12 oct 2007

El enemigo

Durante decenas de años, supo tratarse a la tortura como uno de los "puntos fijos en el universo moral" -una de aquellas categorías contra la cual se contrastaba todo lo demás. El amigo Rawls, por tomar un caso vecino, construyó su Teoría de la Justicia a partir de una estrategia de "equilibrio reflexivo" en donde la idea de tortura aparecía como contrincante permanente. Así, si algún paso de su construcción era compatible con la justificación de la tortura, entonces concluía que algo debía estar mal con el razonamiento desarrollado, y consideraba que había una buena razón para dejar de lado esa construcción específica, y volver a empezar con otra. Así, hasta llegar a una teoría que estuviera atrincherada contra ese tipo de resultados. Desde hace unos años, dentro del derecho, comenzaron a surgir una serie de escritos que vinieron a abrirle lentamente la puerta a aquella práctica detestada. Tal vez el mejor y más sofisticado ejemplo al respecto sea el reciente libro de dos de sus principales predicadores, Eric Posner (el hijo de Richard), y el peligrosísimo Adrian Vermeule. En "Terror in the Balance" dicen, por tomar un párrafo:
"Parece sensato limitar los interrogatorios coercitivos del mismo modo en que limitamos el uso mortal de la fuerza. La regla podría ser 'los agentes de policía podrán usar medios coercitivos de interrogación sólo cuando tengan la certeza razonable de que un individuo posee información suficiente capaz de prevenir un crimen inminente capaz de matar al menos a un número N de gente' donde N es es un número que refleja el balance de ganancias y pérdidas esperables de los interrogatorios coercitivos (mil? cien? uno?). Para el consecuencialista, N puede ser un número relativamente bajo; para el pensador deontológico, N podría ser un número muy alto (el escenario-catástrofe); pero, más allá de ello, ambos pensadores deberían aprobar nuestra regla."

6 comentarios:

Leonardo Filippini dijo...

Nos sobran los infames. John Yoo tambien escribio que un interrogatorio solo es tortura si equivale en intensidad a la insuficiencia de un organo, la incacitacion de una funcion corporal o aun la muerte.

En un contraputo con Douglass Cassell ademas dijo que no habia ningun tratado que impediera que el Presidente de EEUU ordenara aplastarle los testiculos a un ninio, si juzgaba necesario compeler a su padre.

Un vero "amigable del poder". Graduado de Harvard y de Yale, y profesor en Berkeley. Pero poco mas que un inmoral ilustrado.

Leo F.

rg dijo...

la diferencia, tal vez, es que posner/vermeule son una pareja academicamente triunfadora y reconocida. lo peor es que son tan jovenes, asi que vamos a tener que cargar con ellos durante toda nuestras vidas

Dushyant dijo...

Yo no diria que fueran tan peligrosos.

"Law professors write solely for other academics, but since their underlying religious/ideological/political positions are relatively conventional, they can also reassure their co–ideologues outside of the academy that someone really smart who speaks the language of modern moral/legal theory is on their side.

People outside the academy still give enough credence to academics and academic discourse that they want someone in that world to hold and defend their views, even if they themselves would never be able to decipher the academic writings in which they do so."

Tiene algun valor leer la opinion de los academicos que por lo general viven en una burbuja?

Hay una discusion en este blog:

http://leiterlawschool.typepad.com/leiter/2007/10/will-northweste.html

Rex

Dieguistico! dijo...

¿Qué significa una "certeza razonable"? ¿Cuáles son los parámetros para juzgar la "razonabilidad" de esa certeza? ¿Necesita estar esa certeza estar fundada y sujeta a control judicial? ¿Como me aseguro que esa "certeza" no provenga de confesiones extraidas previamente bajo tortura a otra persona? ¿Y la teoría del "fruto del árbol venenoso"? ¿Y "Miranda c/ Arizona"?
El utilitarismo siempre intenta volver por alguna ventana. El problema es cuando se plantea la pregunta "¿es válido torturar a una persona para salvar la vida de un millón?" el argumento hasta parece razonable. Afortunadamente ese es un caso extremo que casi nunca se da en la realidad, y casi siempre existen medios alternativos para evitar la muerte del millón de personas sin violar derechos de nadie. Ninguna justificación de la tortura logra superar las objeciones de Beccaria, que ya tienen tres siglos. Igualmente no hay que denostrar a los muchachos con argumentos "ad omine" del tipo, "estos hdp", "estos infelices", sino tratar de contestar sus argumentos con argumentos mejores. La influencia de estos "intelectuales encerrados en una burbuja" no es tan pequeña como piensan algunos.

rg dijo...

Dieg.: pero ojo que beccaria tambien critico la tortura a partir de razones utilitaristas de las que no te gustan (el mas fuerte/jorobado la aguanta, el mas debil inventa que si es culpable, para terminar con la tortura)

Viagra Without Prescription dijo...

Considero que sería buena su practica siempre y cuando los encargados estén completamente seguros de que la persona posee información importante.