8 jun 2008
Cine, capitalismo y alienación
1) Primero, una anécdota. Durante varios años, cada temporada, trabajaba en la fábrica (que ya no es más) de mi padre. A pesar de mi condición de hijo, la tarea a mi cargo era tan repetitiva, limitada y aburrida como la asignada a cualquier otro obrero. Para sobrevivir a esas horas largas, tenía dos pasatiempos favoritos. El primero era colocar las piezas a mi cargo sólo siguiendo los movimientos del caballo de ajedrez, es decir, en L (dos movimientos para adelante, uno para el costado), y ver cuántas podía colocar de ese modo, en el espacio asignado. El segundo pasatiempo era la música: la máquina en la que trabajaba tenía un movimiento (de atrás hacia adelante, de atrás hacia adelante) que producía para mis oídos una melodía, que aún hoy -ahora mismo- sigo silbando. Secretamente, ésa era mi máquina, y ésa era mi música.
2) Recordando esa anécdota, me vino en mente una escena de una película extraordinaria: "La clase obrera va al paraíso." La película es italiana, data de 1971, fue dirigida por Elio Petri (romano, hijo de obreros, miembro durante años del Partido Comunista Italiano), y es la primera gran película italiana sobre la clase obrera y sindicalizada, en la fábrica. La escena del recuerdo, triste y terrible, es la de Lulú (Gian María Volonté: genio), obrero ejemplar, que cerca de la locura, va colocando las piezas (tornillo dentro de tuerca, tornillo dentro de tuerca), mientras se anima diciendo: "un pezzo, un culo, un pezzo, un culo..."
3) Pero esa extraordinaria película tiene otras escenas tremendas. Mi favorita, por suerte, se puede ver:
acá.
La escena muestra el encuentro de Lulú, obrero metalúrgico, con un ex dirigente obrero, Militina (Salvo Randone, actuación absolutamente increíble), quien enloqueció (si?), alienado por su trabajo. El diálogo entre los dos es de los más emotivos y crudos aparecidos jamás en el cine (está en italiano, y en dialecto pero, para quien no lo entienda, basta con ver esas caras, esas miradas de amor y locura entre ellos, ese tono de voz. La escena es para verlos, abrazarlos y llorar con ellos). Lulú visita a Militina, y éste le pregunta si en la fábrica todavía se acuerdan de él (Militina dice, luego de la respuesta afirmativa, entusiasta, de Lulú: "seguro que en algún un momento, alguien dice "pero," y ahí empiezan..."), y le cuenta cómo fue enloqueciendo, trasladando a su hogar las obsesiones, repeticiones, y sin sentido propio de la línea de montaje. La parte más sensacional viene luego, cuando Militina le habla de la desesperacion de producir en serie, sin saber realmente lo que se hace: "pero un hombre tiene derecho a saber qué es lo que hace, a qué cosa sirve!" -grita. Y cuenta la historia de una vez, que tomó por el cuello a uno de los "ingenieros" de la fábrica para preguntarle a los gritos "qué catzo hacemos en esta fábrica."
(Ya lo decía magistralmente Marx: "La enajenación del trabador en su producto significa no solamente que su trabajo se convierte en su objeto, en una existencia exterior, sino que existe fuera de él, independiente, extaño, que se convierte en un poder independiente frente a él, que la vida que le ha prestado al objeto se le enfrenta como cosa extraña y hostil").
4) Todo esto para decir otra cosa. Mientras miraba "La cuestión humana," de Nicolas Klotz, pensaba en "La corporación," de Costa Gavras; o "El empleo del tiempo," del héroe de Cannes, Laurent Cantet, películas recientes, todas en torno -otra vez- de la alienación bajo el capitalismo. Pero, oh sorpresa! La de Petri se refería al tema clásico de la intelectualidad de izquierda, en los 60/70: la alienación obrera, y la locura que produce la fábrica. Estas, en cambio, hablan sobre la misma locura, pero sobre los hombres y mujeres de saco y corbata, encargados de reordenar-reorganizar-racionalizar aquellas fábricas, estas empresas. El cine optó por pasar del foco sobre la alienación obrera al foco sobre la alienación empresaria, managerial. La mirada, antes que en el obrero, aparece ahora sobre su servil y civilizado mandamás. El capitalismo se ha reciclado, pero la alienación -la pérdida de control sobre la propia vida, la pérdida del sentido vital- sigue allí, sigue aquí, entre nosotros.
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12 comentarios:
La verdad, no he leído mucho ni he tenido muchas vivencias sobre la alienación en las fábricas, pero quiero decir un par de cosas sobre la alienación en el mercado. Si la alienación, como yo la entiendo, es la pérdida de autenticidad del individuo, la progresiva transformación de alguien en objeto, en máscara, en marioneta, yo no he visto nada más terrible que los "vendedores a domicilio" (del producto que sea), o los vendedores de productos por teléfono (de esos que te llaman sorpresivamente a tu celular). Yo una vez tuve esa experiencia de ser vendedor a comisión, y la verdad es que no he sentido nada mas denigrante en mi vida. Eso de tener que ganarte el pan de cada día tratando de vender tu personalidad, o intentando ser gracioso, o hablando maravillas de un producto en el que no crees. O la alienación del desempleado que está cansado de entrevistas de trabajo en el que no da con el perfil. Recuerdo un sketch de Groucho Marx, en el que le decía a un patrón algo así como "una de mis virtudes es la de ser obediente... pero si no le gusta, puedo cambiar".
si, la fabrica, en lo poco que conoci, es tremendo. pero lo que decis igual! como vender algo que a uno no le interesa en absoluto, en lo que no cree para nada! que horrible!
harum farocki que es nuestro documentalista de cabecera tiene un par de films (trabajadores saliendo de la fabrica, la solicitud de empleo)en relacion con el tema de la entrada, altamentes recomendables.
correcto, muy bueno. el tiene mil cosas interesantes. ahora, habria que ver de entre sus filmes "obreros" cuales nos sirven para el subtopico alienacion-locura
Incorporaría “Recursos Humanos” (1999) de Laurent Cantet entre las memorables del cine que asaltan nuestra subjetividad para reflejarla tan ajena a nosotros mismos, sea atados a la cadena de montaje o ajustados a la corbata del managment empresarial.
Ciertamente el capitalismo se ha reciclado demostrando una increíble capacidad para producir mercancías como bienes, afirmandose como sistema privado de producción social global (hecho que no supone condiciones de igualdad para la satisfacción de necesidades ni de distribución y acceso a los bienes que produce)y con él las condiciones de legitimación/dominación del capital en cuanto tal. Sobre este punto diría que la cinematografía no cambió el foco,(aquí creo tenemos diferencias en la apreciación)y por el contrario agudizó la intensidad de la luz para revelar el problema.
Mientras que Petri expone el proceso de sometimiento del trabajador al ritmo del fordismo más desenfrenado( el obrero como apéndice de la máquina), del constreñimiento del cuerpo a la pura acción repetitiva y de la ausencia de preguntas (y del deseo?), Cantet, por su parte, interpela el significado del tiempo libre, ya no como ocio creativo, sino como residuo, tiempo muerto y vacío (¡!) de un tiempo capital(ista) que ocupamos en tener/consumir como garantía que nos afirman SER ALGO. Dos formas de la alienación expuestas con una densidad diferencial según la complejidad en la que se manifiestan las relaciones de explotación.
La crisis de sentido se revela tan sustantiva en la exclamación de Militina – qué lugar ocupo yo en todo esto!!; del film Petri, como en el fetichismo que embiste las tarjetas personales de "businessman" que exhibe el devenido desocupado del personaje de Cantent en el film “El empleo del tiempo”.-QUIEN SOY YO?– es la pregunta tácita vis a vis la realidad resquebrajada
- YO SOY OTRO QUE NO SOY ESTE- la respuesta susurrante.
Ciertamente las tarjetas personales como el dinero pueden transformarse en papeles de colores según la realidad que las embista...
A propósito de capitalismo, consumo y disciplinamiento “Las Meninas” de Velasquez en Google el 6 de junio, mejor dicho: las letras de Google enlazándose entre “Las Meninas ” de Velasquez no los dejó desprovistos, sin líneas de fuga?
Saludos,
Mm, estaba a punto de poner la misma pelicula, "Recursos humanos".
Creo que además surge en ella una temática aún más compleja (a mi manera de entenderla) y es que el protagonista (un joven ejecutivo recibido con honores) empieza a trabajar en la misma fábrica donde su padre lo hace (como obrero en un trabajo sumamente monótono) y ha hecho por años.
Lo duro es que el hijo se da cuenta de la alienación que su padre padece, pero más grave aún, que su padre no es "consciente" de ello.
Aprovecho para recomendar una documental más afin con la realidad argentina, "Corazón de fábrica", toca el tema de la alienación y las fábricas recuperadas entre otros temas.
Supongo sólo puede bajarse en internet por lo pronto.
Saludos
bueno, la podemos incluir, pero en realidad habia descartado recursos humanos (de cantet mencione la otra, el empleo del tiempo). la pelicula me parece extraordinaria, y mejor que el empleo del tiempo. porque no era tanto pelicula obrera, ni siquiera pelicula obrera que me encantase (la otra que citaba, la corporacion, de gavras, ni siquiera me gusto). la cuestion es que en las otras, el efecto extremo de la alienacion aparece, creo, mas directa y claramente. en la corporacion el protagonista, absolutamente desesperado, sale a ELIMINAR candidatos que pueden llegar a ocupar su puesto; en el empleo del tiempo, basado en un caso real, el protagonista pierde el trabajo y angustiado al maximo, niega lo que le paso, empieza a llevar una doble vida, engañando a su familia por anios, tomando prestamos millonarios, porque no puede soportar decir que no tiene trabajo. en la cuestion humana el director de empresa es investigado de cerca para verificar si, efectivamente, enloquecio.
"Tocando al viento"(1997)de Herman es interesante. Aquí el drama se centra en las estrategias de vida que siguen los obreros despedidos de una fabrica minera en un pequeño pueblo inglés (del cual es la principal actividad económica). Tiene diálogos realmente imperdibles, además de intervenir sobre los dilemas de la identidad obrera que se quiebra con el desempleo; las elaboraciones de cada personaje ante la crisis tentando salidas alternativas(entre ellas el suicidio). En las microsolidaridades que primero contiene a los huelguistas y despedidos, pero que con el tiempo y al establecerse la situación como definitiva comienzan a disolverse;provocando rupturas en muchos niveles,personales, familiares,en la vida social, en el sentido de pertenencia a un pueblo mediado por la fábrica (que ya no es). El momento de la furia, de la lucha, de la derrota, de las pérdidas, de la culpa individual por el despido (masivo), la incertidumbre, el repliegue, el ensimismamiento.Es una película que va doliendo de a poco. Que duele en las miradas, en la desesperación. Que nos duele como sujetos expuestos a la deconstrucción de totalidades de sentido que nos protejen.
No sé, a mi me pasaron muchas cosas con esta peli, en diálogos con mi papá trabajador de una empresa petrolera durante toda su vida, hasta un accidente.En donde se congela el discurso corporativo y "el mejor trabajador del año" se convirtió en un legajo y en litigio. Cómo proteger a mi viejo, fundamentalmente en este proceso de desajuste...
Conozco muy poco de cine (gracias por todas las sugerencias), pero me quita el sueño, aunque en otros ambitos, la idea de control: como definis control? En que consiste perder el control cuando no se llega a la locura?
Gracias
no se, no tengo idea, lo que diria es que hay un problema cuando uno esta todo el dia enfrascado en una actividad con la que no se siente identificado, que no la ve como propia, que no le interesa, que esta esperando que se acabe, que comienza a convertirse en objeto del que uno solo quiere escapar...(esta es tambien la descripc que hacia marx en sus escritos del 48)
Entonces la perdida de control puede ser la falta de oportunidad para poder cambiar hacia (o crear) un trabajo que te despierte interes (que no disocie el trabajo de tu ser)?
mira, no me gusta opinar sobre un area en la que solo tengo intuiciones. yo creo que tiene mas que ver con una situacion en la que uno empieza a ver a su actividad principal o trabajo como algo desagradable, que no tiene que ver con uno, a la que uno esta sometido. obvio que si uno tiene, en un sentido fuerte, libertad para salir de alli sin mayores costos, entonces aquel estado -subjetivo- se supone que no deberia existir. por eso es que, si, tiene que ver con la dificultad sentida de no poder salir de alli de modo sencillo
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