9 sept 2009

Una a favor: La ley de radiodifusión y sus enemigos



El ilustre Guillermo Mastrini, a quien se refiere Ramiro en el post de más abajo, es un joven (tiene más o menos mi edad, así que en realidad...) referente en materia de Comunicación (ex Decano de la Carrera), y tiene una postura favorable a la aprobación del proyecto oficial. Acá nos envía una nota de hace unos días, para seguir con el debate. Gracias Guillermo!

La ley de radiodifusión y sus enemigos

Hasta el momento no se ha escuchado ninguna voz que sostenga públicamente que no es preciso sancionar un nuevo marco legal para la radiodifusión. Resulta al menos curioso entonces que una ley contra la que nadie está en desacuerdo tarde más de 26 años en ser aprobada. Esto nos lleva a pensar que más allá de lo que se públicamente se dice, la sanción de un nueva ley tuvo y tiene enemigos, cabría decir, poderosos enemigos.

Uno de los aspectos positivos del debate que se ha instalado es que los argumentos contra la ley de radiodifusión han salido de las cavernas. Parece que ya no basta el infatigable transitar de los lobbystas de los grandes medios por los pasillos del Congreso, o incluso las llamadas directas a los legisladores al momento de las votaciones o despachos de comisión, como ha ocurrido habitualmente desde 1983. Frente al debate y a la conciencia social de la importancia de una regulación democrática de la información, los enemigos de la ley de radiodifusión no han tenido más remedio que desplegar una batería de argumentos públicos contra su sanción.

A favor de la ley, aparecen por primera vez con significativa presencia sectores de la sociedad civil, sindicatos, universidades, radios comunitarias articuladas en la Coalición para la Radiodifusión Democrática, que desde hace cinco años (con más paciencia que apuro) impulsan la sanción de una regulación democrática. Como bien señalara Mario Wainfeld, el burdo intento de deslegitimar a sus miembros con el mote de “ultras”, no resulta eficaz frente a la diversidad política e ideológica del amplio abanico social que sustenta la necesidad de sancionar un nuevo marco normativo.

Ahora que los argumentos de los enemigos de la ley son más públicos resulta interesante analizar cómo sus líneas argumentativas han variado según los gobiernos y coyunturas políticas. En lo que no han variado es en su permanente oposición a que se sancione un marco regulatorio democrático, que dificulte la discrecionalidad de la autoridad de aplicación y los acuerdos privados con las autoridades.

Tomaremos dos casos como ejemplos. El proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales es, para los grandes medios, la ley “K” para controlar los medios. En muy pocas ocasiones, ninguna en el grupo Clarín, se da la palabra a quienes están a favor del revisar el marco legal. Todos los grupos sociales, sindicales, universitarios y políticos, que apoyan el proyecto son tachados de ultra K sin matices. Pero es no es nuevo. Durante el gobierno del hoy respetadísimo Raúl Alfonsín, el Consejo para la Consolidación de la Democracia (COCODE), elaboró a pedido del presidente un proyecto de ley. Los argumentos de las patronales de los medios agrupadas en la Comisión Empresarial de Medios de Comunicación Independientes (CEMCI) estigmatizaron al proyecto como un ataque a la libertad de expresión y presionaron a los diputados y senadores para evitar su sanción. La CEMCI es una suprapatronal gestada y gestionada por el grupo Clarín. El COCODE fue un organismo multipartidario en el que estaban representadas las principales fuerzas políticas del momento. Ayer frente a un proyecto de consenso, hoy ante uno surgido del seno de la sociedad civil y redactado por el gobierno, los enemigos de la ley de radiodifusión sostendrán que la reforma de la ley de la dictadura es un ataque a la libertad de expresión.

Otro argumento que recurrentemente se vocifera es la conveniencia de esperar al nuevo parlamento, que tendría la verdadera representación popular y por ende la mayor legitimidad para legislar. Agotaría el esfuerzo de varios días de investigación reseñar los cientos de leyes sancionadas desde 1983 en el período que transcurre entre las elecciones y la asunción de los nuevos parlamentarios. De todas ellas citaremos una, la que transformó radicalmente el sistema de medios argentino. En agosto de 1989, luego de la caída del alfonsinismo, pero antes de que asumieran los diputados electos, el parlamento aprobó las leyes de Emergencia Económica y de Reforma del Estado, conocidas como leyes Dromi. En uno de sus artículos se eliminaba el impedimento para que los dueños de medios gráficos pudieran ser licenciatarios de medios de radiodifusión. A partir de dicha modificación pudo constituirse el grupo Clarín. De esta forma, no sería arriesgado señalar que de sancionarse la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual tendría la misma legitimidad de origen que todos los grupos multimedia que existen en Argentina. Salvo que se utilice un criterio cuando el proceso favorece y otro cuando perjudica. Los enemigos de la ley de radiodifusión no parecen haber reparado en tal detalle.

Como todo proyecto o toda ley, la de Servicios de Comunicación Audiovisual puede y debe ser mejorada. Esa debería ser la tarea del parlamento. El proyecto presentado constituye una adecuada base para el debate con elementos hasta ahora inéditos en la radiodifusión argentina como es la presencia de minorías políticas en los directorios de la autoridad de aplicación y del sistema nacional de medios públicos. Su concepción se base en criterios de libertad de expresión asentados en los derechos humanos que supera ampliamente el sesgo autoritario de la ley de la dictadura vigente. La que los enemigos de la ley de radiodifusión procuran mantener.

19 comentarios:

Ramiro dijo...

Estoy de acuerdo con lo que dice Guillermo. Me quedo con un punto importante (que es el que tratamos de defender anteriormente): 'Como todo proyecto o toda ley, la de Servicios de Comunicación Audiovisual puede y debe ser mejorada. Esa debería ser la tarea del parlamento.'

Ahora bien, más allá de la composición de la autoridad de aplicación o los directorios de los medios públicos (que creo deben mejorarse porque como están son muy problemáticos, más allá de las mejoras), me interesaría conocer la opinión de Guillermo, o Martín Becerra, o alguno de sus colaboradores sobre el ingreso de las telefónicas. ¿Cómo lo ven? Mi visión ya la explicité, pero me interesa conocer su opinión ya que ellos conocen muy bien (me consta) los temas de mercado, los números, la forma en que se dieron las concentraciones que ahora sufrimos y que no queremos que se repitan. Saludos.

rg dijo...

un primer comentario, guillermo, es el de la idea de enemigos. yo, que soy critico, no me considero "enemigo," me considero amigo de la libertad de expresion, amigo de la discusion, y creo que la norma DEBE ser reformada en dos puntos claves, porque sino vuelve a ser funcional a los grandes grupos y al gobierno de turno.

Ahora, para tratar a los criticos, creo que tomas dos argumentos mas bien flojos. Que haya grandes corporaciones y grupos que no quieran la ley, es obvio en cualquier ley, especialmente en leyes como estas. Y el punto del nuevo Congreso tampoco es central.

Yo no tengo problemas en conceder las dos cosas: hay grandes grupos espantosos, que van a hacer cualquier cosa para que la ley no salga. Y podemos discutir la iniciativa en este parlamento, aunque crea que seria preferible esperar a la proxima legislatura. Pero concedo la cuestion si me dicen: hay que hacerlo ahora, que esta el impulso. Ok, hagamoslo.

El punto para mi es el que hablamos: Hay una amplia coalicion dispuesta a apoyar la ley, si el gobierno cede en dos temas clave (autoridad de aplicacion; entrada de telefonicas). Si modificara esos puntos, cumpliria el objetivo historico de modificar la ley de medios existente; reduciria el poder de clarin; abriria el juego a voces menos escuchadas. Es decir, el gobierno tiene la posibilidad de hacer algo notable, y eso depende SOLO de ellos.

Eso es lo tragico: Podria pasar a la historia haciendo algo realmente importante, y no lo hace, no porque tenga al eje del mal presionando por mas poder al ejecutivo, no porque haya un poder destituyente que le impida atacar a las telefonicas.

Es el propio gobierno el que no quiere hacer lo que esta bien, lo que puede hacer, lo que debiera hacer.

Vos decis que "es lo que hay", vos decis que en definitiva esta imperfecta ley es mejor que la que hoy rige. Pero por que nosotros, academicos, vamos a cerrar los ojos a lo que se puede hacer y esta bien, lo que esta a un paso? Como no vamos a ser nosotros los que peleemos por dar ese pasito fundamental, posible. Es lo que le pide la izquierda para acompaniarlo. Saldriamos todos a la calle a bancar ese proyecto. Por una vez, por una vez, hagan algo digno, si esta a la vuelta de la esquina. Como diria Nanni Moretti a Prodi: "Haceme una medida de izquierda, una solita por favor."

Anónimo dijo...

Me gustaría saber cuantos alzaron su voz en 2001 cuando estuvo a punto de aprobarse una ley de medios impulsada por De la Rua en la que la autoridad de aplicación quedaba bajo en control del Poder Ejecutivo. Me pregunto, ¿es ese un punto tan fundamental como para rechazar el proyecto y dejar vigente una ley donde ese control es más directo? No está mal criticar y abogar para que ese punto sea mejorado, pero no al extremo de impulsar el rechazo de la ley si no se lo mejora. Porque aun con esos puntos "mejorables" lo que tenemos vigente es peor. Y no hay que perder de vista que la autoridad de aplicación dependiente del Poder Ejecutivo, en última instancia es indirectamente producto de la voluntad popular. No veo tan mal que la expresión de la voluntad popular en una democracia se vea reflejada en una autoridad de aplicación. Así es en paises como EEUU, Gran Bretaña o Francia.

Anónimo dijo...

La verdad que bastante pobres los argumentos de este "especialista" del que nunca escuche hablar. Se enfoca en la necesidad de reforma de una ley de la dictadura que nadie cuestiona. Otro tema es la oportunidad de reforma con un gobierno desligitimado en las urnas que oretende acomodar a grupos economicos que le son favorables. Una discusion mas interesante la escuche anoche en el programa "A dos voces" donde los legisladores se enfocaban en los articulos cuestionados. Vamos camino a repetir lo que paso con la mentada "reforma judicial" embarrada en la composicion del Consejo de la Magistratura. Mas aun a un gobierno como el del matrimonio Kirchner que no se caracteriza por ser democratico (estan mas cerca de los autoritarismos, de Videla, de Chavez) seria un error fatal concederle el beneficio de la duda que su intencion sea la participacion de todos.

Unknown dijo...

Creo que la nota de Roberto Gargarella publicada en el diario Clarín titulada "La nueva ley de medios podría ser inconstitucional" merece algunos comentarios. Pienso que contiene argumentos muy valiosos y destacables, vinculados a la necesidad de un debate robusto, profundo y diverso, teniendo en cuenta la trascendencia social de esa normativa. Pero esa premisa pasa a un plano irrelevante de su discurso cuando califica a la iniciativa de reforma como "extorsiva" (aludiendo a un delito), y no justifica adecuadamente esa afirmación. Es más se presenta como una contradicción si antes sostuvo la necesidad imperiosa de una nueva ley. Si bien alude a la bondad de discusiones amplias, sinceras y pluralistas, no se pregunta si el diario que publica su nota con un título "sutilmente" amenazador, estaría dispuesto a brindar el mismo espacio para la apertura discursiva crítica que él propone. Concretamente para aquellos sectores que no cuentan con ninguna participación y que justamente son las víctimas de la desinformación que genera ese Grupo, y que responde a los intereses de una minoría que históricamente acaparó riquezas y cobijó en su seno a los enemigos de las mayorías. Con gran pesar, la sensación que tuve al analizar su columna fue que finalmente termina siendo funcional a este sector que claramente reacciona ante el riesgo de perder la hegemonía y el poder mediático. Estaría buenísimo que RG expusiera sus críticas, que insisto, son importantísimas, desde un lugar consecuentemente constructivo y sin coincidir trágicamente con los objetivos de personajes que, lejos de acompañar nuestro crecimiento político, se han encargado sistemáticamente de oscurecerlo.

Anónimo dijo...

La pregunta tambien seria si el ataque al grupo Clarin recien llega cuando ese grupo dejo de ser funcional al oficialismo (no hay que olvidar la luna de miel que tuvieron) quien busca ahora otros grupos (Werthein) que le sean funcionales a su proyecto de concentracion de poder. Aun con todo el poder del que disponen Clarin siempre sera mucho menos peligroso que el poder concentrado en el estado.

Unknown dijo...

Varias cosas-
respecto a las telefónicas. Creo que el proceso de digitalización lleva a una convergencia de los sectores. Las telefónicas van a terminar entrando en el sector audiovisual de una manera u otro (por ejemplo la television digital directa a los telefonos móviles). En la historia de las políticas de comunicación argentina, puede señalarse que en general el mercado tomó la iniciativa y luego se sancionaron regulaciones que adaptaban la legislación a lo que el mercado había determinado. En este sentido el proyecto de ley anticipa una cuestión: regula la entrada de las telefónicas con una serie de condiciones. Desde mi punto de vista las regulaciones propuestas son interesantes sobre las condiciones de competencia en el propio mercado telefónico (varias de las cuales ya existen pero no se cumplen) pero insuficientes en relación al propio mercado audiovisual. Creo que deberían establecerse límites concretos a la participación de las telefónicas en el mercado audiovisual. desde mi punto de vista, plantear el no ingreso de las telefónicas es una utopía absoluta.

Respecto a los enemigos, la intención de la nota era marcar que si se quita la primera patina, la ley tiene enemigos. Con esto no quiero decir que todos los que hagan sugerencias o críticas al proyecto sean enemigos. Pero sí que hay que tener mucho cuidado para que quienes durante 26 años han conseguido bloquear toda iniciativa de regulación democrática de la radiodifusión sigan teniendo éxito.

Por otra parte, apuntaba a deslegitimar un par de argumentos que hasta la semana pasada estaban vigentes. Es cierto que ya quedo claro que el parlmento actual puede sancionar leyes. El otro era mostrar que no se trata de una reacción ante un gobierno con tendencias al centralismo, sino que es la misma reacción ante cualquier iniciativa en la materia.

Creo en definitiva que con Roberto estamos muy cerca en las posiciones, pero nos diferencia el punto desde el cual miramos. A mi me interesa centralmente que tengamos una ley de radiodifusión nueva: No creo que tenga que ser la mejor, dado que el próximo parlamento y/o gobierno podrá mejorarla. Pero no veo que los futuros gobiernos tengan especial inquietud en este tema (y no me refiero a ningún sector político en particular). Creo que hay una coyuntura especial que favorece que se sancione la ley, que hay que aprovecharla. Me parece que Roberto (perdón por interpretarte) privilegia los aspectos que podrían corregirse, mientras que yo observo con preocupación que no se nos pase esta oportunidad.

saludos
Guillermo

Esculapio dijo...

Refrescando...
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en 1956, ha dicho:

Si el Poder Ejecutivo ha dispuesto mantener la clausura de un diario por razones de seguridad política y en uso de las facultades emergentes del estado de sitio, carece de objeto un pronunciamiento judicial acerca de la situación anterior a la medida adoptada.

. . ;
Diario ¨La Hora¨ ­ Juan Antonio Grosso.

1956
T. 236, P. 41

rg dijo...

hola Guillermo, mil gracias otra vez por la nota, y la gentileza de intervenir. Para mi al menos, sos de las voces mas autorizadas para hablar del tema. No tengo dudas, porque lo hablamos, en que coincidimos en casi todo. Mi punto (el que nos diferencia) creo que es el que te decia: es hora, el momento exacto, de pelear para que salga la ley...con un par de cambios. Repito lo que decia en un comentario mas abajo: por que vamos a ser nosotros los que le demos letra al gobierno, en lugar de a la izquierda que le dice "te apoyo pero sacame estas dos piedras." Si la izquierda tiene razon, y esos votos estan, y la ley podria ser facilmente mejorada. Es JUSTO en este momento en donde hay que pelear por eso, por torcerle el brazo al gobierno, que introduzca un par de cambios serios, y quedamos con una ley buena. Decir esto no es lo mismo que decir "hasta que la ley ideal no salga, no hay que votarla." No. Es como (y exagero en parte con el ejemplo, lo se), si se va a aprobar una ley de eduacion muy buena, pero que arancela la educacion. Tal vez sea el unico punto entre noventa y nueve, pero es el crucial, y hay que pelear contra el, en lugar de decir "si, pero hay otros 99 muy lindos." Diria eso. En todo caso, mil gracias otra vez Guillermo, abrazo

Mori Ponsowy dijo...

No soy especialista en ninguno de estos temas, pero me encanta y reconforta que haya lugares -como este blog- en donde se discuta, delibere y confronten ideas disímiles de manera inteligente y civilizada. Así, creo, debería ser nuestro Congreso.

rg dijo...

hola mori, gracias por pasarte por aca. igual, mira que nos peleamos bastante

Anónimo dijo...

A veces, una tapa vale por mil palabras
http://www.elperiodicoaustral.com/index.php?option=com_content&task=view&id=15735&Itemid=77
para los distraidos, es la tapa del diario k de santa cruz el dia posterior a las elecciones...

por otro lado amigos, no les parece un plazo irrazonable el de un año para que los medios se desprendan de sus activos en pos de cumplir la ley?
me parece un plazo totalmente irrazonable, que invita a vender todos esos medios a precios irrisorios.
Esto me parece un tema clave y muy poco debatido.
Yo hubiera hecho un cronograma paulatino, para no obligar a los medios dominantes a vender a precios irrisorios sus areas de las cuales deben desprenderse.

Anónimo dijo...

Perdon Soy Adrian Bengolea

Anónimo dijo...

"Creo que hay una coyuntura especial que favorece que se sancione la ley, que hay que aprovecharla. Me parece que Roberto (perdón por interpretarte) privilegia los aspectos que podrían corregirse, mientras que yo observo con preocupación que no se nos pase esta oportunidad"

Bien ahí. Muy preciso.

Unknown dijo...

Estimados: me avisó Guillermo de este debate, excelente y sobre el que quisiera complementar la posición de su artículo con la mentada cuestión de las telcos. Previo debo aclarar que, como Guillermo y muchos colegas (y casi todos los diputados de centroizquierda) considero que el proyecto debe ser debatido y modificado en la composición, dependencia funcional y atributos de la Autoridad de Aplicación; en las exigencias de mercado en condiciones de competencia real para el ingreso de las telcos; en la integración del Directorio de los medios públicos; en la generación de subsidios para sostener la producción audiovisual no comercial y pyme; y en la sugestiva mención de la Iglesia Católica (y no de otros credos) como potencial emisora de radio y tv.
Sobre las telcos, una consideración políticamente correcta y, sobre el final, una francamente incorrecta:
1. Un objeto de regulación convergente no puede ser legislado totalmente por separado. Las redes de telecomunicaciones hoy transportan cualquier tipo de contenido, reducido a códigos binarios (0 y 1), y sería tapar el sol con las manos legislar sobre audiovisual sin advertir que tanto desde la producción, el transporte como desde la recepción de señales audiovisuales resulta cada día más difícil distinguir qué red es propia de la ind. audiovisual y cuál es de telecom. Contra lo que se dice, la verdad es que a las telcos les conviene no ser reguladas en las condiciones del art. 25 del proyecto PEN sobre medios audiovisuales: les reportaría más eludir los requisitos de competencia de mercado allí establecidos. Si esto ocurre (si una ley de medios no menciona a las telcos), las telcos prestarán servicios audiovisuales igualmente y lo harán en terminales de consumo diferentes al televisor (teléfonía móvil, computadoras) y le harán pito catalán a las condiciones elementales de competencia y calidad de servicio del audiovisual. Así, quienes afirman que hay que quitar del medio el delicado problema de regular sobre las telcos en esta ley, en rigor están favoreciéndolas…
La cuestión, pues, es no tanto si deben ingresar las telcos, sino cómo van a hacerlo.
Igual que Guillermo, creo que los términos del art. 25 del proyecto son un gran avance. Pero a ello, le agregaría: que el plazo de incorporación de las telcos no sea inmediato, sino que se les permita participar recién a los 5 años y a que previamente el mercado de telefonía tenga al menos un 20% de participación real de competidores (algo parecido a lo que ocurre en Gran Bretaña). Esta desconcentración de las telecomunicaciones, sumada a los topes de mercado audiovisual y a las exigencias ya establecidas por el incumplido Decreto 764/2000 sobre interconexión, interoperabilidad, portabilidad numérica, separación accionaria, prohibición de subsidios cruzados, etc., además del límite de 30% de capital extranjero, garantizaría en los papeles una mejora cierta…
2. es políticamente incorrecto, lo sé, defender a las telefónicas, más si son de capital extranjero, pero si he de ser empirista y analizo la programación del canal de tv abierta gestionado desde hace más de una década por una telco española (Telefé), no puedo sino reconocer que es el canal que más ficción nacional produce; es el único cuya producción de contenidos (Telefé contenidos) no está tercerizada y sería un buen caso de antítesis para muchas de las posiciones al uso sobre el tema. Me atajo antes de que lluevan las críticas: se que un caso no hace una ley y que otros aspectos colaboran en que Telefé sea como es y se gestione así, pero en fin, no puedo ocultar que es un caso curioso…
Gracias y saludos.
Martín Becerra

rg dijo...

muchas gracias Martin! Aprendemos con lo que decis

Ramiro dijo...

Uy si, que bueno que paso MB! Concuerdo con Roberto, se aprende mucho. Saludos.

Daniela dijo...

Saludo la intervención siempre lúcida y comprometida de Guillermo Mastrini.
En relación a observación de Martín sobre telcos agregaría que en verdad las telefónicas "ya entraron" por la ventana hace tiempo, mediante sociedades con capitales americanos en la RDF abierta o mediante convenientes joint venture variopintos con cableras de capital y del interior en la prestación de telvisión digital de pago.

damian dijo...

Se excluyeron a las telefonicas, que era uno de los grandes temores. Ahora pueden decir que falta lo de la autoridad de aplicacion.
Me da un poco de miedo de por querer ir por todo nos quedemos sin nada, o sea no haya nueva ley.
Por otro lado es por demas interesante como se dividieron las aguas en el congreso, se podría decir que se cayeron varias caretas.