El pan (José Watanabe)

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Tenía pensado en algún momento en este ciclo de poesía de sábados transcribir al peruano José Watanabe (acá una bio). En este preciso momento, paso de pensar que no es el mejor día a pensar que justamente es el día indicado.

Toda decisión, tomada en una reflexión genuina, contiene implícita a su duda.

El Pan

Perdonen que lo diga sin pudor,
pero mi madre y yo vivíamos en un pueblo
de hambruna

Las carencias
nos llevaban a todos a una especie de inocencia
a un vivir
en el centro puro de nosotros mismos.
Así es cuando ya no queda nada, salvo
la postura orgullosa de mi madre
que dormía como saciada.

Cada cierto tiempo pasaban profetas
que repetían monsergas en nombre de un dios
prometedor, pero cruel.
Ninguno trajo lluvia sobre los campos yermos
ni hizo el milagro de una simple lechuga.

Una tarde se asomó a nuestra puerta
un extranjero de mirada llameante, otro agorero,
pero no supimos quién ardía en él, si su dios
o su demonio.
Dijo llamarse Elías y tenía gran hambre como nosotros.
Se quedó mirando a mi madre
que en la artesa mezclaba un puñado de harina Santa Rosa
con una cucharada de manteca sin nombre.

Estoy haciendo un pan de mi hijo y yo. Lo comeremos
y después con la dignidad de los pobres satisfechos,
nos moriremos de hambre, dijo mi madre
en reyes 17:12.

JW.

Salud!