Ante todo: hoy, a las 6 de la tarde, en el Salón Verde de la UBA-Derecho, estará (nuevamente) Douglas Husak (ayer en Di Tella), y yo estaré coordinando su presentación en el marco de una sesión extra-ordinaria de mi Seminario.
Y también: Husak, autor de un gran libro recientemente traducido al castellano -Sobrecriminalización- es una gran persona, amable, inteligente, clarísimo cuando expone, de las más influyentes dentro de la academia penal norteamericana -figura central de varias de las mejores revistas especializadas en su campo.
Y por si fuera poco: Husak viene peleando desde hace tiempo por "descriminalizar" a un derecho penal que ve atosigado de delitos y castigos (a ello se dedica en su libro "sobrecriminalización"). Su principal área de trabajo -aquella con la que ejemplifica los excesos en la criminalización- es la relacionada con el consumo y tráfico de drogas.
Ahora bien: Ayer, en medio de una sesión de su seminario, tuve la oportunidad de entablar una larga discusión con él, que comento por el asombro que me generara. Mi pregunta fue algo así: "es excelente ocuparse, de una vez por todas, de la 'sobrecriminalización' que auspician la mayoría de nuestros penalistas, pero...qué decir de la 'criminalización', sobre todo cuando definimos al castigo como Ud. mismo lo hace (esto es, imposición deliberada de dolor, sufrimiento, por parte del Estado)?" (y todavía más, agregaría, cuando el escrito que está presentando en ambas Universidades, que muestra lo mejor de él, lo presenta en actitud radicalmente autocrítica, tratando de replantearse todo lo dicho por él mismo). La respuesta de Husak, y el largo ida y vuelta que a partir de allí tuvimos, me resultó bastante sorprendente, siendo él -insisto- una figura brillante y de avanzada, dentro de un derecho penal cada vez más reaccionario.
Entonces: Husak, que había puesto en cuestión tanto la idea de "merecimiento" cuando las aproximaciones consecuencialistas sobre el castigo justificado, se basó finalmente en ambas ideas, para apoyar la necesidad del castigo, al que veía finalmente como obvio. Yo le insistía con la necesidad de distinguir entre la "responsabilidad" que podía tener una persona por un crimen cometido (la podemos aceptar sin problemas); la "reprochabilidad" (tampoco tengo problemas en aceptarla); y el "castigo", que no veo cómo se justifica: entiendo que hay un océano entre aceptar las dos primeras, y llegar a justificar la tercera (En una familia, le decía, aceptamos sin problemas que alguien cometió una falta, que ese alguien merece ser reprochado por esa falta, pero no es nada obvio que de ello deba seguirse "ahora viene la etapa del dolor": por qué??). Para Husak, el Estado no podía sino buscar un "cambio emocional" en el criminal; resultaba claro que lo que seguía era la etapa del "sufrimiento." Esto es así para el 90 por ciento de los penalistas que conozco. No entiendo por qué.
21 comentarios:
Oorque la justificacion del castigo es de indole filosofica-historica, y no al reves. En el mayor de los casos por ignorancia, en el peor de los casos, por haber sido complice de ella, como zaffaroni. Maxi.
Porque la justificacion del castigo es de indole filosofica-historica, y no al reves. En el mayor de los casos por ignorancia, en el peor de los casos, por haber sido complice de ella, como zaffaroni. Maxi.
"En una familia, le decía, aceptamos sin problemas que alguien cometió una falta, que ese alguien merece ser reprochado por esa falta, pero no es nada obvio que de ello deba seguirse "ahora viene la etapa del dolor": por qué??"
Pero en el ámbito familiar también hay "castigos", entendidos como imposición deliberada de dolor. Supongamos que un chico/a se portó mal y los padres le dicen que "ahora por lo que hiciste, vas a estar una semana sin tele" (o, para no sonar tan antiguo, "sin jugar con la tablet"). Eso es una "imposición deliberada de dolor" (por ejemplo, es muy común que el chico/a se ponga a llorar). También deberían abolirse esos "castigos"?
Saludos,
CV
El reproche que vos defendés también da lugar a una respuesta (o puede dar lugar a una respuesta, mejor dicho) que, para el "reprochado", también será vivenciada como un "castigo" aun cuando objetivamente sea de una entidad muy mínima. Si admitimos derecho penal y reproches, también lo hacemos con los castigos. No hay reproche sin una respuesta posterior que implique un mal (lo contrario sería ridículo). Si no querés llamarlo "castigo" no lo hagas, pero ese cambio de denominación no alterará la vivencia subjetiva del reprochado.
saludos,
martin
cv, me parece que no tiene nada que ver: un padre puede torturar, pero no es ese el tema. y ademas, hablamos de lo que hace el estado en la administracion del dolor.
martin, no se trata de nombrar de otro modo. en toda la historia del castigo que conozco, castigo fue siempre definido en torno al sufrimiento y al dolor. y hablo de eso, y de una idea de sufrimiento coprensible por cualquiera (si alguien sufre porque su hija va a estudiar teatro no lo tomo en cuenta). si el modo en que reprochamos no importa la imposicion deliberada de dolor-sufrimiento (aunque pueda implicar que la persona en cuestion diga "preferiria que esto no me pasara," i.e., pagar una multa) para mi no hay problema, en principio (depende, siempre, de que hacemos, como lo definimos, quien lo define, como lo imponemos)
RG: Que un chico/a sea torturado por el padre es, claramente, un castigo injustificado. Sin embargo, no me parece que sea así el dejarlo una semana sin tele/tablet. Es más, en principio creo que todos diríamos que se trata de un castigo justificado.
Por otro lado, no veo tal discontinuidad entre el castigo en el ámbito familiar y el castigo institucionalizado (Estado), ya que creo que el castigo institucionalizado no es más que la centralización de un derecho no estatal (o pre-estatal) a castigar.
Saludos,
CV
cv, pero podes inventar el ejemplo que quieras (el austriaco que torturaba y violaba a su hija), pero no importa: el punto es que es totalmente concebible, en la familia, reprochar sin imponer dolor (hablando con el hijo, retandolo, diciendole a la maestra, diciendole que le pida perdon al amigo, mil cosas) y eso ayuda a entender, que podemos manejar situaciones de reproche sin castigo, y pone en dificultad al que piensa que responsabilidad-reproche-merecimiento necesita ir ligado con castigo
RG: nunca dí como ejemplos torturas y/o violaciones por parte de los padres (algo, obviamente, injustificado!). Fijate también que el solo acto de retar al hijo/a YA implica "imposición deliberada de dolor". Deberíamos abolir esa clase de castigos? Yo, francamente, lo encuentro implausible.
Saludos,
CV
yo creo que venis equivocando el disparo hace rato. "abolir" que? la idea es discutir sobre lo que el estado puede hacer en nuestro nombre, como monopolizador de la coercion. lo que pase adentro de la familia es otra cosa, que puede ser regulado de acuerdo el caso, pero con argumentos separados de los que estoy tratando aca, por mas que las analogias ayuden a iluminar formas de razonamiento sobre el tema
Probablemente es difícil entender la discusión sin haber estado ahí. Pregunto: lo que estás marcando es una inconsistencia de Husak entre su justificación de la criminalización y la sobre-criminalización? O sobre el uso de argumentos consecuencialistas y retributivistas para la justificación de la pena? Sobre la analogía entre el castigo en la familia y el estado, me parece que esa gran frontera entre reproche y castigo es menos robusta de lo que parece. O es que depende solamente de la intención del que sujeto que reprocha/castiga? Si cuando le reprocho algo a mi hijo se siente castigado y yo lo sé pero reprocho igual, es reproche pero no es castigo? O para usar tu segundo ejemplo, obligarlo a que se disculpe con un amigo o vecino se parece más a un castigo que a un reproche (de hecho, uno podría obligarlo a disculparse por algo que no quiso hacer o que no considera reprochable).
el castigo , el dolor, el daño, no pueden medirse por la sensacion (entonces a mi me duele que se bese una pareja de homosexuales y eso califica como daño a terceros?)
lo que le digo a husak es que está perfecto quejarse de la sobre-criminalización, pero que antes -en tren de seguir revisando su teoría- debe decirnos cómo sostiene la criminalización
RG: fijate que, en todo caso, lo de la familia lo introdujiste vos en la discusión, no yo!
Saludos,
CV
claro, para establecer una anologia y pensar en nuestras practicas, no para evaluar la coerción estatal dentro de la familia
Pero RG, me parece que lo que dice CV es que tu analogía con la familia no es tan obvia como lo planteas. Que hay contextos familiares en los que el reproche y la responsabilidad, sí están vinculados necesariamente con una administración deliberada de dolor posterior. Uno puede no coincidir con esas prácticas, pero no puede ignorar que existen y que, para una parte de nuestras sociedades, forman parte de aquello que es aceptable o, incluso, esperable. Esto me parece que relativiza un poco tu afirmación de que "aceptamos sin problemas que alguien cometió una falta, que ese alguien merece ser reprochado por esa falta, pero no es nada obvio que de ello deba seguirse "ahora viene la etapa del dolor". Para muchos sí es obvia esa etapa. Tal vez para Husak sí lo sea, pero le da vergüenza admitirlo.
OK. Yo lo tomé así y a mí también la analogía me parece super válida. Lo que extraigo como conclusión de la analogía con las prácticas en el ámbito familiar es que en algunos casos el castigo (la imposición deliberada de dolor) está, en principio, justificado.
Por otra parte, focalizarse tanto en la cuestión de la imposición deliberada de dolor puede tener consecuencias paradójicas: no estaría nunca justificado imponer deliberadamente dolor como castigo pero sí entonces matar de forma indolora (supongamos, en una cámara de gas)? Son, creo, los problemas del utilitarismo negativo, que algunos han intentado defender.
Saludos!
CV
CV es curriculum vitae?
mas tarde, o maniana, por aca o con otro post vuelvo sobre el tema familia
Roberto: supongo que una respuesta a tu pregunta "del óceano" podría ser la siguiente: toda acción tiene una consecuencia, esa consecuencia es un bien (placer, a corto o largo plazo) o un mal (idem). Luego si alguien hace una acción y no queremos que vuelva a hacerla no podemos hacer que esa acción sea vista por esa persona como un bien, por lo tanto, debemos hacer que tenga un castigo (dolor físico o, en su defecto, dolor espiritual).
Por supuesto le podemos explicar que su acción perjudica a otros y por eso no queremos que la haga, buscar la comprensión. De todos modos, dado que la comprensión no sigue automáticamente a la explicación o al diálogo, se necesitan otros caminos. Imaginemos el caso de un golpeador, basta con explicarle que le hace daño a su mujer? Tal vez haya que explicarselo muchas veces pero en el tiempo que esto lleva podría volver a golpearla.
Quizas haya algo así como la experiencia de la especie que nos dice que sin algún tipo de castigo no hay resultados.
Ni hablar que también está la idea de retribución de fondo, vos dañas a alguien y el daño lo tenés que reparar de algún modo.
Saludos,
Luis
pero en el 3er renglon ya te fuiste al...
no queremos que la vuelva a hacer y podemos intentar mil cosas, mientras das por supuesto lo que esta en discusion¡
si es por el apuro, torturemos nomas que va mas rapido
saludos¡
Algo similar pasa con las leyes de tránsito, por más que se hagan campañas para concientizar que se cumplan las normas o que no conduzcan alcoholizados, si no hay castigos como multas o hasta cárcel, la gente no respeta. Acá hay un caso concreto:
http://www.nuevarioja.com.ar/ver_noticia.asp?id=39955
Saludos,
Luis
el ejemplo te juega en contra. ahí no ponés preso a nadie y la norma se hace cumplir
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