Hago este post en vísperas del Bafici, y luego de una temporada hispánica, que me permitió actualizar un poco mi panorama del cine nuevo español. El mismo, afortunadamente, salió del soponcio y aburguesamiento plenos en el que estaba, y de la marca comercial como predominante hasta el hastío, para abrirse lentamente a algunas propuestas más interesantes. En particular, vi un claro crecimiento del cine "profesional" (paralelo al de otros países europeos en circunstancias de aburguesamiento similares) y un especial cultivo de un (profesional entonces) cine policial. En medio de la bulla, algunas notas de aire fresco, como las libres películas que viene haciendo el (más) joven Jonás Trueba (habitué con sus películas del Bafici, para cerrar el círculo), y un omnipresente y eficaz actor todoterreno, como Antonio de la Torre.
Vi en este tiempo:
De Jonàs Trueba (1981)
Los exiliados romànticos (2015)
Todas las canciones hablan de mì (2010)
El jovencìsimo Jonàs Trueba, hijo del importante director Fernando Trueba, y sobrino de David, es para mì lo mejor que ha dado el nuevo cine español. Hipón y sin pretensiones, sus pelìculas -emparentadas con las de Philippe Garrel, son ligeras pero nunca superficiales ni sobradoras. Es un cineasta que tiene mucho que dar y hay mucho que aprender de èl.
Del sevillano Aberto Rodrìguez (1971)
La isla mìnima, del 2014, fantàstico policial, oscuro sin ser truculento, misterioso en la medida justa, con una excelente pareja de policías como protagonistas -uno, Antonio de la Torre, ya convertido en una especie de Ricardo Darìn, eficiente todoterreno, que parece indispensable para lograr una pelìcula con èxito. Notable logro del director, el de manejar el film con solvencia y elegancia de veterano.
Grupo 7, del 2012, bien, sobre un grupo policial, en el contexto de la ExpoSevilla, buscando "limpiar la ciudad", pero algo torpe en relaciòn con lo que sería La isla mínima
7 Vìrgenes, del 2005, sobre un joven que recupera su libertad. Muy fresca, bien
Magical Girl, de Carlos Vermut (2014), un ovni en el cine español, que Almodòvar considerò la película del siglo en España. Lejos de serlo, pero digna de verse como el producto fuera de juego que es
Que Dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen (2016), el otro gran thriller que vi en este tiempo. Realismo sucio español, al estilo de La Isla Mìnima, protagonizada -como aquella- por otra pareja bizarra y carismàtica
Vivir es fàcil con los ojos cerrados, de David Trueba (2013). Expresión del buenismo español, con alguna gracia
Un monstruo viene a verme, de J.A.Bayona (2016), muy premiada y admirada, aunque para mì no le llega a los talones a la imaginación, creatividad y emoción que podía transmitir un Laberinto del Fauno, para tomar una película con la que está emparentada (y a la que este film mira con cariño)
Kiki, el amor se hace, de Paco Leòn (2016), un film superficial y banal, que apenas se airea un poco por algunas improvisaciones de la argentina Anna Katz
Tarde para la ira, de Raùl Arèvalo (2016), un thriller ambicioso, que pretende ir mucho más lejos de allì donde se muestra capacitado para llegar
Cien años de perdòn, de Daniel Calpasoro (2016)
Julieta, de Pedro Almodòvar (2016). Qué bueno era el joven Almodóvar
La familia española, de Daniel Sànchez Arèvalo (2013), españolada exagerada y boba, còmica en sus partes serias, y grave en sus partes còmicas
Como yapa, Furtivos (1975), de Josè Luis Borau y con el buen Manuel Gutièrrez Aragòn como co-guionista. Una pelìcula de la estirpe de Crìa Cuervos de Carlos Saura, y emparentada tambièn con El espìritu de la Colmena -la mejor de todas- de Vìctor Erice -el mejor de todos. Envejeciò bastante, pero guarda una excepcional fotografìa y buenos y extremos retratos de la España profunda.
(En la foto, J. Trueba)
1 comentario:
Glorioso Jonás Trueba,en algún Bafici dieron Los ilusos, brillante ejercicio de nouvelle vague por las calles de Madrid.
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