fuera
de sí”, capaz de suscribir la demanda más extrema de los peor situados. Sin embargo,
pobres de todos nosotros (pobres, sobre todo, de los peor situados) si tal es
la mejor o mayor esperanza que nos queda.
4 comentarios:
Bueno, el sistema político no dio la respuesta. Los jueces sí, aunque sea tímida y modesta. Desde lo teórico se puede discutir, ahora si el sistema político no da respuestas y la judicatura sí, no parece haber mucha opción al respecto.
Soy Juan.
Tengo dos cuestiones diferentes para discutir.
La primera: remito a una frase que Uv. utilizó en el post de la semana pasada, cuando se refirió a la situación del Brasil. "Vivimos en una democracia constitucional". Si puede fundamentarse que el derecho a la alimentación surge de una norma constitucionalmente válida y que existe una violación, entonces la única investigación interesante es dogmática. No queda muy claro porqué serían relevantes categorías sociológicas como "activismo" o "judicial madness".
La segunda: el concepto de "judicial madness" es poco reconstructivo. No sólo no da cuenta de la posibilidad de fundamentar racionalmente las decisiones jurídicas. Sino que, además, parece remitir a un concepto del derecho realista-americano que, la verdad, es muy difícil del defender en términos teóricos. No es cierto que el juez haga lo que le parezca. Eso ni por razones jurídicas ni por razones sociológicas.
Gracias y saludos.
no te entiendo. es sólo una expresiòn celebratoria que usò èl, como activista
Está bien, no quiero poner en cuestión la alegría de ese señor. Mi interés es exclusivamente académico.
Lo que pretendo decir es: Esa expresión se basa en presupuestos no solo incorrectos (que creo que es el punto de tu posteo) sino también falsos (ese es mi punto). El término "judicial madness" no es para tomar seriamente desde el punto de vista teórico. No explica absolutamente nada.
Saludos,
Juan.
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