Dos notas muy problemáticas sobre el juicio por jurados, a resultas de una decisión de las que no nos gustan.
I
https://www.pagina12.com.ar/142744-renunciar-al-estado-de-derecho
(Dice ésta, por ejemplo:
La decisión del jurado popular que absolvió a un carnicero que persiguió y asesinó a una persona que había robado, es un caso elocuente que sirve para constatar no solo los desafíos que tiene la justicia penal nacional por delante, sino sobretodo las dos grandes posiciones hoy en pugna en la doctrina constitucional y penal: el garantismo (Ferrajoli-Zaffaroni), por un lado, que no plebiscita las garantías ni los derechos básicos (no es cuestión de decisiones “populares” e incluso mayoritarias el respeto de ciertas garantías básicas, indelegables, e “indecidibles”), y el mayoritarismo (o realismo, afín al punitivismo) por el otro, que entiende que el primer caso es una muestra paternalista que esconde un “elitismo” de mentes “sabias” (Gargarella, en la estela de Waldron, ha sostenido esta crítica contra Luigi Ferrajoli y también contra Zaffaroni), que se pondrían por encima (con su piso indecidible, con sus garantías intocables) de la democracia o de las decisiones soberanas de una mayoría popular o, en este caso, de un jurado. Pero legitimar asesinatos de personas que escapan (luego de delinquir) es barrer con el debido proceso").
II
http://canalabierto.com.ar/2018/09/14/sobre-la-absolucion-del-carnicero-de-zarate-es-la-justicia-de-los-vecinos-que-aprendieron-justicia-viendo-television/
(Dice ésta, por ejemplo: "Ahora bien, los jurados -el sistema de jurados- se autopostulan como la reserva moral de justicia. ¿Pero de qué justicia estamos hablando? Se trata de la justicia de los vecinos que aprendieron justicia viendo televisión, una justicia que se parece a la venganza, que ya no tiene la capacidad de detener la violencia. Una justicia que no necesita razones sino pasiones, una justicia temperamental, urgente, aplanadora de la complejidad social, que hizo del encarcelamiento la respuesta a todas preguntas. Por eso no creo equivocarme si digo que el sistema de jurados es la expresión de una alianza entre la justicia estatal y la justicia vecinal. Un sistema que permite a los magistrados blindar el punitivismo que viene militando con el auspicio del Poder Ejecutivo").
(Dice ésta, por ejemplo: "Ahora bien, los jurados -el sistema de jurados- se autopostulan como la reserva moral de justicia. ¿Pero de qué justicia estamos hablando? Se trata de la justicia de los vecinos que aprendieron justicia viendo televisión, una justicia que se parece a la venganza, que ya no tiene la capacidad de detener la violencia. Una justicia que no necesita razones sino pasiones, una justicia temperamental, urgente, aplanadora de la complejidad social, que hizo del encarcelamiento la respuesta a todas preguntas. Por eso no creo equivocarme si digo que el sistema de jurados es la expresión de una alianza entre la justicia estatal y la justicia vecinal. Un sistema que permite a los magistrados blindar el punitivismo que viene militando con el auspicio del Poder Ejecutivo").
Ambas publicaciones reafirman el elitismo penal que campea entre nuestros doctrinarios en el área: el punitivismo seco de nuestros jueces es tolerado, pero cualquier sentencia -aún absolutoria!- de nuestros jurados, genera escozor y es calificada, increíblemente, como en este caso, de punitivista.
Las estadísticas que tenemos en la materia (por ejemplo, de la AAJJ) muestran que el comportamiento de nuestros jurados es el habitual -ni hiper-punitivistas, ni abolicionistas (desde 2015, 69% de condenas, 31 de absoluciones)- con una tendencia a ser más siempre más moderados que nuestros jueces profesionales.
Es falso, entonces, que tengamos un debate entre "garantismo judicial" y "punitivismo mayoritarista" o de jurados: el debate, otra vez, es entre elitismo y democracia. Y democracia, no entendida como "plebiscitar los derechos" de modo irresponsable, sino democracia como proceso informado e inclusivo, de diálogo sobre asuntos públicos. Un proceso dentro del cual bien pueden incluirse, como primer paso, los jurados.
1 comentario:
Un problema serio que estas posiciones repiten: la idea de que los medios más o menos manejan a la gente. Es una idea vieja, perimidísima, pero que sin embargo impacta en posiciones públicas de manera insólita (en este caso, pero pasó durante la discusión de la LSCA, etcétera). Debe ser rechazada porque, además de ser un error ampliamente demostrado por estudios empíricos, asume un paternalismo totalmente antidemocrático y elitista (bueno, como planteas vos: esos son los términos de la dicotomía). Sólo algunos iluminados pueden leer los medios críticamente; el "bajo pueblo" es manipulable y debe ser guiado hacia la verdad por la vanguardia iluminada, en fin.
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