16 ago 2010

Política y Derechos


Nota que publicamos hoy en Clarín, acá, o a continuación:

La Constitución argentina es muy generosa en cuanto a los derechos que reconoce, y en particular en relación con los derechos sociales que incorpora en su texto. Lo que es más, los compromisos que ha asumido al respecto se han mantenido firmes a lo largo del tiempo: de modo notable, las reformas que tuvo la Constitución vinieron a afirmar o a expandir, antes que a suprimir o reducir, esos compromisos sociales .

Por supuesto, muchos nos dirán que “prometer es fácil” y que “prometer es gratis.” Otros comentarán, escépticos, que la Constitución es “pura poesía.” Y otros más nos señalarán que la Constitución puede ser muy generosa en la letra, pero que lo que importa es que en la práctica ella no se cumple.

Todos estos comentarios, cabe señalarlo, vienen a alimentar el mismo problema que identifican. A la vez, todos ellos derivan de comunes malentendidos en relación con el derecho, que necesitan ser cuestionados en momentos en que se discute sobre el monto que corresponde pagar a los jubilados, los modos de cuidar el medioambiente o las políticas más apropiadas en materia de salud reproductiva, para tomar algunos casos relevantes.

Para empezar por el comienzo: cuando inscribimos un artículo en el texto de la Constitución, lo que hacemos es reconocer a un cierto interés común la condición de interés fundamental, al que le asignamos carácter inviolable, irrenunciable, incondicional . Es claro, entonces, y ya lo sabemos: se violan derechos todos los días.

Pero conviene saberlo, también: diciendo eso no les quitamos a los derechos nada de la fuerza legal que tienen. Más todavía, las violaciones de derechos no se convierten en faltas menores, por ser repetidas. Se trata de faltas de la mayor gravedad, que merecen respuestas severas, por parte de nuestro aparato legal. Influidas, tal vez, por un discurso hegémonico economicista por el que militan desde hace décadas; o cegadas, quizás, por los criterios estrechamente capitalistas con que leen la política , nuestras autoridades se han acostumbrado a pensar los derechos en el marco de una “teoría ecónomica del derrame”. Ellos nos dicen: “garantizaremos los derechos de todos, por supuesto, en la medida en que nos sobren recursos”; “queremos satisfacer los derechos de todos y por eso, primero, necesitamos agrandar la torta”; o “algunos quieren desfinanciarnos, mientras nosotros queremos acumular reservas, para así darle solidez a nuestra moneda.” A quienes así nos hablen deberemos decirles que se equivocan y que la respuesta correcta es exactamente contraria a la que ellos invocan.

Los derechos no son lujos maravillosos que nos reservamos para los momentos de bonanza . Los derechos no residen en la periferia de las políticas públicas exitosas. Los derechos no encuentran su límite en la necesidad primitiva de asegurar el interés común. Es justamente al revés: los derechos están en el centro , y todo lo demás que queramos hacer podrá hacerse, o no, en la medida en que hayamos asegurado, primero, los derechos básicos de todos.

Ninguna política pública es permisible, en la medida en que no esté destinada a asegurar, directamente, la previa satisfacción de esos derechos básicos.

Todas las políticas encuentran su límite cuando colisionan con derechos fundamentales.

Cuando hoy se nos diga, entonces, “no tenemos dinero para los jubilados”, deberemos responder: “lamento comunicarle que se trata de una obligación incondicional”, o “lo siento, pero deberá sacar ese dinero de cualquier otra actividad que hoy realice y no se correlacione con la garantía de derechos básicos” (llámese fútbol o decodificadores gratuitos para todos). Cuando se nos diga: “la minería es desarrollo”, deberemos responder: “el único desarrollo aceptable es el que se ajusta a esta lista de derechos ambientales irrenunciables”. Cuando se nos diga “acumulamos reservas para fortalecer la moneda”, tendremos que responder “muchas gracias por su política monetaria, pero éste es el número de personas que vive en la calle”.

Mientras insistamos en no eliminar esos derechos elementales (vivienda, salud, educación) de nuestra carta constitucional , ellos deberán asegurarse en la máxima medida posible, y de manera incondicional. Algunos llaman a esto, curiosamente, despilfarrar el dinero, pero es que olvidaron que hablamos de derechos constitucionales . Otros consideran que quien así actúa lo hace irresponsablemente, pero es hora de que se corrijan: no estamos hablando de buenos o malos negocios, sino de actuar estrictamente conforme a derecho.

38 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena tu nota. Mirá, no entiendo nada de derecho, pero los derechos que están en la Consti los tienen que cumplir. Te felicito.

¿Tenés opinión sobre lo de Papel Prensa?

Gaby

Domingo Rondina dijo...

Excelente artículo Roberto.
Tema que a mí me apasiona hace años. Escribíamos hace mucho:
"En el génesis de su historia este pueblo quiso ser libre y grande, nuestros ancestros soñaron un futuro, un destino... una Nación. Y expresaron toda esa telaraña poblada de quimeras en la Constitución Nacional. Y es allí, donde primero hemos de buscar el tan mentado “ser nacional”.
¿Por qué? Porque tanto los convencionales constituyentes como los reformadores creyeron, quizás erróneamente, que todo lo que allí enunciaran se convertiría en realidad, como si una Constitución fuese una varita mágica.
¿Qué ha ocurrido para que estas ofertas no se concreten?. Primero: el constituyente se ha excedido, llevado por la demagogia o la ingenuidad, al declamar posibilidades; segundo: el legislador ha hecho oídos sordos a los mandatos constitucionales; tercero: los jueces han sido excesivamente tímidos a la hora de admitir estos derechos a las partes; cuarto: los abogados han actuado tímidamente al momento de exigir al legislador y a los jueces el reconocimiento y la realización de las promesas constitucionales.
Y así es como llegamos a la idea de los "derechos imposibles": aquellos derechos paradojales que tenemos asegurados pero sin posibilidad de obtenerlos, derechos que nos pertenecen como miembros de esta nación pero que no sabemos cómo incluirlos en nuestras vidas.
Alarmados por esta situación hemos decidido encarar un estudio de las herramientas de que disponemos para obtener lo que nos pertenece. Alguien tendrá que entender que hay solamente dos caminos: o se modifica la Constitución y se eliminan todas las promesas, o se legisla y sentencia, construyendo el sendero para la materialización de los derechos que la Constitución nos reconoce.
Nos decía Alexander Hamilton: "El principio fundamental del gobierno republicano, reconoce el derecho del pueblo a alterar o abolir la Constitución en vigor en todo caso en que llegue a la conclusión de que está en desacuerdo con su felicidad. (...) Mientras el pueblo no haya anulado o cambiado la forma establecida, por medio de un acto solemne y legalmente autorizado, seguirá obligándolo tanto individual como colectivamente; y ninguna suposición con respecto a sus sentimientos, ni aun el conocimiento fehaciente de ellos, puede autorizar a sus representantes para apartarse de dicha forma previamente al acto que indicamos. Pero es fácil comprender que se necesitaría una firmeza poco común de parte de los jueces para que sigan cumpliendo con su deber como fieles guardianes de la Constitución, cuando las contravenciones a ella por el Legislativo hayan sido alentadas por la opinión de la mayor parte de la comunidad."[1]
Es imprescindible devolver el mando a la Constitución. Tenemos que hacer todo lo jurídicamente posible para que ella, como piedra angular del sistema, sea un marco para la legislación, una valla inquebrantable que evite las violaciones a los derechos básicos, una prenda de unidad entre todos los argentinos y una herramienta que conduzca a mejorar la situación de los menos favorecidos por la fortuna, de los más castigados por el sistema.
El único remedio (no definitivo por cierto, hemos dicho remedio y no panacea) que hasta ahora encontramos para estas deficiencias que nos obsesionan es la consagración de la inconstitucionalidad por omisión."
Humildemente, recomiendo el artículo de mi autoría:
GÉNESIS Y APOCALIPSIS DE LAS PROMESAS CONSTITUCIONALES
http://domingorondina.blogspot.com/2006/10/gnesis-y-apocalipsis-de-las-promesas.html
Gracias
Domingo Rondina

rg dijo...

gracias domingo. coincidimos. anonimo, sobre papel prensa informacion no tengo, pero entreveo que todo lo que paso en ese tiempo, en un gran negocio, fue -para decir algo- sospechoso.

Anónimo dijo...

¿No es raro que no se haya publicado nada en tantos años sobre papel prensa? ¿y si fuera verdad?

Si no hubiera habido monopolio del papel durante 40 años la Const. se habría cumplido más?

gaby

Heber Joel Campos dijo...

Roberto

Sin perjuicio de la nota que es excelente, querìa plantearte un tema que se desprende, de algùn modo, de èsta. Este tema es el de la escases. ¿Còmo evaluar la escases en un contexto, y fijate que nuestros paises lo son, de recursos limitados? Entiendo que un primer criterio es el de prioridades/derechos, pero entiendo tambièn que aùn cuando los recursos se destinen a atender dichas priroidades pueden resultar insatisfactorios. Un segundo punto, que se desprende del primero, tiene que ver con los medios para generar esos recursos ¿en què momento esos medios se pueden convertir tambien en fines? en el sentido de què son la via màs adecuada para generar esos recursos escasos. Entiendo, por ùltimo que hay detras de todo esto un problema de falta de democracia (inclusiòn, deliberaciòn participaciòn), lo cual motiva que muchas de las politicas destinadas a combatir a la escases sean ineficientes o impopulares, o, abiertamente, inconstitucionales. El punto es que incluso una falta de representatividad esta asociado a la escases de recursos. Los derechos tienen un costo e implementarlos demandan recursos, si estos no existen o no se distribuyen adecuadamente los derechos resienten esa ausencia ¿còmo entonces atender a tales problemas desde una perspectiva màs o menos integral?

rg dijo...

condena a los responsables, cual es el problema. es que hay gente, gaby, que esta demasiado acostumbra a pensar porque "acuerdo con x en tal punto z", luego se sigue que "tengo que hacer silencio si estoy en desacuerdo sobre y, y esconder toda critica, porque ya estoy alineado." no es el modo en que pienso, no se vos.

PIC dijo...

Me interesaría conocer cuáles son tus fundamentos gnoseológicos sobre las entidades que llamás derechos. Por desgracia, no he visto un autor en tu tradición que haya investigado rigurosamente sobre teoría del conocimiento, teoría de la referencia, teoría del significado, etc. y haya tratado de ser sistemático sobre las petitiones principii que involucra una teoría moral que afirme la existencia de estas entidades.
He notado que hablás de los derechos como entidades abstractas cuyos límites parece que conocés con gran precisión. Yo soy más "nominalista" y sólo veo reglas jurídias e instituciones que se observan en una determinada sociedad. Lo otro me huele a jusnaturalismo.

La única manera en que me imagino a Los derechos es como posibilidades de acción que asegura la fuerza de los funcionarios públicos.

Me cuesta imaginar cuál es el campo semántico propio de "derecho a la vivienda digna".

En muchos tratados int singifica que el estado signatario se compromete a reducir los niveles de viviendas insalubres, lo cual es bueno. obviamente, si firma el tratado hoy, es razonable que mañana siga teniendo esas viviendas, y no está tan claro cuál es la política pública que se sigue de esa regla ni cuánto tiempo deberá demorar en erradicarlas.


"Derecho a la vivienda digna" significa que si me presento ante un juez del contencioso administrativo de la Ciudad tiene que ordenar una escrituración, o afectar dinero de otra área (salud? educación?) a dar viviendas a los que no la tienen?

significa que el gob. tiene que evitar devaluar la moneda para que haya acceso al crédito? significa la construcción de monoblocks? significa crédito blando del Estado para hipotecas????

Y es muy distinta la argumentación que podés hacer en el congreso o en la cátedra que la que se hace ante los Tribunales, que son los que en últimas instancia hacen efectivos esos derechos. Yo soy de los que piensa que un juez del Contencioso admin que ordena una escrituración invade facultades de otros poderes.

Anónimo dijo...

No se, es raro que los que se ocupan de la libertad prensa (SIP, ADEPA, los intelectuales que escriben en La Nación, etc.) nunca hayan dicho nada sobre un monopolio de papel... Tanto silencio...

Que sea Verdad y Justicia, como vos decís.

Gaby

Anónimo dijo...

muy buena nota, nada mas disiento en la dicotomía fútbol para todos-82% móvil, mas allá de la banalidad del juego en sí mismo (aunque hay cosas q en el interior nos hacen sentir menos excluidos). La idea es apuntar a los privilegios irritantes, renta financiera, aportes patronales, ganancias de jueces, subsidios a porteños, etc. Que le saquen un decodificador a un pensionado ni suma ni resta.

Anónimo dijo...

LO INCREIBLE ES QUE TENGA QUE SALIR EN EL DIARIO CLARIN Y QUE LO TENGA QUE ESCRIBIR ROBERTO GARGARELLA PARA QUE TODO EL MUNDO (Y NO SOLO EN ESTE BLOG) LO COMENTE Y EN GENERAL LO APLAUDA, CUANDO ES UN COMENTARIO BRILLANTE PERO DE UN SENTIDO COMUN INCONFUNDIBLE, ES COMO DEBERIA ESTAR ESTRUCTURADO TODO (EN EL CASO NUESTROS DERECHOS SOCIALES CONSAGRADOS EN LA C.N.), LOS PODERES PUBLICOS DEBERIAN REVEER SU FORMA DE GOBERNAR EN EL SENTIDO COMENTADO EN LA NOTA, PRIMERO LO PRINCIPAL (O LO BASICO COMO DICE RG) Y UNA VEZ ASEGURADO ESO PODEMOS SEGUIR O EMPEZAR CON LAS DEMAS POLITICAS PUBLICAS QUE SE CONSIDEREN POR EL GOBIERNO DE TURNO FUNDAMENTALES.
TAMBIEN CONSIDERO INNECESARIO LLEVAR ESTO A UN SEMI-LABORATORIO "ACADEMICO", PORQUE ESTA TAN CLARITO QUE ES COMO QUERER ADORNAR LO INADORNABLE.
GRACIAS, SUERTE.
CARLOS.

PIC dijo...

anonimo,
me parece muy bien que RR haya planteado el trade off entre fútbol y jubilaciones.
el trade-off está porque cuando defendés el subsidio del Estado a 300 millonarios que juegan a la pelota, enfrentás el pago de eso vs. todo lo demás, que acá está muy deteriorado .

Anónimo dijo...

Roberto: En Colombia -y creo que en general en Latinoamérica- algunos de los principales obstáculos a la aplicación "justa" y plena de los Derechos Sociales, son similares a los que describes en tu escrito. Yo estoy de acuerdo con la postura que se expone en el artículo (sobre la aplicación incondicional de los DS... tomarse los DS en serio, en Estados con índices de probreza tan aberrantes como en el mío), pero hay un punto que me angustia: La tesis de acuerdo con la cual los Derechos aplican porque son "Derecho" y están en la Constitución, independientemente de la existencia de elementos económicos, políticos o de cualquier otra índole extrajurídica, no puede ser considerado un positivismo en extremo fuerte?. Aunque en sitaciones como ésta (la defensa de los DS) la postura positivista puede ser adecuada para lograr el objetivo ¿qué otra lectura (en defensa de los DS) se puede hacer para no regresar al ultra-positivismo que aquí en Colombia Diego López llama "clacisimo jurídico" y que vino a ser atemperado -en buena hora- por el neoconstitucionalismo?.

Un saludo,

Vicente B.

rg dijo...

pero por que positivismo? quien dijo que el anclaje ultimo de esos derechos es que estan en la constitucion? el argumento de que estan en la constitucion es importante, sobre todo para la brevedad de un articulo periodistico, pero de ningun modo diria que el valor de los derechos radica en que estan ahi, y que si no estan no existen. fijate que en el propio texto insisto que la operacion tiene que ver con haber identificado colectivamente intereses que consideramos fundamentales. ahi tenes un vinculo posible entre derechos y debate democratico. como post data, diria que todavia no entiendo lo que es el neoconst, aunque el grupo de gente con el que siempre trabaje (nino and co) representa el nucleo duro de lo que se reconoce como neoconst

Anónimo dijo...

Roberto, gracias por la respuesta... seguramente en un artículo de prensa -como dices- no es posible exponer ciertos temas tan profundamente como uno quisiera.

Además, tu respuesta reduce mi angustia "positivista".

Cordial saludo,

Vicente B.

rg dijo...

pero vicente, no hay angustia. que no te inoculen la angustia aquellos viejos profesores que solo pensaban en terminos de iusnat-positivismo. demos vuelta la pagina!

Anónimo dijo...

Para la justicia social ¿qué plan da la Constitución?

La del 53 garantizó la libre navegación para los ingleses. La del 60 y siguientes negoció la aduana. La del 94 la provincializó del petróleo y la minería. La del 57 es penosa. La del 72 ni existe.
¿Quién estaba preocupado por trabajo y vivienda?
La del 49 federalizó el petróleo y la energía.

¿cuál constitución?

rg dijo...

el plan de tratar a todos como iguales, con eso me basta, pero hay mucho mas por suerte

Anónimo dijo...

La del 57 que convalidó el 55 (incluido el 56) trató a todos por iguales? Ok, es golpe bajo, perdón.

¿La provincialización del petroleo y minería del 94 trata a todos por iguales?

rg dijo...

es que no entiendo lo que queres decir. exigir el cumplimiento de derechos implica decir que la const que tenemos es maravillosa, es buena, es inmodificable? que barbara, esta idea que se repite: uno dice acuerdo con juan cuando dice a, para que quiere decir, acuerdo con todo lo que dice juan, de la a la z, y me tengo que quedar calladito si disiento

Anónimo dijo...

Concretar la justicia social es asignar recursos económicos, y algunas causas de la desigualdad están en la misma Constitución, porque cada texto representa un interés económico. La provincialización de los recursos naturales del 94 (al revés del 49) no es un ejemplo no menor que no trata a todos "por igual". Podemos buscar otros.

Pero si el punto se agota en que todos tienen que tener comida, educación, techo y salud (¡quién dirá que no está de acuerdo, esté o no en la Constitución!), o que los K son malos por no dar el 82%, ok, no sigamos: lo solucionamos con el amparo colectivo de una ong y un juez legislador.

Anónimo dijo...

De paso le tirás un palo al futbol por TV abierta justo en una nota de clarin, con el millón de ejemplos que podías elegir. En eso, muy flojo.

Merian dijo...

Pero el fútbol son 600-800 millones y el 82% (que nunca existió) son, según estimaciones diversas, aproximadamente 20.000.

rg dijo...

merian, no entiendo lo que sugeris. nadie dice que las jubilaciones hay que pagarlas con el futbol! si diria que el gobierno no tiene derecho a decir que no tiene dinero mientras tiene cantidad de gastos innecesarios, obviamente superfluos para cualquiera, en contextos de urgencias

Merian dijo...

A lo que voy es que escucho que "el gobierno tiene que encontrar de dónde sacar la plata" o que "plata hay" y no vi a nadie con lapiz y papel haciendo la suma de cuánto se necesita y de qué otros lugares podría sacarse.
No estoy del todo segura de que valga un argumento de tipo "autoridad moral": porque gastan en cosas superfluas, no pueden decir que no hay plata.

rg dijo...

mira vos, yo lo escuche a lozano haciendo cuentas finas, y me parecia totalmente sensato. a veces es que no queremos escuchar lo que hay

Anónimo dijo...

y, por ejemplo, se podría sacar de impuestos a las operaciones financieras, de impuesto a la ganancia, de impuestos a las empresas (las mineras así como están no pagan prácticamente impuestos), de evitar evasiones de las empresas. lozano, y el grupo sur, vienen diciendo esto hace tiempo.
tampoco creo que la cosa sea decir que no deben invertir en el fútbol, por ejemplo (aunque no es de primera necesidad, claro); porque creo que la discusión no debe llevarse al punto de que se vuelva una cuestión de administrar lo que hay, es decir, de quedarse con lo que hay y pensar dónde recortar la plata, puesto que eso mismo se utiliza cuando se quiere instalar políticas de ajuste. creo que la cosa es presionar para que se pongan impuestos a los que más tienen; que si al estado no le alcanza, obtenga más dinero de los grandes grupos económicos. el argumento del estado de que no hay plata es más bien una trampa, es una manera de evitar la discusión o las políticas de redistribución de ingresos. y eso es lo que sucede con el 82% móvil.


c

chalo dijo...

llego tarde a la discusión, me parece excelente la nota, solamente digo que el fútbol es un bien cultural que en términos también de derechos merece protección. si hay que sacar plata, que no sea de aquella que defiende el derecho igualitario a gozar de un bien cultural que nos pertenece e identifica como comunidad. el futbol para todos es una medida garantizadora de derechos también constitucionales.

Anónimo dijo...

Creo que cada uno debe elegir los bienes culturales que considera universales. El futbol es para algunos, no para todos, porque no a todos les gusta el futbol. Si la política fuera esa, debiera sencillamente eliminarse el sistema de copyright, con lo que estoy de acuerdo.

RG. Aunque me parece interesante todo lo que se ha argumentado, aun queda por responder lo que escribió PIC en la primera respuesta (cuáles son los criterios para satisfacer derechos en contextos de escasez)

Anónimo dijo...

Buenos días,
Me parecio muy buena la nota aunque llegue tarde para el debate.
Pero me parece que lo elemental para poder respetar esos derechos es comenzar a dar una buena educacion de Derecho Constitucional en los últimos años de la secundaria logrando que los chicos razones y comprendan lo que significa para nosotros como sociedad pues con esto podremos poco poco priorizar los derechos elementales que los constituyentes quisieron plasmar en nuestra Carta Magna.-

Alejandro Kafka dijo...

Coincido con chalo. Y agrego que, a mi entender, RG parte del supuesto de que el gobierno nacional es EL PODER, cuando, en realidad no lo es. Es UN poder, que se ha construido en los últimos 7 años, y que debe lidiar con otros cuantos, más o igualmente gravitantes en la economía y la política del país.

Por eso, y hasta habiendo medidas elogiables unas, criticables otras, los cambios que desearíamos que se llevaran adelante, no pueden ser realizados más que despaciosamente. No escapa a nadie, supongo, que aquellas corporaciones, que aún usufructuando notables réditos económicos, operan contra el gobierno que les ha propiciado esas ganancias. Ahí tenemos a ciertos empresarios industriales y campestres poderosos concertando quién sabe qué con lo más retrógrado del peronismo.

Bastante al choque va este gobierno contra algunos de esos poderes. Que abra infinitos frentes de conflicto abierto sería desconocer sus debilidades. Bastante, aunque insuficiente, seguro, es que ha logrado fortificar a la política como instrumento de transformación.

¿Serán las próximas elecciones, tal vez, las que permitan conocer la real fuerza que pueda tener una continuación de este gobierno o la que tenga uno alternativo que marche en otra dirección, cualquiera que esta otra sea?

Anónimo dijo...

Lozano dice que hay que reimponer las contribuciones patronales. La UCR/PF/CC/PRO no lo van a hacer. Parece fulbito pa la tribuna.

Clarín, que creció con el terrorismo de estado y el robo menemista, podría contribuir devolviendo la que les sacó la jubilados en la venta de acciones sobrevaluadas a las AFJP.

Domingo Rondina dijo...

Vi la nota de ayer en "Palabras más, palabras menos".
Gargarella candidato????
Yo cambio domicilio a capital si hace falta para votarte!!!
;)
Un abrazo

Merian dijo...

Yo vi las cuentas de Lozano, pero creo que son forzadas, no se puede saber cuánto más se recaudará aumentando los aportes de las empresas -personalmente además no creo que sea un impuesto que haya que tocar al a suba- y la administración tributaria de lo que propone es un poco heroica.
No creo que se pueda firmar ahora contra ingresos que (aún que fueran buenos impuestos) no se sabe si van a ocurrir. Comprometer erogaciones con "combate a la evasión" no es serio...
Que lo proponga contra otros gastos que actualmente se realizan y va a ser más realista la propuesta.
Por otro lado, creo que es necesario empezar a cambiar la estructura tributaria del país, pero esa discusión no puede estar atada a una política pública particular.
Además, si se llegara a aumentar la recaudación a los niveles que propone, tengo mis dudas sobre si el 82% es el principal lugar hacia donde esos fondos tendrían que ir.
Yo creo que hay que discutir ingresos por un lado y gastos por otro, si no es una chicana (Lozano es economista y sabe varias de estas cosas)

chalo dijo...

Para anónimo de abajo mío. Los derechos —como dice el autor en su nota— son intereses que una comunidad declara como fundamentales y de prioritaria protección, lo cual no indica unanimidad. Seguramente existirá más de uno que entienda que no deben existir derechos a la educación, salud, vivienda, más de uno pensará que no puede existir un derecho universal a votar y ser elegido y otros, espero que menos, que no tendría que haber derechos, sino simplemente fuerza y supervivencia del más apto. Es decir, los derechos no son acuerdos unánimes sino mayoritarios y, una vez consagrados, de imposible retroceso, pues no son materia plebiscitable ya que hacen al reconocimiento de una igual entidad moral de la persona. Por eso, no necesito que unánimemente el fútbol guste a tod@s para allí indicar la existencia de un derecho cultural, sino que me alcanza con que mayoritariamente una comunidad determinada se identifique y contribuya a la creación y difusión de esa actividad cultural para incluirla en el rango de derecho cultural. Si con el fútbol no pasa esto (casi tod@s jugamos, casi tod@s vemos, casi tod@s discutimos, casi tod@s nos apasionamos, casi tod@s soñamos con ser jugadoras/es de primera) estoy viviendo no ya en otro país, sino en otra galaxia.

Ramiro dijo...

Dos cositas
1. Decir que el "fútbol" (y con esto, la transmisión gratuita de fútbol de primera de argentina) es por lo menos, una temeridad jurídica fenomenal. Diría simplemente que es una una boludez.
2. Alejando K, nos proponés un razonamiento falso y nadie se lo traga. Venís con la idea de factores reales de poder, un hecho descriptivo desde al menos "Que es una Constitucion?" de F. Lasalle circa 1860. Pero de una proposición descriptiva como esa, que nadie niega, querés sacar una conclusión normativa, diciendo que X (descriptivo) justica las acciones Z del Gobierno. Y eso es falso, ya que las acciones del gobierno se juzgan como buenas o malas según parámetros normativos. Si existen factores de poder que no tienen accountability democrática critiquémoslos, combatámoslos, pero no los usemos para justificar normativamente lo que hace (o en tu caso, lo que no hace) el poder democrático del Estado. Bah, digo, me parece.

Anónimo dijo...

Chalo, entrás peligrosamente en el lugar de determinar lo que 'la mayoría quiere' mediante el 'sentido común' (no viviría en otro país sino en otra galaxia, etc.). Ninguno de los dos son buenos asesores, ya lo vimos con el debate de matrimonio igualitario... ¿quién determina y cómo lo que la mayoría quiere?

Yendo a este tema en particular. En relación a las privaciones o beneficios.
La salud, la educación y la libertad de expresión garantizan un piso mínimo que ayuda a la construcción de un plan de vida. Pero... ¿el fútbol? Hasta te diría que es contraproducente la masificación de este espectáculo. Casi todos los recursos humanos más valiosos de las clases más vulnerables apuestan al fútbol como única salida laboral de sus hijos, esperando que esta lotería les permita pasar un poco menos desesperados.

Admito que esta es una perspectiva político - pedagógica, pero, la contraria ¿qué es? 'El fútbol es un derecho porque pèrtenece a la entidad nacional - definida por la mayoría'. Con ese argumento, entonces, podemos relativizar no uno, sino todos los derechos.

chalo dijo...

Anónimo primero gracias por tu respuesta me hace reflexionar y eso siempre es gratificante, pero dejame decirte esto último:
1. no usé el giro "sentido común" que me atribuis. Es un término que desapruebo fuertemente y jamás utilizo por creer que es del todo falaz la acepción aséptica que se tiene del mismo. Siempre recuerdo lo esclarecedor de un texto de Bleichmar en el libro "Dolor País" sobre este concepto "sentido común".
2. coincidirás conmigo en que hay mecanismos para determinar posiciones que son mayoritarias respecto a otras, principalmente elecciones, plebiscitos. El matrimonio igualitario se dio, precisamente, mediante un mecanismo destinado a determinar qué piensa la mayoría (votaciones en cámaras de representantes). Por eso es un buen ejemplo para mi posición y no para la tuya. A poco de andar el camino, coincidirás conmigo en que necesariamente hay mecanismos para determinar posiciones mayoritarias y minoritarias, decir "nadie puede decir lo que la mayoría quiere" es negar la democracia y su savia igualitaria, ya que si somos tod@s iguales prevalecerá una posición a la otra por el simple hecho de que la mayoría así lo decidi, salvo materias no plebiscitables como los DDHH.
3. gozar gratuitamente de un bien en cuya reprodución participa mayoritariamente el pueblo argentino (y esto es casi de público y notorio), de un bien que trasciende ampliamente lo deportivo, no me parece algo menor.
4. por último, la colectora del fútbol que planteás (medio de salida de la pobreza, a la cual propongo agregarte barras bravas, dirigencia corrupta, obscenidad del dinero movido por las empresas futbolísticas), no es algo que haya estado planteado en esta discusión, así que no amontonemos las cosas, sino es imposible llegar a alguna conclusión enriquecedora y hacés lindar a tus buenos argumentos con un golpe de efecto que no viene para nada al caso.

Ramiro no te entendí mucho pero gracias también por plantear lo del "fútbol" como una boludez. Seguramente haya cosas más urgentes. Sin embargo, intuyo en tu comentario cierto snobismo cultural (lo digo por el término "boludez" que empleaste para calificar al fútbol), quizás pienses que solo la danza clásica o la opera pueden calificar como hechos culturales. Yo me quedo con aquellas expresiones estéticas que conmueven, emocionan e integran a la mayoria de nuestro pueblo.
Para mí ya está bien, abrazo a los dos.

Ramiro dijo...

No se trata de tener una visión elitista de la cultura, sino simplemente se me hace que tenemos ideas distintas de lo que es un derecho. Para mi un derecho no es "derecho" porque lo diga el Estado, por la misma razon que un "derecho" no depende para su existencia de que el Estado lo reconozca. Los derechos se construyen cuando existe un sujeto politico que los reclama. Si mañana me hacen pagar para ver el fútbol en vivo no voy a sentir que fui privado de un derecho fundamental. Y francamente no creo que nadie lo sienta así: el quiebre del contrato AFA/TyC fue un acuerdo de cúpulas AFA Gob por una situación coyuntural. Nadie reclamaba ese derecho y si lo sacan nadie lo va a reclamar. Pero cuando el gobierno se niega a reconocer la movilidad de las jubilaciones ("jubilaciones y pensiones moviles", artículo 14 bis) si siento que me está negando un derecho, más allá de que se niege a reconocérmelo. Y lo mismo con todos los derechos por los que muchos luchan y siguen luchando. Por eso creo que decir que un derecho es tal porque el gobierno asi lo postula me parece una boludez.

Dejo una cita que va al punto.

“Rights (…) begin and are reaffirmed when asserted by individuals, groups, or movements in the public spaces of civil society”.
Jean L. Cohen & Andrew Arato, 1992