2 may 2016

Sobre los escraches

(publicado en La Naciòn, hoy acà)

Ante la invitación a escribir sobre la difícil cuestión de los “escraches”, aparece siempre una salida sencilla -una “carta ganadora”- que lo tienta a uno. Se trata de decir que los escraches son actos bárbaros, prohijados por el fascismo; una afirmación que se refuerza e ilustra luego agregando referencias tales como la de que los nazis pintaban las puertas de (“escrachaban a”) sus “enemigos”. Parece claro: si “escrachar” implica un acto nazi en su naturaleza, toda duda que se manifieste sobre el tema parece acercarlo a uno a la defensa del nazismo. La alternativa, por tanto, de la “condena total”al “escrache” es fácil de seguir, y cómoda para el que la sigue: uno fija posición contra el nazismo, obtiene un aplauso fácil, y todosquedan conformes. No es éste, sin embargo, el camino que quisiera tomar en este texto. 

Tampoco me interesa el camino alternativo, esto es, la solución “boba” que habitualmente emerge como opción frente a la primera. Según esta alternativa, todo “escrache” es “expresión”, y toda expresión debe ser respetada, particularmente si la llevan a cabo “sectores populares”. Ambas posturas (la alternativa sencilla, y la “boba”) representan, en realidad, posiciones falaces, por tomarindebidamente a una parte posible como el todo. Que haya actos fascistas que podamos identificar con el “escrache”, no quiere decir que todos los actos de “escrache” sean fascistas; y que haya expresiones populares disruptivas y justificadas no quiere decir, tampoco, que todas las expresiones populares, por serlo, estén justificadas, con independencia de sus modos.Contra tales posturas, en lo que sigue, voy a explorar un camino diferente (no necesariamente “intermedio”) que pretende contribuir a que pensemos mejor sobre el tema. Para los defensores de las soluciones “absolutas”, fáciles o “bobas,” lo recomendable es abandonar aquí la lectura de este texto.

Para quienes siguen leyendo, lo primero que conviene hacer es definir al término “escrache” Entiendo por tal a un acto (normalmente una acción colectiva), de señalamiento y repudio hacia alguna persona (habitualmente una persona pública), destinado a condenar a la misma por alguna reprensible acción pasada. Una primera cuestión que se deriva de esta definición, es que los “escraches” pueden ser de tipos muy distintos (i.e., violentos,estruendosos, silenciosos,inocuos). Por lo mismo, resulta un error la propuesta de una solución o respuesta común para cualquier tipo de “escrache”.

Es importante señalar, además, que hay muchas conductas que condenamos, pero que no ameritan que hagamos llamado alguno a la coerción estatal. Todos los días, por ejemplo, escuchamos a gente hablando en sus celulares, y declarando a sus interlocutores que se encuentran en un lugar en donde en verdad no se encuentran. Se trata de conductas que pueden molestarnos, pero que no justifican de ningún modo la intervención estatal. En segundo lugar, hay conductas que sí ameritan algún tipo de reproche estatal, pero que de ningún modorequieren las formas habituales, intrusivas y violentas, de dicha coerción (por ejemplo, la cárcel). Un funcionario público que llega siempre tarde a su trabajo merece algún tipo de respuesta y condena estatal, pero todos entendemos que esa respuesta no debe ser ni intrusiva ni violenta. Lo mismo con los “escraches”: necesitamos ver de qué tipo de “escrache” se trata, asumiendo desde ya que algunos no merecen respuesta alguna, y que otros pueden merecen nuestro reproche o condena, sin involucrar necesariamente al uso del aparato coercitivo.

Conviene distinguir, también, entre actos fundamentalmente expresivos, que pueden ser verbales o no, y actos que son fundamentalmente otra cosa (i.e., agresiones físicas), a pesar de involucrar aspectos expresivos. Por ejemplo, la “quema de bandera” es considerada habitualmente una acción expresiva (aunque no incluya “palabras”), y por tanto, y como tal, suele verse como una acción jurídicamente protegida. En cambio, la piedra que se le arroja a un político, merece ser vista fundamentalmente como parte de una agresión física condenable, por más que esa agresión manifieste, también, una expresión política.

Otra distinción central en la materia tiene que ver con el involucramiento o no del Estado en la misma acción del “escrache”. Lo que nos horroriza de los ejemplos que nos remiten al fascismo y al nazismo tiene que ver, muy especialmente, con la presencia del Estado (un Estado autoritario o totalitario) en el trasfondo: cuando el Estado auspicia, promueve o de otros modos aparece “detrás” de los “escraches”, éstos tienden a adquirir su rostro más temible. Cuando el Estado no está detrás de los escraches, sino “enfrente,”nuestras intuiciones tienden a (y merecen) ser diferentes. Es lo que ocurrió en los 90, en nuestro país, cuando la agrupación H.I.J.O.S decidió enfrentar la impunidad y las leyes de amnistía manifestándose frente a la casa de torturadores y cómplices de la dictadura. En el marco de una condenable e injustificada impunidad, las acciones de H.I.J.O.S. resultaron controvertidas, pero en algunos casos, me animaría a decir, justificadas. Confluían allí varios elementos que allanaban el camino de su justificación. Por un lado, se estaba frente a inconductas gravísimas (actos de tortura, por ejemplo), auspiciados por el Estado; que fueron seguidas luego por acciones y omisiones estatales inaceptables (como la omisión de investigar y juzgar crímenes de lesa humanidad). Por otro lado, había en muchos de aquellos actos de “escrache” un intento de llevar adelante lo que el catedrático Owen Fiss denominaría actos de “confrontación moral”, esto es decir, actos orientados a modificar conductas, no a través de la fuerza persuasiva de un argumento, sino demostrando la seriedad o gravedad moral de ciertas acciones pasadas.

Distinciones comolas anteriores pueden ayudarnos a salir de algunos de los atolladeros en que parece encallada la discusión de hoy en la materia, en donde distintos grupos de un país todavíapolarizado, se disputan por distinguir a su gusto entre “escraches buenos” (“los que hacemos nosotros”) y “malos” (“los que nos hacen los otros”). Contra esas arbitrarias simplificaciones, ahora es posible avanzar un poco mejor en el debate. Podemos aclarar, por ejemplo, por qué repudiamos muchas acciones de “escrache” producidas durante el gobierno anterior: ocurre que se trataba de acciones auspiciadas por elpoderío coercitivo y los cuantiosos recursos económicos del Estado (i.e., programas de televisión dedicados, día tras día, a humillar a adversarios, cobardemente y en su ausencia), y no de acciones “espontáneas” provocadas por sujetos abandonados a su suerte, o perseguidos por el Estado. Podemos explicar (cosa distinta a justificar) algunos de los “escraches” que se dan en estos días, a partir de sujetos que, como en los 90, entienden que el poder es impune; que la justicia trabaja para los poderosos; y que, a pesar de evidencias impensadas, desmesuradas, únicas, nadie del poder pagará nunca por sus crímenes. Podemos entender cuándo y por qué ciertos “escraches” generan mayor empatía: se trata, muchas veces, de acciones de repudio a alguna figura pública que cometió faltas gravísimas, y al que su poder de influencia lo convierte en impune. Eventualmente, podremos advertir también que ciertos “escraches” (imaginemos, el abucheo a un funcionario público acusado por faltas gravísimas, en un estadio de fútbol) pueden resultarnos simpáticos, o por el contrario desagradables, inapropiados y aún hipócritas, sin que nada de ello justifique que hagamos uso del aparato penal para subrayar nuestra propia postura.En cambio, puede justificarse la convocatoria a la fuerza estatal cuando nos encontramos frente actos fundamentalmente no expresivos (una agresión por ejemplo), y con el objeto de proteger o dejar hablar a quien está amenazado de violencia, o de reprender a quien indebidamente ha ejercido esa violencia. En todo caso, la lección se mantiene: no todo es lo mismo, no todo da lo mismo, ni corresponde ofrecer respuestas únicas para casos que son fundamentalmente distintos.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Los comentarios de los foristas de "La Nación" respecto de esta muy buena nota oscilan, como siempre, entre lo ridículo y lo desopilante. Vale la pena detenerse en ellos.

Unknown dijo...

Roberto: me parece muy didáctica la distinción que hacés en el texto entre distintos tipos de escrache en función de sus protagonistas -en particular, de su ubicación o no dentro de la institucionalidad estatal-, de su "producción" y de sus motivaciones. En esta línea creo que corresponde agregar, como complemento que no es sólo taxonómico sino también ideológico- la violencia ejercida desde la conducción de otras formas institucionales no estatales, o no necesariamente estatales, donde también se producen prácticas similares al escrache aunque el carácter "colectivo" de esa práctica (tomando la definición de tu artículo) sea indirecta (por vía de la representación implícita en la conducción institucional).
Saludos cordiales.
Martín Becerra

rg dijo...

sobre los foristas: me parece una tonterìa detenerse en ellos. actividad, en todo caso, recomendable para quien cultive o quiera cultivar el "yo no soy tan facho" o "asì es la verdadera argentina, por suerte estoy yo/estamos nosotros." dos tonterìas

martìn, gracias. hablàs de, pongamos, un medio x haciendo una campaña u operaciòn contra z, o fomentando el repudio. seguramente, màs allà de que estado y empresa no sean equivalentes, o de que, tal vez por medio a lo sucedido, todos los medios, ordenadamente, hagan campañas explícitas contra el escrache y fomenten el "escrache es pecado." esto me parece que es cierto, aunque no niega que se puedan hacer campañas negativas de otros modos, etc.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Va editado el comentario: De acuerdo, Roberto (en cuanto a mi comentario, pensaba, sí, en medios pero no sólo en ese ámbito; también en instituciones no estatales (empresas, Iglesias, colegios) y en organizaciones estatales con niveles de autonomía grandes (como ciertas instituciones educativas) donde registro ciertas prácticas emparentadas con el escrache).

Rodrigo dijo...

En términos generales estoy de acuerdo, aunque con matices. No creo que nuestro país esté "todavía polarizado". Creo que es un país polarizado desde que tengo memoria. Ahora la polarización es "k vs antik" pero mañana puede ser otra. Somos una sociedad "sanguíneo", "tana"; y con cierta tendencia al fanatismo. Los medios masivos también ejercen el monopolio de la injuria sistemática. Y si no es el monopolio, cuantimenos el oligopolio. Lo de "escrachar opositores" usando los recursos del Estado: de acuerdo. Ahí el kirchnerismo tiene un debe como ahora tiene un debe cierto "revanchismo" de Macri.
Saludos

DVD dijo...

Los escraches de HIJOS intervenían el espacio público y pensaban la ciudad de nuestro lado y como bocina para denunciar la impunidad. Los nuevos escraches son más bien un pus privado. La ciudad está ausente. Salta a la sociedad en horario pico, "a la hora de ir a la cama", a través de un sector mediático que monopoliza la comunicación.

Anónimo dijo...

David, sos un poeta, "pus privado", "ciudad ausente"... tanto camporismo hace daño. los nuevos escraches no son más que condena social, tal vez torpe y sin mucho brillo, pero que refleja ese reproche que el poder judicial no hace porque no quiere o es encubridor de aquellos que los ungieron en el cargo. No hay mucha diferencia con los mini escraches que en los ochenta se le hacía a Astiz, que tuvo que dejar de salir a los espacios públicos por el vacío social que se le hacía.
Eso mismo pasa ahora y es lo que con gran inteligencia nos señala rg.
Realmente sorprende como después de verlos contar dinero delante de las cámaras (dinero de todos), todavía los siguen defendiendo.

Anónimo dijo...

Creo que uno puede sostener una postura que rechace moralmente cualquier tipo de escrache -la utilización o no del aparato penal ante los escraches es una discusión distinta y, desde mi punto de vista, menos interesante- sin que ello lo convierta a uno en un tonto que asume posiciones facilistas. Conforme una posición tal, que podría estar anclada en el repudio categórico a la práctica patotera que implica que varias personas agredan verbal o físicamente a una sola persona que se encuentra realizando una actividad normal en la vía pública, no hay muchas distinciones que hacer. Y partiendo de este punto, aunque pensemos que Zanini sea un corrupto (aunque, debería destacarse, como todas las personas goza todavía de su presunción de inocencia), no por ello nos resulta más simpático, o más entendible, o más explicable, que un número importante de personas lo insulte en un avión o en una cancha de fútbol. Simplemente nos resulta un episodio lamentable.
Tomás

andresvas dijo...

" ocurre que se trataba de acciones auspiciadas por el poderío coercitivo y los cuantiosos recursos económicos del Estado (i.e., programas de televisión dedicados, día tras día, a humillar a adversarios, cobardemente y en su ausencia)" Siguiendo esta lógica, a esta altura del partido, me imagino que todos los que somos de izquierda (calculo que muchos otros también) tenemos claro que eso no se aplica sólo al Estado; el poder económico goza también de cuantiosos recursos, programas de televisión dedicados, día tras día, a humillar adversarios, cobardemente y en su ausencia, etc..., podría ampliarse la taxonomía del artículo con este tipo de casos. Ni que hablar si llega a darse una situación de coincidencia de intereses entre los que circunstancialmente ocupan el gobierno y el poder económico.
Acá link de un comunicado del Cels sobre el tema.
http://cels.org.ar/comunicacion/?info=detalleDoc&ids=4&lang=es&ss=46&idc=2066

rg dijo...

que la izquierda no olvide nunca las diferencias entre la opresión estatal y las demás formas de opresión

Anónimo dijo...

Roberto,

Y que no olvidemos esas diferencias en sentido inverso: cuando las grandes compañias toman el gobierno y lo emplean en conjunción con los medios masivos de comunicación para imponer un discurso único, monolítico sin matices a través del cual se naturaliza y recomienda el escrache de los adversarios políticos. Eso ocurre ahora mismo. Y hay que criticarlo si uno quiere tener la consciencia limpia. Lo fácil es no establecer en forma clara la condena sin atenuantes por estos nuevos escraches que no tienen nada que ver con los que -como unica alternativa por la falta de justicia ante delitos gravisimos, que implicaron la vida y dignidad de la gente- debieron hacer HIJOS.

Pepe

rg dijo...

pepe, no se qué canal estás viendo. en este momento, por la razón que sea, a macri lo bombardean desde clarín y la nación también, todo el tiempo diciendo que está haciendo ajuste, titulando con panama papers cuando el padre, el hijo o el tío de alguien del gobierno tiene un vínculo con una off shore. realmente me sorprende el nivel de ceguera e inercia con el que se mueven. eso es compatible con decir que hay alianzas de clase jorobadas, ahora, como de otro modo las había antes (capitalismo de mafia), y que ambas situaciones , por modos y formas y en niveles distintos, son inaceptables. pero abran los ojos.

DVD dijo...

Anónimo 8.34: Parece que para ciertos debates NUNCA hay diferencia en nada. Vos quedate con esos debates y con los camporistas. Yo dije que los escraches de HIJOS eran intervenciones en el espacio público y la ciudad no era algo anónimo cuando escrachaban. Puedo recordar el siluetazo... ¿Qué parte de la ciudad hay en los escraches de nuestros días y minutos, hoy? ¿Para quién/quiénes se hacen? Creo que los escraches de hoy están más insertos en un pésimo debate mercanchifle y gritón y que no tiene símbolos, ni pedagogía (no se piensa en participar de ninguna producción de conocimiento, de lo educativo, grosero ejemplo: no los va a convocar la UNESCO para reflejar nuestra realidad); en última instancia formarán parte del negativo de la libertad de expresión de los medios que lo reproducen a cada segundo. Vos catalogame como quieras.

DVD dijo...

No hay ajuste porque lo publique un diario. Al revés, muchos se enriquecen con las publicaciones de los diarios: recuerden el plan austral. Hay ajuste porque se metió todo por el mismo punto: devaluación, aumento de tarifas, quita de retenciones al campo, pago a los buitres, aumento del combustible, quita de retenciones a las mineras, despidos, aumento de la importanción y paritarias que todavía no se cierran. Aunque no lo publique ningún diario, se está afectando terriblemente a los más débiles.

Anónimo dijo...

Roberto,

Me parece que el que mirá el canal equivocado sos vos. El bombardeo desde Clarín y La Nación sobre los Panamá papers y otros puntos es muy soft como para ser tomado en serio y, en verdad se refiere a pases de facturas (mirá el el Clarín del domingo, ej en la nota sobre las tasas de interés, para verlo claramente) y amenazadas veladas. Esa información solo alcanza un sector muy pequeño de la población, en el que seguramente estamos vos y yo. Pero basta ver el numero de horas de la TV y el numero de paginas de esos mismos diarios (y tambien el de títulos: hace la cuenta y posición de los mismos para salir de dudas) dedicado al conteo del dinero, las propiedades de Baez, la lentitud de Casanello, las bondades de Marijuan, etc para entender sobre quien se ejerce realmente la presión mediática a nivel masivo. Pero ese no es el tema. Hay una diferencia substancial entre la crítica y el escrache. Este último era el tema. Al respecto, el tratamiento del escrache a Z fue, en la mayor parte de los casos y salvo muy pocas excepciones, una invitación a continuarlo, extenderlo y profundizarlo. Creo que no hay forma de negar esa triste realidad. Ante eso hay que abrir bien, bien grandes los ojos.

Pepe

rg dijo...

seguis mirando otro canal. por las malas razones, tooooodos los editorialistas asumieron la posicion politicamente correcta de no al escrache. no es mi caso. lee a joaquin m sola, nelson castro, pablo mendelevich, jose f. diaz. digo los primeros que me acuerdo, pero fueron todos. es eso, miras y escuchas lo que tenes ganas

Rodrigo dijo...

Si lees mucho a Joaquín M Sola, Pablo Mendelevich, Jorge F. Díaz... te volvés macrista, jeje.

Anónimo dijo...

Roberto

Todos miramos y ecuchamos lo que tenemos ganas. Eso te incluye también a vos, no lo dudes: nadie ocupa el punto de observador privilegiado. A mi juicio estás fuera de sintonía de una parte importante de la realidad que muestran los medios día a día. Pero ya se sabe, no existen los hechos sino interpretaciones sobre los mismos por lo que ni voy a torcer tu mirada ni vos la mía. Seguí escuchando y viendo lo que tu sistema perceptivo te permite escuchar y ver. Creo que es una mirada y escucha distorsionada: demostrarlo demandaría un análisis del contenido de la TV, la radio, los títulos "on-line" de los diarios y los diarios impresos que sería muy tedioso hacer para algo que es muy, pero muy, muy, evidente....¿No?

Pepe

andresvas dijo...

"a macri lo bombardean desde clarín y la nación también, todo el tiempo diciendo que está haciendo ajuste, titulando con panama papers cuando el padre, el hijo o el tío de alguien del gobierno tiene un vínculo con una off shore"

¿En serio de leer Clarín y La Nación la conclusión que te queda es esa?

rg dijo...

me asombra el comentario. al leer clarín y nación, salvo que uno sea un ingenuo, ve a dos empresas, posicionándose en sus negocios, lo que implica presionar por ciertos beneficios, y buscar un mercado de lectores, que en parte se construye, en parte se absorbe. hoy esto último hace que si querés vender, tenés que hablar de la corrupción k, y tenés que hablar de los panamá. no podés ocultar alguna cosa, sino te pasa como página, y quedás al borde de la quiebra, o los medios k, que de tan idiotas ocultaron todo y fueron durante 12 años invendibles, infumables para cualquiera

andresvas dijo...

Si te interesa, de este link de la política on line(no son para nada K)

http://www.lapoliticaonline.com/nota/97309-las-encuestas-que-dispararon-las-criticas-contra-la-comunicacion-del-gobierno/

Te paso este párrafo:

Poca difusión
En torno a las encuestas sobre la gestión de Macri hay un dato que llama la atención. Es que en cualquier circunstancia, tener sondeos sobre la percepción de un gobierno nuevo sería una noticia de tapa de diarios o la más destacada de programas de radio y televisión dedicados a la política. En Argentina eso hoy no ocurre, los principales medios ya no le dan importancia, a diferencia de lo que pasaba hace apenas unos meses. La excepción fue Clarín que el domingo difundió en una página interior un sondeo sobre la preocupación por la inflación con un pequeño recuadro sobre la imagen presidencial.

Macri con Marcos Peña, el encargado de la comunicación del Gobierno
Esto se da en medio de rumores de presiones de la Casa Rosada para que medios y encuestadores no difundan estos datos, al parecer por considerarlos perjudiciales para el presidente. Encuestadores consultados por LPO desmintieron que existan presiones, pero sí confirmaron la falta de interés de los grandes medios en publicar los sondeos.
"Hay una especie de blackout mediático. Normalmente mando una encuesta y tengo veinte llamados, últimamente no pasa nada", ejemplificó uno de los consultados. “Creo que (en el Gobierno) son tan manipuladores como el kirchnerismo. Y no es necesariamente que las encuestas les dan tan mal, o será que no les da tan bien como ellos quisieran”, completó.
Otro encuestador señaló a este medio que “no hemos recibido pedidos de recortar información por parte del Gobierno, o llamados para que tal tema no salga”. “Lo que sí estamos viendo es que no hay demanda de los grandes diarios para publicar este tipo de información, que en otros momentos es tan codiciada”, continuó.
"En todo caso lo que hay que ver es por qué los que suelen demandar asiduamente esta información, hoy no lo están haciendo", completó el analista.



Obviamente no te quiero convencer de nada, sólo te lo paso como un ejemplo más de que no sólo el bobismo, los k, el panfletismo de Página, o los ingenuos piensan esto que te digo. Supongo que tiene que ver con una diferencia de visiones en las que unos privilegian el peso del poder gubernamental cuando hablan de limitar al poder y otros también incluyen al poder económico en sus distintas variantes que no siempre coincide con el anterior. (cuando tiene innumerables situaciones de colusión, como ahora, la situación se vuelve temible).

rg dijo...

yo pienso centralmente en el poder economico cuando pienso en limitar al poder. en el kirchnerismo, trabajaron juntos, como se advierte en el mecanismo mafioso armado (cristobal mas baez mas los k con el aparato estatal, incluyendo afip, procuracion, etc.).
en este caso hay vinculos muy fuertes, no tan centralizados como antes, pero hay muchas lineas de contacto y choques de intereses e intereses cruzados

andresvas dijo...

OK hay ejemplos que contradicen ambos casos, como para decir lo contrario, pensamos distinto.

andresvas dijo...

http://www.lanacion.com.ar/1895560-para-evitar-incompatibilidades-el-primo-de-macri-vende-su-empresa
Sé que te aburre hablar de esto pero esta notica es alevosa y contradice tus dos argumentos a la vez:
1) Colusión política y económica: Canitrot cuando caracterizaba la colusión de intereses entre estado y empresas, decía que el Proceso marcó un salto cualitativo porque si en el pasado las empresas obtenían prebendas influyendo sobre funcionarios corruptos estatales, en el Proceso directamente pasaban al otro lado del mostrador y tomaban el control del estado para armar los negocios a su gusto.
Aquí pasa lo mismo, Macri no es un mero político coimero que pide comisiones para dar licitaciones o (un escalón más) que arma una empresa al calor de su llegada al poder político para darse licitaciones.En estos casos, aún en el más desarrollado al extremo como el de K/Báez/López, una vez que se pierde la protección del poder político los que eran poderosos terminan más tarde o más temprano desapareciendo, como se empieza a ver ahora y como ya pasara con Menem. Ahora con el macrismo en la ciudad y mucho más en la Nación, es directamente el dueño de un importante grupo empresario el que asume el poder político y desde ahí toma decisiones a su favor, aquí con la alevosía de donarle la empresa al primo un día antes de asumir en la Ciudad. Como jefe de Gobierno sólo a esta empresa le dió contratos que exceden los 1000 millones de dólares durante ese período.
2) Colusión Gobierno/medios: lejos de la razonabilidad de mercado para conservar a los lectores que cándidamente planteás arriba, el panfletismo macrista de la (enorme) mayoría de los medios informativos relevantes se ve en esta noticia. Al diario no le interesó la grosera incompatibilidad de la que (8 años después) habla en su artículo salvo cuando la gacetilla de prensa macrista le permite darle el color positivo de que va a remediarla vendiendo la empresa .

rg dijo...

realmente andres hace tiempo que no se con quien discutis. mi vision es catastrofica, antes que ingenua. creo que en una epoca estaban empresas privadas y estado, ambos con sus complicaciones, con el menemismo se robò a partir de las privatizaciones de empresas pùblicas, y con el kirchnerismo se exacerbaron los negocios en donde privados como baez o lopez o ezkenazi eran fogoneados via obra publica con el aparato estatal, esto es, el aprato del estado al servicio del negocio privado. el macrismo viene del viejo empresariado que chupaba al y del estado, y que hacia negocios y negociados con el, no me sorprende nada, y no espero nada (salvo, digamos, niveles de corrupcion algo menores a afanarse un pbi). pero mi ingenuidad es 0. lo mismo con los medios. de que corno hablas realmente? hace 30 anios que hablo contra el mercado en los medios, y venis a decir semejante b..., atribuyèndomela para colmo. otra vez, son puro negocio, y hacer negocios requiere de presiones por un lado, y de ventas por otro. esto ùltimo requiere que no se conviertan en pàgina 12 o c5n porque perdès audiencia, no porque sos bueno. y seguir al mercado de ese modo tambièn es una porquerìa, pero impide que ocurren cosas que muchos dan por hechos, como que "prime la ideologìa del medio." no hay ideologìa ahì, hay negocios

andresvas dijo...

ahí va el comentario que te contesté con el ejemplo,
"esto último hace que si querés vender, tenés que hablar de la corrupción k, y tenés que hablar de los panamá. no podés ocultar alguna cosa, sino te pasa como página, y quedás al borde de la quiebra, o los medios k, que de tan idiotas ocultaron todo y fueron durante 12 años invendibles, infumables para cualquiera"