10 dic 2014

Sobre el derecho laboral para los presos

Enorme indignación generó, en ciertos círculos (en absoluto en el nuestro), la decisión de la Cámara Federal de Casación Penal, sobre el régimen laboral que debe regir también para quienes están privados de libertad. El amigo Gustavo M., como es habitual, hace un excelente primer análisis del fallo, acá. Allí llama la atención sobre varios temas relacionados con el fallo, pero me interesa destacar algunos de ellos, sobre uno de los votos en particular (el de AS): lenguaje innecesariamente oscuro, obtruso y excluyente; discurso para la propia tribuna; cero empatía con parte importante de la sociedad, que necesita saber cómo se explica lo que muchos perciben como un raro privilegio. Toda la razón para don GM.

De mi parte, quiero agregar otro primer análisis del fallo, para señalar unos (primeros) pocos puntos:

* En lo personal, no veo como problema el "salario", sino el encierro.

* El fallo (que en todo caso, si objeto, es por razones como las que da GM), ayuda a naturalizar el encierro.

* Los problemas con el encierro son muchos obvios. Para no repetirme menciono dos: Uno, es siempre una muestra de irracionalidad encerrar y excluir, con el objeto de incluir al liberar. Dos, damos una respuesta única, homogénea y brutal, para conductas diferentes, heterogéneas, de gravedad muy diversa.

* Hay un problema particular en la Cámara, en torno a lo Penal, y es el modo en que suscribe una visión no sólo tradicional-dogmática, sino binaria y simplista, sobre el castigo: adentro o afuera; preso o libre; castigo o no castigo (Dicen: "El trabajo digno dignifica al hombre"¡!¡¡Por favorrrr¡). Es una aproximación atrasada e irracional: las respuestas de reproche debieran ser por completo diversas, frente a conductas diversas. La respuesta garantista, en tal sentido, no es "libertad", es decir, "nada": el garantismo requiere acción integradora, no omisión que se desentiende y lava las manos.

* La aproximación que muestra el fallo, frente al castigo, es propia de las sociedades capitalistas del siglo xix, las que criticaba Marx. Sociedades distinguidas por el trabajo disciplinado(r) y la coerción estatal: trabajo-explotación-encierro-fuerza bruta. Es una mirada demasiado vieja. Por eso, insisto, debe partirse del encierro como problema, no como presupuesto natural.

* Hay una idea de derechos extraña, sobre la que quisiera volver: los privados de libertad están privados de todos sus derechos esenciales; están des-ciudadanizados y animalizados, pero nos interesamos por su condición de trabajadores.

* Hay, también, una visión, si se me perdona, muy kirchnerista, esto es, muy de esta época: los problemas de violaciones de derechos gravísimas se resuelven tirando dinero sobre la mesa. Y no. Los problemas de la tortura se resuelven con el fin de la tortura. Luego vemos el resto.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

marcelo: ya tambien... el fallo esta bien, te puede gustar o no la semantica, pero es un buen punto de partida, despues si sos la gata flora, es asunto tuyo...

Anónimo dijo...

De las torturas aberrantes practicadas y legitimadas en tu amado país del norte nada, no?

rg dijo...

de eso que hable el gobierno, que se ocupa de torturar en las suyas, como nunca en la historia argentina

Anónimo dijo...

es la misma lógica (la que todo se arregla con dinero) que tuvo con Despouy ayer. no te quejés, no presentes informes críticos, no hinchés las p... si tenés edificio nuevo!!!

Santiago Mollis dijo...

Muy bueno el análisis de GM.
Me gustaría agarrare de uno de tus puntos – pensar el encierro como problema – y relacionarlo con la necesidad de garantizarle trabajo a las personas que encerramos.
Porque en definitiva el sistema penal al encerrar personas las priva de ser ciudadanos, de formar una familia, de desarrollarse, de pensar en lo que hicieron, de vivir dignamente.
La resocialización no puede ser argumento para encerrar a alguien por dos motivos. En primer lugar porque no podemos ser tan incrédulos de pensar que alguien necesita que le digan que robar, matar o estafar, por ej, es algo que está mal y no queremos, porque las mismas personas que cometen determinadas acciones que consideramos delictivas también sufren al ser víctimas de estas.
En segundo lugar, porque es imposible pensar que las personas pueden “aprender a vivir en sociedad” encerrados. Pensar eso es cinismo puro.

Es por eso que el Estado tiene la obligación de resocializar a todas esas personas que encerró y aisló. Acá el apoyo estatal a través de la capacitación y la oferta de trabajo estable y bien remunerado (pensemos en los trabajos en el mismo Estado), se vuelve una herramienta necesaria pero claramente no suficiente y que tampoco debe pensarse como única, sino como un conjunto de otras herramientas que apunten a la inserción de todas estas personas.

Y sí, también tenemos la obligación de dejar de pensar en la cárcel como respuesta y empezar con la implementación de otras respuestas.

Saludos

GerardoD dijo...

Qué fácil distraer de la cuestión esencial; acá en nuestra realidad de cada vez más presos, con cada vez peores condiciones de detención, lo que debiera importar no es si 700 (porque ese es el número estimado) tipos de 60.000 detenidos en todo el país, deben cobrar el salario mínimo y gozar de derechos laborales, de los que no goza el 40% de la población nacional activa laboralmente; sino atacar las causas de la mayor prisonización (que excede todo índice que se quiera tomar) y las condiciones pauperrimas de privación de libertad. no perder el tiempo floreandose con este tipo de planteos y sentir con eso que se garantiza "ampliación de derechos"

Dario dijo...

Santiago hay gente para la que robar es un trabajo, y hay toda una cultura construida en torno a ese supuesto que explica que para muchos robar, torturar, violar, matar no sea algo "malo". Resulta muy dificil enseñarle a vivir en sociedad, o a ser un ciudadano responsable a alguien que no quiere. ¿La respuesta debe ser la cárcel?, no lo sé, sospecho que en muchos casos no, pero no seamos tan inocentes de presuponer que todos los ladrones son pobres personas sin educación que no entendieron que vivir en sociedad, respetando los valores mayoritariamente aceptados, es beneficioso. Los ladrones más eficientes están casi siempre en las mejores ubicaciones de los estados y de las empresas y tienen casi siempre tìtulo universitario, familias bien, y dinero para dos o tres generaciones. Y muchos ladrones de los sectores más bajos saben muy bien que costo-beneficio es mas eficiente salir a robar que a buscar un trabajo para conseguir cosas, la carcel es para los más ineficientes, los que alimentan la cadena de policia-abogados-jueces se mantienen lejos de las cárceles.