27 ago 2010

Del mal comunicador a la conspiración de los medios


De las épocas en que trabajaba con Carlos Nino, recuerdo el vínculo con círculos de radicales, que defendían al gobierno sin razones de peso: Alfonsín había cedido en cuestiones que no debía ceder, ni tenía por qué hacerlo, y muchas de sus políticas se habían convertido en públicamente insostenibles. Sin embargo, recuerdo la presencia de un amplio "núcleo duro" que insistía siempre con la misma teoría: "perdemos apoyo porque comunicamos mal."

La explicación podía ser cierta, pero era a la vez compatible con otros hechos cruciales: se estaba actuando mal, en áreas en donde se debía y podía actuar de otro modo. Presentada así, entonces, esa explicación se convertía en torpe excusa, que servía para ocultar(se) lo importante: las graves fallas propias. Se trataba, además, de una explicación arrogante, que denunciaba poca capacidad real de autocrítica, y mostraba un despreciativo simplismo en la lectura del vínculo partido-sociedad: la sociedad, se asumía, no era capaz de distinguir todo lo bueno que se estaba haciendo, y se enemistaba con el gobierno, equivocadamente, al quedar enredada en la malla que se ubicaba entre el gobierno y el pueblo: la (mala) comunicación.

Señalo lo anterior, porque el recuerdo se me renueva una y otra vez en estos ya largos días, cuando el gobierno y sus amigos insisten con una versión aggiornada de aquella excusa: "nosotros actuamos bien, pero nos matan con la comunicación." Como entonces, es cierto, en este caso, que el gobierno es muy criticado por algunos medios (los que no se ubican entre los muchos propios, o controlados por testaferros), como es cierto que el gobierno sigue acumulando graves errores propios (ahora bien, los radicales al menos se excusaban admitiendo su propia torpeza comunicativa, acá la culpa es pura y exclusivamente ajena). Todo lo cual nos deja enfrentados, otra vez, a una visión simplista, boba, reduccionista, y muy despreciativa sobre la voluntad popular, promovida desde las esferas oficiales: "si la comunicación fuera diferente, la mayoría nos apoyaría, porque lo que hacemos está realmente bien." Esto no es cierto, es arrogante, implica ceguera y negación frente a los errores propios, y se basa en la despreciativa idea según la cual el pueblo es una marioneta incapaz de ver y entender más allá de lo que dicen los medios.




Postdata 1: Es interesante advertir que acá gobierno y amigos llegan a una encrucijada en la que suelen contradecirse: para el gobierno, cuando su popularidad baja, ello se debe a que los medios lo atacan, y cuando la popularidad sube es porque la gente "entiende a pesar de los medios." Luego, la popularidad vuelve a bajar, y son otra vez los medios los que están haciendo la diferencia. Deberían ponerse de acuerdo sobre cómo considerar las preferencias populares.

Postdata 2: Sin entrar en consideraciones sobre derecho y democracia, habrìa que decir que nada sería peor, para el gobierno, que la desaparición de los medios opositores. Claramente, nada le conviene más que tener al enemigo vivo, y transferirle a él las (ir)responsabilidades propias.

7 comentarios:

Lucio dijo...

Creo que la secuencia pendular del kirchnerismo pasa del autoritarismo a la cesión de reformas democráticas según dicte su nivel de popularidad. No lo digo peyorativamente, sino tratando de entender su lógica. Es inevitable pensar que la excusa del "otro" (sea Magnetto, Biolcatti o Cobos) es funcional a la tendencia del aumento de su autoritarismo, aún sabiendo que es algo que la gente les ha reprochado en las urnas y en la calle...

Anónimo dijo...

El post confirma que es necesario implementar la Ley de Medios e investigar Papel Prensa asi le sacamos esa excusa de una vez a este gobierno y a todos los que vengan despues.

David Grasún dijo...

Carlos Santiago Nino escribió:
"Es suficiente con tener presente la forma en que se violaron masivamente los derechos humanos en la década del 70 a través de un terrorismo de Estado que desconoció la propia legalidad impuesta por el régimen militar -a diferencia de lo que ocurrió con el fenómeno similar producido en Chile, el que en buena medida se desarrolló respetando esa legalidad- y por medio de un terrorismo de izquierda que desconoció también todo límite ético y jurídico" (Un País al Margen de la Ley, pág.25, 1992).
Víctor Jara y otras víctimas de tortura y muerte en el Estadio Nacional demuestran la errónea información de que disponía Nino para decir lo que dijo. El Mercurio, Clarín y La Nación fueron, son y serán obstáculos para la idea de Democracia Deliberativa.
Nino fue una de las mentes más brillantes de su generación de la misma manera que Gargarella lo es de la nuestra. Pese a esas cualidades, puede caerse en la equivocación cuando las valoraciones se realizan mediando desconocimiento u ocultamiento de la información.
Pasó con Nino, pasa con Gargarella, y con mayor razón le puede pasar a nuestro Pueblo.

Pablo dijo...

David, ¿realmente te parece que el gobierno actual tiene algún interés en fomentar la democracia deliberativa? ¿Acaso crées sinceramente que 678, Página/12 y los twitters de Aníbal Fernández promueven el intercambio de ideas y constribuyen a la búsqueda de la verdad?

Super Riquelme dijo...

Roberto, en primer lugar yo no he escuchado tanto de los K como de los radicales el asunto este de la mala comunicacion. De hecho, creo que comunican mejor. Estoy lejos de defender a los K, pero lo que Alfonsin y los K tienen en comun es culpar a Clarin como formador de opinion. Tal vez tengas razon en la excusa barata de los politicos para evitar la autocritica. Tal vez la tengan tambien, Alfonsin y Kirchner, en hacer responsable a Clarin por decidir si un presidente sigue o no.
En cualquier caso, lo que el gobierno hace bien o mal desde la perspectiva del ciudadano no es lo que el gobierno hace sino lo que el ciudadano lee que el gobierno hace y eso es a traves de los medios. Por lo cual, al menos desde el punto de vista logico, hay una diferencia importante entre comunicar bien o mal.

rg dijo...

pero leiste muy rapido s.r., si justamente digo que lo de la mala comunicacion lo decian los alfonsinistas, no los k!

Anónimo dijo...

Qué bueno encontrar un intelectual del partido radical o simpatizante, supongo, que reconozca algunos errores de ese partido. Sino, siempre critican mucho a los otros dirigentes y no hacen autocrítica. Y en la historia argentina han hecho mucho mal, radicales y peronistas,entre otros obvio, y a veces algunos hablan con una soberbia que resulta indignante y es muy poco decente. Igual el merito de hablar lindo y citar las últimas teorías, no se los quita nadie. La filosofía práctica, es una cosa, la práctica, otra. Saludos.