31 oct 2007

Por qué admiro a John Rawls 3: Rawls sobre Marx



Entre las razones que hacen que me interese el trabajo de Rawls está ésta: su capacidad para tomar en serio a quienes estudia, aunque (y sobre todo en los casos en que) no coincida plenamente con ellos; y la permanente reflexión crítica sobre su propio pensamiento. Este repaso que hace de algunas de sus diferencias con Marx dice mucho al respecto. Habla del respeto con que toma el pensamiento marxista, de su vocación por tomarlo siempre a su mejor luz, y de la permanente revisión crítica a la que somete a sus propias ideas (por supuesto, el párrafo debe leerse sabiendo que corresponde a un capítulo y una obra mucho más vasta, por lo cual incluye muchas ideas que remiten a otras páginas).

“Frente a la objeción de Marx según la cual algunos de los derechos y libertades básicas -los que para él están vinculados con los derechos del hombre (y a los que llamamos las libertades de los modernos)- expresan y protegen el egoísmo mutuo de los ciudadanos en un mundo capitalista, le replicamos que en una democracia de propietarios bien ordenada [es decir en una sociedad en donde la propiedad se encuentra distribuída democráticamente] esos derechos y liberrtades, adecuadamente especificados, expresan y protegen los intereses más importantes de ciudadanos libres e iguales. En esta sociedad, aunque la propiedad de activos productivos es permitida, tal derecho no constituye un derecho básico, sino que está sujeto a la exigencia de que, en las condiciones existentes, sea el medio más efectivo para asegurar principios de justicia.
Frente a la objeción según la cual los derechos y libertades políticas de un régimen constitucional son meramente formales, replicamos que por el valor equitativo de la libertad política (junto con la aplicación de otros principios de justicia) todos los ciudadanos, cualquiera sea su posición social, gozan de una oportunidad equitativa de ejercer influencia política. Este es uno de los rasgos igualitarios esenciales de justicia como equidad.
Frente a la objeción que dice que un régimen constitucional con propiedad privada sólo asegura las libertades negativas (las que implican la libertad de actuar sin ser molestado por los demás), replicamos que las instituciones básicas de una democracia de propietarios, junto con una equitativa igualdad de oportunidades y el principio de diferencia, u otros principos análogos, dan una adecuada protección a las llamadas libertades positivas (las referidas a la ausencia de obstáculos para realizar elecciones y actividades que lleven a la autorrealización).
Frente a la objeción que ataca a la división del trabajo bajo el capitalismo, replicamos que los rasgos estrechos y degradantes de la división del trabajo esperablemente, serán largamente superados cuando las instituciones de la democracia de propietarios lleguen a realizarse.”

2 comentarios:

Damián dijo...

Roberto,
En qué libro está esto? En "Justicia como equidad"?

rg dijo...

no, viene de este ultimo que anduve citando, el de notas sobre filosofia politica, que todavia no esta traducido (no confundir con el de notas sobre filosofia moral, que si lo esta)